Y llegó nuestro último día. Pasan muy rápidos y te quedas con ganas de más. Es impresionante la cantidad de animales que ves pero lo más increíble es que nunca te cansas. Nos faltaba por ver el leopardo. No teníamos muchas expectativas porque también, aunque sea difícil de creer, es un animal tímido. Fuímos de nuevo bordeando la orilla del Sand River para ver si teníamos suerte. Nos cruzamos con el jeep de otro campamento y como hacen siempre, se intercambiaron información en suajili. Es muy sorprendente escuchar a Jose mantener una conversación en este idioma. Nosotros pensamos que hablamos rápido en España, pues debo decir que ellos no se quedan cortos. Le dijeron que había un leopardo cerca. Yuppppiiii! Allí que nos fuimos. Y sí señores este es el resultado:
Una vez hicimos las doscientas fotos de rigor, continuamos nuestro safari. Ya habíamos conseguido ver a los 5 grandes. ¡Estábamos pletóricas! Os dejo fotos de otros tantos animales que vimos y de algunos, que sorprendentemente, no habíamos visto nunca. Por ejemplo el Rainbow Bird. Es real, aunque parezca que sus colores son demasiado perfectos, es una maravilla de ave.
Terminamos el día con una puesta de sol maravillosa mientras tomábamos algo.
El viaje ha sido una vez más sorprendente, increíble, maravilloso, alucinante. He intentado describirlo de la mejor manera posible pero lo más importante es plantearse en algún momento ir allí, quedarse en Enkewa y vivir la experiencia. Yo he repetido y el año que viene vuelvo. He estado con mi familia y con amigas y cada viaje ha sido único e irrepetible. Espero haber despertado el gusanillo en alguno de vosotros y por supuesto si tenéis preguntas, estaré encantada de contestarlas. ¡Asante Sana!