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Eran las 5.30 y ya estábamos despiertos. Ayer llegamos tan cansados a La Posada, que nos quedamos durmiendo sobre las 19.00 horas. Así que remoloneamos hasta las 7.30 que nos levantamos.
La Posada de la Luna tiene una sala de estar, de uso común, con un ordenador con acceso a internet de libre uso. Así que, como estaba libre, aprovechamos para escribir correos a la familia.
En esta sala de estar también se sirven los desayunos (incluidos en el precio de la habitación). Tomamos un café con leche, media luna y tostadas. Reponemos energía para el día de “caminata”.
Planificamos el día siguiendo los consejos de Eli. Nos dirigimos a Paseo Colón a tomar el colectivo nº 83, que nos dejaría en Recoleta. ¡¡¡ Menudo lío !!! Por ningún sitio estaba indicada la parada del bus, así que tuvimos que ir preguntando por toda la calle.
En Argentina está mal visto utilizar la palabra “coger”, así que siempre intentamos (no siempre lo conseguí) utilizar sinónimos.
El cementerio de Recoleta lo encontramos pronto. Tuvimos la suerte de poder ver el cementerio a través de una visita guiada (gratuita) y sin hacer colas.
La guía, Alicia, va haciendo un recorrido por las calles del cementerio, explicándonos las diferencias entre las distintas sepulturas y contándonos las historia de Buenos Aires, siendo los protagonistas los mismos que “descansaban” junto a nosotros. Éstos eran los fundadores de la Nación, militares, políticos, personajes más propios de novelas románticas de adolescentes suicidas, … Cuenta histórias tétricas de catalepsia….
Nos sorprende que los ataúdes estén a la vista, así como sus sepulturas (algunas eran auténticas obras de arte).
Por último visitamos la tumba de Evita, en una calle bastante estrecha y de difícil visibilidad.
Tomámos un café en un lugar típico “La Biela” situado a escasos 100 metros del cementerio. Hay sol así que nos sentamos en una mesa en la calle.
Paseamos por las calles de Recoleta, repletas de tiendas de lujo, aunque no nos sorprende demasiado. Más bonito resulta el parque a las afueras del cementerio y la iglesia adjunta.
Desde aquí, nos dirigimos a la Avenida Rivadavia, dirección Flores. ¡¡¡ Otro lio de colectivos !!! . Observamos de primera mano el negocio que existe con las monedas. Es muy difícil conseguir cambio. A veces los comerciantes prefieren cobrarte menos por tal de no dar el cambio con monedas. Nos comentan que existe un mercado negro en el que se compran y venden monedas.
Compramos la Guía-T (guía de colectivos). Sirve de gran ayuda pues te dice qué colectivo o bondi pasa por ese lugar y donde te lleva, así como los trasbordos que tienes que realizar para llegar a tu destino. Es aconsejable comprarlo.
Visitamos Flores, con sus casa-chorizo. Comemos por allí.
Tomamos otro colectivo rumbo a Abasto, donde comienza la “gran caminata”. Vemos la antigua Plaza de Abasto (hay un centro comercial ENORME, con una noria dentro incluida. Pasamos por el barrio ONCE, es como un barrio chino a lo grande con cientos de comercios.
Pasamos por la Avenida Santa Fé, donde nos encontramos con “El Ateneo”, un teatro convertido en librería. Una maravilla.
Seguimos paseando por Cordaba, Callao,….. hasta llegar a la Avenida Corrientes, lugar donde se encuentran casi la totalidad de teatros de Buenos Aires. Allí buscamos un teatro donde poder ver una obra. Después de dar numerosas vueltas nos decidimos por ver “Baraka” en el teatro “Metropolitan”. Tomamos unas porciones de pizza para reponer fuerzas en “Guerrin”, pizzería con solera frente al teatro.
Seguimos por Corrientes, paseando entre teatros y librerías . Pasamos por el Obelisco, Florida, Mayo,….. hasta llegar a “casa”.
Duchas, descanso y vuelta a la calle. Cenamos en un restaurante que nos recomendaron, muy cerca de la Posada de la Luna, “Del Plata”. La comida exquisita.
Gastos:
Colectivo: 6 $
Refresco en “La Biela”: 21 $
Comida: 40 $
Submarino: 12 $
Porciones de Pizza en “Guerrín”: 6 $
Guia-T: 6 $
Agua: 3 $
Cena en “Del Plata”: 120 $
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