¿Habéis llegado hasta aquí?
Sentimos la melancolía de que nuestro viaje se acaba. Tenemos que cubrir los últimos kilómetros que nos llevaran desde Mysore al aeropuerto de Bangalore. Los kilómetros en India se hacen eternos, pero cuando acabas un viaje, aún mas.
A mitad de camino de Bangalore, hay numerosas tiendas con juguetes de madera, allí paramos a gastarnos nuestras ultimas rupias, aunque guardamos algo para la cena.
Le digo al conductor que busque un restaurante para comer, pero él tiene una idea entre ceja y ceja. Ya nos daban las 10 de la noche, cuando se para en la puerta de un restaurante con muy buena pinta, pero pone que es vegetariano.
Casi llegando a Bangalore, hace un cambio de sentido en medio de la autovía y se cruza al otro lado. Alguno de los coches le pitan.
El restaurante no tiene pinta de nada especial. Pedimos comida no picante y el chico nos entiende… pero nos trae la misma comida de siempre. Cuando el niño la prueba se pone a llorar. Pica mucho, aunque el camarero perjura que no pica. Comemos lo que podemos, mas bien para quitarnos el hambre.
Estamos cansados y se nota en el silencio del coche. Antonio se ha quedado dormido, pero Eva E. sigue despierta. Le digo que se duerma que todavía tendremos una noche complicada en el avión, pero me dice que no puede dormir. Yo se que le esta dando vueltas a la cabeza.
Cruzamos Bangalore en medio de la noche. No le veo ninguna gracia a la ciudad. Aun con poco tráfico tardamos sobre una hora en llegar al aeropuerto y, como siempre, allí nos espera un “executive” de la agencia. De nuevo una persona muy atenta. Le devolvemos la útil SIM, nos despedimos de Rajú que se va a dormir a casa y le damos su propina (50€).

Son más o menos las 1 de la mañana y nuestro avión sale a las 3:30. Facturamos y nos tumbamos en una de las esquinas de este moderno terminal. Comienzo a hacer balance mental de nuestro viaje por India.
Como habéis visto, no es nada descabellado un viaje a India con niños. Tampoco es tan caro, si os lo montáis por vuestra cuenta. Espero que nuestra experiencia os sirva para derribar algunas barreras mentales que nos ponemos nosotros mismos. La mejor vacuna contra los prejuicios es la información y el viajar. ¡Animaos y nos vemos en el foro!
Mientras Eva gasta nuestras ultimas rupias, comprando un regalo para unos amigos, observo a los dos enanos. Me siento orgulloso de ellos: han disfrutado el viaje, se han sorprendido, han aprendido muchas cosas y han superado las adversidades con buena cara. Son mis pequeños aventureros.

Cuando subimos al avión, les digo: “Decidle adiós a la India. Se acaba la aventura… ¿Pero que es lo único que cura una aventura?” Y ellos me responden al unísono: “¡Otra aventura!”.
¡Nos vamos a Doha!