Como cada día nos despertábamos más tarde, tuvimos que poner el despertador para llegar con tiempo a Harlem y asistir a la misa Gospel.
Amaneció lloviendo con fuerza así que esta vez nos llevamos el paraguas. Nos iba a hacer falta.
Después del típico desayuno de bagels y tortitas, cogimos el metro para llegar a Bethel Gospel Assambley. Se notó mucho que el tren tardaba más en llegar, tuvimos que esperar más que otros días.
Llegamos con la hora justa a la “iglesia” pensando que habría que hacer cola, pero no fue así, entramos del tirón y nos acomodaron en un banco abajo con otros turistas. No teníamos muy buena visibilidad pero había pantallas para ver la ceremonia y se oía perfectamente. Todo estaba muy bien organizado, te indicaban dónde sentarse y así evitaban que deambulásemos por la iglesia buscando sitio.
Me pareció muy enfocada a turistas, hablando en 3 idiomas más para dar la bienvenida a los de fuera. Pero a la vez me gustó mucho el recibimiento. En el momento “Welcome” algunos feligreses se acercaron a darnos la mano, a saludarnos y bendecirnos. Fue muy emocionante. Supongo que no es una misa tan autentica como puede ser la de otra iglesia más “cerrada”, pero gracias a eso podemos conocer más de cerca su religión y su ceremonia.
Estuvimos dentro casi 2 horas, se pasaron muy rápido. De allí nos fuimos en metro al MOMA (también con la Seightseen) sabiendo que iba a estar a tope de gente porque no paraba de llover.
Lo bueno es que no hicimos colas para entrar, enseñamos el pase, nos dieron un ticket y entramos.
Fuimos derechos a ver las obras que nos interesaban haciéndonos hueco entre tanta gente. Terminamos en la tienda comprando algún recuerdo y dejamos el museo para ir a comer porque teníamos entradas para el béisbol a las 4 de la tarde.
Comimos en una hamburguesería en unos de los locales del Rockefeler Center. Todo muy rico y con precios normales, no demasiado caro.
Volvimos a coger el metro y tomamos dirección al Yankee Stadium. Sólo teníamos que seguir a todos los aficionados que iban en la misma dirección.


Una vez allí fuimos a la puerta que nos habían indicado para recoger las entradas. Las habíamos comprado unas semanas antes en la web oficial y como no daba tiempo a que llegaran por correo las recogimos en unas taquillas que hay para eso.
Una vez pasado el control (no me dejaron entrar con el palo-selfie) dimos una vuelta por el estadio. Aunque había parado de llover, hacía mucho frío y el aire se colaba por todos sitios, así que no estuvimos sentados en nuestros asientos más de 30 min. Nos dedicamos a disfrutar del ambiente, las tiendas, los puestos de comida….. Por lo que vimos, eso es lo que hace la mayoría, había más gente por los pasillos que sentados en las gradas!!! A lo mejor fue por el frío. Era curioso como se vendían las mantas con el logo de los Yankees



Tras 2 horas disfrutando del pasatiempo americano nos fuimos de nuevo al metro y acabamos otra vez en la zona de las tiendas de Brodway y Times Square. Ese fue el peor rato del viaje, no paraba de llover, ya estábamos cansados, mojados, helados….. pero queríamos comprar algunos encargos antes de volver al hotel.
Cenamos en un Fridays de la zona y nos fuimos al metro.
Al ser domingo por la noche, nos tocó esperar un montón de tiempo un metro que nos viniera bien. Mientras esperábamos en el anden nos entretuvimos viendo a las famosas ratas de NY





