Moremi Game Reserve: vuelo en avioneta y me pareció ver un lindo gatito... ✏️ Diarios de Viajes de BotswanaTraslado en mokoro hasta la pista de aterrizaje de Xaxaba, vuelo en avioneta sobre el delta del Okavango hasta la zona de Khwai (Moremi) y apasionante safari en 4x4 por la zona. Noche de acampada en Mbudi Campsite Khwai.Diario: BOTSWANA, ZIMBABWE Y CATARATAS VICTORIA: Tras la Senda de los Elefantes⭐ Puntos: 5 (32 Votos) Etapas: 21 Localización: Africa SurDía 11: vuelo en avioneta sobre el Delta y safari en Moremi (zona de Khwai) Comenzaba uno de los días más intensos del viaje, una jornada apasionante y llena de sorpresas… ya os avanzo que lo mío con Moremi ha sido una historia de amor a primera vista, pero no adelantemos acontecimientos. El planning teórico consistía en: trasladarnos desde nuestro campamento en el delta hasta una pista de aterrizaje cercana para volar hasta la zona no inundada de Moremi (concretamente al área de Khwai). Una vez allí, haríamos safari en 4x4 por la reserva y pasaríamos la noche de acampada salvaje. El momento estrella del día prometía ser el vuelo hasta Khwai en avioneta, que nos permitiría disfrutar a vista de pájaro del increíble paisaje del delta. No sabíamos que la suerte estaba de nuestra parte y eso tan solo sería el principio… Así que, con la perspectiva de un vuelo alucinante, nos levantamos a las 6:30 para desayunar a las 7 y recogerlo todo. Sobre las 8 salimos en mokoro hacia el aeropuerto de Xaxaba (le llamo aeropuerto por decir algo, luego veréis porqué). Los equipajes también iban en mokoro hacia la pista de aterrizaje, repartidos en un par de mekoro hasta los topes, así que visto lo visto yo ya me veía utilizando la misma ropa todos los días que quedaban mientras nuestras bolsas de viaje pasaban a mejor vida en el fondo del delta del Okavango… a ver, no es mal lugar para perderse si eres una maleta extraviada, eso seguro . El trayecto fue curioso y bastante largo, nos llevó desde las 8 hasta cerca de las 9 de la mañana llegar hasta el aeropuerto de Xaxaba, situado en el margen de otra isla no inundada. Por el camino vimos elefantes y multitud de aves, pero ya ni nos molestamos en sacar fotos. Los guardias de seguridad del aeropuerto llevaban uniforme a rayas y nos esperaban en la entrada: Aquí podéis ver los pasillos y el fantástico lounge- sala de espera para los clientes VIP (del lavabo no pongo foto, pero ya imaginaréis de qué iba el tema ): Y la pista de aterrizaje último modelo : Tras pasar un riguroso control de seguridad consistente en nada de nada, nos despedimos de los polers y subimos a nuestras avionetas. Increíblemente todo el equipaje estaba intacto (y seco ) y a punto para viajar también. Íbamos distribuidos en dos avionetas, de forma que todos teníamos asiento junto a una ventanilla. Aunque el trayecto en la avioneta servía como traslado entre dos puntos del itinerario, no dejaba de ser un vuelo escénico sobre gran parte del delta, ya que sobrevolaríamos Chief’s Island y otras zonas durante unos 30 minutos. Despegamos y empezamos a disfrutar del paisaje, un maravilloso entramado de islas y canales que combina toda la gama de azules, verdes, ocres y amarillos. Contemplar desde lo alto la belleza de esta hermosa zona de Botswana es un privilegio que ningún viajero debería perderse en cualquier itinerario por el país, no hay palabras suficientes para describirlo. Por supuesto, las fotos no hacen justicia a la realidad, y más teniendo en cuenta que había una especie de bruma que enturbiaba las vistas: Pero incluso con bruma no hay dudas de que es un espectáculo de color impresionante: Desde el cielo pudimos observar elefantes, cebras, antílopes y hipopótamos, pero obviamente no es fácil hacer buenas fotos. Tan solo son aprovechables un par de ellas, donde puede verse una manada bastante grande de elefantes en una especie de lago y un elefante solitario surcando un canal (no sé si éste también era de cinco patas o solo de cuatro, desde el aire no lo vi. Imagino que era de cuatro porque no va generando una corriente o un tsunami a su paso por el río ): Alguna imagen más, aunque como siempre digo, hay que ir y verlo en persona: Después de un vuelo maravilloso que se hace cortísimo y te deja con ganas de más, aterrizamos en el aeródromo de Khwai sobre las 10:30. Ya estaban allí esperando los tres vehículos que nos acompañarían durante tres días, hasta llegar a Kasane: dos jeeps para nosotros y un vehículo para llevar el equipaje y el material de acampada. Cargamos las maletas, nos repartimos en los 4x4 y salimos hacia el poblado de Kwhai para comprar las bebidas de los siguientes días. En una de las dos tiendas de Khwai que visitamos la dependienta se estaba bañando cuando llegamos y tuvimos que esperar a que alguno de los parroquianos la llamara y saliera envuelta en un pareo a atendernos. This is Africa, it’s coming… Entre una cosa y otra, serían las 11:30 cuando nos pusimos en camino hacia nuestro campamento en Moremi, haciendo safari por el camino, a ver qué podíamos pillar. Nada más empezar vimos estas bonitas cebras, primero el paisaje era bastante seco: En esta zona empezamos a notar que los animales no huían a nuestro paso, sino que nos observaban con curiosidad y seguían a lo suyo. Se nota que en Moremi y Chobe están mucho más habituados a la presencia de humanos. También vimos impalas, elefantes y un antílope llamado reedbuck (redunca de los cañaverales). Estos últimos nos contó el guía que tienen la piel oleosa porque segregan sustancias que los impermeabilizan (y además hacen de pantalla solar). Es un tipo de adaptación a la vida en el agua, todos los que se encuentran en este tipo de entornos presentan alguna característica adaptativa. Los reedbucks son antílopes de tamaño mediano y solo los machos tienen cuernos. Normalmente se les puede encontrar solos o en pareja, pastando entre las hierbas, y son activos tanto durante el día como durante la noche. En Khwai el paisaje todavía mostraba muchas zonas de humedales (contrariamente a los secarrales que encontraríamos en Savuti), pese a ser ya la zona no inundada: De vez en cuando no quedaba otra que pasar por sitios como éste: En este caso, uno de los conductores se bajó del coche y se metió en el agua para asegurarse de que la profundidad era razonable, no fuéramos a encontrarnos con una sorpresita. Una vez comprobado, cruzamos con el 4x4 y desde el otro lado hicimos la foto al otro vehículo. Poco antes de llegar al campamento vimos un facócero macho. Según el guía, era macho porque tenía cuatro verrugas, dos junto a los ojos y dos junto a los colmillos. Fíjate tú… Los facóceros son del color de la tierra, así que corren con la cola tiesa a modo de antena para localizarse unos a otros y no perderse. Aquí no es necesario porque estaba solico, el pobre: Llegamos al campamento sobre las 13:30h, era el Mbudi Campsite en una concesión cercana a Khwai pero fuera de la reserva. Está situado en una zona adyacente al río Mbudi y la verdad es que el entorno es idílico: Nos instalamos, comimos y descansamos un rato antes del safari de la tarde, que empezaría a las 15:30 hasta pasada la puesta de sol. Menú de hoy: palitos de soja texturizada (para mí, carne para los demás), cuscús, ensalada y fruta. El calor era considerable, lo cual no jugaba a nuestro favor para conseguir ver depredadores, que lo más probable es que estuviesen echándose una siesta en alguna de las zonas más sombreadas del lugar. Una vez asumido, nos mentalizamos a disfrutar del paisaje y de los elefantes, que nunca fallan. Salimos en los 4x4 y efectivamente, lo único que había por allí eran los omnipresentes impalas y algún ñu. Llevábamos casi una hora de marcha bajo un sol de justicia cuando, de repente, nuestro conductor empieza a comunicarse por el interfono y al poco la guía nos anuncia que al parecer tendremos la opción de ver felinos, pero debemos seguir sus instrucciones al pie de la letra: silencio absoluto y nada de movimientos bruscos . Empezamos a ponernos nerviosos mientras el 4x4 iba avanzando por las pistas de tierra, parecía que tenía muy claro donde iba pero no había nada seguro: ya nos habíamos quedado con las ganas en otras ocasiones, así que no quería crearme falsas expectativas. Sin embargo, vemos a lo lejos a otro vehículo parado, al parecer observando algo… ¡nuestras esperanzas iban en aumento! ¿Conseguiríamos por fin ver felinos? De ser así, seguramente serían leones, ya que el leopardo es mucho más complicado de ver, y además los del otro jeep miraban hacia el suelo (los leopardos durante el día suelen camuflarse en las ramas de los árboles). Nos acercamos con el corazón a mil por hora y… ¡por fin! Allí, tumbada en el suelo cual lindo gatito acicalándose a la sombra estaba esta belleza : Hacía muchísimo calor, así que era bastante raro que estuviese por allí pululando en lugar de refugiarse en las ramas de algún árbol bien sombreado, lejos de miradas indiscretas, pero allí estaba: Era una hembra pequeña, de unos 35 kg (las hembras pueden llegar hasta los 60 kg), el guía nos dijo que la gente se suele imaginar a los leopardos como animales más grandes, y sin embargo no es así. Se levantó y vino hacia nosotros, nos miró directamente mientras todos aguantábamos la respiración, y siguió su camino andando elegantemente ante nuestras atónitas miradas : Qué maravilla de momento… es muy difícil ver leopardos en acción por el suelo, así que estuvimos un buen rato siguiéndolo y lo vimos desde muy cerca, apenas tres metros nos separarían del lindo gatito en alguno de los momentos: Finalmente encontró un buen sitio donde echarse a dar una cabezadita y ahí se quedó: No me digáis que no es preciosa (perdón por el bombardeo de fotos): El guía nos contó algunos datos: al parecer, las hembras de leopardo tienen su territorio y un único macho cubre 4 o 5 territorios de diferentes hembras (pero no se queda en ninguno fijo). Es como un marido en multipropiedad o algo así… Cuando el macho visita a una de las hembras, se pasan tres días apareándose cada cinco minutos y luego se larga con la música a otra parte, al territorio de otra minina. Pese a su frágil apariencia, el leopardo es un animal muy fuerte, puede llegar a subir a un impala o incluso a un facócero a una rama de árbol para preservar su comida de otros depredadores como las hienas, y llegan incluso hasta a cazar antílopes de gran tamaño como los kudus. En fin… que nos pasamos un buen rato contemplándola y disfrutando como enanos, estaríamos más de media hora allí, pero es que el efecto era hipnótico: Tras el triunfo felino yo ya daba el día por echado, habíamos conseguido ver el leopardo, el más escurridizo de los cinco grandes, y en el suelo. Un triunfo en toda regla. Seguimos nuestro safari y, como no, vimos elefantes bastante cerquita: También hipopótamos y más elefantes: Y aunque no tengo buenas fotos, otros animales que vimos fueron: impalas, gallinas de guinea, ibis sagrado y más elefantes y hipopótamos. De lo que sí tenemos fotos es de una cigüeña lanuda que había por allí: Eran ya sobre las 17:30 y el conductor iba bastante a piñón y no parábamos mucho aunque viéramos bichos, pero pensábamos que era porque teníamos que llegar a algún lugar especial para ver la puesta de sol. Poco podíamos imaginar lo que nos esperaba… De repente, tras un recodo, nos encontramos con una gran concentración de vehículos para lo que había sido hasta ese momento el safari. De hecho, había demasiados coches para mi gusto, pero al parecer es normal en temporada alta. Y pronto supimos la razón de tanta expectación : ¡Una preciosa leona! En aquellos momentos no daba crédito a mis ojos, habíamos visto un leopardo y una leona en menos de una hora de diferencia… ¡no podíamos haber tenido más suerte! Pero, de nuevo, me equivocaba: no se trataba de una leona, sino de toda una manada. De repente empecé a ver leonas por todas partes, no conseguimos saber si eran cinco o seis en total, porque estaban bastante escampadas y se camuflaban entre las ramas y la hierba, de color parecido a su bonito pelaje: El conductor nos explicó que, en base a las manchas que tenían en las patas, eran ejemplares jóvenes. También comentó que tenían pinta de estar bastante hambrientas: Atardecía y efectivamente estaba planeado ir a disfrutar del atardecer frente a un abrevadero con elefantes que ofrecía una bellísima estampa (lo vimos de pasada al ir siguiendo a las leonas), pero el plan quedó cancelado porque no podíamos apartar los ojos de ellas : Como dicen, el leopardo tiene la belleza y las leonas la fuerza, es un animal que impone muchísimo, y las teníamos allí mismo... nos pasaron por al lado sin apenas inmutarse: Las leonas, felinos grandes y muy sociables, pueden llegar a pesar 150 kg y suelen vivir en grupos de varias hembras (frecuentemente emparentadas) con sus crías y hasta tres machos adultos, aunque por desgracia nosotros no vimos ninguno. Son animales mayoritariamente activos por la noche, de hecho, las que vimos nosotros estaban totalmente apalancadas cuando llegamos y conforme caía el sol se iban activando, hasta desaparecer entre la maleza en busca de su cena. Según comentó el conductor: “Estas leonas están muuuuy hambrientas” . Anochecía ya cuando regresamos al campamento en un estado de euforia total y absoluta. La adrenalina corría por nuestras venas, no podíamos haber pasado una jornada mejor. Los lindos gatitos se habían resistido y, cuando ya habíamos perdido toda esperanza, por fin se apiadaron de nosotros dejándose contemplar. Por el camino de vuelta vimos elefantes (con crías) y búfalos a la entrada del camping, pero debido a la falta de luz no conseguimos buenas fotos. Aquel avistamiento de búfalos final completaba el esquivo quinteto de estrellas que conforman los 5 grandes: ¡habíamos conseguido nuestro objetivo! Eran ya las 18:30, prácticamente negra noche, cuando nos dimos nuestra ya habitual ducha de campaña (esta vez eran duchas compartidas, una para las chicas y otra para los chicos, y nos duchábamos por turnos). Luego disfrutamos de la sorpresa que nos tenían preparada para la puesta de sol (pero que por causas mayores no habíamos podido disfrutar y lo hacíamos entonces, felices como perdices). Y a cenar: sopa de tomate, varitas de soja (pero diferentes a las del mediodía, se lo curraron mucho), arroz y de postre plátano asado con chocolate… ñam. Qué puedo decir… sin duda este día es el que más me había impactado hasta el momento, así que sobre las 21:30 nos retiramos a dormir, en mi caso, tremendamente feliz por haber conseguido compartir aquellos momentos con el leopardo y las leonas en su hábitat, aceptándonos en su territorio y dejándose admirar largamente. Las locas de los gatos me entenderán, pero es que para mí tener un leopardo o un león a tres metros es una emoción indescriptible. Tan solo espero que el acribille de fotos que hay en el diario consiga dar fe : Imagenes relacionadas Índice del Diario: BOTSWANA, ZIMBABWE Y CATARATAS VICTORIA: Tras la Senda de los Elefantes
01: Así empezó todo...
02: Itinerario previsto y alojamientos
03: Preparativos y algunos datos prácticos
04: Parques Nacionales de Zimbabwe: resumen y datos varios
05: Parques Nacionales y reservas de Botswana: resumen y datos varios
06: ¡Ya estamos de vuelta! Conclusiones finales y reflexiones sobre la ruta
07: El largo viaje hacia Hwange, la puerta al reino de los elefantes
08: Hwange National Park, territorio salvaje
09: Rumbo a Matobo, el hogar de las piedras basculantes
10: Matobo National Park: kopjes, arte rupestre y rinocerontes
11: El salto a Botswana: pajarillos y pajarracos en el santuario de Aves de Nata
12: Makgadikgadi Pans: baobabs, suricatas y noche al raso en el salar de Ntwetwe
13: Safari en Makgadikgadi Pans National Park: este año se llevan las rayas
14: Del Kalahari al delta del Okavango, el corazón de Botswana
15: Delta del Okavango: safari a pie y paseos en mokoro, emoción y relax en Botswana
16: Moremi Game Reserve: vuelo en avioneta y me pareció ver un lindo gatito...
17: De Moremi a Savuti, entre jirafas y elefantes
18: Chobe Riverfront: safari en 4x4 y crucero por el río
19: Cataratas Victoria (I): a vista de pájaro
20: Cataratas Victoria (II): cara a cara
21: El viaje de vuelta a casa
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📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 5 (2 Votos)
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