Lunes 5 de Agosto:
El principal plan del día era visitar el Science World, el museo de ciencia con una forma tan futurista. En previsión de que aquello se podría llenar de familias con niños por ser vacaciones madrugamos para estar allí antes de que abrieran y así entrar de los primeros. El museo es bastante grande, con varias plantas, y además de contener mucha información y curiosidades sobre diversos temas científicos también tiene muchas instalaciones que puedes manipular y experimentar con la ciencia. Este tipo de museo nos gusta mucho y por eso decidimos dedicarle una mañana entera. Además de las exposiciones incluye un cine Omnimax que ocupa la cúpula esférica del edificio, donde ponen varias películas. Con la entrada venía la posibilidad de elegir una de ellas, y entramos a una titulada "Great Bear Rain Forest", un documental sobre el Spirit bear, un tipo de oso blanco que habita en los bosques de la Columbia Británica.
Me gustó mucho la proyección, porque aparte de aprender sobre este tipo de oso se podían ver imágenes y paisajes sobrecogedores. En esta dirección podéis encontrar un fragmento:
www.scienceworld.ca/ ...g_Date.mp4
Otra parte del museo que nos gustó mucho fue la dedicada a los números en la naturaleza, ya que tanto Víctor como yo somos profesores de matemáticas.
También hay exposiciones sobre animales, fenómenos ópticos, etc. Echamos allí toda la mañana y no paramos, hay muchas cosas para ver y hacer. Una cosa que nos llamó la atención fue un juego donde tenías que mover una bola con la mente
A mediodía dimos por finalizada la visita y fuimos a comer a un restaurante cercano con terraza y que estaba a tope, debe ser muy popular porque hasta tuvimos que hacer cola para que nos dieran mesa. Como el calor apretaba nos volvimos al hotel para echarnos una siesta y quitarnos las horas más calurosas.
A eso de las 6 de la tarde salimos de nuevo, esta vez en metro para visitar el downtown de Vancouver, la Granville Street y calles aledañas. Al ser lunes, día laborable, había más actividad que el día anterior y nos convenció un poco más, aunque tampoco demasiado. En la plaza Robson pudimos ver la Vancouver Art Gallery, la principal pinacoteca de la ciudad pero no entramos.
Callejeamos un rato por la zona mientras nos dirigíamos al Canada Place. En cierto momento vimos pasar un coche por una calle sin tráfico, mientras otro coche le seguía detrás con un brazo articulado con una cámara. Supusimos que sería un rodaje de alguna serie o película y nos quedamos allí un rato curioseando. Al poco apareció el mismo coche y se paró en medio de la calle, parecía que iban a repetir la escena, y en ese momento se bajó el conductor. Para nuestra sorpresa era el actor Daniel Craig, trajeado. Puede que fuera alguna escena de la nueva de James Bond, "No time to die", ya que precisamente se estaba rodando por esas fechas y se estrenará en 2020, o también podría ser de algún anuncio de coches. Pudimos ver en acción al equipo de rodaje, cámaras, director, ayudantes... la magia del cine en directo!! la escena la repitieron varias veces así que estaremos atentos a los trabajos de este hombre a ver si la reconocemos en la pantalla.
Cuando se marchó todo el equipo de rodaje nosotros seguimos nuestro camino y llegamos al Canada Place. Este sitio está ubicado junto al mar y es un enorme edificio con forma de velas de barco que sirve de atraque para cruceros, pero que también alberga otro tipo de atracciones. Nosotros en concreto queríamos entrar al FlyOver Canada, otro cine en pantalla envolvente donde parece que estás sobrevolando los paisajes más emblemáticos del país. La entrada es un poco cara pero merece la pena, nos gustó mucho, y era una buena forma de recordar sitios que habíamos visitado y de ponernos los dientes largos con otros que no llegamos a conocer, como los Territorios del Norte. Nos dieron ganas de volver a Canadá para visitar esas tierras lejanas y tan poco visitadas por extranjeros. En el siguiente vídeo podéis ver un resumen de la experiencia:
Después buscamos un sitio para cenar, algo que resultó no demasiado fácil ya que eran más de las 9 y ya había muchos restaurantes cerrados. Al final encontramos un bar irlandés que sí estaba abierto y que tenían cocina hasta las 11 y pudimos picar algo, y tras la cena de vuelta al hotel para recoger las maletas.
Con el lío del cambio de vuelos tuvimos que añadir una noche extra en la ciudad, pero el hotel donde ya teníamos la reserva hecha estaba completo para esa noche y tuvimos que reservar en otro sitio, así que al día siguiente nos tocaba dejar el hotel y hacer el traslado al siguiente, dentro de la misma ciudad.