Lunes 13 de Mayo:
Normalmente en los viajes me gusta empezar conociendo la ciudad en la que aterriza mi vuelo, que suele ser una ciudad importante. En condiciones normales esta vez lo primero que hubiéramos hecho hubiera sido visitar Tel Aviv. Empezar con una ciudad grande te permite situarte y aclimatarte al nuevo país de una manera más cómoda que yéndote de excursión a un pueblo remoto. Sin embargo, debido a que la semana iba a ser un tanto especial por Eurovisión decidimos que lo mejor sería empezar realizando la excursión más complicada, viajando al desierto de Judea para visitar la fortaleza de Masada y el Mar Muerto.
Esta excursión, junto con la de Belén y Jericó, las contratamos a una agencia que nos recomendó una amiga que había estado en verano de 2018 en Israel, se llama Bein Harim Tours. Las excursiones organizadas en Israel me parecieron carísimas, ésta salía por unos 90 euros por persona, para un sólo día, y es una compañía algo más barata que el resto. Lo bueno es que daba la oportunidad de hacerla en español, que fue lo que hicimos.
Al reservar tienes que poner tu hotel o dirección donde te alojas y te dicen a qué punto de encuentro tienes que ir. Teníamos que estar a las 7:00 en un hotel que nos pillaba a unos 10 minutos andando, así que este día tocaba madrugar. Por lo que hemos visto, es la tónica habitual en este tipo de excursiones organizadas, siempre salen sobre las 7 o las 8 de la mañana, por eso no queríamos hacerla después de un día de haber llegado al apartamento a las tantas de ver una semifinal de Eurovisión o de haber salido por ahí a alguna fiesta eurovisiva, como les pasó a algunos amigos.
Nos pasó a recoger un minibus, que también recogió a otros viajeros. Una vez lleno, nos llevaron a un punto de encuentro donde te tenías que cambiar al minibus con el que realmente harías la excursión y tu guía. Salimos de Tel Aviv por la carretera 1, la que la conecta con Jerusalén, y mientras tanto la guía, una mexicana afincada en Israel hacía muchos años, nos iba contando cosas de la ciudad o curiosidades de los puntos por los que pasábamos, que estaba muy bien para ir haciéndote una idea de por dónde estabas.
Tras rodear la ciudad de Jerusalén entras de lleno en el desierto de Judea y ves los primeros campamentos de los nómadas que todavía quedan por la zona, incluso con camellos. En general suelen ser tiendas o casas destartaladas con unas condiciones de vida bastante pobres. La primera parada que hicimos fue en el punto de altitud 0 sobre el nivel del mar. A partir de ahí la carretera seguía bajando y entrábamos en una zona que está bajo el nivel del mar, de hecho, el Mar Muerto constituye el punto más bajo de la superficie terrestre.
[align=center]Mosaico Sea Level
Normalmente en los viajes me gusta empezar conociendo la ciudad en la que aterriza mi vuelo, que suele ser una ciudad importante. En condiciones normales esta vez lo primero que hubiéramos hecho hubiera sido visitar Tel Aviv. Empezar con una ciudad grande te permite situarte y aclimatarte al nuevo país de una manera más cómoda que yéndote de excursión a un pueblo remoto. Sin embargo, debido a que la semana iba a ser un tanto especial por Eurovisión decidimos que lo mejor sería empezar realizando la excursión más complicada, viajando al desierto de Judea para visitar la fortaleza de Masada y el Mar Muerto.
Esta excursión, junto con la de Belén y Jericó, las contratamos a una agencia que nos recomendó una amiga que había estado en verano de 2018 en Israel, se llama Bein Harim Tours. Las excursiones organizadas en Israel me parecieron carísimas, ésta salía por unos 90 euros por persona, para un sólo día, y es una compañía algo más barata que el resto. Lo bueno es que daba la oportunidad de hacerla en español, que fue lo que hicimos.
Al reservar tienes que poner tu hotel o dirección donde te alojas y te dicen a qué punto de encuentro tienes que ir. Teníamos que estar a las 7:00 en un hotel que nos pillaba a unos 10 minutos andando, así que este día tocaba madrugar. Por lo que hemos visto, es la tónica habitual en este tipo de excursiones organizadas, siempre salen sobre las 7 o las 8 de la mañana, por eso no queríamos hacerla después de un día de haber llegado al apartamento a las tantas de ver una semifinal de Eurovisión o de haber salido por ahí a alguna fiesta eurovisiva, como les pasó a algunos amigos.
Nos pasó a recoger un minibus, que también recogió a otros viajeros. Una vez lleno, nos llevaron a un punto de encuentro donde te tenías que cambiar al minibus con el que realmente harías la excursión y tu guía. Salimos de Tel Aviv por la carretera 1, la que la conecta con Jerusalén, y mientras tanto la guía, una mexicana afincada en Israel hacía muchos años, nos iba contando cosas de la ciudad o curiosidades de los puntos por los que pasábamos, que estaba muy bien para ir haciéndote una idea de por dónde estabas.
Tras rodear la ciudad de Jerusalén entras de lleno en el desierto de Judea y ves los primeros campamentos de los nómadas que todavía quedan por la zona, incluso con camellos. En general suelen ser tiendas o casas destartaladas con unas condiciones de vida bastante pobres. La primera parada que hicimos fue en el punto de altitud 0 sobre el nivel del mar. A partir de ahí la carretera seguía bajando y entrábamos en una zona que está bajo el nivel del mar, de hecho, el Mar Muerto constituye el punto más bajo de la superficie terrestre.
[align=center]Mosaico Sea Level
El paisaje que veíamos me gustaba mucho, desierto, arena, montañas a lo lejos, palmeras... y poco tráfico. Pasamos por el lugar donde se supone estaba la posada del buen samaritano, el oasis de Ein Guedi y la zona de las cuevas donde hallaron los manuscritos del Qumran, pero sin detenernos. Si tuviera que repetirlo creo que lo haría con coche de alquiler, porque no es difícil llegar y vas más a tu aire sin horarios establecidos, pero esta vez creo que fue mejor hacerlo en excursión organizada por lo que luego contaré.
Realizamos otra parada en una tienda de una fábrica que produce cosméticos con la sal del Mar Muerto, y también tienen cafetería. Aprovechamos para tomar un café y aprovisionarnos de agua, y a continuación llegamos a Masada. Esta fortaleza tiene una tremenda importancia para el nacionalismo israelí, y viene a ser una especie de Numancia hebrea. Masada se encuentra construida sobre un risco, lo que le daba un fuerte valor defensivo. Allí construyó Herodes su palacio, y todavía pueden verse restos de sus habitaciones y los baños. La importancia que tiene para los judíos es que simboliza la resistencia del pueblo judío ante los invasores romanos, ya que prefirieron matarse todos entre ellos que caer ante el enemigo que les acechaba. Desde arriba de la fortaleza se ven los restos de los campamentos romanos así como la rampa que construyeron para atacar Masada. Al parecer no está demostrado al 100% que realmente sucediera así, pero el mito forma parte de la cultura popular israelí y mucho grupos de jóvenes peregrinan allí para afianzar su fe patriótica.
Se puede subir hasta la fortaleza de dos formas, en un moderno funicular, que teníamos incluido en la excursión, o andando por el camino de la serpiente. Este camino es bastante duro por su inclinación en la parte final, y sobre todo se desaconseja cuando hace calor, de hecho creo que muchas veces lo cierran por ese motivo. Normalmente los que se animan a hacerlo es a primera hora de la mañana mientras aún hace fresco. La visita arriba es más interesante por lo que te cuentan que por los restos que ves, pero las vistas del desierto y el Mar Muerto merecen la pena.
Comimos en la zona de servicios de Masada, donde hay un buffet y un par de restaurantes de comida rápida con una zona central de mesas que sirve para todos. Si decidís comer en el buffet, que sepáis que prácticamente con lo que puede servirse uno comen dos, ya que te puedes echar lo que quieras.
A estas alturas de la excursión ya habíamos hablado con casi todos los que iban en nuestro minibus, y la mayoría, por no decir todos menos 2 o 3, eran eurofanes, es decir, que estaban allí por Eurovisión como nosotros. Hablamos con la guía y la convencimos para que pusiera canciones eurovisivas en los altavoces del bus. Recorrer el desierto de Judea cantando a coro el "Eres Tú" de Mocedades o "La Venda" no tiene precio...
Después de comer nos llevaron a la playa de Kalia, en el extremo noroccidental del Mar Muerto. Es una zona bien preparada, con sus bares, sus tiendas, baños, vestuarios, etc. Es una playa de pago, pero teníamos la entrada incluida en la excursión. Pasamos una hora y media en la playa, probando cómo se flota de verdad en las aguas saladas del mar y echándonos barros por el cuerpo, ya que se supone que tienen propiedades curativas. Fue un rato muy agradable, y eso que yo no soy mucho de playa.
En el camino de vuelta a Tel Aviv la guía se "vengó" de nosotros y nos puso como música en el minibus todas las canciones de Israel en Eurovisión
Sobre las 6:30 o así estábamos de vuelta en el apartamento y pasamos a dejar algunas cosas que habíamos comprado, pero salimos a continuación para ir al Eurovillage. Como he dicho previamente, la semana previa al Festival la ciudad anfitriona organiza una serie de eventos que no se ven en la tele, como una alfombra roja para los representantes de todos los países, el Euroclub y el Eurocafé, que son dos discotecas donde sólo ponen canciones de Eurovisión y donde cada día actúan participantes de otros años... y el Eurovillage, que nos pillaba cerca de casa. Se trata de una zona al aire libre con escenario donde van pasando distintos cantantes interpretando sus canciones. Además, este año el ayuntamiento de Tel Aviv ha hecho coincidir la semana eurovisiva con una feria de comida, las noches blancas de Tel Aviv y el Orgullo... así que como podéis imaginar, había actos por todas partes.
Cuando llegamos estaba terminando de actuar la representante de Malta de este año, pero luego actuó Maya Buskila, una cantante israelí que ha intentado representar al país alguna vez, y que versionó en hebreo el "Dime" de Beth, y también Izar Cohen, el primer ganador de Israel con el archifamoso A ba ni bi, pero con 40 años más y una versión más chunda chunda.
Después de estar un rato viendo las actuaciones nos dimos una vuelta por la zona, y entramos a la tienda oficial de merchandaising donde compramos algunas cosas para nosotros y otras para regalar. También nos hicimos algunas fotos divertidas en una especie de phot calls que habían instalado por todo el recinto.
Tras esto nos retiramos a cenar al apartamento y descansar porque estábamos muertos. El día había cundido y tampoco habíamos dormido mucho la noche anterior, y al día siguiente tocaba otra vez excursión.[/align]