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Cuzco- El Valle Sagrado

Cuzco- El Valle Sagrado ✏️ Diarios de Viajes de Peru Peru

DIA 10º MARTES 15-07-03 PUNO-CUSCO. Creo que esa noche fue la que más esperábamos que amaneciera, puesto que nos hacia mucha ilusión comprobar el amanecer. Y más de una vez tanto Encarna como yo, nos levantamos antes de que amaneciera para ver si...
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Diario: 365 Horas en Peru

Puntos: 4.4 (9 Votos)  Etapas: 6  Localización:Peru Peru

DIA 10º MARTES 15-07-03 PUNO-CUSCO

Creo que esa noche fue la que más esperábamos que amaneciera, puesto que nos hacia mucha ilusión comprobar el amanecer. Y más de una vez tanto Encarna como yo, nos levantamos antes de que amaneciera para ver si el sol empezaba a despuntar ya. A la que un atisbo de luz, o una pequeña claridad del día, asomaba por la ventana, ya estabamos los dos, asomados a ella.

Y bueno, no fue todo lo bello que esperábamos, por que el sol, aunque amanece en su hora puntual, no lo veíamos desde la habitación, y tan solo se apreciaba su reflejo desde el agua, pero no con la belleza que nosotros nos hubiéramos imaginado. Las pequeñas montañas que rodeaban Puno, impedían ver el amanecer que habiamos imaginado. Aún así fue precioso. El lago azul, poco a poco iba adquiriendo un tono más intenso, y en algunos momentos, los rayos del sol, que caían sobre el agua, le daban un tono más brillante. Todo ello acompañado del paisaje, y de la poca actividad del lugar, lo hacían casi idílico.

Pero pronto la magia se terminó y empezaron a aparecer las primeras lanchas, de personas que iban y venían al embarcadero del hotel. Bajamos a desayunar pronto, y las mujeres que vendían artesanía, ya estaban a esa hora en su puesto, a primera hora, dentro del salón del hotel. Daba la impresión de que hubieran pasado la noche allí.

Desayunamos fuerte, bajamos las maletas y esperamos a que nos vinieran a buscar para irnos hacia Cusco. Y sobre las 9 de la mañana, nuestro autobús, el Inca Exprés nos recogió, y ya iba casi lleno. Primero nos sentamos en la parte delantera, porque es donde nos dijeron primero, pero luego vinieron los que tenían ese numero de plaza ocupado y nos tuvimos que ir a la nuestra, la que ponía en nuestro boleto y que estaba en la parte de atrás del todo. Además comprobamos que en nuestro sitio, se habían sentado unos franceses, y el que nos habían dejado libre a nosotros, tenia el reposamanos roto, claro, por eso se cambiaron los francesitos, y además como nuestro boleto, se lo había quedado un guía, que no vino con nosotros en el autobús, pues no podía reclamar. Ese francés empezó ya a caerme mal y mucho más, cuando en una de las paradas que hicimos, me pisó.

Nuestro trayecto de Puno a Cusco, iba a durar todo el día, pero en el trayecto haríamos alguna parada en lugares típicos y con historia.

Nuestra primera parada era en un mirador a 4335 mts, desde donde se veía la montaña Chimbayo de unos 6000 mts, de altura y que tenia su cumbre nevada. Además también el ineludible mercadillo de artesanía, pero con predominio de prendas textiles.

Pasamos por un pueblo, al cual no pudimos entrar, y tuvimos que dar un rodeo para poder atravesarlo puesto que estaba en fiestas y sus calles, estaban todas cortadas por desfiles y mercadillos.

Subimos de nuevo al autobús, y nos fuimos ya hacia comer. Paramos en un pueblecito, donde teníamos la comida preparada, y donde tan solo debíamos abonar la bebida. Habían un montón de mesas pero las que estaban fuera, en la terraza, fueron las primeras en ocuparse. Encarna y yo, por eso tuvimos suerte, pues nos sentamos al lado de donde se daban los platos y eso nos permitió hablar con el camarero. Comimos arroz andino, boquerones fritos y papas. El camarero se acerco varias veces para hablar con nosotros y al final nos invito a probar la yuca. La yuca, ahora ya se puede comprar en Cataluña, pero hasta hace poco era bastante raro.

Despues de comer, para hacer tiempo dimos una vuelta por el jardín del bar, y en el que también tenían sus llamas, sus alpacas, y unas tumbonas monisimas en las que se podía uno tumbar un rato para descansar, y tomar el sol.

Al cabo de unos 30 minutos de salir, llegamos a Rachi, y ahí nos disponíamos a visitar las ruinas del templo inca, al dios Viracocha.
El dios Viracocha era el dios principal para los incas y para ellos era el creador del cielo, de la tierra y de los hombres. Aunque lógicamente su dios más importante era el Sol, el Inti, y también en menor medida la luna llamada por los incas Mamaquilla.
Rachi esta a un 120 Km de Cusco y esta a una altura de 3480 Km. Es un pueblo pequeño, que si no fuera por estas ruinas, no tendría mucho interés. Vive poca gente, y sus habitantes se dedican mayoritariamente a la alfarería, y la poca agricultura que tienen es solo para consumo propio.

Al bajar del autobús, te asaltan un montón de niños pidiéndote soles, o caramelos, y también los vendedores de postales, recuerdos, etc. Tuvimos que apresurarnos y entrar rápido en las ruinas, donde las explicaciones del guía, eran muy interesantes. En la entrada esta el templo, o mejor dicho lo que queda de él. Era de unos 100 m. de largo y 25 de ancho, de forma rectangular y en medio de él esta un muro, que separa los dos lados del templo. Este muro, de 12 mts, de alto esta construido en su base con piedras, finamente labradas hasta los 3 m. y a partir de ahí, con adobe. Este muro, ha soportado sinfín de terremotos. Y sigue en pie.

Tiene en alguna de sus paredes decoraciones de la cruz andina o Chakana, que es su nombre en Quechua, y es el único lugar donde los incas, decoraron las paredes con este símbolo. A los dos lados del muro central, se encuentran las bases de 22 columnas construidas con piedras y adobe, 11 a cada lado que servían para sostener el techo hecho de paja. Estas columnas son especiales, puesto que son la única vez que los incas utilizaron columnas cilíndricas y no se descubrieron hasta 1963, pues antes todas las ruinas eran zona de cultivos.

Siguiendo el camino que marca el muro, y mientras dejábamos el templo atrás, caminamos por una especie de plaza, en la cual, estaba la casa del sacerdote. El sacerdote inca era llamado en Quechua, Villca humu y generalmente era pariente del jefe Inca, (hermano o primo). Las casas de los sacerdotes, eran edificios que se diferenciaban del resto, generalmente por el tipo de construcción empleado en ellas. Con piedras más lisas, más pulidas y mejor acabadas que las de los demás.

Dejando atrás la plaza y la casa sacerdotal se avanzaba por una especie de calle, muy particular. Recta, perfectamente trazada y con las paredes de las casas no en forma recta, sino ligeramente inclinadas hacia el interior de las viviendas. Los Incas, comprobaron que la tierra en la que habitaban era propensa a los terremotos e idearon sus propios edificios antisismicos, puesto que muchas construcciones Incas, se han deteriorado por el paso del tiempo, batallas, conquistas y demás, pero no por los terremotos.

Las casas de esta calle, echas con piedra y puestas sin ningún orden, se podían asemejar a las construcciones actuales de casas en los pueblos de montaña. Formaban 3 hileras de casas, con sus calles en cada una, y cada una de estas casas tenia 2 habitaciones, y en una de estas se guardaban como en una especie de nichos, los ídolos de oro y las ofrendas que servían para rendir culto a los dioses. También había viviendas con una sola habitación. Resulto muy curioso, ponerse en el principio de una de estas calles, y comprobar la alineación perfecta de estos lugares.

Despues de cada vivienda, y antes de llegar a la siguiente, había una separación a modo de plaza, en la cual se realizaban trabajos de cerámica.

Según nuestro guía, algunos arqueólogos, creen que estas casas, eran las viviendas de los sacerdotes de menor rango que el principal y de las vírgenes, que eran llevadas allí.

La historia de estas vírgenes, resulta también curiosa. Cada cierto tiempo, en todas las aldeas del imperio, se presentaba un representante estatal y ante él, eran expuestas todas las niñas de unos 10 años de edad. De ellas seleccionaban unas cuantas que eran llamadas “acllacuna” ( las escogidas). Ser escogida, significaba el abandonar su vida que la hubiera llevado a ser esposa, madre de un montón de hijos (puesto que más hijos, más tierras), tejer, y hacer faenas del campo y por el contrario eran enviadas a unas especies de conventos, o de templos, donde recibían una esmerada educación en hilados, tejidos, cocina, etc. Tras esa formación, algunas de ellas eran elegidas como concubinas por el jefe inca, y pasaban a ser “esposas” de algún noble. Otras eran destinadas a ser las míticas vírgenes del sol y pasaban a desarrollar su vida de castidad perpetua, en algún gran templo, quizás como el de Viracocha.

De las plazas, salían unos caminitos que conducían a las “qolqas”, especie de graneros, redondos, y que en todo el recinto habían más de 200 y eso que eran inmensos. Tenían un diámetro de 8 metros y el motivo de que hubiera tantas, era por que Raqchi, fue un centro de almacenamiento para abastecer a todos los pueblos Quechuas y Aymarás.

Su ubicación estratégica era por su favorable microclima y por que era la frontera entre Cusco y Puno. Para conservar los alimentos, utilizaban la muña, una especie de planta aromática que impide que los gusanos entren en los graneros y estos se mantengan frescos y en perfecto estado de conservación. Además estos graneros, estaban construidos también a prueba de terremotos, hechos con piedra volcánica y con una sola puerta de entrada, y dos ventanas de oxigenación. Sus techos eran de paja. Mientras nos enseñaba los graneros y puesto que estabamos en un sitio más elevado, pudimos contemplar una increíble vista de todo el recinto; frente a nosotros, y a lo lejos pudimos ver la montaña y que tenia una gigantesca muralla que acordonaba todo el complejo. Tenia una longitud de 5 Km y una altura de 3 mts. Construida con piedra volcánica, y argamasa, tiene también 2 puertas, tan solo dos, y una de ellas, corresponde al camino inca, que pasa por Racqui. Era una especie de muralla china, pero en Perú.

A nuestros pies, y mientras aún seguíamos mirando las qolqas, había unas habitaciones muy pequeñinas que el guía nos dijo que correspondían a los mensajeros. En aquellos tiempos, la red de mensajería era muy eficaz. Cada 2 o 3 Km había unos refugios para los mensajeros, también llamados Chasquis. La comunicación se efectuaba mediante un sistema de relevos, de modo que cuando un Chasqui, divisaba a otro, corría durante un trecho junto a el, mientras el primero recitaba el mensaje y el segundo lo memorizaba. Con este sistema podían tener una velocidad de 250 Km en un día, con lo cual, las noticias, tardaban relativamente pronto en llegar. Su red de caminos, era de más de 40.000 km. Gracias a esta rapidez de comunicaciones, se pudo mantener el imperio. Al descender de aquel mirador, el guía nos dejo tiempo libre, para contemplar el recinto a nuestro aire, aunque eso sí, nos aviso que no nos apoyáramos en las piedras puesto que estaban habitadas por arañas y serpientes.

Sobre el dios Viracocha, nos contaron una leyenda, una hermosa y mística leyenda. Cuando Viracocha llega al pueblo de Cacha (antigua Raqchi), llamo a todos los indios, pero estos como no le reconocieron salieron armados todos juntos para matarlo. Viracocha, al ver esta actitud, hizo caer del cielo fuego, y que este viniera quemando todas las montañas, hasta donde estaban los indios. Cuando los indios vieron el fuego y el volcán, se dieron cuenta del poder de Viracocha, y por miedo a morir quemados arrojaron sus Armas al suelo, se acercaron y se arrodillaron frente a él. Viracocha, al ver que se postraban ante él, tomó una vara, y se fue hasta el volcán; lo golpeó 2 o 3 veces, y este se apagó para siempre. Tras ello, les dijo a los indios, que era su creador. Los indios, construyeron en ese lugar un templo, para adorarlo..

Esta leyenda, fue recogida por los ancianos del lugar, transmitida a sus descendientes, y llego a oídos de un cronista que en tiempos de la conquista, la reflejo en sus escritos, y escribió, que las gentes del lugar, dijeron que el dios Viracocha, tenia el aspecto de un hombre alto, con blanca vestidura, que a modo de sotana, le cubría todo el cuerpo, cabello corto y con una corona puesta. En sus manos llevaba un bastón y un libro, y que los ancianos le llamaban KON TICI VIRACOCHA PACHAYACHACHIC…Dios Hacedor del Mundo…

Al salir de aquel recinto, impresionante, se me acercó un chico que me quería vender una especie de libro, o de revista, sobre el templo de Raqchi. Me dijo que lo había escrito él, y además en la portada del libro, estaba su foto. Se lo compré, y tan solo me costó 5 soles. (210 ptas.).
Subimos de nuevo al autobús, mientras me empezaba a leer, aquel relato de historia de un templo inca.

Nuestra siguiente parada fue en un pueblecito cuya carretera lo cruzaba por en medio, y en el que se nos iba a enseñar como era una vivienda típica de los Incas. Entramos en una casa, con un gran patio, lleno de tiendecitas, y en donde había una alpaca correteando libremente por el jardín. El guía nos enseño lo que era una casa de los Incas y que se componía de una habitación sola de unos 20 mts cuadrados, en la que, en un lateral había una cama, de un solo cuerpo, en el otro lateral una especie de cocina, y en medio de todo el espacio para lo que se denominaría un salón; aparte en las paredes había agujeros en la piedra a modo de estanterías.

En aquel mismo recinto había una madriguera de unos roedores muy graciosos, en donde entramos, puesto que sus escondites, estaban dentro de una habitación y solían corretear por ella.

Había un campanario por el que se subía por unas escaleras de madera en forma circular y que al llegar a la base de la campana, se tenia un bonita vista de todo aquel espacio. Como no teníamos ganas de comprar nada, y para hacer tiempo, Encarna y yo cruzamos la calle, y nos fuimos al otro lado de la calzada, donde había un mercado, pero de alimentación, no turístico, puesto que los únicos turistas éramos nosotros. En él, las mujeres vestidas con su indumentaria del altiplano, estaban sentadas en el suelo, con sus mercancías a la vista, en rebosantes sacos, o a veces en el suelo sin más. Veduras, un montón de variedades de patatas, y frutas, y carnes, había de todo, pero nada de recuerdos o artesanía, tan solo alimentación. Esta vez, si que nos sentimos observados; quizás eran pocos los turistas que entraban en ese lugar.

Al lado de este mercado, había unas pequeñas naves industriales, parecidas a unos módulos, y con unos letreros que hacían mención a la próxima construcción de una escuela patrocinada por la Fundación Intervida. Además vimos también a un montón de chicos, que venían de la escuela y algunos de ellos, llevaban un chandal de color azul y letras amarillas, con la inscripción en la espalda de Intervida. Era la segunda vez que veía un proyecto de esta ONG, y me gusto verlo.


Nuestra ultima parada antes de Cusco, era en un pueblo llamado Andahuaylillas, donde aparte de una pequeña pero preciosa y adoquinada plaza, presidida por un enorme árbol, cargado de años, había una iglesia, pequeña, y que se la conoce como la capilla sixtina del Perú. Fue construida en el siglo XVII por los jesuitas

La capilla estaba muy sobrecargada de pinturas, por todo el techo y paredes, y algo desgastadas por el paso del tiempo; había también un púlpito de madera muy trabajado. Alguna de las pinturas es del gran pintor español Esteban Murillo. La iglesia no es demasiado grande, pero el hecho de estar rebosando de frescos, le da un toque especial, interesante y bello. Fue quizás la iglesia más coquetona que encontramos en todo nuestro viaje. En la iglesia se guardan varios tesoros de oro y plata y los habitantes del lugar, hacen turnos de 24 horas para vigilarlos. Incluso en el altar se ven estos adornos y algunos “agujeros” de trozos que ya no están.

Estabamos ya a tan solo 40 Km de Cusco. Subimos de nuevo al autobús, para ya dirigirnos sin más hacia nuestra meta. Llegamos aún de día, sobre las 5 de la tarde, y el autobús nos dejo en su parada final, donde desde allí, nos iban trasladando a nuestros hoteles respectivos. A nosotros nos proporcionaron un taxi, que nos llevó a nuestro hotel el Best Western Los Andes, y que esta a unos 300 mts de la Plaza de Armas, muy céntrico, en la calle Garcilaso. En este hotel era en el que deberíamos estar más noches, cuatro, en dos veces y aunque no estaba mal, no fue el mejor que tuvimos. Daba la impresión de ser un hotel que no tenía mucha clientela, como si viviera de épocas pasadas. Nuestra habitación estaba en el primer piso, sin ascensor, y había una cama grande y frente a ella una enorme ventana que comunicaba con el patio del hotel y donde además se daban las comidas y cenas. Había también una enorme maqueta del Machu-Pichu, que era iluminada con tonos verdes, por las noches.

Tuvimos que esperar a que Luz, nuestra enlace de la agencia viniera a saludarnos, y mientras nos sentamos en el salón del hotel, tomando un mate de coca. Al cabo de unos 15 minutos apareció Luz. Era la guía de más edad que tuvimos, y creo que aunque intentaba aparentar un aspecto juvenil, debía estar por encima de los 40 años. Nos dijo que mañana miércoles a primera hora nos dejaría un boleto turístico en el hotel, para que pudiéramos visitar todo Cusco, museos, iglesias, etc., puesto que la mañana la teníamos libre, y por la tarde ya teníamos una visita guiada por otros lugares de Cusco y alrededores.

El hotel nos invitaba a cenar, una especia de cena de bienvenida de cortesía, y como era pronto aún, decidimos ir a explorar por nuestra cuenta, un poco de Cusco, de la capital del imperio Inca. El imperio Inca, también llamado Tahuantisuyu, (tierra de las cuatro partes), llegó a tener una franja de 4000 Km desde Ecuador hasta Chile, y todas sus conquistas se llevaron a cabo en poco más de un siglo. Su manera de expandir el imperio era muy sutil.
Primero proponían a las tribus que iban a conquistar una especia de anexión pacifica, con mucha diplomacia, puesto que la mayoría de pueblos conquistados tenían unas costumbres y rasgos similares a los Incas. Tan solo si era negativa la propuesta, entonces llegaban a la guerra. Por el sur, toparon con los Araucanos en Chile, a los que no pudieron vencer, y por eso su extensión por el sur, quedo frenada y por el este, toparon con las tribus amazónicas.

Bajando por la calle del hotel, se llega enseguida, en menos de 5 minutos al centro de Cusco, su Plaza de Armas. Exceptuando la de Lima, esta era la más grande de todas. Tenia el edifico de la Catedral, la iglesia de la Compañía de Jesús, y en cada una de sus tres laterales (exceptuando el de la Catedral), tenían sus porches, llenos de bares, restaurantes y tiendas de artesanía, locutorios, Internet, casas de cambio y algunas tiendas de viajes, o mejor dicho de agencias que se dedicaban a preparar excursiones al camino inca, o al Machu-Pichu, etc.

Esquivar los asaltos de las personas que te ofrecen “su” restaurante, y siempre según ellos, mejor que el de al lado, es todo un arte. Dejamos la plaza, para subir por la cuesta de San Blas. Esta calle cuando sale desde la Plaza de Armas, se llama Triunfo, a media calle su nombre pasa a ser de Hatumrumiyoc y solo hacia el final se llama cuesta de San Blas, y esta era de la cual ya nos había hablado nuestro amigo japonés Felipe, en Paracas, y aunque ya era de noche, pudimos observar una gran cantidad de tiendas de alpaca, Baby alpaca, artesanía, etc. Entramos en una de esas tiendas para adquirir algún regalo, ya con vistas a las cosas que queríamos llevar a nuestras familias.

También nos encontramos que la pareja de catalanes, Antonio y Carmen, con la que habiamos coincidido ya en varios lugares. Ellos ya estaban de regreso del Machu-Pichu y nos contaron que era precioso, que valía la pena, y que ahora se iban hacia la zona de la selva.

De todo lo que observamos esa noche, con el cansancio que llevábamos acumulado del largo viaje en autobús, una cosa se nos ha quedado grabada para siempre. Cuando nos dirigíamos a la cuesta de San Blas, una mujer, ya mayor, aunque quizás en esto de las edades uno se podía equivocar con facilidad, pues el sol de estas alturas, y el tipo de vida, de algunas personas, las hacen envejecer físicamente con más facilidad; pues esa mujer que creo que tendría ya cerca de los 60 años, nos abordo, para que le compráramos una muñeca. Su cara de tristeza, sus vestimentas gastadas por el uso, y sobre todo su voz…. Una voz melancólica, muy triste, y una enorme cara de pena…nos fue siguiendo bastante rato, para que le compráramos una muñeca, que además era feisima, y tenia una mancha de suciedad en la cara, por tan solo 5 soles. ( 210 pts). Una muñeca de trapo, que jamás hubiéramos adquirido…”señorita, por favor, 5 solícitos na más”…”que no tengo para coger el autobús y regresar a mi casa”…”señorita, por favor, ayúdeme”…. Quizás están acostumbradas a dar lastima y que la gente se apiade de ellas, pero realmente, daba pena él verla…al final más por lastima que no por que nos gustara la muñeca, le dijimos que si, y le dimos un billete de 10 soles…pero ella no llevaba cambio y nos dejo su bolsa, llena de artículos, calabazas, muñecas, botijos, mientras ella se fue a buscar cambio…podríamos habernos ido, y el valor de la bolsa, era muy superior a 10 soles…pero no…. La esperamos, y nos trajo el cambio….


Decidimos que esa muñeca se quedaría con nosotros, y que no la regalaríamos a nadie…fue la situación, la mujer, todo, pero esa muñeca, de los 5 soles, de la anciana mujer, y con la cara manchada, esta en nuestro salón.

Fuimos al hotel a saborear la cena de invitación, y éramos muy pocos los que cenábamos en el hotel. Tan solo 3 mesas, en total, y aunque la cena no estaba mal, no cenamos más veces en el hotel, parecía como dije antes, que aquel hotel fue en algún momento esplendoroso y ahora, era tan solo una sombra de lo que fue.

Subimos a la habitación, y me entretuve un rato con la televisión, buscando canales, pero tan solo un pequeño rato…nos acostamos sabiendo ya, que a partir de mañana, la historia incaica marcaría cada uno de nuestros pasos.
Mientras estaba en la cama, pensaba en lo que nos había pasado antes con la mujer y la muñeca.

No dudo que haya personas que realmente necesiten el vender por la calle como única salida para su economía, que ello sea su única subsistencia diaria, pero también creo, que algunas personas han hecho de la lastima y la pena, un argumento o estratagema para vivir.

Porque todas las personas que nos encontramos por la calle vendiendo, no pedían limosna, sino que vendían algo, una postal, una fruta, un objeto de artesanía, etc. y estoy seguro que sin llegar a los extremos de mafias como hay en Cataluña, muchas de estas personas saben que los turistas, o algunos de ellos, sentimos una especie de culpa, o de extraño sentimiento y nos vemos casi obligados, a socorrer a todas aquellas personas que nos pidan algo. Yo lo llamaría como el Arte de vender, de pedir. Pero de todas formas, también sé, que muchas de las personas que a ello se dedicaban, también no tenían nada más a que agarrarse, y más con los sueldos tan míseros que había en Perú.

Perú, donde otra paradoja más, es que apenas hay gente fumando en las calles, apenas se fuma y eso que la publicidad del tabaco también es existe, pero mucho menos que por aquí, casi sorprende el echo de que muy poca gente fume en este país.
En fin, tal como me pareció, Perú, estaba siendo precioso y anecdótico a la vez.

DIA 11º MIERCOLES 16-07-03 CUSCO

Sobre las ocho de la mañana nos despertamos, pero como no teníamos mucha prisa en incorporarnos ni horario que seguir hasta la tarde, aún tardamos un poco en levantarnos.

Me lleve una grata sorpresa puesto que jugando con la televisión, sintonicé el canal internacional de TV3, nuestra televisión, y además con el cambio horario pude ver las noticias que se estaban produciendo en Cataluña, ya que nosotros estabamos más que desconectados. Bajamos a desayunar y el comedor era pequeño y algo oscuro, con poca luz, 6 o 7 mesas y una mesa lateral a modo de buffet libre con bastante variedad de desayunos. Aunque no era como los de Posadas del Inca, no estaba mal, aún que el pan ingles, estaba algo duro.

En recepción nos dijeron que teníamos un mensaje de Luz, nuestra guía, que no nos había podido traer los boletos turísticos, pero que los compráramos nosotros y ella nos lo abonaría despues. Con el boleto podíamos visitar un montón de museos y era también imprescindible para visitar las ruinas Incas que veríamos en la excursión de la tarde. La oficina turística estaba casi enfrente de nosotros, 5 casas más abajo que nuestro hotel. Abonamos 10 dólares por cada uno, y en el cual tienes que poner tu nombre y fecha y nos dispusimos a visitar todo lo que la mañana nos diera de sí.

Cusco, esta situada a una altura de 3.400 m. pero a nosotros el mal de altura, ya no nos afectaba; esta situada en un valle fértil, y su nombre significa “el ombligo del mundo”, no en vano para los Incas, era su capital, su centro del imperio. La ciudad de Cusco, esta construida en forma de Puma semiestirado y su cabeza, altiva, está en un cerro, donde están las ruinas de Sacsayhuaman, y que veríamos más tarde. El puma, era un animal sagrado para los Incas, representando el presente, el hoy. La ciudad de Cusco fue creciendo a base de guerras, anexiones y es a partir de 1062 cuando muere Manco Capac cuando es ya considerada como la capital del imperio Inca.
En el siglo XV, las tribus guerreras de los Chancas atacaron Cusco y su jefe Inca Viracocha abandona la ciudad quedando esta defendida por su hijo Cusi Yupanqui quien al derrotar a los agresores, entre 1438 y 1463 fue proclamado nuevo Inca, con el nombre de Pachacutec. Este se convertiría en el mayor y más importante jefe Inca de la historia; a partir de entonces el área de influencia de Cusco empezó a crecer.
La sucesión Inca, era curiosa; no era el hijo primogénito el elegido para la sucesión, sino el hijo que tuviera más conocimientos o estuviera más preparado, y era elegido por su padre. Ser el mayor no era sinónimo de ser heredero. Pachacutec reconstruyó por completo la ciudad y esta llega a tener 200.000 habitantes. Hasta 1525 reinó una especie de paz, hasta la muerte de Huayna Capac y la decadencia del imperio, aunque eso, ya lo contare más adelante. En tiempos de la conquista Española, la ciudad fue literalmente saqueada de todos sus tesoros que eran muchos, y poco a poco fue entrando en una decadencia que tan solo hacia el siglo XIX empezó a frenarse. Actualmente Cusco es la capital de los Andes, capital arqueológica del país, patrimonio de la humanidad, capital cultural de toda Latinoamérica y hermanada también con la capital de otra antigua cultura, la civilización china, y su capital cultural Xi´An. Hoy en día su población es de 300.000 habitantes.

Otra cosa también pude comprobar en Cusco, y es que Gloria Estefan, ya no estaba por estas tierras. Lastima, ojalá hubiera podido encontrármela…! Iluso! …


Bajando por la calle del hotel y antes de llegar a la Plaza de Armas, se llega a la Plaza del Regocijo, donde esta situado la casa museo del historiador Inca, Garcilaso de la Vega, hijo de español y princesa Inca. Garcilaso de la Vega, fue un gran cronista, quizás el mejor, de toda la conquista y costumbres de los Incas, y fue respetado por el pueblo autóctono. En lo que fue su casa se ubica el museo histórico regional, y en él, aparte de retratos de Garcilaso y relatos de sus crónicas, hay muchas pinturas del llamado estilo cusqueño. Tiene dos plantas y en la superior, la que alberga quizás más retratos, se puede observar una bella vista del patio interior de la casa, con unos balcones de estilo colonial pintados en color azul intenso.

Las salas se comunican unas con otras por un pasillo lateral, y al principio miras las pinturas con mucho interés, pero cuando llevas unas cuantas, el interés decae y tan solo buscas el ir de sala en sala rápida. También se ubican piezas de cerámica, restos arqueológicos y alguna colección de herramientas utilizadas por los Incas. Vasijas de las culturas Chavin, Mochica, Chimu, Chancay e Inca, todas ordenadas cronológicamente.

Salimos del museo y nos dirigimos hacia la iglesia de San Blas, que esta al final de toda una cuesta llamada también de San Blas y por la cual ya habiamos pasado la noche anterior. Cruzamos la Plaza de Armas, y una mujer se nos acercó para proponernos que visitáramos un festival folclórico que se celebraba todas las noches en un local en Cusco. Primero le dijimos que por la tarde teníamos una excursión y no sabíamos a que hora llegaríamos y ella, como me imagino que se conocen todas las excursiones y horarios, ya nos dijo que horario seguiríamos por la tarde… “Les vendrán a recoger a las 3 y a las 6 o 6.30 ya estarán en su hotel.”… Nos quedamos con un papel con la dirección y el horario y le dijimos que nos lo pensaríamos. El precio no era excesivo, tan solo 15 soles por persona (630 pts), pero no lo decidimos en ese momento.

Siguiendo y caminando por aquellas calles empedradas, parecidas al casco antiguo de un pueblecito cualquiera, pasamos por la famosa piedra de los 12 ángulos. Esta piedra forma parte de la antigua muralla inca y es famosa por que en su contorno se ubican 12 piedras más, esta rodeada de 12 piedras, y delante de ella siempre hay muchachos que por unos soles, te explican “la historia de la piedra”. Al pasar por delante de ella, abarrotada de turistas y “guías” un muchacho nos preguntó de donde éramos y Encarna le dijo que de España, y nos realizo todo un ejercicio de conocimientos geográficos. De carrerilla nos dijo exactamente esto: “España, capital Madrid, Presidente José María Aznar, esposa ¡Ana de la Botella!!!!!!, Rey Juan Carlos, equipos de fútbol, Madrid y Barcelona.” Si sabía todos estos datos, de todos los países, este chico era un lumbreras…

Llegamos a la iglesia de San Blas, y estaba cerrada, no podíamos entrar. Al intentar forzar la puerta, un señor nos abrió desde dentro, puesto que nos tenia que sellar el boleto turístico y sin él, no se podía entrar en la iglesia. Lo que ya no sé, es si los lugareños de allí, necesitan algún pase para entrar. La iglesia era pequeñita, muy mona, echa en adobe y en ella resaltaba un gran púlpito de madera.

La leyenda cuenta que su creador, agradecido por recuperarse milagrosamente de una enfermedad mortal, dedicó su vida a tallar este púlpito para su iglesia y en lo alto de todo esculpió una calavera, que depende en que ángulo se mire, no se puede ver; esta semi oculta. La iglesia estaba muy concurrida sobre todo por turistas, aunque también habían personas sentadas en sus bancos orando o tan solo mirando el altar.

Regresamos hacia el centro de Cusco y esta vez si que nos detuvimos en la famosa piedra de los 12 ángulos. Tuvimos que esperar que se despejara un poco de gente para hacer la típica foto pero lo conseguimos. Uno de los muchos niños-guias que están a su alrededor nos pidió que si le podíamos cambiar un euro. Alguien se lo había dado y él no sabía como poder cambiarlo. Se lo cambiamos por un dólar a pesar que por el euro se cotizaba a 1.11 dólares.

Siguiendo por esta calle, llegamos al museo de Arte Religioso, donde un señor muy serio nos dejo entrar para sellarnos el boleto turístico. Un cartel advertía de que no se podía ni filmar ni tomar fotos, pero hacia el final de la visita, como dentro había un pequeño claustro pero muy bonito, con una fuente en medio del patio, pues nos las ingeniamos para tomar una foto. Este edifico esta situado en lo que originariamente fue el palacio del Inca Roca, y que despues paso a ser palacio arzobispal. El museo está lleno de pinturas con motivos religiosos, santos, mártires, escenas de la vida de Cristo, etc. y casi todos pertenecientes a la escuela Cuzqueña que abarca desde mediados del siglo XVI al XVIII. Pero lo dicho antes con el otro museo. A la que se llevan vistos una veintena de cuadros, el resto casi se ven a la carrera.

Salimos del museo y nos dispusimos a ir al museo de Santa Catalina, fundado en 1605 y reconstruido 50 años despues, lugar en el que también se ubicaba otro museo mayoritariamente de arte religioso y en el que además hay un pequeño convento, del cual solo se puede visitar una parte.

Mientras íbamos al museo que esta cerca de la Plaza de Armas, se nos acercaron dos chiquillos de no más de 11 años cada uno y que querían vendernos postales. Aunque les dijimos que no, ellos se empeñaron en acompañarnos y preguntarnos cosas de nuestro país. Encarna que siempre era más cariñosa con ellos, le preguntó al que parecía más espabilado que por que no estaba en la escuela, y él nos dijo que no iba, que como hoy era fiesta, ( la virgen del Carmen) pues hacían un festival o algo así, decía… Encarna le contestó que como no iba a la escuela no sabía lo que hacían, y él sin que le diera mucha importancia, luego nos dijo que el festival ya se había terminado.. Se llamaba Rosili y nos acompaño hasta la entrada del museo y se nos ofreció a esperarnos, y que cuando saliéramos, le compráramos una postal. Quizás más por quitárnoslo de encima, que por otra cosa, le dijimos que si, y entramos en el museo.


En este museo/convento, de dos plantas, hay una gran mayoría( y una vez más) de pinturas religiosas y algunas habitaciones que eran utilizadas anteriormente por las monjas que vivían en el convento. Se puede ver una especie de comedor, alguna celda, pero lo que no pudimos ver, fue el claustro que suponíamos estaba cerrado al publico puesto que en este convento aún viven monjas.

En una de las salas, en la entrada, había un vigilante sentado en una silla de madera, que parecía como una estatua de cera, no se movía, y daba la impresión de que estaba durmiendo en aquella silla. Salimos del museo, y sorpresa!!!. Rosili estaba sentado en la entrada esperándonos. En el mismo momento que nosotros salíamos, un policía que venia por su izquierda, le intento coger la caja en la que tenia las postales para vender, y le dijo que no podía estar allí, que era la entrada del museo. Rosili fue más rápido que él y se levanto ágilmente, le murmuró algo que no entendimos al policía y se fue al otro lado de la calle, queriendo dar la impresión de que se iba, pero sus ojos estaban mirando como se alejaba el policía, y a la vez que no nos alejáramos nosotros demasiado. Cuando el policía se perdió por las calles, Rosili cruzo la acera y nos vino a que cumpliéramos nuestra palabra. Encarna le pregunto que por que le había reñido el policía, y el se escabullo con evasivas. Y naturalmente con dos postales menos, que le compramos nosotros. Despues de ello, fue él, el que se perdió por las calles cercanas a la Plaza de Armas.

Uno de los museos que a mí me apetecía ver, era el Museo del Inca, y este, no entraba en el boleto turístico, o sea que había que pagarlo, pero como me apetecía verlo, pues nos dirigimos a él. Primero le preguntamos a dos policías por donde quedaba la calle, en la que estaba el museo, y resulta que estaba cerca, muy cerca de la Plaza de Armas, en una subida que partía de ella. En la cuesta del Almirante.

La entrada al museo era barata, solo 5 soles (210 pts) y fue uno de los mejores museos que vimos en todo el Perú.
Se accedía por una pequeña puerta que daba a un gran patio interior, y al acceder al recinto, un guardia de seguridad, te indicaba donde estaba la taquilla. En aquel patio varias mujeres ataviadas con sus trajes típicos, tejían sentadas en el suelo, manteles, jerseys… Cruzando la plaza había una gran sala con una enorme escalera que daba a una exposición dentro del museo sobre cerámica incaica.

El museo muy bien conservado y con muchas explicaciones, y rótulos en cada una de las vitrinas, era como una clase magistral de la historia Incaica. Se podía entrar sin tener ni idea de que era un Inca, y salir con unos grandes conocimientos de su mundo, sus costumbres, sus creencias…

Así aprendimos cosas como que entre los Incas, ascender en la escala social era prácticamente imposible. Había una diferencia abismal entre los nobles y el pueblo digamos llano, aunque en ocasiones, en contadas ocasiones, los hijos de los segmentos de población más bajos, que destacaban en alguna materia, eran entonces adiestrados en alguna disciplina y recibían una educación que tan solo estaba reservada para las clases más nobles. Los nobles no estaban obligados tampoco a prestar la Mita.

La mita era un servicio gratuito que el campesino prestaba al estado por un tiempo determinado y que a cambio de este periodo gratuito de trabajo tan solo recibía el sustento, la comida y el alojamiento, nada más, aunque eso sí, este realojamiento era para toda la familia, y podía ser para trabajar tierras, construir templos o ciudades o para dar ejemplo a los pueblos conquistados. Pero para poder prestar la Mita era necesario ser ciudadano, y este rango solo se conseguía con el matrimonio. Cuando alguien se casaba pasaba a ser “alguien” dentro del estado, por ello, el estado mismo era el primer interesado en que los hombres se casaran. El estado por ello decidía la mayoría de las bodas.

Los nobles además, practicaban la poligina, o sea que podían tener esposa y concubinas a la vez. También vimos como el estado daba a cada familia una tierra para que la trabajara y que cada año sé hacia una nueva reasignación de tierras; más hijos, más tierras. Cada porción de tierra se llamaba “tupu” y se daba una porción por matrimonio, otra por hijo varón y media por hembra.

Vimos también que la vida no era fácil en el Tahuantisuyu, una franja de costa rodeada de desiertos, y donde la lluvia era más bien escasa.
Cusco y todo su valle, fueron en tiempos remotos un gran lago, y con la desertización de la zona, a través de miles de años, el lago se secó y más tarde aparecerían ya las ciudades.

Había unas vitrinas con la clase de comidas y agricultura que practicaban los Incas, y una vez más nos mostraban la patata en todas sus cientos de variedades, y el maíz como no, alimento este último sagrado para los Incas. Había botellas de cerveza, de pisco, coca, aunque las bebidas más que antiguas eran del presente actual.

Domesticaron las llamas y las alpacas y sobre las primeras hay un dato curioso. Puede transportar tan solo 35 kilos de peso. Si se le pone más, esta se sentara en el suelo y hasta que no se le quite el exceso no se levanta. Recordemos que la mayoría de sus ciudades estaban en las alturas, en los Andes.

De las llamas extraían la lana, pero tan solo se puede hacer una vez que estén muertas, y de las Alpacas se extraía con frecuencia. Su carne era y es, por que la probamos buenisima, y los excrementos eran utilizados como abono para la agricultura.

Siguiendo por la sala, había un plano en el que a través de un diagrama se explicaba como y través de que culturas emergieron los Incas. El origen histórico lo sitúa despues de la cultura Wari, o mejor dicho cuando se apropiaron de ella, allá por 1100 D.C. El inca Yupanqui-Pachacuti, derroto a los Chankas y este fue nombrado o considerado el primer jefe Inca, hijo del Sol. El origen mítico es el de Mama Ocllo y Manco Capac que salieron del lago Titicaca.

En este plano que había en el museo estaban reflejadas todas las culturas preincaicas y su disposición tanto en el tiempo como en el lugar.
Al lado de este plano había una vitrina con una amplia representación de la cerámica Incaica, con una muestra de la masiva producción de grandes vasijas y también de otros utensilios más cotidianos. Al lado de esta, había una muestra de la arquitectura inca, sus trabajos en piedra y como usaban los instrumentos de cobre y bronce. La cerámica Inca, finisimamente acabada y eso que desconocían el Torno, tenia como adornos motivos geométricos y formas naturales. Había muchos recipientes parecidos a Anforas, que lógicamente servían para transportar líquidos, vasijas, y algunas figuras con imágenes algo eróticas, pero que representaban a la fecundidad. Hay 450 “queros” (vasos ceremoniales Incas de madera) y que son considerados como la mayor colección de estas piezas en el mundo.

Al final de esta sala hay un pequeño pasillo por el cual se llega a otra gran sala, donde hay muchas prendas textiles usadas antiguamente, y que en algunas de ellas se tardaban meses en confeccionarla intercalando colores y formas. La estructura más usada era la de cuadrados, unidos unos con otros y en cada uno de ellos, dentro del mismo una figura o motivo que se creía que tenían algún tipo de clave o mensaje.

Al lado de las prendas textiles había una gran vitrina, con instrumentos de metal, adornos, etc. Vimos desde agujas para cerrar mantos, a pendientes, aros de adorno para la nariz, grandes collares de vivos colores, figuras de llamas, de personas, de pumas, etc. Ya casi finalizando la sala estaba el lugar dedicado a la religión, al más allá, a la muerte…Numerosas momias, cráneos, e imágenes del dios Viracocha, fardos funerarios…


Este fue sin duda, al menos para mí el mejor museo que vi en todo Perú, aparte por las piezas expuestas, también por lo bien documentadas que estaban.
Los incas carecían de escritura, o sea que todos sus conocimientos se transmitían a través de la memoria, y los sabios encargados de hacerlo, eran los llamados “Amautas”, que a su vez ejercían de profesores en las escuelas. No conocían la escritura, pero si los números, y su sistema de control y estadística del imperio era increíble, por los conocimientos que tenían. Conocían el cero, cosa que el imperio romano, no conoció. Tenían un buen conocimiento del ciclo solar, como no, y de sus constelaciones. Sus años eran de 365 días, como en la actualidad y repartido en 12 periodos llamados “Quilla”.

La coca, era su alimento más preciado y sagrado, utilizado para casi todo, contra el vomito, diarreas, ulceras, y contra el frío, cansancio, hambre… era ideal para soportar a veces jornadas de trabajo de más de 12 horas. Además era el único “anestésico” para todo tipo de operaciones y ritos mágicos que los Incas llevaban a cabo, desde trepanaciones, amputaciones hasta trasplantes de huesos.

Al final de tantas y tantas vitrinas, se llega a una escalera que conduce de nuevo al patio de la entrada. En el patio interior, estaba la biblioteca del museo y a la que Encarna se acerco para echar un vistazo. Se veían estanterías llenas de libros, y en un pequeño mostrador había un listado, a modo de inventario, donde la persona interesada buscaba el libro que le interesaba.

Firmamos en el libro del museo, y vimos que muchas de las personas que habiamos coincidido anteriormente en otras excursiones, también habían dejado su firma en el museo; desde el grupo de 5 personas de Barcelona, hasta nuestra amiga brasileña Tania. Siempre que en cualquier museo había un libro de visitas, yo ponía mi firma en él.

Como no teníamos mucho tiempo para comer, pues el museo Inca nos había ocupado más de lo que pensábamos, comimos un bocadillo en una esquina de la Plaza de Armas, en un pequeño garito de comida de bocadillos. Encarna pidió uno que al final resulto ser un gran plato de patatas fritas y salchichas, con el nombre de Salchipapas. La dueña del bar, nos invitó a probar la chicha morada, bebida que se extrae del maíz morado y era de color morado fuerte, como una ciruela negra y de sabor dulce, pero no empalagoso. Quizás para comer no era lo más adecuado, pero como refresco estaba muy bueno. En el mismo bar, había también una ventanilla a modo de oficina de cambio.

Regresamos al hotel y a las 3 en punto, nos vino a buscar Luz, para realizar la visita turística a Cusco y alrededores. Eramos un grupo no muy numeroso, de unas 10 personas y lo que es mejor, todos hablábamos castellano. Luz, nos llevo hasta la entrada del complejo arqueológico Koricancha (patio del oro). Allí nos dejo en manos de otra guía, Yasmira. Yasmira era morena, muy delgada con unos ojos negros brillantes, pequeños, con los labios siempre de rojo carmín y con una expresión de seriedad eterna. Era bastante cortante en sus explicaciones y aunque es cierto que sabia mucho de lo que nos estaba contando, su manera de contarlo, o de comunicárnoslo, era a veces, algo seca. En algunos momentos daba la impresión de que su trabajo era más una obligación.

Siempre empezaba o terminaba sus frases con un “Y esto señores”, ó “Señores” sin más.
El templo de Koricancha, (palabra quechua que significa patio de oro) es increíblemente increíble…sobre las ruinas de un templo Inca, el más importante de todo el imperio, se levantó el Convento de Santo Domingo. Fue construido por Pachacutec, para el dios sol y se extendía sobre un cuadrilátero de 400 m. de lado, con múltiples dependencias más pequeñas como el jardín del oro. Sus muros, todos ellos, estaban recubiertos por más de 700 laminas de oro de 2 Kg de peso cada una. En el interior del templo, sobre una pared había un enorme disco de oro gigantesco que representaba al sol y otro de plata que representaba a la luna. Su jardín estaba lleno de estatuas de oro que representaban llamas, frutas, cereales, mujeres y todas a tamaño natural.

Era un templo donde además, se veneraba a las momias de los incas, que estaban sentadas en tronos de oro, perfectamente engalanadas y a las que todos los días se les ofrecía bebida y alimentos. Con tanto esplendor ni que decir tiene que los españoles en su conquista, arrasaron con todo, y literalmente se lo llevaron todo hacia España. Además el templo fue destruido y sobre sus ruinas se levantó el Convento de Santo Domingo…pero…pero… los españoles que no conocían la tierra sísmica sobre la que se asentaban, no contaron con ello y el convento sufrió varios derrumbamientos que dejaron a la luz, restos de las murallas del templo Incaico y que si resistieron a los terremotos.


Al entrar en el complejo lo primero que nos enseñó Yasmira fue una pared, perfectamente pulida y con las piedras super bien alineadas, puestas unas encima de las otras, sin arcilla, sin argamasa, sin cemento, ni nada parecido. Por sus juntas, no cabe ni un alfiler.

Entramos despues en una sala que era el templo del sol, y donde se apreciaba lo que en su día fue una puerta toda recubierta de oro. Las formas de las puertas o de las ventanas eran siempre trapezoidales. Salimos despues hacia un mirador hacia el exterior, y donde había una enorme pared, también super bien alineada y pulida, y donde Yasmira nos comentó algo muy curioso. En algunas piedras, solo en algunas, había unas pequeñas protuberancias, como puños que sobresalían de cada piedra, y que primeramente sé penso, que podrían estar echas con mentalidad de servir de apoyo unas piedras con otras, pero esta teoría se desestimo por que ni estaba en todas, y además en algunas de ellas, de muy poco peso o fácil soporte, también se incluían. Una teoría bastante aceptada pero controvertida, es la que dice que estos “puños” podrían ser alguna manera de escritura o de comunicación primitiva para los Incas, pues cabe recordar que ellos no conocían la escritura. De todas maneras el paso del tiempo y la poca conservación anterior, han terminado por no saberse a ciencia cierta que representa.

El convento lo construyeron los dominicos, a los que Pizarro les dejo el templo en su testamento. A la izquierda del lugar por donde se entra y del patio central en donde está una fuente preciosa, que en tiempos estaba recubierta con 55 Kg de oro macizo, hay las salas de los rayos y del arco iris, y en cada pared de ellos, hay unas ventanas trapezoidales, perfectamente alineadas con todas las salas, de forma que si una persona se asoma a una de ellas, su imagen se ve igual en las otras salas. La altura es la misma y la distancia de unas con otras, idéntica. En la primera de estas salitas estaban restos de piedras que no pudieron ser terminadas en los días de los Incas. Este templo quedo destruido varias veces por los terremotos y tan solo en el de 1950, fue cuando salieron a la luz, los restos del Koricancha.

Despues del templo, nos dirigimos a la Catedral, y mientras, en la Plaza de Armas, había un desfile de gentes con máscaras, con motivo de las fiestas del Carmen. Era un grupo no muy grande pero con música y todo. Dos personas bailaban una frente a la otra, mientras las demás aplaudían o jaleaban con sus gritos a los danzantes. Hubiéramos querido él quedarnos a verlo un rato más, pero Yasmira, nos dio prisa por entrar a la catedral y nos quedamos con las ganas…

La catedral se construyó durante 100 años, del 1560 al 1660 y está construida sobre las ruinas del palacio del Inca Viracocha.
La nave principal de la catedral, esta rodeada por 2 iglesias una de la Sagrada Familia construida en 1733 y otra llamada la del Triunfo, de 1536 y la más antigua de la ciudad. Tiene 3 naves, y su interior es precioso, con un montón de pinturas y capillitas. Particularmente, despues de la de Arequipa, esta fue la que más me gusto.

En la catedral está la cripta del inca, Garcilaso de la Vega, natural de Cusco, y que como ya vimos por la mañana fue el mayor cronista de la civilización Inca. A esta cripta se desciende por una escalera de piedra, en la que debido a la estrechez solo puede bajar o subir una persona. Casi siempre hay cola para subir o bajar, pues dentro de la cripta, que es de unos 6 metros cuadrados, si que caben más personas. Bajamos a la cripta y hay unas inscripciones en la pared, indicando que ahí, reposan los restos de Garcilaso.

Junto a la sacristía esta un cuadro digamos diferente, pues representa la ultima cena de Jesucristo, pero en ella están comiendo el típico cuy andino, un roedor que muchos restaurantes de Perú lo sirven hecho el horno, y que por uno u otro motivo siempre me quedé sin probar.

Una de las imágenes más veneradas en Cusco y también en Perú, es la imagen del Señor de los Temblores. A él se le rinde una gran devoción y esta rodeado de una leyenda, o mejor dicho de una historia cierta. En todos los terremotos que asolaron Cusco, dice la historia, que cada vez que sacaban a la imagen en procesión, al exterior de la catedral, los temblores cesaban. Es por ello que goza de una fama sin limites, y esta considerado como el protector de la ciudad.

En nuestro grupo había un matrimonio de unos 45-50 años; el marido era más bien algo obeso, con barba y gafas, muy simpático y de porte como diríamos campechano, y su esposa que solía vestir de una forma bastante simple, con unos vestidos a forma de túnica y casi siempre con sandalias. Con ellos iba su hija, de unos 20 y pocos años, más juvenil y tremendamente morena, de una melena rizada, morena andaluza, y muy sonriente.
Esta familia era de Chile, del sur de Chile, y el acento del hombre, parecía más andaluz, gaditano, que no Chileno. Entablamos conversación con él y era encantador, con su voz dulce, y sonriente, nos contó que él no tenía frío, siempre iba en mangas de camisa, puesto que en la zona de su país, hacia más frío. “Sin embargo mi hija, que vive en Santiago, esta muerta de frío”, nos comentó. Eran muy agradables y coincidimos ya con ellos el resto del viaje.

En la iglesia llamada del triunfo, esta expuesta en la pared del altar, la primera cruz que trajeron los Españoles. La guía nos confirmo que era la original. El primer símbolo cristiano de la conquista del Perú.
Salimos de la catedral y nos subimos al autobús para dirigirnos hacia las afueras de la ciudad, a las ruinas de Sacsayhuaman (halcón satisfecho en quechua).

Esta fortaleza esta a unos 3 Km de Cusco, y esta considerada como la obra maestra de la arquitectura militar incaica. No se conserva más que una quinta parte, puesto que fue, como no, desmantelada y saqueada por los españoles, que además utilizaron sus piedras para edificar las casas de Cusco. Si Cusco tiene forma de puma, Sacsayhuaman tiene la forma de la cabeza, y las enormes hileras de piedras en formas de zigzag, podrían ser los dientes, según la versión mítica.

Al llegar a las ruinas, se entra por una especie de plaza-explanada en la que aún hoy en día, el 24 de junio se celebra el Inti Raymi, y en la que a mano derecha se observan las enormes, gigantescas piedras, puestas una encima de otra, formando una pared y que se van extendiendo en forma Zigzagueante por una longitud total de 400 m. Es la zona mejor conservada y más impresionante. Esta fortaleza se cree que fue utilizada por el inca Manco, para reconquistar en 1534 la ciudad de Cusco a Juan Pizarro, hermano del conquistador. El inca casi lo consigue, sitió Cusco y tan solo una salida desesperada de la caballería española, logró hacer huir a Manco, hacia Ollantaytambo. Se dice que los miles de muertos que quedaron en la fortaleza atrajeron a los cóndores y por ello el cóndor fue puesto en el escudo de Cusco.


Subimos por las ruinas, puesto que hay unas escaleras que dan acceso a ellas, aunque se debe subir despacio, la distancia aunque no es muy larga si es pronunciada. Arriba de todo, en lo alto se tienen dos vistas preciosas. Una mirando a nuestra espalda, la de todo el complejo, con infinidad de piedras, y observando claramente las construcciones. La otra delante nuestro de toda la ciudad de Cusco. Como estabamos más elevados se veía toda la ciudad, pudiendo distinguirse claramente, la Plaza de Armas, y las avenidas más principales. El sol daba con fuerza y continuamente teníamos que estar subiéndonos las mangas de la camisa, o bien abrigándonos deprisa. Los cambios de temperatura en cuestión de segundos, eran constantemente en Perú. Por ello siempre llevábamos aunque fuera anudado a la cintura un polar, y camisa manga corta, y un jersey para ir aclimatándonos a la temperatura que fuera.

Al bajar de aquel pequeño observatorio la guía nos llevó hacia unas piedras que pesaban más de 300 toneladas con una altura de 9 m. Cualquier puerta que cruzáramos siempre era en forma trapezoide y la principal tenia una altura de 5 m. Se cree que para la construcción de este complejo fueron empleados más de 20.000 hombres, reclutados por todo el imperio y como ya dije antes, estas construcciones tan solo se pudieron realizar con el empleo masivo de hombres, sogas, planos inclinados y troncos. Increíble.

Volvimos a coger el bus, para irnos ahora un par de Km más arriba y hacia las ruinas de Kenqo, (zig-zag); Pero antes de partir una vendedora se subió al autocar, para ofrecernos unos videos o Dvds de Cusco, el Machu-Pichu, etc. en cualquier idioma y según nos dijo ella de una enorme calidad y amparadas por el gobierno turístico pues “ si no fueran de calidad no la habrían dejado subir al bus” nos dijo. Eran muy caros y nadie compró nada. Las ruinas de Kenqo eran como un pequeño laberinto por el que se podía acceder pero siempre en fila de a uno, y que desembocaban en un altar que no se sabe si era de sacrificios o de ofrendas. Estaban los tres escalones símbolo sagrado de los tres niveles de vida de los Incas.

Encarna llevaba colgada en su pecho, una cruz andina que se compro en Puno, y la Yasmira, cuando hablaba de los símbolos sagrados, y de las costumbres, dijo que la Cruz andina no era un adorno cualquiera y que debía de llevarse con respeto. No lo dijo como regañina, pero su tono de voz no me gustó, además no creo que supiera la motivación que tuvimos nosotros para comprar uno u otro símbolo. Yasmira creo que tenia un cierto recelo a los españoles, y que en alguna manera aún seguía considerando a los turistas de España, como unos ciertos conquistadores. De esta clase de recelo ya nos habían hablado en Arequipa y en Lima; que era algo que algunas personas aún sentían sobre los españoles. Creo que nadie es responsable de la historia de sus antepasados y mucho menos de todo lo que ocurrió hace cientos de años. Yasmira tenia también una particular filosofía de la vida, del momento actual; Varias veces hablaba sobre el cambio climático, y nos decía que los hombres éramos responsables de ese cambio, ( lo cual es bastante cierto) y además creía mucho en la espiritualidad de las personas y de los lugares.

De nuevo al autobús, para seguir subiendo y visitar las ruinas de Puca-Pucara, que eran los restos de un puesto de aduana de cualquier persona o mercancía que entrara a Cusco. De este puesto tan solo quedaban los limites de piedra de lo que en un día fue esta aduana. Enormes paredes puestas como si fueran 2 enormes recintos. La guía nos lo contó sin bajarse del autobús, y tan solo nos dijo si alguien quería bajar a hacer fotos, que lo hiciera. Nosotros bajamos pues a cualquier cosa interesante nos gustaba hacerle una foto. En cada una de las paradas, también estaban los vendedores de artesanía, en todas.

Subiendo de nuevo llegamos ya a la ultima visita de nuestra excursión, las ruinas de Tambomachay, que son unas pilas ceremoniales de piedra labrada que se conocen como el baño del Inca. Unas paredes de donde salen 3 chorros de agua y que cayendo por los diferentes niveles lo hacen muy bonito. Se puede beber de esta agua, y todas las personas que ahí estabamos, guardando un riguroso orden, subíamos a beber y a hacernos la foto de rigor. Alguien comento detrás de mí, que si se bebía de todos los caños, sé tenía descendencia. Yo lo hice. En aquel lugar el mercadillo típico era inmenso y los vendedores tenia expuestas en las paredes unos enormes tapices textiles, de vivos colores y que le deban al lugar una decoración especial.

También estaba un vendedor curioso. Cuando entramos en el complejo del Koricancha, a primera hora de la tarde, resulta que nos hicieron una foto que no nos dimos cuenta; pues bien ahí estaba un vendedor con nuestra foto, en un marco de papel a modo de “recuerdo de la visita”. Como salíamos con una cara de pena, no la cogimos, pero era curioso el ver la organización que tenia aquel hombre. Llevaba las fotos de cada autocar, ordenadas, sabiendo quienes estabamos en cada uno de ellos.

Regresamos a Cusco fuimos primero al hotel a descansar un rato y luego decidimos ir a los bailes que nos habían ofrecido por la mañana. El centro de Cusco de arte nativo estaba situado en la Avenida Sol 601, detrás casi de la Plaza de Armas y yo me imagine que por la numeración tendríamos que andar mucho…Estaba en un error. La peculiar manera de numerar las calles, hacía que hubiera unos saltos enormes de números, sin explicación aparente y que de un 200 y pico se pasara en el portal siguiente al 300 y algo.

Por la avenida sol también compramos otro carrete, se nos empezaban a gastar los que teníamos y cambiamos algunos soles más. Llegamos al centro y Beatriz, la chica que por la mañana nos había ofrecido el baile nos reconoció y se alegro de vernos, me imagino que también se llevaría su comisión. Nos acompaño a la entrada y sacamos el ticket que era de 15 soles. Poca gente había esperando, tan solo nosotros y una mujer de pinta inglesa que me imagino que como nosotros se estaría preguntando “ que diablos hago yo aquí”.
Mientras esperábamos vimos entrar a todos los bailarines y danzantes que nos habían dicho que eran estudiantes.

A las 7 menos cinco entramos y era una sala de teatro inmenso en la que calculo que cabrían más de 400 personas y tan solo éramos unos 40; La sala estaba helada, hacía un frío enorme, y estuvimos toda la representación con el polar puesto. Además creo que de entradas, pocas, pocos turistas se veían y si muchos Peruanos y que intuimos que serian familiares.
El espectáculo debía durar 90 minutos, pero como éramos tan pocos a la hora y cuarto ya nos fuimos. La música era en directo, con una orquesta de 11 músicos puestos a los pies del escenario y los danzantes creo que fueron 16 en total, mitad chicos, mitad chicas. Estuvo bastante bien. Era una representación de bailes típicos de algunas zonas del Perú, la mayoría de ellos relacionados con algún hecho concreto, como la siembra, las lluvias o el amor. Los trajes son muy vistosos y a mí me parecía que siempre estaban bailando la misma coreografía pero con música diferente. Muchas vueltas sobre sí mismo, y pasos más o menos grandes. No es que nos encantara, pero tampoco nos decepcionó.

Despues del baile, y con mucho aire, nos fuimos hacia la Plaza de Armas, para buscar un sitio donde cenar. En los arcos que hay debajo de la Plaza, la lucha de las captadoras para que vayas a su bar, era titánica. En un momento nos encontramos con 2 chicas a la vez, con sus cartas en nuestras manos y que las dos querían que fuéramos con ellas. Las seguimos y como vimos que el restaurante de la primera estaba casi lleno, seguimos al de la segunda y allí entramos. Era un lugar pequeño, pero acogedor, y que estaba muy lleno. Fueron un poco lentos en servirnos, pero cenamos una fondee, de queso riquisima, y que con el frío que hacia, nos calentó el cuerpo. Además no nos costo demasiado la cena con bebidas, postres y café, tan solo nos costo 2100 ptas.
Salimos del restaurante y aunque estabamos con el cuerpo más calentito, nos fuimos directos al hotel. Hacia muchisimo frío y no apetecía caminar más.
Preparamos de nuevo maletas para dejar dos y llevarnos una, puesto que a la mañana siguiente nos íbamos hacia el Valle Sagrado de los Incas, cerca ya del Machu-Pichu.
Un viaje, una excursión que iba a ser preciosa.

DIA 11º JUEVES 17-07-03 CUSCO-VALLE SAGRADO-YUCAY

Me gusta él despertarme y al instante poder ver las noticias de mi país, de Cataluña, y aún más cuando se está tan desconectado, pero a la vez tan a gusto. Aquella mañana me enteré que el Barça, aún andaba detrás de Ronaldinho, y que parecía que estaba casi hecho…je!!!. En todos los hoteles que estuvimos, siempre pedíamos que nos depertaran cuando había que madrugar, y aunque llevábamos despertador, este no lo utilizamos. En los hoteles Posada del Inca, el teléfono sonaba a la hora que se les decía, pero solo sonaba, cuando lo descolgabas nadie contestaban. En Chivay, nos dieron unos golpes en la puerta, y en Cusco, si que una voz nos dio los buenos días.


El baño del hotel era un poco “voyeur”. Como no se tuviera cuidado en tener la cortina bien cerrada, por la rendija entre la cortina y la pared, se le podía ver a uno, tal como su madre lo trajo al mundo. La ducha del hotel de Cusco, era la mejor de todas, la más grande. Otra cosa curiosa de los baños de todo Perú, es que la cisterna del baño, no tiene el típico tirador que se estira hacia arriba, sino que en un lateral hay una manivela pequeñita que se baja y acciona el agua. En todos los baños de los hoteles, también había siempre jaboncillos, gel de ducha, en algunos pañuelos y gorros de papel y otros como en Cusco, agua y 2 bombones gratis en la mesilla a la llegada.

Bajamos a desayunar y en el comedor había 2 chicas que hablaban catalán entre ellas, y que luego más tarde, me puse a hablar con ellas. Eran de Lérida y formaban parte de un grupo, la mayoría de los cuales se habían quedado haciendo el camino Inca, y ellas como no lo hicieron pues regresaron a Cusco. La camarera le llamó la atención a una de ellas, por que estaba fumando en el salón y no estaba permitido.


Desayunamos mucho, sobre todo fruta y esperamos que nos vinieran a buscar. En la recepción del hotel, había una pequeña mini sala de espera, y en un rincón estaba un ordenador que los clientes podían utilizar gratis durante un máximo de 30 minutos para acceder a Internet, o lo que fuera. Enseguida vino Yasmira y después de recoger a todos los pasajeros nos fuimos hacia el Valle Sagrado, y hacia Pisac primero.


Siempre aparecía super maquillada y muy repeinada; me dio la impresión de ser de esa clase de mujeres que necesitan 2 h



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STILNOX  STILNOX  25/08/2009 11:44   📚 Diarios de STILNOX
Que maravilla de diario!!!!
pon algunas fotos no??? Con ellas se hace más amena cualquier lecutra
Sandy_su81  sandy_su81  07/03/2010 21:10   📚 Diarios de sandy_su81
Buen diario pero creo que faltan algunos trozos ¿no? Puede que se hayan borrado sin querer. Aun asi te dejo mis estrellitas.
Lwrence  lwrence  08/03/2010 11:46   📚 Diarios de lwrence
Amiga viajera..Esta completo, lo que ocurre es que esta partido en tres trozos, pues era muy extenso..Espero que los puedas ver por aqui, si no, no tengo inconveniente en mandartelo entero.
un saludo
Zaidahg  zaidahg  11/03/2011 01:09
Qué envidia de viaje¡¡¡ Gracias por contarlo¡¡¡
Chinita29  Chinita29  11/01/2012 14:47
Dios!!! Que palabras más bonitas has podido definir todo ese recorrido a mi país, sinceramente con el leer cada párrafo y el detalle que explicas, me hace sentir como si estuviera viviendo cada día, cada hora y minuto, esa experiencia que has vivido tú y Encarna.
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AutorMensaje
Alquimista31
Alquimista31
Super Expert
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30-01-2012
Mensajes: 426

Fecha: Mar Abr 23, 2024 09:27 am    Título: Re: Viajar a Perú

Hola, hay algún sitio que os decepcionara y que penséis que no vale la pena? Hay tanto que ver en el pais que hay que dejarse algo sí o sí, y mejor que sea lo que no merece mucho la pena.
JosepMalonda
JosepMalonda
New Traveller
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22-04-2024
Mensajes: 2

Fecha: Mar Abr 23, 2024 09:48 am    Título: Re: Viajar a Perú

Buenas!! Estamos pensando hacer el siguiente recorido por Perú en septiembre, algunos consejos? Sitios o zonas donde alojarse, medios de transporte, consejos etc. Muchas gracias Día 1:Llegada a Aeropuerto Cusco (8 sept. 17.20h) - Directos a Ollatayambo para hacer noche allí (hemos visto que hay servicio de Uber desde Cusco a Ollatayambo y lo mismo al revés por unos 50 euros, 3 horas de viaje) Alternativas más economicas? Día 2: Tren desde Ollatayambo a Aguas Calientes- visita a Machupichu Ruta 1-2- vuelta a Ollatayambo y tarde y cena por la ciudad. Día 3: Volvemos desde Ollatayambo...  Leer más ...
Pochoki
Pochoki
Super Expert
Super Expert
09-10-2009
Mensajes: 823

Fecha: Mar Abr 23, 2024 12:17 pm    Título: Re: Viajar a Perú

"Alquimista31" Escribió:
Hola, hay algún sitio que os decepcionara y que penséis que no vale la pena? Hay tanto que ver en el pais que hay que dejarse algo sí o sí, y mejor que sea lo que no merece mucho la pena.

El Titicaca. Y eso que ya íbamos sobre aviso.
NGC52
NGC52
New Traveller
New Traveller
23-04-2024
Mensajes: 1

Fecha: Mar Abr 23, 2024 12:55 pm    Título: Re: Viajar a Perú

Desaconsejo totalmente reservar excursiones con Civitatis! Todas las personas con las que coincidimos en el viaje también compartieron con nosotros su mala experiencia con Civitatis. Mucho mejor agencias locales o Get Your Guide… También mucho cuidado con SKY Airline!!! Desaconsejo totalmente la reserva de vuelos con esta compañía!! Pueden cancelarte en los minutos previos a la partida y...sin obligación alguna a darte explicaciones, soluciones o indemnizarte!!! Al no ser una compañía europea ni un vuelo europeo... Pierdes esos derechos como consumidor... Y esta compañía se aprovecha de...  Leer más ...
mvicvar
Mvicvar
New Traveller
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09-05-2017
Mensajes: 7

Fecha: Dom Abr 28, 2024 10:17 pm    Título: Re: Viajar a Perú

¿Conoces alguna agencia a quien le pueda contratar un transporte privado para un grupo de 7 personas para ir de Huacachina a Nasca?. Los horarios de bus en este trayecto nos pillan fatal
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