Cualquiera que haya visitado (o investigado un poco sobre) NZ sabe que uno de los mayores atractivos que ofrece es su naturaleza y la red de rutas de senderismo que hay en el país. El Department of Conservation (DOC) gestiona y mantiene la gran mayoría de estas rutas, y hay 10 calificadas como “Great Walks” o grandes rutas, distribuidas por las dos islas.
Las más famosas y codiciadas son Milford, Routeburn y Abel Tasman. La Routeburn es de las más cortitas con 32 km, mientras que la más larga, Heaphy Track, son casi 80 km (la del Whanganui es más larga pero en realidad es un descenso en canoa por el río). Aunque hay algún loco que es capaz de hacerlas corriendo en un solo día, lo normal es tardar varios días y dormir en los camping o las cabañas del DOC por el camino. Estas cabañas son bastante básicas, con camas (y colchones), agua fría, luz, gas para cocinar, estufas con leña y baños pero no duchas. Están mantenidas durante la temporada de verano, que va desde octubre hasta finales de abril. Fuera de temporada, se pueden usar pero no hay ranger en ellas, ni se proporciona gas ni leña. Y según qué ruta, las condiciones de frío y nieve en invierno hacen que se desaconseje intentarlo, a no ser que uno vaya preparado para avalanchas y cosas así… En verano es obligatorio reservar las cabañas, y no es fácil porque la demanda es altísima para las pocas plazas que hay. Muchísimos turistas extranjeros vienen a NZ solo para poder hacer la Milford o la Routeburn, igual que van a España para hacer el Camino de Santiago. El plazo de reservas para la temporada de verano se abre en junio, y en cuestión de minutos las fechas más “jugosas” (navidad, semana santa o puentes) están llenas para rutas como Milford o Routeburn. Como algunos kiwis se quejaban de que los turistas extranjeros copaban las reservas y evitaban que los nacionales pudieran disfrutar de las rutas, desde el año pasado se está probado un nuevo sistema de precios para algunas de las rutas (Milford, Routeburn, Kepler y Abel Tasman) en el cual los extranjeros pagan el doble que los turistas nacionales. Y no es barato: en la Routeburn, los kiwis pagan $65 mientras los extranjeros pagan $130 por un hueco en las cabañas, y $20/$40 por el camping. A pesar de estos precios tan desorbitados por dormir en tu propio saco, las cabañas se llenan, y hay que reservar con meses de antelación.
Yo, que no había hecho senderismo de varios días en mi vida, llevaba con el gusanillo de hacer esta ruta desde que AirNZ sacó el video de seguridad con Bear Gillis grabado en la Routeburn. Los videos de seguridad de AirNZ son siempre bastante llamativos, y cambian un par de veces al año. Cuando vi este, allá por 2013, pensé que igual lo de cargar con la mochila y dormir en el saco podría merecer la pena, si la ruta era tan impresionante como esta, pero nunca había surgido la oportunidad, sobre todo por la necesidad de planificarlo con tanto tiempo. Nuestra única experiencia con las rutas medianamente largas era el Tongariro Alpine Crossing (TAC), una ruta de 19 km que atraviesa parte del Tongariro Northern Circuit, uno de los Great Walks. En las navidades de 2018, cuando vino mi hermano y su novia a visitarnos y estuvimos unos días en Queenstown con ellos, empecé a planteármelo en serio, y en cuanto abrió el plazo de reservas el 12 de junio a las 9 de la mañana me tiré como loca a por ello. Iríamos en navidad, que no es quizás la mejor época pero es cuando teníamos vacaciones, y siendo fechas tan difíciles era necesario reservar nada más abrirse el plazo. Las cabañas de la Routeburn tienen 50-60 plazas, y antes de las 10 de la mañana ya no quedaba nada de nada para nuestras fechas. El gran problema de reservar 6 meses antes, obviamente, es la gran incertidumbre de qué tiempo te va a hacer, porque tres días andando con el mochilón a la espalda pueden hacerse muy largos si está diluviando (y recordad que si NZ es tan verde es porque llueve un poquito), pero no queda otra que cruzar los dedos y meter un buen chubasquero en la mochila.
La Routeburn no es una ruta circular sino que empieza y termina en lugares distintos. Se puede hacer en cualquier de los dos sentidos: desde Glenorchy hacia The Divide (en la Milford Road) o al revés. Hay opiniones para todo pero en general de oeste a este (The Divide hacia Glenorchy) se considera mejor porque hay menos subida y porque te vas encontrando las vistas de frente. Por otro lado, la logística es más sencilla si lo haces de este a oeste, y eso es lo que hicimos nosotros. Pasamos la noche anterior en Queenstown, y contratamos el transporte hasta el Glenorchy Shelter (cabecera del track) y la vuelta a Queenstown desde The Divide con InfoTrack por la módica cantidad de $125 por persona. Hay un par de operadores que ofrece este transfer, pero los precios son los mismos. Otra opción, sobre todo para gente con vehículo de alquiler que no quiera perder mucho tiempo en volver a Queenstown, es usar un servicio de car relocation como Trackhopper que se encarga de llevarte el coche desde un extremo de la ruta al otro, para que lo tengas allí listo cuando termines. La broma sale por $300 más gasolina, pero para dos personas puede merecer la pena porque te ahorras mucho tiempo. Tened en cuenta que la ruta son escasos 32 km andando pero para volver en coche desde The Divide hasta Queenstown hay que dar una vuelta de 250 km y más de tres horas.
La ruta tiene en total 4 cabañas, pero lo habitual es intentar conseguir sitio en Routeburn Falls y Lake Mackenzie, porque así queda una distribución de distancias más equilibradas. La mayoría de la gente hace el recorrido en 3 días / 2 noches haciendo unos 10-12 km al día, pero se puede hacer en más o menos tiempo, obviamente. Nosotros lo planteamos así:
- Día 1: de Routeburn Shelter hasta Routeburn Falls. Según el reloj, fueron 11.25 km en 3.5h (incluyendo paradas) con 579 m de ascenso y 88 m de descenso.
- Día 2: de Routeburn Falls hasta Lake Mackenzie. Según el reloj, 11.77 km en 4h 45m (incluyendo paradas) con 558 m de ascenso y 642 m de descenso.
- Día 3: de Lake Mackenzie hasta The Divide. Según el reloj, 12.1 km en 3h 50m (incluyendo paradas) con 295 m de ascenso y 642 m de descenso.
El primer día teníamos reservado el transfer a las 12:15. A primera hora pasamos por el centro de visitantes del DOC para confirmar nuestra reserva y hacer una especie de “check in” en el que confirman que vas suficientemente preparado para la ruta. El traslado hasta el Routeburn Shelter es más o menos hora y media con una breve parada en Glenorchy para ir al baño. La ruta empieza suave, siguiendo el curso del río Routeburn y cruzando varios puentes colgantes, hasta llegar a la cabaña y camping de Routeburn Flats, donde el río se divide en dos. El río tiene el color azul glacial tan típico de NZ.
Glenorchy
Routeburn River
Routeburn Flats
En Routeburn Flats empieza el ascenso bueno, y se empiezan a tener vistas del río y los Flats que acabas de dejar abajo. Es la imagen típica de la Routeburn, y es espectacular. Y eso que a nosotros nos pilló medio nublado… Esta primera parte de la Routeburn se puede hacer como excursión de un día desde Glenorchy, llegando hasta Routeburn Falls (o incluso más allá si uno está en forma).
Subiendo a Routeburn Falls
La cabaña de Routeburn Falls está muy bien. Tiene hueco para unas 50 personas, y estaba llena pero no daba sensación de agobio ni masificación. Las camas están repartidas en dos dormitorios, cada uno de ellos con cubículos con dos literas (4 camas) cada uno, de modo que al final parece que estás en habitaciones de 4 personas. Las colchonetas son sorprendentemente cómodas y el único inconveniente es que te toque alguien que ronque justo debajo, como me pasó a mí. Es imprescindible llevar unos buenos tapones y un antifaz. Los baños son normales, con cisterna, y lavabos con agua fría pero no duchas. La cocina es bastante grande y tiene hornillos de gas y grifos de sobra para todos. También hay una chimenea aunque ese día no la usamos.
Routeburn Falls
Esa noche, en la cocina, el ranger nos habló un poco de la historia de la cabaña, de la ruta, de lo que podíamos esperar al día siguiente (lluvia), y como era 26 de diciembre y le quedaba algo de espíritu navideño, nos invitó a participar en un pequeño concurso para ver quién se llevaba una tableta enorme de chocolate. Había un mural colgado en la pared con la frase Bienvenidos a Routeburn Falls, ¡Feliz Navidad! escrito en varios idiomas. Quien fuera capaz de identificar más idiomas se llevaba el chocolate; una cosa muy tonta pero que nos tuvo entretenidos un rato. Yo saqué 19, que no estuvo mal, pero otro grupo ganó con 23 (aunque ellos eran 5 y yo una… ya que mi santo esposo no quiso participar). Por cierto, de las aprox. 50 personas que había en la cabaña, un 40% eran americanos, otro 40% eran alemanes, un 10% kiwis, y otro 10% de otros países. Parece que los precios desorbitados para extranjeros no han tenido mucho efecto…
Bienvenidos a Routeburn Falls, ¡Feliz Navidad!
El segundo día se cumplieron las previsiones y amaneció lloviendo. Fue una pena porque es el día más espectacular de la ruta, ya que llegas a la cima (Harris Saddle) pasando por Lake Harris, un lago glacial de montaña. Desde la cima, donde por cierto se pasa del Mount Aspiring National Park a Fiordland National Park, sale un pequeño desvío a Conical Hill (creo que es 1km de ida y otro de vuelta, pero es una subida bastante pronunciada). Si hace buen tiempo es muy recomendable hacerlo, pero con lluvia el camino se vuelve complicado y peligroso, y además no hubiéramos visto nada con las nubes, así que nos lo saltamos. Desde Harris Saddle empieza el descenso hacia Lake Mackenzie por el Hollyford Valley. Hasta la cima, aunque llovía, todavía pudimos ver algo y disfrutar un poco del lago Harris, pero desde la cima hasta el Mackenzie no paró de llover y no vimos absolutamente nada de lo que supone que es una de las partes más impresionantes de la ruta. Una pena, pero es lo que hay. Para más inri, el trayecto entre Routeburn Falls y Lake Mackenzie está por encima de la treeline, con lo que está completamente expuesto (al contrario que el día anterior que había sido casi todo entre árboles), y nos calamos enteros. Es curioso cómo cambia la vegetación (y los colores) con la altitud, algo que pudimos apreciar incluso con mal tiempo.
Routeburn Falls Hut
Entre Routeburn Falls y Lake Harris
Lake Harris
Lake Mackenzie es precioso. Se ve por primera vez desde arriba, cuando todavía te queda un buen descenso para llegar a la cabaña, y es impresionante, con una pared de montaña casi vertical al otro lado cubierta de cascadas. Y justo cuando estás terminando el descenso y llegando a la cabaña vuelves a cruzar la treeline y de repente te encuentras rodeador por árboles verdes de cuento, y casi esperas que en cualquier momento aparezca un elfo de detrás de alguno de ellos. Para algo tiene que servir toda esa lluvia…
Lake Mackenzie
La cabaña de Lake Mackenzie está también bastante bien, pero no tanto como la de Routeburn Falls. Hay un edificio principal, con la cocina abajo y las camas arriba, y otro dormitorio en un edificio separado. Esa tarde/noche sí que usamos la chimenea para intentar secar un poco las zapatillas y la ropa que llevábamos empapada. El ranger de esa noche, que lleva muchísimos años pasando allí los veranos, es un auténtico apasionado de los pájaros nativos y ha dedicado mucho esfuerzo a intentar repoblar toda la zona mediante control de depredadores. NZ tiene un grandísimo problema con los depredadores introducidos por el hombre (ratas, possums, hurones, armiños), que han arrasado la población local de pájaros. Es un tema complejo, con mucha gente que se opone a algunos de los métodos utilizados por el DOC, como el 1080, un veneno barato y tremendamente efectivo contra mamíferos (como por ejemplo perros o ciervos, de ahí parte de la controversia). En fin, el ranger se ha dedicado a poner trampas alrededor de la cabaña y a lo largo de la ruta, y todas las noches da una mini charla sobre el tema a los que se alojan en la cabaña y pide donativos para poder seguir adelante con el programa y financiar más trampas.
Esa noche hizo mucho frío. A pesar de estar ya en pleno verano, la temperatura por la noche no subió de 6 grados. Pero al día siguiente amaneció un día espectacular, tanto tanto que decidimos deshacer parte del camino del día anterior para poder disfrutar de las vistas del lago Mackenzie con sol, antes de seguir camino hasta The Divide.
Lake Mackenzie
Desde Lake Mackezie la ruta sube hasta atravesar de nuevo la treeline, y luego empieza el descenso hacia Lake Howden. Por el camino se tienen vistas del Hollyford Valley y se pasa por Earland Falls, una bonita cascada.
Hollyford Valley
Earland Falls
Lake Howden es otro lago de montaña, y allí hay otra cabaña donde se puede pasar la noche. Nosotros paramos allí a comer pero no nos entretuvimos mucho. Por cierto, hace unos días hubo un temporal con muchísima lluvia en todo Fiordland y hubo un desprendimiento de tierra que se llevó por delante la cabaña. A eso de la 1 y pico de la mañana las rocas y troncos atravesaron las paredes y ventanas de la cabaña y hubo un par de heridos, y todos los turistas que estaban allí pasando la noche tuvieron que ser evacuados en helicóptero. La ruta sufrió tales daños que está cerrada hasta el verano que viene. El Milford track también está cerrado, pero se cree que podrá reabrir antes de que acaba esta temporada. Una putada para quienes tuvieran reservas de aquí a mayo…
Lake Howden
Desde Lake Howden hasta The Divide no se tarda mucho, pero hay un pequeño desvío a Key Summit que merece la pena hacer si hace buen día. Nosotros hicimos la subida a Key Summit desde The Divide hace un par de años, en nuestra visita con mi hermano, así que nos lo saltamos, pero si no vais mal de tiempo os recomiendo que lo hagáis.
Los de InfoTrack nos recogieron en el parking de The Divide a las 3:15 y nos llevaron de vuelta a Queenstown. Estábamos cansados pero la Routeburn no es una ruta difícil ni mucho menos, ni especialmente dura. Yo diría que cualquiera con un mínimo de preparación puede hacerla. Os aseguro que yo no soy ninguna atleta, y me pareció bastante fácil. A pesar de la lluvia del segundo día, nos pareció una ruta espectacular, y creo que engancha. Yo ya estoy maquinando a ver cuál será la próxima Great Walk en caer…