Son las 5:30 horas y me despierto. Como el bus sale a las 6:15 y el horario de desayuno empieza a partir de las siete de la mañana, pues me cojo unas galletas Oreo que compre en el aeropuerto de Loiu y me como cuatro de ellas (no me como las otras ocho porque necesito dosificar. Triste, pero cierto).
A las 6:15 horas, sale el minibus desde mi hotel. De mi hotel solo voy yo y una estadounidense. Pero dentro del autobús hay más gente de otros hoteles. Va bien.
Empieza el viaje de poco más de cien kilómetros hacia la muralla. Lo único que en este momento echo en falta es que en mi mochila perdida estaba la camiseta del Athletic de Etxeberria, y no podré tener fotos con ella. Pero por lo menos tengo la chaqueta del chándal y una camiseta gris con el escudo del Athletic debajo.
Parece que no llegaremos nunca porque ha habido un accidente y estamos parados. Empieza a llover. Llevamos ya casi dos horas de retraso. Y para más mala suerte, poneros en situación: Accidente en la carretera, el carril bloqueado y todos parados. Pero claro el carril del sentido contrario esta vacío porque desde el otro sentido no pueden pasar. Adivinar ahora que hacen los putos chinos.... pues si, como el otro carril esta libre pues empiezan a circular en paralelo con nosotros pero por el otro carril hasta bloquearlo totalmente. Así resulta que una carretera con dos carriles uno para cada sentido en ambos carriles los coches van hacia el mismo. Cuando se reestablece todo, aparece el caos porque todos van por dos carriles hacia el mismo sitio y no se puede pasar.
Aquí se circula por la izquierda, por la derecha, por el arcén... cuando hemos ido por una autopista de tres carriles de ida y otros tres de vuelta, no hay mediana. Así cuando ves el pueblo al que quieres ir a la izquierda, pues frenas en tu carril y cuando no viene nadie de frente, pues giras. Hay bicicletas y ciclomotores por la autopista, pero circulan por donde les sale de las pelotas, vamos que les da igual ir en bici por la autopista por el carril de la izquierda. Todo son pitidos entre los coches, conducen a toda velocidad esquivando a los demás. Yo me he visto estrellado mil veces.
Otra cosa curiosa. Hay gente limpiando con una escoba de esas que parece la hoja de una palmera todas los arcenes de las carreteras, para que las bicis no se caigan. Con lo fácil y rápido que es una maquina barredora, pero claro, de esta forma dan mucho mas trabajo a la gente.
Cuando hemos llegado a la Gran Muralla, hemos empezado a subir. Al principio era una subida por un camino a través del monte terriblemente empinada. Luego cuando hemos llegado al pasillo de la muralla, aun era mayor la subida. Pues así han sido los diez kilómetros y medio por lo alto de la muralla. Una caminata subiendo escalones casi todo el tiempo y por zonas medio rotas. ¡¡¡Y vaya escalones!!! Cada uno de un tamaño, difícil de subir... había que llevar agua porque luego no había ningún sitio donde comprar. He llegado al final medio muerto. Las vistas increíbles pero es mortal el camino. Muy muy muy duro.
He coincidido con un chico de Azkoitia que llevaba la camiseta del Eibar. Para que luego me digan que no es bueno llevar camisetas de equipos.
Cuatro horas hemos tardado en hacer el recorrido. El tiempo había mejorado y hacia sol. Pero cuatro horas andando y prácticamente escalando la muralla es durísimo. Ya os contaré a la vuelta y os enseñaré fotos.
Hemos comido en el restaurante que estaba incluido en el circuito, y la comida era... digamos rara sin mas.
A las 19:00 horas he llegado al hotel y preguntado por mi mochila. Había llegado. Tres días después estaba conmigo. La he besado y todo de la emoción. Las chinitas de recepción flipaban. Pero es que no creo que se hagan idea de lo que es estar el sábado con la misma ropa del miércoles, sin afeitar, sin lavar los dientes, todo asqueroso y sudado....
En fin, que de momento escribo hasta aquí. Espero que os haya gustado y cuando vuelva a tener internet pues escribiré mas.