Hoy teníamos pensado visitar unas cascadas que hay en Tengen y su altstadt pero fue imposible...diluviaba. Primer plan se nos cae.
La siguiente noche la haríamos en la bonita Swäbisch Hall y a la que subíamos visitaríamos en Hechingen el castillo de Hohenzollern (a una hora de Tengen por la A81). Allá nos dirigimos con la esperanza de que el día estuviera mejor pero todo lo contrario. Así que cuando pudimos nos desviamos a Stuttgart a ver el MUSEO MERCEDES BENZ y así al menos estaríamos a cubierto buena parte de la mañana.
Claro que todo el mundo debió de pensar lo mismo que nosotros porque el museo estaba a reventar. Aún así no esperamos apenas cola, lo tienen tan bien preparado que en ningún momento adviertes que estaba lleno.
La entrada para dos adultos 16 euros, incluye la audioguía y luego te regalan el cordón de Mercedes donde se ata la misma.
Son 8 plantas repletas de coches que recorren la historia de Mercedes Benz en sus casi 125 años de vida. No solo había coches, también objetos relacionados con los mismos. En alguno de los vehículos (los menos) pudimos montar a nuestro pequeño.
La visita en sí está bien, a pesar de que a mi no me gustan mucho los coches, pero mi marido disfrutó como un niño pequeño.
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Tras finalizar la visita nos dirigimos al siguiente punto...la mágica SWÄBISCH HALL, recomendado por losapuntesdelviajero y que fue todo un acierto a pesar de que no paró de llover en los dos días que allí estuvimos, ni tan solo 2minutos, nunca había visto llover tanto tiempo seguido sin parar.

Está situado al nordeste del estado de Baden-Wurtemberg y el pueblo en sí parece una maqueta. La ciudad supo sobrevivir a los distintos momentos críticos de su historia (incluyendo un bombardeo en la segunda guerra mundial). Pero la parte histórica, en sus partes dañadas fue reconstruida, y hoy se puede apreciar tal como era:
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Además no es un sitio muy turístico pero sí con muchos lugares académicos donde formarse sus habitantes (por lo que estaba plagado de biergarten, de los que no pudimos disfrutar debido a la lluvia)
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Solo pudimos recorrer la zona que se ve en las imágenes porque la lluvia empezaba a empeorar y la silla de Hugo con plástico y todo a calarse.
Durante nuestra estancia en Swäbisch Hall nos alojamos en el hotel SONNECK, un estupendo 3 estrellas con zona infantil también que nos cobró por habitación triple (ojo cuando hablo de habitaciones triples no me refiero a una doble con cama supletoria, sino habitación con 3 camas) con desayuno y wifi por 109 euros. El hotel era estupendo, la habitación grande, con botella de agua de un litro de bienvenida y una terraza inmensa a la que no pudimos ni asomarnos debido al fuerte temporal.
También cenamos una noche aquí...y de las mejores cenas que probamos y suuper barata y con muy buena atención, eso sí tuvimos que reservar porque entre que Alemania jugaba ese día la semifinal y el mal tiempo el restaurante estaba a tope.
A partir de aquí y como ya he dicho antes continuó lloviendo el día siguiente asi que lo único que pudimos hacer es encaminarnos al aeropuerto (nuestro vuelo salía por la tarde) y por el camino paramos en un centro comercial un rato.
De hecho y no sé si debido al temporal, nuestro vuelo salió con mas de 2 horas de retraso. Llegamos a Madrid pasadas la 1 de la madrugada y la gente que volaba a Chile y Madrid era solo una escala no pudo viajar...una faena.
Aquí termina nuestro precioso viaje por la selva negra y alrededores, ha sido espectacular y un destino altamente recomendable para viajar con niños. Me quedo con una frase que leí en uno de los blogs que mencioné al principio de mi diario:
"LA VIDA NO SE MIDE POR EL NÚMERO DE VECES QUE RESPIRAMOS, SINO POR LOS LUGARES E INSTANTES QUE NOS QUITAN LA RESPIRACIÓN"...Alemania sin duda nos deja sin aire cada vez que la pisamos.