Viajamos desde León. Nuestro avión salía de la T2 de Madrid a las 7:20 de la mañana. Tomamos la decisión de ir en coche y dejarlo en el parking de larga estancia por la comodidad de cogerlo nada más volver del viaje y no tener que preocuparnos por esperas, retrasos,... si cogíamos tren o bus.
Así que sobre la 1:30 de la mañana cogimos el coche y a Madrid. Viaje cómodo, poco tráfico (era un jueves de madrugada) y a las 5 y poco ya estábamos en el aeropuerto. Check-in y embarque muy rápidos y vuelo sin dificultades, y a las 11 ya estábamos en el aeropuerto. En el avión coincidimos en el asiento con una chica de Asturias que había estado allí de Erasmus y nos fue haciendo una introducción al país, además de decirnos que era el día nacional de Noruega (y yo sin enterarme...

Nada más llegar, cogimos el Flybussen que enlaza en 20 minutos con el centro. Estos autobuses tienen una frecuencia de unos 10 minutos los días de diario y viajan medio vacíos. Los dos días que estuvimos en Bergen me iba fijando y normalmente sólo iban 2 ó 3 viajeros para el aeropuerto. Yo había cogido los tickets por Internet (ida y vuelta, tienes que especificar en comentarios la fecha de vuelta) pero no es necesario, se pueden comprar en el bus directamente.
Nos dejó en la estación de autobuses y de allí fuimos directamente al hotel, el Citibox Bergen Mi Opinión en Tripadvisor (875NOK)
Por toda la ciudad se veía a la gente vestida con trajes típicos y con un ambiente puramente festivo, con desfiles,...

Lo primero que hicimos fue subir en el Floybannen. Al ser festivo había mucha gente y nos tocó esperar un buen rato de cola, pero las vistas desde arriba merecen mucho la pena. Como era la hora de comer, sacamos de la mochila dos bocadillos de tortilla que nos habíamos traído para el avión pero que no tomamos, y que nos supieron a gloria...


Después dimos un paseo hasta el lago y bajamos del monte Floyen por el bosque, paseo de 2,4km muy muy agradable. Sí que merece la pena subir con el funicular y bajar andando.
Dedicamos el resto de la tarde a callejear por Bergen, recorriendo las diversas zonas de la ciudad, especialmente el Bryggen, e incluso estuvimos un rato por la feria que habían montado por el día festivo, donde nos sorprendió ver que mucha gente llevaba cajas de bombones de 2kg, que luego descubrimos eran de una rifa...

Finalmente, el cansancio nos golpeó de tal forma al sentarnos a tomar un café (con tarta) en el Espresso Café, que cogimos algo en un Deli de Luca y nos fuimos al hotel, no sin antes parar en el Kiwi que está delante y comprar algunas cosas para el día siguiente.