Llegamos a Islandia a las 12 del mediodía hora local y nada más pasar el control de inmigración, salgo disparado a buscar el coche de alquiler. La recogida es rápida, habiendo pre pagado el coche y hecho el chekin por internet, llegas a la oficina, donde hay una especie de buzones que se abren con un código que previamente te ha llegado por mail y ahí tienes las llaves del coche.
Empieza la ruta. Aunque la idea original era, después de dormir en Keflavik, salir de Keflavik por la mañana y subir hacia el faro de Gardur y dar la vuelta a la pequeña península, pero al tener que empezar el viaje a mediodía, gracias a Vueling, decidimos recortar esa parte, así que nos vamos desde el aeropuerto hacia el Puente entre continentes, para seguir hacia el área termal de Grunhuver y seguir por la costa sur de la península de Reykjanes hacia Brimketill y la ciudad de Grindavik.
Puente entre continentes
Grunhuver
Después de esta ciudad nos encontramos con el parking donde aparcan aquellos que van a ver el volcán que ha entrado recientemente en erupción.
Nos detenemos y nos acercamos, pero nos dicen que la caminata es de unas 4 horas, por terreno pedregoso que hace complicada la marcha. Nosotros hemos pasado la noche en el aeropuerto de Barcelona, prácticamente sin pegar ojo y no nos vemos en condiciones de hacer la subida, así que lo dejamos para otro día y seguimos.
Continuamos hacia los restos del poblado pescador de Selatangar, donde se ven las ruinas de las antiguas cabañas de los pescadores y después hacia los acantilados de Krisuvikurberg.
Selatangar
Krisuvikurberg
A partir de aquí, entramos ya hacia el interior de la península pasando por el área geotérmica de Seltun y el lago Kleifarvatn en dirección hacia Reikiavik, donde nos espera el hotel, una cerveza y una noche de descanso que ansiamos tras las peripecias de andar más de 36 horas dando tumbos por ahí.
Seltun Geothermal