El desayuno en el hotel se sirve en un patio exterior con una cristalera en el techo, decorado con mucho gusto.
Hoy dedicaremos el día a visitar Cuenca. Nos dirigimos al Museo de las Culturas Aborígenes que se encuentra al final de la calle Larga, pero en el cruce con la calle Taquí, nos encontramos el mercado de abastos. Entramos a echar un vistazo y apenas vemos turistas. Venden frutas y hortalizas de todo tipo, carnes, pescados, embutidos, cereales, textiles, sombreros, zapatillas...y en el piso de arriba hay muchísimos puestos de comida que huelen muy bien.
Continuamos bajando por la calle Larga hasta llegar al museo. que contiene una colección de 5.000 piezas de las diferentes culturas ecuatorianas prehispánicas. La exposición está dividida en quince momentos de la arqueología ecuatoriana, y a lo largo de las diferentes salas encontramos trabajos realizados en piedra, cerámica, concha, hueso, metales, textiles etc. mientras vamos leyendo la guía con las explicaciones que nos han entregado al entrar. Nos pareció muy interesante. Horario de lunes a viernes 09:00-18:00, 4$ la entrada.
Subimos unas cuadras hasta la plaza e Iglesia de San Blas, encontrándonos por el camino con bastantes murales de grafitis en las paredes.
Tras acercarnos a la plaza e Iglesia de Santo Domingo, aprovechamos para ir a la Agencia Expediciones Apullacta que está en la misma calle Gran Colombia con General Torres, en el segundo piso. Allí les comentamos que mañana nos gustaría visitar el Parque Nacional de Cajas. Nos explican los dos senderos que se realizan y se portan muy bien, prestándonos unos ponchos impermeables y unas botas largas de agua. Pagamos 50$ por persona e incluye la comida. El dueño nos augura mejor tiempo que en los últimos días en los que la visibilidad era nula, esperemos que así sea.
Paramos a comer en el Hostal Amancay que está en frente de Santo Domingo. El chico es muy amable y nos sirve un delicioso almuerzo (2,75$).
Tras reponer fuerzas vamos a la plaza Calderón para entrar en la catedral vieja (2$) que hoy en día es un museo. Es muy colorida y en el altar encontramos una escenificación a tamaño real de la última cena.
Continuamos hasta el extremo oeste del centro histórico, donde se encuentra la plaza e Iglesia de San Sebastián. Entramos en el Museo de Arte Moderno, pero no hay ninguna exposición actualmente, una pena! Al menos nos dejan entrar a ver el edificio y pasear por las diferentes salas.
En Baños conocimos una pareja de Tarragona y Cuzco, que nos recomendaron ir al bar-museo “Prohibido Centro Cultural”. Hablaban tan bien del sitio, que era siniestro, macabro, interactivo, música rock y que las obras de arte eran espectaculares, que no dudamos en acercarnos. Se encuentra en la Calle peatonal La Condomine. Al tocar el timbre me dio un poco de cague por si nos iban a dar algún susto o así, jaja. Una señora encantadora nos recibió y explicó un poco la idea que el artista Eduardo Moscoso quería plasmar en sus obras.
La verdad que nos encantó, y aun no siendo el siniestro o prohibido un tema que nos toque de cerca, nos parecieron verdaderas obras de arte, que merecen una visita. Teniendo en cuenta, que en Cuenca la mentalidad es la más cerrada, conservadora y católica que hemos encontrado en todo Ecuador, abrir este museo aquí, tiene muchísimo mérito. Nos tomamos una cerveza y hasta en el baño nos encontramos con arte! La entrada costaba 3$.
Nos acercamos a una hamburguesería en la calle Larga y tomamos unas quesadillas y una burguer con bebidas (13,50$ los dos).
Hoy dedicaremos el día a visitar Cuenca. Nos dirigimos al Museo de las Culturas Aborígenes que se encuentra al final de la calle Larga, pero en el cruce con la calle Taquí, nos encontramos el mercado de abastos. Entramos a echar un vistazo y apenas vemos turistas. Venden frutas y hortalizas de todo tipo, carnes, pescados, embutidos, cereales, textiles, sombreros, zapatillas...y en el piso de arriba hay muchísimos puestos de comida que huelen muy bien.
Continuamos bajando por la calle Larga hasta llegar al museo. que contiene una colección de 5.000 piezas de las diferentes culturas ecuatorianas prehispánicas. La exposición está dividida en quince momentos de la arqueología ecuatoriana, y a lo largo de las diferentes salas encontramos trabajos realizados en piedra, cerámica, concha, hueso, metales, textiles etc. mientras vamos leyendo la guía con las explicaciones que nos han entregado al entrar. Nos pareció muy interesante. Horario de lunes a viernes 09:00-18:00, 4$ la entrada.
Subimos unas cuadras hasta la plaza e Iglesia de San Blas, encontrándonos por el camino con bastantes murales de grafitis en las paredes.
Tras acercarnos a la plaza e Iglesia de Santo Domingo, aprovechamos para ir a la Agencia Expediciones Apullacta que está en la misma calle Gran Colombia con General Torres, en el segundo piso. Allí les comentamos que mañana nos gustaría visitar el Parque Nacional de Cajas. Nos explican los dos senderos que se realizan y se portan muy bien, prestándonos unos ponchos impermeables y unas botas largas de agua. Pagamos 50$ por persona e incluye la comida. El dueño nos augura mejor tiempo que en los últimos días en los que la visibilidad era nula, esperemos que así sea.
Paramos a comer en el Hostal Amancay que está en frente de Santo Domingo. El chico es muy amable y nos sirve un delicioso almuerzo (2,75$).
Tras reponer fuerzas vamos a la plaza Calderón para entrar en la catedral vieja (2$) que hoy en día es un museo. Es muy colorida y en el altar encontramos una escenificación a tamaño real de la última cena.
Continuamos hasta el extremo oeste del centro histórico, donde se encuentra la plaza e Iglesia de San Sebastián. Entramos en el Museo de Arte Moderno, pero no hay ninguna exposición actualmente, una pena! Al menos nos dejan entrar a ver el edificio y pasear por las diferentes salas.
En Baños conocimos una pareja de Tarragona y Cuzco, que nos recomendaron ir al bar-museo “Prohibido Centro Cultural”. Hablaban tan bien del sitio, que era siniestro, macabro, interactivo, música rock y que las obras de arte eran espectaculares, que no dudamos en acercarnos. Se encuentra en la Calle peatonal La Condomine. Al tocar el timbre me dio un poco de cague por si nos iban a dar algún susto o así, jaja. Una señora encantadora nos recibió y explicó un poco la idea que el artista Eduardo Moscoso quería plasmar en sus obras.
La verdad que nos encantó, y aun no siendo el siniestro o prohibido un tema que nos toque de cerca, nos parecieron verdaderas obras de arte, que merecen una visita. Teniendo en cuenta, que en Cuenca la mentalidad es la más cerrada, conservadora y católica que hemos encontrado en todo Ecuador, abrir este museo aquí, tiene muchísimo mérito. Nos tomamos una cerveza y hasta en el baño nos encontramos con arte! La entrada costaba 3$.
Nos acercamos a una hamburguesería en la calle Larga y tomamos unas quesadillas y una burguer con bebidas (13,50$ los dos).