Cambio de hotel y me voy al Hiker International Hostel porque esta a tan solo cinco minutos andando del Bund y a tan solo a diez minutos andando del rascacielos más alto de Asia y cuarto del mundo con 88 plantas. Es decir, estoy en en centro-centro.
He paseado por todo el Bund, que es como una especie de Venecia porque son terrenos ganados al mar, pero que hay riesgo que se vaya todo al carajo. De hecho, la zona del Pudong que es donde esta toda la zona mas increíble de rascacielos, dicen que hay riesgo que se caiga todo si no se mejoran las cimentaciones.
El Bund son edificios de principios del siglo XX, edificios clásicos que chocan con el modernismo de los rascacielos de Pudong.
Mas tarde, he ido a comer a una zona llamada Yuyuan. Es un barrio típico chino lleno de tiendas con souvenirs, etc. Todo para las compras del turista.
Es curioso que vendan millones de farolitos rojos, cintas rojas y demás artículos, pero no hay por ninguna parte una triste postal, o dedales.... en fin, que no os podré llevar a los que me habéis pedido esto.
Luego, he ido a comer. En la mesa que estaba al lado mío, había un chico con dos chicas. En un momento dado, ha puesto las manos en su nariz porque iba a estornudar. Cuando lo ha hecho, se ha frotado las manos y se las ha pasado por el pelo. Y así hasta en dos ocasiones que ha estornudado. Y las chicas que estaban con el, como si nada... la cosa mas normal del mundo.
En Shanghai, los vendedores ambulantes son pesadísimos. Dan ganas de tirar a uno al río para que el resto se anden con cuidado.
Todo el rato ofreciendo "relojes, relojes"... "¡¡¡NO, NO!!!" "¿Y bolsos?"... "¡¡¡QUE NO COÑO, QUE NO, QUE NO QUIERO NADA!!!" Os juro que no se puede dar un paso sin que te este entrando uno y otro y otro chino ofreciendo algo.
En vez de ir por la calle "no, no, no..." paso ya de ellos y les ignoro.
Otra cosa que ya no soporto son los coches y las bicis. Cuando esta el semáforo en rojo para peatones, o eres un loco suicida o esperas como es una hora allí. Pero cuando el semáforo esta en verde, da igual para los coches porque siguen pasando. Te pitan para avisarte que te quites.
Hoy me he encarado a uno que me ha pitado y casi me atropella. Me he parado y ha tenido que parar totalmente a la vez que yo le gritaba "¡¡¡Pi-pi que, gilipollas!!!" ¡¡¡Esperas y punto!!!" Entender no me ha entendido lo que le he dicho, pero creo que he sido convincente porque ha puesto cara de susto. Creo que no están acostumbrados a que un peatón se les subleve. ¡Es que, joder! ¡Qué estrés con tanto pitido ya!
Y por la noche, salgo a dar una vuelta y aparte de los que venden relojes, bolsos, patines y demás... me encuentro con chicas que te abordan para "masajes", tíos que te ofrecen "ladies", "whisky"...... me vuelvo al hotel cansado de pelear con tanto vendedor callejero.