Antes de empezar el viaje principal, como queríamos viajar por Iberia para sumar AVIOS (los puntos que daba la cía. aérea) teníamos que pasar si o si por Madrid, decidimos quedarnos la primer noche en un hotel de aeropuerto. El contratado fue el Trip Alameda, me gustó mucho con restaurante y transfer gratuito al aeropuerto, ese tipo de hoteles son una buena opción para empezar la parte importante del viaje descansadas y los hemos utilizado en varios viajes después de este.
A la mañana tomamos el transfer y el avión a Viena. Ahí nos alojamos en un hotel que nos recomendó Doris, una amiga viajera, De France Vienna se llama, muy bien ubicado, a un paso de la parada del tranvía y de la calle principal que llaman “la avenida del anillo” la avenida Ringstrasse que rodea el centro de Viena de manera circular observando los lugares más característicos.
Dentro del anillo estábamos muy cerca de la Iglesia Votiva recuerdo con una cúpula puntiaguda y en reformas, con andamios.
El Ayuntamiento al cual entramos en visita guiada, muy bonito, el patio interno me llamo mucho la atención, igual que el comedor, la sala de plenos, y los balcones. El techo y las arañas son preciosos.

El frente del Parlamento con forma de templo griego tiene delante la estatua de la diosa de la sabiduría de la mitología griega, Pallas Atenea, un conjunto magnífico.

La Opera, a la cual también entramos, absolutamente increíble, lo que más recuerdo de esa visita son las vistas del teatro desde los palcos, y las distintas salas con pinturas antiguas unas, modernistas otras, o esculturas de músicos famosos. Afuera hay un parque enfrente precioso.

Habíamos visto en blogs e internet que en Viena hay varios cafés famosos, recuerdo que fuimos a uno muy cerca de esos lugares a unos metros del anillo, no recuerdo el nombre del café porque en realidad la que se ocupa de este rubro es Amalia, debo decir acá que no voy a calificar los bares a los que fuimos simplemente porque me gustaron todos.
Otro café famoso al que fuimos es el del Hotel Sacher famoso por ser el creador de la torta Sacher, riquísima, y en un ambiente elegante que te traslada a la época de Sisi.
Vimos desde la terraza del Museo Albertina el famoso Café Mozart, al que no entramos porque de tanto café terminábamos marrones.

En el anillo hay una plaza La, Maria-Theresien-Platz que tiene un museo de cada costado, el Museo de Historia Natural y el Museo de Historia del Arte y en el medio de la plaza la estatua de la Emperatriz María Teresa imponente.

Los parques de la ciudad, que tiene muchos espacios verdes, son todos majestuosos, el que me viene a la memoria es el que está sobre la avenida del anillo el Stadtpark que tiene la estatua de Strauss dorada metida como en un arco, muy bonita, como tantas otras estatuas y monumentos de Viena.

En el anillo también se encuentra el Palacio Imperial de Hofburg que es el palacio más grande de la ciudad de Viena, pero no entramos porque queríamos ir al de Schombrunn, fuera de la ciudad