El día de hoy lo tenemos libre. No hemos reservado más excursiones porque los niños están cansados de ir a playas para estar 20 minutos al Sol y todo el día en el barco de un lado a otro. Como ya habíamos hecho una excursión el día anterior y sólo nos quedaba este día, decidimos quedarnos por la zona.
Por la mañana cogemos los bártulos y nos vamos camino de la playa del hotel Centara. Hay que pasar un monkey trail (pero que nosotros no vemos monos) y unos 20 minutos después allí estamos.

Hay una genial tranquilidad así que nos bañamos, descansamos, nos hacemos fotos, jugamos a las cartas… en fin.. pasamos la mañana.
A la hora de comer volvemos por el mismo camino y nos paramos en uno de los restaurantes que habíamos visto a la ida.

Vimos varios pero nos decantamos por “C2 beach club” ya que tiene unas camas donde podemos relajarnos y tomar una cervecita antes de comer con un paisaje inigualable.


Comemos normal, dentro de los 1.000 bath aproximados que nos está costando comer/cenar diariamente. Nos quedamos allí relajándonos un rato después (a pesar de que veíamos el cielo negro, finalmente se despejó y se quedó un día fantástico. Cuando nos cansamos, nos volvemos al hotel.
Allí pasamos el resto de tarde en la piscina. Volvemos pronto a la habitación para duchas y hacer maleta ya que al día siguiente cogemos un avión a Bangkok pronto por la mañana.
Por la tarde, mientras damos un paseo, vamos a una de las agencias para pedir una van que nos lleve al aeropuerto por 450 bath (lo tienen anunciado) pero “casualmente” en las 3 agencias que preguntamos lo tienen completo y lo único que nos ofrecen es un taxi privado por 600 bath. Miramos en Grab y el precio es similar (en ese momento) y desde el hotel nos habían ofrecido el mismo transporte por 700 bath.
Decidimos no marearnos más y cogerlo con esta agencia. Finalmente va todo fenomenal.
Esa tarde, cuando salimos a buscar un sitio para cenar vemos que se levanta un airazo tremendo así que intuimos que viene una tormenta. Nos paramos en el restaurante que tenemos justo al lado en ese momento del paseo (Jeanette’s Italiano restaurant) para evitar que la tormenta nos pille en la calle. Les decimos que solo queremos unas cervezas y nos suben al piso superior y, de repente, comienza la tormenta.
Asumimos que vamos a estar allí un buen rato y pedimos la carta. Tienen de todo. Pedimos unos platos y cerveza muy fría (que manía con no tener fría la cerveza). El camarero, súper amable, nos trae una cubitera con varias cervezas dentro para que se mantengan frías. ¡Ya es nuestro nuevo mejor amigo! Al final, pasamos toda la noche allí en el restaurante. Además, tienen televisiones con vídeos musicales que a mis hijos les encanta.
Y el precio… pues bastante barato ya que con todas las cervezas que tomamos no llegó a 1.000 bath la cena. Me encantan estos planes improvisados en los que no hay casi expectativas y todo sale bien.
De camino a la zona de bares a “tomar la última” se pone a llover de nuevo y paramos en el primer sitio que vemos. Tienen música en vivo y juegos de mesa. Los niños entretenidos con el “Conecta 4” y los papis con cervezas.



Al final, un día redondo ;D