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Tras el entrenamiento del día anterior en el Barranco del Masca, y con alguna que otra agujeta, emprenderíamos uno de los grandes retos del viaje: el ascenso al Teide.
El sendero elegido fue el de Montaña Blanca, de libre acceso, que llega hasta la estación base del teleférico (a 3555 m de altitud) desde la carretera TF-21.
Antes de comenzar, es muy importante indicar que es necesario solicitar un permiso especial (con muchísima antelación) para acceder a la cima del Teide.
Porque una vez que se realiza el tremendo esfuerzo de ascender a este espectacular volcán, es una pena no poder llegar al punto más alto de España a través del sendero denominado “Telesforo Bravo”, número 10 de la red del parque nacional.
Aconsejaría hacerlo al menos 6 meses antes en caso de visita durante el verano, plena temporada alta.
En caso de no disponer del permiso oficial del parque nacional, la única opción es contratar a una empresa de turismo activo y pagar los 35-40 € de rigor por persona.
O no…
Tras contactar con el parque nacional para ver si había alguna posibilidad de realizar la reserva o la existencia de una lista de espera, nos indicaron otras alternativas para poder subir al pico fuera de las horas restringidas.
En concreto, accedimos a la sede electrónica del Cabildo de Tenerife para tramitar una solicitud de “Autorización para la realización de actividades de esparcimiento en espacios naturales protegidos”.
En la misma indicamos toda la información sobre la ruta que queríamos realizar, el número de personas, posibles fechas, etc.
Finalmente desde el Cabildo nos autorizaron a realizar el sendero a partir de las 17 horas (para ver el atardecer), pero en el punto de control no nos pusieron problemas para acceder un poco antes.
Otro punto importante es el teleférico. Aunque las plazas no son excesivamente limitadas, es aconsejable reservarlo con tiempo en temporada alta, ya que sólo se ofertan un número determinado de plazas por día.
La reserva, en la que sólo consta el día pero no la hora, se realiza en la web de Volcano Teide, la empresa que gestiona el teleférico.
El precio es caro, la verdad, pero es la única opción para no morir en el intento de subir y bajar a pie. Nosotros lo usamos sólo para el descenso.
Dejamos el coche en el aparcamiento de Tabonal Negro, ya que el de Montaña Blanca estaba completo y no queríamos dejar el coche en el arcén de la carretera.
Hay que tener en cuenta que hay que recorrer a pie unos 800 m, en menos de 10 minutos y por carretera, para llegar al comienzo del sendero. Así que mucha precaución, aunque a esa hora hay poco tráfico.
Ficha rápida de la ruta
• Descripción]: ascenso por el sendero de Montaña Blanca hasta el base del teleférico en el Teide.
• Tipo: lineal
• Distancia: 9,3 km
• Tiempo real / en movimiento: 4:45 (5:15 desde que comenzamos, con todas las paradas).
• Ascenso total: 1111 m
• Altura mínima: 2321 m
• Altura máxima: 3419 m
• Temperatura: a pesar del sofocante calor, que esperaba con creces los 30ºC, el agradable viento ayudaba bastante a refrescarnos y hacer más liviana la subida.
• Consejos: muchísima agua, 3 l por persona, gorra, protector solar de FPS 50 como mínimo, algo de comida y bastones de senderismo (muy recomendables).
Comenzamos a subir a eso de las 9:15 horas
Los primeros 5-5,5 km son muy cómodos, superando desniveles moderados.
A partir del km. 6 se puso muy dura la cosa: la Rambleta (S-11).
El único lugar donde poder descansar un poco está a unos 8 km: el refugio de Altavista.
Sobre este último, comentar que se encuentra cerrado actualmente por cuestiones de alerta sanitaria de la Covid-19, sin fecha de reapertura.
Nos hubiera encantado pernoctar allí para poder disfrutar de la puesta de sol en la cima.
A eso de las 10:45, una hora y media tras el inicio, llegamos al inicio de la subida de La Rambleta (3555 m). Comienza lo bueno…
Caminos sinuosos interminables y bastante duros. Aquí la dificultad sube hasta el nivel de alta, especialmente por la alta temperatura (a pesar del fresco que corría ese día).
Ánimo con el sendero 7…
Muchas paradas de hidratación y descanso. Y, por supuesto, para girarnos y disfrutar de las maravillosas vistas.
11:15, 2792 m de altitud, media hora de subida de La Rambleta y casi dos horas de ruta.
A las 12:30, aproximadamente, llegamos al Refugio de Altavista. 3150 metros de altitud (según el reloj, porque en el refugio se marcan 3260) y 3:15 horas de ruta.
Según un cartel, el teleférico ya estaba a “sólo” 2 km: una hora de camino y pendiente del 16 %
Son las 12:50, así que seguimos caminando, sin prisa pero sin pausa.
40 minutos después comenzamos a ver tímidamente el cráter del Teide, lo que nos reconforta y nos da un poco de fuerza.
El camino no parecía terminar, pero a las 14 horas llegamos al final del sendero S-11 (Mirador de La Fortaleza). Tras una leve pausa para disfrutar de las espectaculares vistas y comer algo de fruta, hicimos los 500 m que restaban hasta el teleférico.
El descenso hasta la carretera TF-21, como bien indicaba un cartel, se estimaba en 4:15 horas, con un nivel de dificultad alta. Nosotros hicimos la vuelta a pie, pero casi con toda seguridad los tiempos de bajada serán bastantes más cortos.
Tras 9,3 km y 4:45 horas, llegamos por fin a la estación base del teleférico a las a las 14:30. Primer reto conseguido.
El último teleférico de vuelta era a las 18:30. Nuestro permiso de acceso al cráter comenzaba a las 17 horas, por lo que íbamos a tener que correr mucho para llegar a tiempo.
Afortunadamente, nos dejaron entrar antes. A las 14:45 ya estábamos subiendo hacia la cima.
Ficha rápida de la ruta
• Descripción: acceso a la cumbre del Teide desde la base del teleférico
• Tipo: lineal (ida y vuelta)
• Dificultad: fácil, pudiendo ser intermedia por la pequeña posibilidad de sufrir algún leve síntoma de "mal de altura"
• Duración: 1:20 (incluyendo una gran parada en la cima para disfrutar del punto más alto de nuestro país). Aquí ya se acusaba un poco el cansancio del rompe-piernas de La Rambleta.
• Ida: 45 minutos (650-700 metros)
• Distancia: 1,4 km
• Ascenso total: 161 m
• Descenso total: 160 m
• Altura mínima: 3535 (según reloj)
• Altura máxima: 3697 (según reloj, la oficial es de 3715)
Impresionante y reconfortante sendero, con la alegría de haber superado otro reto.
La única dificultad es que tiene es el pronunciado desnivel, con alguna que otra pendiente del 60%, lo que obliga a subir poco a poco para no perder el aliento.
Aunque el Teide no esté activo, no hay más que ver las pequeñas fumarolas de azufre para darse cuenta de que sigue vivo, aunque dormido.
El océano y España a nuestros pies, literalmente.
La persona que se encontraba en el control de acceso del sendero Telesforo Bravo, que fue muy amable y simpática, nos aconsejó acercarnos al mirador de Pico Viejo, un volcán que presume de ser el segundo pico más alto de las Islas Canarias (tras el Teide). Su cráter, de más de 800 m de diámetro, es espectacular. EN 1798 entró en erupción por última vez (expulsó lava y material volcánico durante tres meses seguidos), formando las conocidas como “narices” del Teide. Estábamos bastante cansados por un par de km más no nos matarían.
Ficha rápida de la ruta
• Descripción:[/u] sendero hacia el mirador de Pico Viejo desde el teleférico
• Dificultad: fácil
• Tipo: lineal (ida y vuelta)
• Tiempo real: 35-40 minutos
• Distancia: 1,8 km (ida y vuelta)
• Ascenso total: 55 m
• Descenso total: 58 m
• Altura mínima: 3501 m
• Altura máxima: 3545 m
El sendero no tiene en sí un encanto especial, sobre todo porque está repleto de gente que viene desde el teleférico.
Pero llega hasta el punto en el que se puede apreciar con toda su magnitud el colosal cráter de Pico Viejo.
Como curiosidad, desde el mirador parte una extraordinaria y dura ruta (sendero 9) de descenso por las coladas de lava para llegar a Pico Viejo en 6:30 horas (sólo ida, 9,3 km). La dificultad es marcada como extrema. Sólo para valientes.
A las 17 horas volvimos al teleférico y nos pusimos en cola para tomar el siguiente. Como hemos comentado, estaba muy concurrido y tuvimos que esperar varios "viajes". Sólo hay una línea o cable, así que la única cabina tiene pasar por los siguientes estados: bajar, estacionar, dejar a los pasajeros, desinfección y limpieza, carga de nuevos pasajeros y subida.
Limpieza y desinfección total, pero una capacidad máxima de 40 personas en un habitáculo tan pequeño es, cuanto menos, curioso.
Una vez abajo, teníamos un pequeño “problema”: paseo de 25 minutos por una carretera muy concurrida a esa hora, bajo un sol de justicia, para hacer los 2 km que nos separaban de nuestro coche estacionado en el aparcamiento de Tabonal Negro.
Afortunadamente dimos con un taxista que estaba esperando a unos clientes, que nos hizo el favor de llevarnos en unos minutos hasta nuestro coche por unos insignificantes 2-3 €.
Totalmente agradecimos a este señor, una vez en el coche aprovechamos para merendar unos bocatas (nuestros desayunos eran muy contundentes y durante la ruta sólo tomamos algún tentempié, como barritas energéticas y fruta) antes de volver al Parador a darnos un baño y descansar profundamente antes de la cena.
Próxima parada, Anaga.
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