Nuestro último día en Jasper amaneció con solazo. Según nos dijo una de las managers del hostel, habíamos tenido mucha suerte con el tiempo porque había llovido gran parte del verano y los días que justo nosotros pasamos allí fueron excelentes.
Desayunamos yogur, plátano y una tostada de crema de cacahuete y metimos todas nuestras cosas en el coche. Paramos primero en Jasper a llenar el depósito de nuevo, por 32$ CAD y ponemos rumbo al sur para empezar a recorrer la autopista escénica más bonita del mundo, la Icefields Parkway. Entre preciosas montañas, llegamos a Beauty Creek – Stanley Falls, a unos 90 km de Jasper que se nos hicieron nada con el paisaje.

Este es un trail sencillo, de 4km ida y vuelta y que discurre junto a un cañón de aguas turquesas. Hay un sendero más al filo del cañón y otro paralelo algo más interior, pero no hay pérdida. Nos pareció un sitio bastante tranquilo, apenas nos cruzamos con 4-6 turistas. El color del agua era precioso…. Puede que no tuviera la caída o la fuerza que en otras cascadas (el listón estaba ya muy alto) pero tanto el cañon como las Stanley Falls nos gustaran mucho.

De vuelta, paramos en el mirador Stutfield Glacier View Point, a tan solo 6km de allí. Las vistas nos parecieron una absoluta pasada, tan sólo una muestra de todo lo que no esperaba a lo largo de los Campos de Hielo de Columbia.

Apenas 2km después, tuvimos que parar de nuevo para disfrutar de ls vistas de una impresionante cascada literalmente al lado de la carretera: Tangle Falls.
Hicimos fotos enfrente pero no pudimos resistirnos a subir como las cabras hasta casi el punto más alto para verlas de cerca.

Regresamos al coche y unos metros más adelate tuvimos que estar 15 minutos parados por un corte momentáneo en la carretera. Esto es bastante habitual cuando hacen obras. Aprovechamos para tomarnos unas zanahorias con humos y en nada pudimos retomar la marcha porque 7km después nos esperaba el Glaciar Athabasca, de donde nacen las aguas del río que tantas veces habíamos visto.
Aparcamos a la izquierda de la carreta, en la zona del lodge, y aprovechamos para comer nuestro gran tupper de ensalada de pasta con unas vistas privilegiadas y visita de los cuervos.

Ya con el estómago lleno, cogimos el coche y aparcamos en el parking más cercano al glaciar, a la derecha de la carretera. Allí el tiempo cambió de forma radical. Hacía frio y corria bastante viento, aunque el sol seguía brillando. Recorriomos el sendero principal y vimos distintos puntos que marcaban hasta donde llegaba el glaciar en distintos años…. Retrocede nada menos que 5 metros al año así que quien lo haya visitado en las últimas décadas se encontrará con un cambio brutal.
Tenerlo de frente nos impresionó mucho. Era una pasada. Hay una excursión que te lleva sobre él en un vehículo especial, pero vimos a varias personas caminanto en su inicio… Así que allí que fuimos. Daban ganas de atajar pero fuera del camino señalizado con cuerdas advertían del riesgo de grietas subterráneas, así que tocó deshacer la mitad del camino andado y tomar el desvío de la izquierda para llegar a su base.

Era alucinante ver como fluía el agua…. Muy despacio y con cuidado, nos aventuramos a pisarlo. La superficie era marrón grisáceo, pero si te acercabas veías el interior transparente y con el agua fluyendo. Para mi sorpresa, no resbalaba nada.
Con esa super experiencia en el bolsillo, regresamos al coche y pusimos rumbo al tail de Parker Ridge, a unos 8 km de allí. Este trail es más durillo, todo cuesta arriba en un recorrido de unos 5km ida y vuelta, aunque nosotros hicimos alguno más. Nos cruzamos con poquita gente, pero a pesar de ser entre bosque ,la visibilidad era muy buena. Había leído que una vez arriba era mejor seguir recto para mejores vistas en vez de tomar el desvío ascendente de derecha… pero no me acordé. Llegamos a la cima de ese recorrido con bastante viendo, dado que arriba no hay vegetación que pudiera mitigarlo. Las vistas eran muy bonitas pero bajamos al prado de debajo para ganar algo más de visibilidad y nos parecieron una pasada.

El glaciar no se veía muy bien pero las enormes montañas de enfrente, las finas cascadas descendiendo desde las cinas y el surco formado por el rio me parecieron apoteósicas.
Regresamos al punto del desvío y esta ves sí tomamos el camino de enfrente, desde donde se tenía menos visibilidad de las montañas pero más del glaciar y de la panorámica global.

Alucionados con las vistas, comenzamos el camio de vuelta y recorrimos ya en conche una carretera con paisajes de infarto desdendiendo entre montañas hasta llegar a nuestro hostel, el HI – Rampart Creek. El alojamiento en plena carretera es muy escaso, hay algún albergue como este, campings o caros lodges, por eso es muy importante reservar con antelación, porque se acaba enseguida. La alternativa es continuar hasta Lake Luis, donde hay algo más de opciones pero nada económicas… además de esa forma habría que dar marcha atrás al día siguiente para visitar otros puntos en plena Icefields Parkway que están antes del pueblo.
A nosotros el Hi Rampart Creek nos gustó mucho. Había varias habitaciones con 6 literas, una cocina muy grande, un salón, una hoguera con bancos para contar historietas, y sauna… pero no ducha, aunque ya lo sabíamos. Muchos viajeros se metieron en el río y después en la sauna. Nosotros fuimos unos guarretes y ese día nos lo saltamos.
Nos alertaron de la posible presencia de osos, pero no era necesaria ninguna precaución más allá de la habitual. Pasamos una tarde – noche agradable coincidiendo con muchos viajeros, destacando un animado grupo de mexicanos y una pareja española que hacía el recorrido en bici.
En la cocina, cenamos unas sopas de pollo (de sobre), tortillas francesas y yogur, y dormimos como bebés.
GASTOS DEL DÍA PARA DOS PERSONAS:
- Gasolina: 32$ CAD (22€)