Naturalmente recomiendo que compreis la carta de los museos (220 liras), que amortizamos ampliamente. De hecho, aunque vimos todo o casi todo lo que hay que ver, visitar Sultanahmed resultaba por lo general una experiencia bastante agobiante. Como curiosidad decir que San Salvador de Chora parecía casi un monumento español. Cuando llegamos un día por la tarde, casi todos los que lo visitábamos éramos españoles.
Respecto al palacio de Topkapi, (nuevamente muchísima gente), lo mejor para mí fue el harén. Como hay que pagarlo a parte -si no tienes la carta de los museos-, queda fuera de la masificación. Respecto a la audioguía, es muy cara (70 liras por cabeza), y diría casi que prescindible para la parte del palacio en general. Sí me resultó más útil para el harén.

Me da la impresión que puedes adquirir por separado la audioguía que te explica el harén y el del palacio en general, porque te desglosan el precio.
Una tarde volviendo de la parte asiática íbamos a visitar el palacio de Dombalace. Mmm.. 90 liras la entrada, 60 eurazos por los cuatro. Lo dejamos para otra ocasión y tomamos desde allí un atestado autobús hasta Rumeli.
Me gustó mucho el ambiente festivo de Euyp,

El recogimiento y religiosidad de su mezquita

Y las vistas nocturnas desde el Café de Pierre Loti (incluso de noche hay que esperar bastante para tomar el funicular a Pierre Loti, algo más de media hora). Aunque en la foto no se aprecie, me recordaba mucho a aquellas escenas de Blade Runner, llena de rótulos de neón.

pero sobre todo, me gustó la parte Asiática, tanto Uskudar, donde recorrimos un mercadillo que no deben montar a diario, en la que vendían la fruta y verdura más fresca que he visto en mi vida,

como Kadikoy, de un ambiente más moderno, pero muy agradable de recorrer.

-Compras. Compramos alguna cosa, pero no era el objetivo principal del viaje. Además no podíamos llenar demasiado las maletas, porque aún teníamos que continuar nuestro viaje a Capadocia y Roma. Sí, visité la tienda de Angemi. Buena calidad, aunque esto hay que pagarlo. No esperéis comprar nada por diez liras, eso puede hacerse en los cientos de tiendas que rodean los Bazares.
Respecto a los bazares, tanto el de especias como el Gran Bazar, están bien como experiencia -allí incluso encontramos un vendedor turco que hablaba español con acento de Cádiz, pues vivía allí la mitad del año-, pero para mí son lo que son, tiendas para turistas. Diría que los turcos que se acercan por allí compran en los caóticos callejones que rodean los bazares. Por lo demás, mucha, mucha, mucha gente.