Este día teníamos la llegada a las 8 de la mañana a Olden, algunos a las 6:45 de la mañana ya estábamos asomados a la terraza del camarote disfrutando de la llegada a esta pequeña localidad de Noruega, rodeada de montañas nevadas y multitud de cascadas, era de esos pueblecitos que aparecen en los cuentos, y que piensas que no existen, pues aquí delante de nuestros ojos estaba, ¡existían!. Para mi uno de los puertos que más me gustó junto con la excursión del Glacial Briksdal.

El barco fue puntual, a la hora prevista estaban anunciando por megafonía que habíamos atracado y anunciaban como se desembarcaba ese día, los números que correspondía salir los primeros, no sé si ya lo he explicado, pero todos los días las salidas fueron sin aglomeración, todo perfecto.
Nosotros habíamos bajado a desayunar al restaurante a las 07:50 cubierta 3, no había aglomeración y no teníamos prisa en bajar ya que nuestro guía de la excursión que habíamos contratado con agencia externa, nos esperaba a las 9 horas.
A las 08:50 salíamos por la puerta de la cubierta 1, allí estaba el personal de nuestra agencia para indicarnos que nuestro autobús debido a lo pequeño del puerto se encontraba a una distancia considerable, ya en el pueblecito de Olden, por lo que deberíamos caminar un trecho (no muy grande) para poder tomar el bus, nuestra guía era muy maja (no recuerdo su nombre) y nada más iniciar la marcha no paró en todo el viaje de contarnos cosas de la región y del glacial que íbamos a visitar.
Todo el recorrido hasta el centro de recepción de autobuses fue una pasada, unos paisajes que tardarán mucho en borrarse de mi retina, no sabíamos a dónde mirar, qué grabar con la cámara, por todos lados montañas, valles, fiordo, cascadas, ríos, montañas y nieve.


Y por fin llegábamos a un paraje que a todos los de mi grupo nos dejo impresionados, un camino que no era tan fácil como nos lo habían pintado, por lo menos para algunos del grupo, pero supongo que mejor que el púlpito. Tras una buena caminata entre arboleda, piedra, cascada y alguna que otra cabrita (blanquitas) llegábamos a una explanada formada por sedimento que imaginamos sería del glaciar cuando ocupaba esa zona, una laguna semihelada y al fondo el brazo de glaciar, ahí estaba colgando entre las dos montañas, tuvimos la suerte de cuando estábamos grabando con la cámara de vídeo, pudimos hacer una toma de un desprendimiento de hielo desde el glaciar, tras un fortísimo estruendo, nos quedamos perplejos. No os puedo decir el tiempo que tardamos en llegar al glaciar, se que lo hicimos muy despacio intentando disfrutar del paisaje, haciendo multitud de fotos, grabando cualquier detalle que nos encontrábamos en el camino, pero esto nos supuso que tuvimos que volver muy deprisa, llegábamos casi a las 12 h, faltaban 5 minutos (de esto si me acuerdo, era la hora que nos había dicho la guía que partíamos hacia nuestro barco), mientras montábamos en el bus comenzó a llover, el tiempo nos había permitido disfrutar de tan bonito paseo.

De vuelta al barco, nuestra guía en esta ocasión nos contó muchas anécdotas y curiosidades noruegas, por tanto una vuelta muy amena también.
Al llegar al barco nos paramos en unas tiendecitas que había frente al barco, y allí fue donde más dinero gastamos en regalitos, vimos que era más económico que en otros lugares donde habíamos estado, e incluso alguna de nuestras acompañantes se compraron un polar de muy buen precio y buena calidad, deciros que allí si me dieron el ticket para hacer "tax free", para después solicitar la devolución de parte del impuesto.
Sobre las 14:30 subíamos al barco y tras soltar los regalos y mochilas correspondientes nos dirigimos a comer en el bufe, muy bien como siempre, e incluso sin agobios, y después nuestra rutina tomar el capuchino y la copita en la zona The Wave.
Tras la comida y el café nos dirigimos a la cubierta a ver partir el barco desde este hermoso paraje de Olden, y lo mejor fue la despedida que nos hicieron los componentes de la agencia noruega que se encuentra a pie de barco y que organizan excursiones tanto andando, como en bicicletas, o en zodiac, por cierto quizás si vuelvo otra vez a Olden haga alguna actividad con ellos, dentro de los precios en los que nos manejábamos entre agencia externa y Pullmantur, tenían un precio intermedia entre ambas; como os decía nos pusieron música y movían las banderas noruegas mientras que nuestro capitán hacía sonar la sirena de nuestro barco, todo muy emocionante.





Tras el baile de rigor y las presentaciones de los oficiales y tripulación, nos dirigimos a la Cena, que esta noche era de gala, no es que fuera mucho más distinta que otras noches pero bueno tenía su aquel.
Este día también hubo una pequeña presentación por parte de los camareros del restaurante, así que estuvimos más tiempo de lo habitual en el restaurante, después al no encontrar sitio en ninguna cafetería o sala de fiesta decidimos terminar la noche en el The Wave, comentando el día mientras que tomábamos la última copa.