
WP&Y
Aunque el barco llegó a Skagway a las 6:30, no tuvimos que madrugar mucho porque hasta las 9 no nos recogían en el puerto. Habíamos contratado la excursión de ese día con Chilkoot Charters para ir hasta Carcross, en Canadá, atravesando el White Pass en tren. De todas las excursiones que se ofrecen en Skagway, esta es seguramente la más popular (y la más espectacular). El White Pass and Yukon Route Railway (WP&Y) es un recorrido escénico en tren adentrándose en el Yukon canadiense, desde Skagway hasta Whitehorse, a través de unos paisajes de montaña espectaculares. La historia de este ferrocarril es fascinante. La construcción de esta proeza de la ingeniería, similar a la que habíamos visto en McCarthy, empezó en 1898 como respuesta a la fiebre de oro del Klondike que se había desatado un par de años antes en Canadá. Skagway, gracias a su puerto, se convirtió en punto de partida para los buscadores de oro, que tenían dos opciones para recorrer la primera parte de las 600 millas que los separaban de las minas: una era el Chilkoot Trail, más corta pero más dura, y otra la ruta atravesando el White Pass, más larga pero algo más sencilla. Todo esto andando y en pleno invierno, ya que la noticia del descubrimiento de oro en el Klondike se publicó en un periódico de Seattle en julio de 1897 y cuando los primeros buscadores (llamados stampeders) llegaron a Skagway el verano ya estaba más que terminado. Las fotos de aquella gente atravesando los pasos de montaña con nieve hasta las orejas son espectaculares (podéis ver algunas en la web del WP&Y). Como estaba claro que iba a morir mucha gente, las autoridades canadienses impusieron como norma que los stampeders tenían que llevar consigo al menos una tonelada de provisiones y otros artículos de primera necesidad (comida, utensilios de cocina, ropa, herramientas…), suficiente para sobrevivir durante un año. Una tonelada a cuestas!! La primera solución a esto fue usar animales de carga en el White Pass (unos 3000 caballos murieron despeñados), aunque también hubo quien pagó a indios Tlingit para que hiciera de porteadores en el Chilkoot Trail. Pero estaba claro que el sistema era mejorable, así que en mayo de 1898 empezó la construcción del ferrocarril que atravesaría el White Pass, y sería el primer tren en operar en Alaska. Para reducir costes, se decidió hacerlo de vía estrecha, y aun así se necesitaron 450 toneladas de explosivos para alcanzar el White Summit Pass. En julio de 1899 el tren llegó a Bennett, ya en la Columbia Británica, y en el verano de 1900 llegó a Carcross. Irónicamente, a esas alturas la fiebre del oro ya estaba bastante apagada, pero el tren se utilizó en las operaciones de minería comercial que empezaron a establecerse en la zona, no sólo de oro sino también de cobre (como había pasado en Kennecott), plata y plomo. Pero al contrario de lo que había pasado en Kennecott, el tren de White Pass se siguió usando durante mucho tiempo una vez pasada la época dorada minera: Whitehorse se usó como base estratégica en la construcción de la Alaska Highway durante la Segunda Guerra Mundial, y el WP&Y era la única forma de que llagaran los suministros ya que hasta 1978 no se construyó una carretera que uniera Skagway con Whitehorse. Cuando el precio del metal se hundió en 1982, las minas cerraron y el WP&Y dejó de funcionar, pero en 1988 a algún lumbreras se le ocurrió reconvertirlo en atracción turística. Y hasta hoy. Incluso hoy en día da servicio a los valientes que se atreven a recorrer las 33 millas del Chilkoot Trail desde Skagway (desde Dyea, mejor dicho) hasta Bennett, recogiéndolos en esta última y llevándolos de vuelta a Skagway.

WP&Y: rutas
Para hacer esta excursion hay varias opciones y varios recorridos, que podéis ver en el mapa de arriba. El más corto (y el más barato) te lleva hasta la cima del White Pass; se llama Summit Excursion y son $129 por persona, dura unas dos horas y media, y simplemente llega a la cima y vuelve. La siguiente opción es la Bennett Scenic Journey, en la que haces el recorrido completo de tren entre Skagway y Carcross, pasando por el lago Bennett (accesible sólo en tren o haciendo el Chilkoot Trail), con la ida (o la vuelta, según el día) en bus, en unas 8 horas, por $234 por persona. Hay una tercera opción con una locomotora de vapor pero este año estaba de mantenimiento y no funcionaba. Esas son las opciones que te da la empresa de trenes, la WPYR, en su web. Luego están las pequeñas agencias de excursiones locales, que te ofrecen el mismo recorrido largo, y alguna opción más, por el mismo precio y con varias ventajas: el bus en el que haces la ida o la vuelta es más pequeño, un mini bus, con un grupo muy reducido, y tiene mucha más libertad para parar a hacer fotos durante el camino, y además tienes un vagón del tren asignado solo para tu grupo, con lo que va casi vacío y se va muy a gusto pudiendo cambiar de ventanilla cuando quieras, según las vistas. Nosotros nos decidimos por Chilkoot Charters (aunque hay otras que también tienen buenas opiniones) y quedamos muy contentos. Como bonus, nos llevaron a ver Emerald Lake, que es una preciosidad, y que creo que en los recorridos con WP&Y no se visita.

WP&Y
A las 9:00 estábamos puntuales en el puerto y allí estaba el señor de Chilkoot Charters esperándonos con un cartelito. Ese día había 2 o 3 cruceros y tenía que recoger a varias personas, pero enseguida estábamos todos en el mini bus con nuestra conductora/guía, una chica jovencita muy simpática y que se curró mucho la excursión. La primera parte del recorrido la haríamos con ella, en el mini bus, cruzando la frontera con Canadá (hay que llevar el pasaporte!!), adentrándonos en el Yukon, y llegando hasta Carcross, un pequeño pueblo cuyo nombre en realidad viene de Caribou Crossing. El día había amanecido nublado y gris pero según nos íbamos adentrando en Canadá fue mejorando considerablemente. Por el camino pudimos parar varias veces a hacer fotos; todos los paisajes de lagos y montañas son espectaculares pero las mejores paradas fueron los carteles de “Alaska” y “Yukon” por fotogénicos, el “desierto” de Carcross, considerado el más pequeño del mundo con su flamante milla cuadrada de extensión (que en realidad no es un desierto sino unas dunas de limo o sedimiento glaciar, pero con muy poquitas precipitaciones anuales gracias a las montañas que lo rodean), y por supuesto Emerald Lake (un lago glaciar con un azul verdoso precioso cortesía de los depósitos de arcilla y carbonato cálcico del fondo). A las 12:00 llegamos a Carcross y una vez allí teníamos 45 minutos para dar un paseo, hacer fotos, ir al baño… lo que se nos ocurriera. Para mí la mejor idea era tomarme un helado (muy recomendado por la guía) en la tienda que había justo frente a la estación de tren, y es uno de los mejores helados que me he tomado en mi vida. Butter pecan… todavía salivo al recordarlo… Es una tienda rosa, inconfundible, llamada Matthew Watson General Store.






Camino de Carcross
Estuvimos un rato paseando por Carcross mientras nos comíamos los helados, y nos acercamos a la orilla del lago Bennett, que es larguísimo y justo termina en Carcross. Tenía un color precioso, y luego lo bordearíamos con el tren y lo disfrutaríamos aun más. Junto a la estación de tren también hay unas tiendas de souvenirs y un centro de visitantes, todo con inspiración Tagish, una de las Primeras Naciones de Canadá. Había varios tótem, uno de ellos con una orca tallada, y la guía nos contaba que esta gente, que no había visitado nunca la costa, sabía de la existencia de orcas y ballenas gracias al intercambio comercial que hacían con otras tribus.




Carcross
A las 12:45 nos despedimos de nuestra guía y nos montamos en nuestro tren, que salía puntual a las 13:00. Tal y como nos habían avisado, teníamos un vagón entero para nosotros solos, y debíamos ser solo 8 personas, con lo que iba prácticamente vacío. La gran ventaja de esto es que no te tienes que pelear por las ventanillas buenas, y que la zona entre vagones, descubierta, está libre mucho más tiempo. Si me vais a preguntar qué lado es el mejor para las vistas, la respuesta es “fuera”. Intentar id fuera, entre los vagones, todo lo que podáis, porque es el mejor sitio con diferencia. Pero en cuanto a lados, si hacéis la ida en bus y la vuelta en tren como nosotros, lo mejor es sentarse a la derecha en ambas.



WP&Y: de Carcross a Bennett
La primera parte del recorrido transcurre entre Carcross y Bennett, y va bordeando el lago Bennett (que queda a la derecha). En este trayecto nos dieron la comida, una lunchbox con un sándwich de pavo, una ensalada de pasta, algo de queso, uvas, unas galletas y agua (muy digna). Bennett, un asentamiento hoy abandonado, surgió a raíz del Klondike Gold Rush. Estaba al final de los dos caminos que os contaba antes, el White Pass y el Chilkoot, y cuando los montañeros conseguían llegar hasta allí (con su tonelada de provisiones) les tocaba construir (o comprar) una barcaza para hacer el resto del camino a Dawson y las minas de Klondike por el río Yukon. Pero cuando muchos de ellos llegaban, el agua estaba ya congelada y tenían que esperar allí hasta la primavera, de forma que Bennett se convirtió en un asentamiento bastante importante (con su hotel, su restaurante y su iglesia) hasta que la construcción del tren hizo que fuera abandonado. Hoy en día se visita como parte de las excursiones turísticas del WP&Y (como la nuestra) y también por ser el punto final del temido Chilkoot Trail. Allí tuvimos una parada de una hora, para subir a lo alto de la colina para disfrutar de las vistas del lago (impresionante), visitar los restos de la iglesia de madera, y ver cómo llegaban de cansados los senderistas que terminaban su ruta por el Chilkoot y que tenían que volver a Skagway en nuestro mismo tren. También hay una especie de mini museo con la historia del pueblo y de los stampeders, incluida una maqueta a tamaño natural de uno de ellos arrastrando la famosa tonelada de provisiones. Al bajar del tren te dan un panfletillo llamado “Bennett walking tour”, que indica dónde estaban los puntos principales, aunque ahora solo queda en pie la iglesia. En el mapa que he encontrado online no lo pone, pero las mejores vistas están justo pasado el punto 5 (la iglesia), a la derecha.






Bennett
La siguiente parada fue más bien técnica, en Fraser, para cruzar de nuevo la frontera entre Canadá y Estados Unidos. Tardamos mucho, más de media hora, pero fue por culpa de los excursionistas. A nuestro vagón lo despacharon muy rápido: se sube un agente de aduanas americano y tienes que tener el pasaporte abierto por la página de la foto y sujetarlo junto a tu cara. Una vez pasado Fraser, el tren no vuelve a parar pero las vistas son impresionantes y merece la pena pasar todo el tiempo posible fuera. Los puntos más bonitos son el White Pass Summit (en realidad la frontera está aquí, pero era mucho más sencillo montar el puesto de aduanas 7 millas más allá, en Fraser), los túneles, los puentes (uno de ellos, de madera, no está en uso ahora pero se pasa al lado y la verdad es que impresiona), las Bridal Veil Falls… y por supuesto los paisajes con las montañas y los muchos lagos.








WP&Y: de Fraser a Skagway
Cuando llegamos a Skagway todavía teníamos algo de tiempo antes de tener que volver al barco, ya que la parada en puerto de ese día era bastante larga (de 6:30 a 20:00). Skagway, que creció a la sombra de la fiebre del oro, es hoy en día un museo casi en su totalidad. El Klondike Gold Rush National Historical Park era el sexto National Park que visitábamos en nuestro viaje (después de Wrangell, Denali, Kenai Fjords, Lake Clark y Glacier Bay), y conmemora la fiebre del oro. Incluye toda la municipalidad de Skagway, y tienen varios edificios rehabilitados que se pueden visitar, aunque a la hora que llegamos ya estaban cerrados. Una pena, pero el tour había merecido la pena y nos conformamos con verlos desde fuera dando un paseo. El centro de visitantes que hay junto a la estación de tren ofrece paseos guiados por un Ranger (gratuitos) y mapas para hacer el recorrido uno mismo por libre, merece la pena acercarse. Uno de los edificios más famosos de Skagway, que no es parte del National Park Service sino que es un bar de verdad, es el Red Onion Saloon, que tiene un pasado un poco turbio y hoy en día ofrece tours (incluido un “quickie” de 20 minutos que te enseña ese pasado turbio del que os hablo, guiado por una madam).

Klondike Gold Rush National Historical Park








Skagway
Había sido un día muy completo, nos había gustado mucho la excursión, pero era hora de volver al barco a dormir. Se puede ir andando desde el centro de Skagway (en realidad son dos calles, así que hablar del centro es un poco ambicioso), es un paseo de unos 5 o 10 minutos según en qué muelle esté el barco. Esa noche teníamos comida alemana en el buffet y comida alaskeña en el restaurante a la carta, incluyendo un plato del famoso cangrejo gigante de Alaska. Os podéis imaginar a cuál fuimos…