Reservamos los billetes de tren en la web: trenecuador.com/es/inicio/ y nos costaron 30$ por persona. El tren iba lleno, luego es recomendable reservar con antelación. Hace unos años era posible viajar en el techo del vagón, pero lo prohibieron por seguridad. Los trenes salen a las 08:00, 11:00 y 14:00 de martes a domingo, y tardan dos horas y media en realizar el recorrido Alausí – Sibambe – Alausí, con sus pertinentes paradas. Las mejores vistas son principalmente en el lado derecho del vagón (a la hora de reservar en la web, sería la parte de abajo del vagón).
Desayunamos en el bar del hostal y tomamos el tren que tenemos reservado a las 08:00. En el trayecto, la guía va explicando la historia sobre la construcción de las vías y la dificultad del zig zag de la Nariz del Diablo. Las vistas del valle que atravesamos son espectaculares, rodeados por montañas constantemente.
En 45 minutos recorremos los 12km hasta el apeadero de Sibambe. Allí dispondremos de una hora para visitar un pequeño museo con la historia del tren y del valle utilizado antiguamente por los incas para trasladar el correo. Las explicaciones del guía del museo son muy interesantes.
Disfrutamos de las vistas en el mirador y para finalizar un grupo nos deleita con bailes típicos de la región. Incluso me animo a bailar con una chica del grupo. Retomamos el camino de vuelta y sobre las 10:30 llegamos a Alausí.
Paseamos por el mercado de ropa de segunda mano y tomamos un taxi hasta la panamericana (1$).
12:00 Bus Alausí – Cuenca 6$ que tarda 4 horas y cuarto en llegar. Paran a comer y todo.
Alternativas desde Alausí a Cuenca:
*La cooperativa de buses local tiene un turno directo a las 06:30 y 10:30.
*Buses "Patria" que sale desde su oficina (Calle Colombia y Esteban Orozco) a las 11:30, 14:00 y 15:30.
Taxi (2$) al Hotel Casa Del Águila A/D (192$ 3 noches). El hotel nos sorprende muchísimo, parece un museo colonial. En la entrada nos encontramos con un precioso patio interior, con una fuente llena de pétalos de rosa, los bancos de madera antigua, el techo acristalado... nos damos una vuelta por los diferentes salones, y los antiguos cuadros y muebles no tienen desperdicio. En la tercera planta donde se encuentra nuestra habitación hay una terraza con vistas a un patio interior lleno de árboles, colobríes, periquitos y demás pájaros.
Por la tarde, caminamos por las calles de Cuenca y el toque colonial que tiene me recuerda a San Cristobal de la Laguna en Tenerife. Paseamos por la calle Mariscal Sucre donde está nuestro hotel hasta llegar a la plaza de las flores y la Iglesia Carmen de la Asunción. A la noche en esta plaza dos vigilantes cuidan las flores para que no las tengan que retirar y reponer cada día.
Continuamos hasta la plaza Calderón donde se encuentran la enorme Catedral de la Inmaculada Concepción y la antigua Catedral del Sagrario. Entramos en la nueva catedral y nunca habíamos visto tantas tv de plasma en una iglesia.
Subimos hasta la calle Gran Colombia y no hay un alma. Están construyendo un tranvía en Cuenca que pasa por aquí y la mayoría de los negocios han tenido que cerrar porque es practicamente intransitable. Un taxista nos contó que las obras se están demorando muchísimo, que el constructor se ha declarado en quiebra... y que tienen contentos a la gente de Cuenca!
Nos recomiendan la calle Larga para cenar algo, y nos encontramos con el Hostal La Cigale en la calle Honorato Vasquez, que habíamos leído en un diario. El ambiente es relajado, con velas, la decoración es moderna, la comida muy buena con una carta muy extensa, y el camarero holandés que nos atendió muy amable. Comemos unos nachos con guacamole, pasta ratatouille y un sanduche con bebidas (20$ los dos).
Desayunamos en el bar del hostal y tomamos el tren que tenemos reservado a las 08:00. En el trayecto, la guía va explicando la historia sobre la construcción de las vías y la dificultad del zig zag de la Nariz del Diablo. Las vistas del valle que atravesamos son espectaculares, rodeados por montañas constantemente.
En 45 minutos recorremos los 12km hasta el apeadero de Sibambe. Allí dispondremos de una hora para visitar un pequeño museo con la historia del tren y del valle utilizado antiguamente por los incas para trasladar el correo. Las explicaciones del guía del museo son muy interesantes.
Disfrutamos de las vistas en el mirador y para finalizar un grupo nos deleita con bailes típicos de la región. Incluso me animo a bailar con una chica del grupo. Retomamos el camino de vuelta y sobre las 10:30 llegamos a Alausí.
Paseamos por el mercado de ropa de segunda mano y tomamos un taxi hasta la panamericana (1$).
12:00 Bus Alausí – Cuenca 6$ que tarda 4 horas y cuarto en llegar. Paran a comer y todo.
Alternativas desde Alausí a Cuenca:
*La cooperativa de buses local tiene un turno directo a las 06:30 y 10:30.
*Buses "Patria" que sale desde su oficina (Calle Colombia y Esteban Orozco) a las 11:30, 14:00 y 15:30.
Taxi (2$) al Hotel Casa Del Águila A/D (192$ 3 noches). El hotel nos sorprende muchísimo, parece un museo colonial. En la entrada nos encontramos con un precioso patio interior, con una fuente llena de pétalos de rosa, los bancos de madera antigua, el techo acristalado... nos damos una vuelta por los diferentes salones, y los antiguos cuadros y muebles no tienen desperdicio. En la tercera planta donde se encuentra nuestra habitación hay una terraza con vistas a un patio interior lleno de árboles, colobríes, periquitos y demás pájaros.
Por la tarde, caminamos por las calles de Cuenca y el toque colonial que tiene me recuerda a San Cristobal de la Laguna en Tenerife. Paseamos por la calle Mariscal Sucre donde está nuestro hotel hasta llegar a la plaza de las flores y la Iglesia Carmen de la Asunción. A la noche en esta plaza dos vigilantes cuidan las flores para que no las tengan que retirar y reponer cada día.
Continuamos hasta la plaza Calderón donde se encuentran la enorme Catedral de la Inmaculada Concepción y la antigua Catedral del Sagrario. Entramos en la nueva catedral y nunca habíamos visto tantas tv de plasma en una iglesia.
Subimos hasta la calle Gran Colombia y no hay un alma. Están construyendo un tranvía en Cuenca que pasa por aquí y la mayoría de los negocios han tenido que cerrar porque es practicamente intransitable. Un taxista nos contó que las obras se están demorando muchísimo, que el constructor se ha declarado en quiebra... y que tienen contentos a la gente de Cuenca!
Nos recomiendan la calle Larga para cenar algo, y nos encontramos con el Hostal La Cigale en la calle Honorato Vasquez, que habíamos leído en un diario. El ambiente es relajado, con velas, la decoración es moderna, la comida muy buena con una carta muy extensa, y el camarero holandés que nos atendió muy amable. Comemos unos nachos con guacamole, pasta ratatouille y un sanduche con bebidas (20$ los dos).