Enésimo madrugón del viaje, y este fue bueno: a las 5:25 estábamos saliendo de Tek. Por el camino hacia la salida yo iba muy concentrada buscando bichos, y dio resultado: vimos un puescoespín subido a un árbol cual koala, y un oso. Con el puercoespín paramos pero fui incapaz de hacer una foto digna pese a estar justo al lado, porque estaba muy metido entre las ramas. Al oso lo vi de refilón y no nos dio tiempo a parar. Otra cosa que vimos fueron autobuses a mansalva: conté hasta 10 Wildlife Tour buses desde que salimos de Tek hasta que llegamos al centro de visitantes. Los primeros iban medio vacíos, pero los demás iban ya llenos hasta los topes. Creo que la única diferencia real, aparte del precio, entre estos buses de tour narrados y los de tránsito normales como los que habíamos cogido nosotros es que los de tours llevan una tele dentro y una cámara fuera, y así la gente dentro del bus puede ver la imagen de la cámara. Uno de estos buses se paró justo a nuestro lado cuando nos vieron parados con el puercoespín, y ahí estaban todos los jubiletas viendo al bicho en la tele del bus.
Nos habían dicho que teníamos que estar preparados en la caseta desde donde sale el rafting a las 7:30, justo en la parte de abajo del McKinley Chalet. A las 6:35 estábamos ya aparcados en el lujoso hotel (el trayecto hasta la entrada del parque se nos había dado mejor de lo que pensábamos) y aprovechamos para desayunar algo, que con el madrugón habíamos salido corriendo con el estómago vacío. El rafting lo habíamos cogido con Denali Park Village, y tienen varias opciones: el Wilderness Float Trip, un paseo muy tranquilo río abajo donde se pueden ver animales pero sin mucha emoción ni adrenalina, el Canyon Run, un rafting ya más en condiciones con rápidos de clase III y IV a través del cañón del río Nenana donde el guía maneja la barca y lo único que tienes que hacer es sujetarte, y el Paddle Run, como el anterior pero con todos los participantes remando. Nosotros, que éramos novatos en esto del rafting, elegimos el Canyon Run para no tener que esforzarnos demasiado. Después de una breve charla introductoria con el que sería nuestro guía, un chaval de Colorado que había estado de voluntario con los Peace Corps en Panamá y hablaba muy bien español, y con una pareja americana que iba con su hija y que nos acompañarían en la barca, nos enfundamos en los trajes secos que nos dieron y a las 8 estábamos montando en la barca. El recorrido empieza justo en el McKinley Chalet y termina unas 10 millas río abajo muy cerca de Healy, donde te recogen en una furgoneta y te llevan de vuelta al McKinley Chalet. En total, una hora y media en la barca recorriendo el río paralelos a la carretera y la vía del tren. Hay varios rápidos, unos más “fuertes” que otros, y en general nos gustó la actividad, pero yo quizás hubiera preferido algo un poco más potente. No diré que me pareció light, pero me la imaginaba un poco más “aventura”. Pero para ser la primera vez, y con descuento 2x1 del toursaver, no nos podíamos quejar. No vimos animales pero las vistas durante el recorrido son muy chulas. No nos mojamos nada, la verdad es que los trajes secos funcionaron muy muy bien, hasta en los pies que yo pensaba que llegarían calados. Me daba miedo que siendo a primera hora pasáramos mucho frío porque dos días antes estaba nevando, pero qué va, salió el sol y no tuvimos nada de frío ni siquiera en las manos mojadas.
Rafting en el río Nenana
A las 9:45 estábamos de vuelta en el McKinley Chalet recogiendo la caravana. No sabíamos muy bien qué hacer: queríamos haber visto la demostración de perros de trineo en Denali, pero ya no íbamos a llegar al primer pase a las 10 y tendríamos que esperar al siguiente a las 14:00. Eso suponía salir de Denali más tarde de lo que nos hubiera gustado, pero decidimos quedarnos. Las demostraciones son en las perreras, que están a una milla y media del visitor center y hay que ir andando o en bus, porque no hay parking. Los buses (gratuitos) salen del visitor center unos 40 minutos antes de la demostración, de forma que a las 13:20 teníamos que estar ya esperando al bus para llegar a la demo de las 14:00. Era un rato un poco malo porque no nos daba tiempo a hacer ningún hike largo (me quedé con ganas de hacer el de Mount Healy!!), pero era demasiado corto para estar sentados sin hacer nada, así que nos dedicamos primero a vaciar los depósitos de agua en Riley Creek, el camping de la entrada (después de tres noches en Tek aquello era una prioridad), y luego a recorrer los hikes que hay en los alrededores del visitor center (Morino Trail, Spruce Forest Trail, McKinley Station Trail) con un café de Starbucks en la mano para combatir el frío. En Riley Creek, junto a la estación de vaciado de depósitos, vimos un par de alces muy muy de cerca, una de ellas con dos crías pequeñitas mamando. Y en uno de los trails (todos muy fáciles y muy cortitos) también vimos un alce, macho, sentado tranquilamente entre los árboles. En esta zona de la entrada hay muchos, hay que andarse con ojo.
Riley Creek
Cuando llegamos a la parada de buses había una cola inmensa, y menos mal que ponen varios buses porque si llega a ser uno solo nos quedamos fuera. Luego me arrepentí de haber ido en bus, porque podíamos haber seguido el Roadside Trail o el Rock Creek Trail hasta las perreras y luego haber vuelto en bus, pero cuando se me ocurrió ya era un poco tarde y me daba miedo no llegar a tiempo, porque se supone que no te dejan entrar una vez ha empezado la demostración de perros de trineo.
El bus nos dejó en las perreras con tiempo para dar una vuelta y ver (y manosear!) a los perros antes de que empezara la demo a las 14:00. Había montones de perros, la mayoría atados a su caseta individual, muchos de ellos tumbados al sol sobre ella, y algunos encerrados en cheniles. Los rangers usan a los perros como medio de transporte en invierno para patrullar el parque, algo que puede provocar sentimientos encontrados en algunas personas, entre las que me incluyo. Había leído muchas barbaridades sobre los perros de la Iditarod, y realmente sigo sin estar convencida del uso que les dan en Denali, pero lo que es innegable es que los perros se morían de ganas de que les sacaran a tirar del trineo en la demostración. En cuanto vieron a la ranger prepararse ya estaban todos aullando como locos, parecía que gritaban “Yo! Yo!” para que les eligiera.
Sled dog demo
La demo consiste en una charla sobre los perros, su papel en el parque, la historia de su uso… y una rápida carrera en un trineo con ruedas tirado por cinco de ellos. Dura una media hora y cuando termina puedes volver en bus al visitor center, o quedarte un rato con los perros y luego volver andando. Nosotros queríamos emprender camino así que nos montamos en el bus que nos había llevado hasta allí, y a las 15:00 estábamos ya abandonando Denali en nuestra caravana.
El plan era dormir cerca de Palmer, pasando primero por Talkeetna. Esta carretera que une Anchorage con Fairbanks pasado por Denali NP se llama Parks Hwy, y en días despejados tiene muy buenas vistas de la Cordillera de Alaska y del Denali. Hay incluso un par de miradores específicos para ello: el South Viewpoint en la milla A135 y el North Viewpoint en la milla A162.6. Aunque había amanecido buen día, en cuanto salimos de Denali empezó a llover a ratos y por supuesto no pudimos ver la montaña. Se nos había resistido, pero eso sólo significa una cosa: habrá que volver
Denali Viewpoint South
A las 18:15 cogíamos el desvío hacía Talkeetna en la milla A98.7, un pequeño pueblo muy pintoresco conocido, entre otras cosas, por los vuelos escénicos sobre el Denali que incluso aterrizan con patines sobre un glaciar. Es un pueblito que parece sacado de Doctor en Alaska, pero al estar (más o menos) a mitad de camino entre Anchorage y Denali es eminentemente turístico: todas las casitas que se ven tan monas en las dos calles que forman el pueblo son o bien tiendas de souvenirs, o bien restaurantes, o bien agencias de actividades por la zona. Como curiosidad, hasta hace bien poco el alcalde electo del pueblo era Stubbs, un gato precioso. Sí, sí, el alcalde fue un gato desde 1997 hasta su muerte en 2017.
Talkeetna
Nos costó un poco encontrar sitio para aparcar el mamotreto y tuvimos que irnos al final de la calle principal (E Main St), junto al río, donde encontramos un parking bastante grande y gratuito. Nos dimos una vuelta por el pueblo, hicimos alguna compra y como había salido el sol de nuevo y hacía hasta calor decidimos darnos un homenaje y cenar en una de las terrazas de los muchos restaurantes que había. Teníamos antojo de pizza así que acabamos en el Mountain High Pizza Pie, que no estuvo mal pero tardaron una eternidad en servirnos y la camarera debía tener un mal día porque no fue nada amable. Cenamos una pizza enorme para los dos con dos cervezas por $42. A las 20:45 salíamos de Talkeetna y no sabíamos muy bien dónde dormir: habíamos vaciado los depósitos de aguas grises/negras y habíamos llenado el de agua limpia esa mañana así que no teníamos necesidad de camping, pero la perspectiva de una ducha en condiciones (larga, caliente y con presión después de tres noches duchándonos en la caravana) hizo que acabáramos en uno: Riverside RV Park en la milla A57.5, un poco antes de lo que me hubiera gustado pero era ya tarde y estábamos cansados; había sido un día largo. Pagamos $40 por un full hookup (agua, luz, y alcantarilla). Nos salió cara la ducha, pero nos supo a gloria.