WEST COAST (II): DE HAAST A FRANZ JOSEF ✏️ Diarios de Viajes de Nueva Zelanda

Cuando nos hemos levantado había una niebla meona que le daba al día un aspecto horrible. Tal y como habíamos quedado el día anterior con los dueños del camping nos hemos acercado para ver si podíamos cambiar el helihike a esta tarde, pero nos han dicho que con este tiempo lo helicópteros no volarían, así que hemos decidido no agobiarnos: que lo podEmos hacer bien, que no, pues ¡qué le vamos a hacer!, disfrutaremos del resto de cosas.

Así que pertrechados con chubasquero hemos salido para, a pesar del mal tiempo, continuar con nuestro plan previsto. Es importante asegurarse de que se tiene gasolina, ya que, desde aquí hasta el Glaciar de Fox no hay gasolineras.

La primera parada la hicimos en Ship Creek, a unos 15 minutos de Haast. Allí hay una torre de observación a la que subimos para ver el Dune Lake Walk, un camino pegado a la costa sobre las dunas, en unas plataformas para no dañar el entorno.

Llovía bastante y hacía aire, así que decidimos no hacer este camino sino el Kahikatea Swamp Forest Walk, ya que al ir al abrigo del bosque no nos mojaríamos tanto. El camino se realiza en un bosque de kahikateas o pinos blancos, el árbol más alto de Nueva Zelanda, por el que discurre el río Ship, por lo que la zona está anegada y se camina por plataformas en algunos tramos.

Se ven muchos árboles caídos por y sumergidos en el río.

Cuando estábamos terminando el camino la lluvia arreció, así que tuvimos que desistir de hacer el caminito de las dunas, por lo que nos subimos al coche y seguimos con nuestra ruta.

La siguiente parada era Knights Point, con un mirador, donde se inauguró la carretera de Haast, pero la visibilidad y el tiempo eran tan malos que no nos bajamos, ni siquiera a hacer una foto.

Tras unos 10 minutos de coche llegamos al Lago Moeraki desde donde sale el camino que va a hasta Monro Beach. Este camino nos gustó mucho porque está repleto de helechos plateados, ponga en maorí o silver fern en inglés. Es endémico de Nueva Zelanda y puede llegar a medir más de diez metros. Se llama plateado porque la parte de atrás de la hoja es como medio blanca medio plateada.

Al principio del camino hay un puente colgante en el que había unas telas de araña que con la lluvia tenían un aspecto precioso.

El camino termina en Monroe Beach, una playa muy expuesta al mar de Tasmania que hace que sus rocas tengan formas redondeadas debidas a la erosión.

En esta playa cría una colonia de Fiordland Crested Penguins (unos pingüinos muy poco frecuentes) entre los meses de julio a noviembre. Ni era la hora ni la época adecuada para verlos, así que deshicimos el camino para subir de nuevo al coche.

El próximo destino era el lago Matheson, otro "lake mirror" en el que se reflejan las montañas más altas de nueva Zelanda, entre ellas el Monte Cook, pero el día estaba nublado y ventoso, así que ni siquiera las nubes se reflejaban en el Matheson, por lo que no voy a poner ni una foto. Sólo fuimos al primer mirador porque no merecía la pena seguir caminando.

Allí hemos comido unos sándwiches y desde aquí al pueblo de Fox y a visitar el Glaciar Fox o Te Moeka o Tuawe en maorí. Pero antes, pasamos por el hotel del pueblo de Franz Josef, el Alpine Glacier Motel Lodge.

El día iba mejorando, aunque las nubes no se iban del todo, especialmente en las montañas. Desde el parking hay que caminar un rato hasta llegar hasta la zona más cercana, pero la vista es impresionante.

Estuvimos un montón de tiempo disfrutando de las vistas y, bueno, también esperando por si acababa de salir el sol o no.

Justo cuando estábamos de nuevo casi abajo se fueron las nubes y de lejos, pudimos ver el glaciar con sol.

Pero lo que da mucha pena es ver el retroceso tan enorme que el glaciar está teniendo.

Después de esto fuimos hacia atrás, por la carretera que va al Matheson para llegar a un mirador desde el que se ve gran parte de los Alpes, los glaciares y el monte Cook. No hubo suerte con el Cook, porque aunque menos, seguía nublado, pero sí vimos el glaciar. Con el zoom de la cámara se ve la inmensa cantidad de nieve y hielo que tiene, aunque esté en retroceso.

El día lo hemos terminado en el pueblo de Franz Josef, compras y cena en The Landing. Y después, a cruzar los dedos para que mañana salgo un día mejor y podamos, sino hacer el helihike, al menos sobrevolar los Alpes. Hoy nos han dicho que no ha salido ni un helicóptero.