TOFINO. Excursiones por el P.N. PACIFIC RIM ✏️ Diarios de Viajes de Canada

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Hoy disponemos de toda la jornada en TOFINO. Después de almorzar en un delicioso horno del pueblo muy cerca del motel, vamos al muelle de partida de los barcos que hacen la excursión de "Los Osos"; en realidad hay unas cuantas compañías que se dedican a la salida con barcos, dos veces al día, una por la mañana a las 11 h. y otra a las 16 h. Nosotros teníamos reservado una Compañía (100 dolares p.p.) que estaba justo al lado de nuestro Motel. Nos dirijimos andando, nada más entrar, nos vistieron de verdaderos marinos con salvavidas incluido y un traje de propileno de color butano para no pasar frio, y tampoco pasar desapercibido pues era tan grande y ajustado a la ropa que llevábamos que parecíamos robots sin apenas podernos mover. Zarpamos en una Zodiac grande (25 pp), por la bahía y las pequeñas islas de alrededor. La excursión dura unas dos horas y a parte de mojarnos por el aire que corre y que levanta el agua por la enorme velocidad que cogen esos trastos, vimos toda la fauna autóctona de la zona, los famosos osos negros con sus crías, atrapando peces por la orilla de los islotes, aunque lo que más vimos fueron colonias de leones marinos y focas tomando el sol tan tranquilas, enormes águilas de cabeza blanca y algún delfín juguetón. Como hacía un día espléndido con mucho sol, hasta nos pusimos morenos. Temperatura máxima del día: 20 ºC. Lo normal en junio.
Volvimos a TOFINO para almorzar y descansar un poquito en el Motel, para después pasear por el P.N. PACIFIC RIM, parando en parajes casi desérticos de gente, en pleno bosque húmedo junto al mismo Oceano Pacífico: increíbles senderos perfectamente señalizados (ojo con los osos), maravillosos paisajes únicos, recomiendo la ruta de UCLUELET. Playas gigantescas, eso sí, sin posibilidad de bañarte, pues el agua está muy fría. Puedes tomar el sol, aunque por la tarde empieza a nublarse y casi siempre acaba con lluvia, como así fué. Regresamos al pueblo y fuimos a cenar al rest. SCHOONER, un buen restaurante con especialidades de pescado, un pelín caro. A pasear bajo la luz de las estrellas, pues paró la lluvia y salió un cielo estrellado con luna llena preciosa. Los barcos de pescadores salían a la mar, los veíamos desde nuestra habitación, poco antes de cerrar los ojos y dormirnos.

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