Nos levantamos temprano, con la salida del sol y después de desayunar volvemos al coche y salimos de la granja en dirección a las Lagunas Saladas.
Las "Lagunas Saladas" del Chaco hacen referencia a un conjunto de lagunas y humedales que se encuentran en esta región. Estas lagunas y humedales son una parte importante de los ecosistemas de la región y un paraíso para los ornitólogos.
Amanecer en el Chaco
En primer lugar, nos dirigimos hacia la que queda más alejada de nuestro alojamiento, partimos hacia la zona de Campo María y la reserva natural de ese mismo nombre.
Salimos de Neuland y después de cruzar la Transchaco en el cruce de Choferes del Chaco, seguimos en dirección este por unas pistas de tierra, en perfecto estado (lo normal en estas zonas cuidadas por los menonitas) y que tienen la curiosa característica de ser unas pistas totalmente rectas, en las que puedes conducir durante 10 kms totalmente recto, para llegar de pronto a una curva de 90 grados y continuar después varios kms más en línea recta.
Así, poco a poco, nos vamos acercando a la zona de la reserva de Campo María, cuando de pronto una puerta en mitad de la pista nos corta el paso.
Según Google Maps, debemos seguir rectos, pero ahí está esa puerta y mirando el mapa, no se aprecia ninguna alternativa a la ruta que nos marca Maps. Nos acercamos a la puerta y vemos que no está cerrada con ninguna cadena o candado, simplemente está cerrada y es posible abrirla sin tener que forzar nada, además, no sé ve en parte alguna ningún letrero o aviso que prohíba el paso, así que decidimos abrir la puerta, cruzarla y volver a cerrarla para continuar por la ruta marcada.
Nos dirigimos hacia una zona conocida como “Mirador del Chaco Lodge”, lo cual nos hace pensar, que quizás nos hemos metido en alguna propiedad privada, en la que habría que pagar para llegar, pero mientras vamos avanzando, nos cruzamos con un par más de vehículos y en ningún momento nadie nos dice nada.
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Laguna Campo maria
Finalmente llegamos al mirador. Este mirador es una torre de observación, levantada sobre un pequeño montículo y desde el cual puedes observar un par de lagunas con total tranquilidad. Pasamos aquí un buen rato, viendo diferentes especies de aves, incluyendo los famosos flamencos rosados y después, bajamos de la torre y damos un paseo a pie por la zona. No hace falta decir, que a parte del par de vehículos con los que nos hemos cruzado al venir, no vemos ni un alma en todo el rato que estamos por aquí.
Laguna Campo Maria
Regresamos siguiendo el mismo camino por el que vinimos, hasta llegar a la puerta que cierra la pista sin ver a nadie más y repetimos el proceso de abrir la valla, pasar y volver a cerrarla. A continuación nos dirigimos hacia otra zona húmeda, hacia Laguna Capitán.
Laguna Capitán, donde se encuentra un campamento donde es posible pernoctar, ya sea en habitaciones o en tiendas, es otra de las lagunas saladas y una de las más conocidas.
Laguna Capitán
Una vez más, la cantidad de aves que habitan en la zona es impresionante y los paisajes de estas áridas tierras, con los troncos de árboles secos y las lagunas, cada una de ellas más o menos saladas te tienen como hipnotizado y te cuesta regresar al coche y marcharte de ahí.
Laguna Capitán
Al mediodía comemos en un restaurante de carretera, donde comemos por menos de 10€ unas carnes excepcionales y unas cervezas heladas, cosa esta, la de la calidad de la carne, que seguiremos disfrutando a lo largo de todo el viaje, en cualquier zona del Paraguay por las que pasaremos, el “bife de chorizo” (que es una parte de la ternera, no el chorizo que conocemos nosotros) o la “tapa de cuadril” son auténticos manjares para todo aquel que disfrute comiendo carne.
El tiempo pasa y va siendo hora de regresar a nuestra “casa” en Neuland, así que iniciamos la vuelta hacia Harmony of the Wilderness, donde llegamos con el sol ya poniéndose y donde cenaremos los alimentos y bebidas que compramos en el supermercado de Neuland, supermercado que no tiene nada que envidiar a cualquiera de los que tenemos por aquí, ni en cantidad, ni en variedad de productos.
Y un día más, mientras cenamos y vamos recordando todo lo que hemos conocido durante el día, no podemos de dejar de comentar la amabilidad de las gentes que habitan estas tierras, algo que como iremos viendo a lo largo de los siguientes días, es una característica común a todos los paraguayos con los que tuvimos el placer de cruzar unas palabras a lo largo del viaje.