Tras disfrutar de otro pedazo desayuno, recogemos nuevamente las maletas y nos vamos a nuestro último destino: Antalya. Hacemos el viaje como siempre sin ningún incidente y tras ir dejando a un lado las enormes playas que la bordean nos vamos adentrando en la ciudad de camino a la zona antigua, Kaleiçi, donde está nuestro hotel.
La odisea de Antalya fue la peor que vivimos en todo el viaje. Como íbamos con el navegador, nos llevó directamente hacia la entrada a la ciudad antigua, en donde hay una verja que nos despistó, ya que al verla, mi cuñado pensó que no se podía entrar y ahí empezó el caos. Empezamos a dar vueltas por la ciudad, a meternos por callejuelas por las que apenas cabía un coche, nos metimos en el carril del tranvía con el riesgo de que viniera de frente y nos arrollara, uno de los coches reventó una rueda y tuvimos que parar y cambiarla. Un horror! Estuvimos hora y media dando vueltas, hasta que decidimos dejar los coches junto a una casa abandonada mega cutre y echarnos a andar con las maletas para buscar el hotel andando.
Los chicos estaban ya desesperados, y os aseguro que para todos fue un alivio desprendernos de los coches y echar a andar. Gracias al navegador del móvil, llegamos al hotel asfixiados de calor y nos vamos directamente a la piscina para quitarnos de encima el sofocón que traíamos.
El hotel Dogan estaba fenomenal, y como vimos que tenía un menú con buena pinta a un precio muy bueno, decidimos no complicarnos la vida y comer allí mismo, después de que el camarero nos sirviera unas cervezas que nos tomamos dentro del agua, para intentar reponernos de la horrible experiencia.
Después de comer queremos ir a las ruinas de Aspendos pero primero hay que ir a recuperar los coches. En el hotel nos explican que hay que ir a la entrada y pedir que nos levanten la verja Y ellos nos sellan un ticket para poder salir sin pagar y sin ningún problema. Madre mía, si lo hubiéramos sabido antes nos hubiéramos evitado muchos disgustos!! En fin, como ya no tiene remedio, los maridos se van a por los coches y les esperamos en el hotel para irnos a la ruinas de Aspendos. Los chicos están reventados de la paliza que nos hemos dado y prefieren quedarse descansando en la piscina, así que decidimos dejarlos allí y nos vamos sólo los mayores a visitar las ruinas.
Tras casi una hora de viaje y con bastante atasco llegamos a las ruinas de Aspendos, donde se encuentra el teatro Romano mejor conservado del mundo.
A pesar de la paliza de hoy y del día tan horrible que hemos tenido, la visita merece totalmente la pena. El teatro es impresionante y al recorrer el recinto de las ruinas, se sube a una colina que tiene unas vistas preciosas desde arriba.
Tras la visita, volvemos a Antalya siguiendo al navegador y una vez que entramos a Kaleiçi ¡nos volvemos a perder! Es casi de noche y las callejuelas están llenas de gente. Acabamos parando a un policía que muy amablemente nos acompaña y nos mete por calles prohibidas haciendo parar a los coches que venían de frente. La verdad es que era todo surrealista. Por fin llegamos al hotel donde encontramos a los chicos hartos de esperarnos, así que nos damos una ducha rápida y nos vamos a dar un paseo y a cenar al puerto. Tras la cena y totalmente agotados nos vamos a dormir.