5 de Noviembre del 2015
Estamos de camino a Pushkar y me siento destrozada, no he dormido nada, me levantado varias veces esta noche para ir al wc, me duelen las piernas, la espalda, escalofríos y tengo un sueño increíble

Tenemos unas 5 horas de camino y auqnue se me está haciendo eterno me voy sintiendo mejor.
Hemos desayunado plain toasts (tostadas sin nada más) y para beber agua.

Nos acomodamos en el hotel Kanhaia Haveli y muero de amor por este lugar porque tienen tortugas de tierra sueltas por todo el hotel. ¡¡¡Son tan bonitas!!! El chico que nos lleva las maletas hasta la habitación se ríe por mi entusiasmo al ver las tortugas. Os lo podéis imaginar…

Estamos un poco saturados así que antes de salir a pasear por Pushkar nos comemos otras plain toast con unas cocacolas, que necesitamos un poco de azúcar y cafeína para espabilarnos.
Pushkar es importante por su peregrinaje hindú y es que además de tener más de 400 templos, tiene el único en el país dedicado a Brahma, el Dios creador según la mitología hindú.
Estamos cansadísimos pero sacamos fuerzas para encontrar este templo, al salir del hotel se nos acerca un chico muy majo y nos pregunta de donde somos, se lo decimos y sin preguntarle nada nos indica donde está el bazar y el templo, nos parece increíble que no quiera vendernos nada, simplemente se va.
Vamos callejeando bajo el sol acalorante de hoy por calles repletas de gente, un chico se acerca a David y le pregunta “¿Hachis?” jajajaja


Helena y Akram nos han aconsejado hacer un ritual en el lago, pero imagino que es tarde porque no vemos a nadie haciendo rituales, así que nos sentamos en la terraza de un restaurante con vistas al lago y nos pedimos un lassi, David un sweet lassi y yo banana lasi, como es yogurt y la banana también va bien para el estómago estamos seguros de tomarlo.
Mientras se pone el sol, estamos relajados y nos vamos encontrando mejor hasta que aparece una gipsy family con la música excesivamente alta y empiezan a bailar y hacer acrobacias para que los turistas les den dinero, la pequeña no debe tener ni 6 añitos, hala pues ya nos han roto el momento zen…
Vamos a pensar positivos para terminar el día, nos encontramos mejor físicamente así que nos vemos con fuerza para seguir buscando el pareo que queremos. Así que entramos en una tiendecita muy chiquitita y acogedora, nos ofrecen chai, pero lo rechazamos muy a mi pesar, os lo puedo asegurar, nos sentamos en el suelo y nos sentimos como en casa, el chico le pone un turbante a David y le queda muy bien, esta guapísimo, nos sentimos genial hablando con este chico medio en ingles medio en castellano, nos saca un millón de pareos, nos encantan todos, son de más calidad que los que hemos visto antes, están mejor terminados, acabamos comprando dos pareos, un neceser y una tela hecha al estilo patchwork es un elefante con retales de saris, todo por 1000Rs.

El chico se queda contentísimo, no nos queremos ir, porque nos estamos riendo mucho con él, gracias a este momento nos iremos con un buen sabor de boca de Pushkar.