Cefalú es un rincón italiano típico y muy disfrutable. Recorrer sus callejuelas nos lleva a la Italia tradicional donde se mezclan olores y colores y un sinfín de experiencias sin tiempo.
Vendedores callejeros de verduras, heladerías artesanales y tiendas de recuerdos dan un marco muy especial que atrae a millones de turistas todos los años.
Tiene una hermosa playa de arena y el agua verde llega hasta los viejos edificios de la Vecchia Marina, inolvidable rincón donde se filmaron escenas de la película Nuevo Cinema Paradiso.
Después de almorzar en un pequeño restaurante en la playa, dirigimos nuestros pasos hacia Palermo. Eran solo setenta kilómetros por autopista y llegamos en menos de una hora al hotel Garibaldi, en la Vía Emerico Amari frente al Teatro Politeama Garibaldi. Llegamos a la capital un sábado a la hora de la siesta, las calles estaban casi vacías y hacía mucho calor.

Como no queríamos manejar en Palermo debido al complicado tráfico, habíamos quedado en devolver el coche ese mismo día. Antes de dejarlo en el aeropuerto fuimos a conocer la playa de Mondello donde disfrutamos de las hermosas vistas y unos ricos helados artesanales. A la noche la ciudad cobró vida y las calles se llenaron de personas que recorrían los lugares de interés o simplemente disfrutaban de la belleza de las plazas y avenidas. El día siguiente sería el último que pasaríamos en la maravillosa isla italiana.
