Otro de los días que pasamos completo en Florencia Fuimos a la Iglesia Basílica de la Santa Croce. El frente me parece bastante similar al de Santa María Novela, igual de bonita, con una plaza grande delante, lugares donde sentarse a tomar algo y callecitas para caminar, pero lo que todos los turistas vamos a ver en esta Iglesia son las tumbas de famosos artistas italianos como Miguel Ángel, Galileo Galilei o Maquiavelo, cuyas tumbas se encuentran alrededor de los laterales en el interior de la Iglesia.

De ahí fuimos caminando por las calles y plazas de Florencia hasta la Basílica de San Lorenzo con una fachada muy sencilla, de ladrillo vista sin decoración. La idea era entrar a la Iglesia, a las Capillas Mediceas donde se encuentran las majestuosas tumbas de los Medici, familia muy importante en la época del renacimiento. También queríamos entrar a la Biblioteca Medicea Laurenciana diseñada por Miguel Angel, la Biblioteca se llama Medicea porque contiene originales de los manuscritos más importantes del mundo, que provienen de las bibliotecas de la familia Medici y se llama Laurenciana porque se encuentra dentro de la Basílica de San Lorenzo.
No recuerdo porque, si porque no nos gustó el precio, o porque no llegamos en horario, o porque la fila para entrar era enorme, o porque estaba cerrada ese día, no sé, la cuestión es que sólo entramos a la Biblioteca, que me pareció grandiosa. La escalera, también diseñada por Miguel Angel es inusual y preciosa. La sala de lectura es enorme y hermosa. Hoy día ya no se usa como biblioteca, es un museo por el cual cobran para entrar. Vale la pena el gasto, el lugar es increíble.


Al salir fuimos al Mercado Central que aparte de los típicos productos comestibles y suvenir tiene, en el piso superior, distintos restaurantes y un gran patio de comidas con mesas y sillas donde sentarse a comer.
Recuerdo que hemos comprado para traer a la familia, fideos secos de formas y colores que en mi país no se ven, especias empaquetadas con separaciones, en una separación eran especias sin picante, en otra traía especias poco picantes y en la última separación estaban las muy picantes, y salsa pesto que tan ricas como la hacen en Italia en ningún otro lugar del mundo. Amalia volvió a Buenos Aires con un bolso de fideos, yo no porque tuve miedo que se rompieran en el viaje y llegara polvo de fideos, pero reconozco que mi amiga llegó a su casa con los fideos enteros como cuando los compró.
Después de alguna otra compra más fuimos arriba para almorzar, elegimos el restaurante de una escuela de cocina que tenía un menú muy tentador a muy buen precio y se podía, mientras se comía, ver por los ventanales las prácticas de los estudiantes, comimos muy bien en un lugar cómodo, repleto de gente, pero sin agobios. Lástima no haber sacado fotos.
Al salir del mercado nos dimos de narices con los puestos de un mercado callejero de todo tipo de artículos de cuero, por las dudas de tentarnos, caminamos ligerito y sin mirar.
Sabiendo que era una larga caminata igual decidimos ir caminando a la Plaza Michelangelo desde donde se tiene las mejores vistas panorámicas del casco antiguo de la ciudad y de la cúpula de la Basílica. Se puede subir también en bus local. Valió la pena ir caminando porque las vistas ya desde el camino son hermosas. Cruzamos el Rio Arno por el Puente Santa Trinita desde donde dicen se puede sacar la mejor foto del Ponte Vecchio del lado del rio, no sé si la mía es la mejor foto pero es lo que pude hacer.

Durante el camino, como dije, algunos lugares y vistas son hermosas, en una caminata de una hora mínimo saque muchas fotos, tuve que elegir dos para no cansarlos.

