La llegada a Guatemala ha sido una condena de buses. Todo el día en la carretera.
He cogido el bus a Guatemala a las 7:30 desde la estación de San Salvador. Por 17 dólares está bastante bien; te ahorras hacer mil transbordos y el paso de frontera te facilita mucho. En bus público te puede llevar fácilmente el doble de tiempo.
En el autobús iban todos salvadoreños y guatemaltecos y yo, el único guiri. El autobús ha sido un suplicio: siete horas y media con el aire acondicionado a todo lo que daba. La gente hasta se quejaba y el tío decía, de malas maneras, que no se podía quitar. Yo llego a sospechar que los conductores ponen el aire tan fuerte para no dormirse. Esto me va a costar un constipado bueno. Aparte del aire, lo peor han sido los controles. En la parte salvadoreña, media hora con dos chavales del bus; les han registrado todo de arriba abajo. En la parte guatemalteca, otro tanto. Primero un control de la policía y luego otro del ejército. Y nuevamente se cebaban con los mismos chavales. Por lo que dicen los paisanos del bus, es porque son jóvenes y vienen juntos del mismo pueblo. Una hora fácil parados con el control del ejército y el aire modo Siberia.
Por fin hemos llegado a Ciudad de Guatemala, pero aún queda llegar a Antigua. Les he preguntado a unas señoras y me han llevado, casi de la mano, hasta donde se coge el bus a Antigua. El bus a Antigua ha sido otra condena: dos horas con un tráfico infernal y el bus hasta arriba de gente, sin un milímetro de espacio personal y con la movilidad claramente reducida a la cabeza, de música de Peso Pluma sonando como si el concierto fuera en directo. Lo del tráfico es brutal.
Pasadas las 16:00 he llegado a Antigua desde las 7:30 de la mañana... y sin comer nada. He dejado las cosas en el alojamiento y me he ido primero a cambiar quetzales y a agenciar los tours que haré estos días. Efectivamente llevo un constipado importante. He pasado por una farmacia y parece ser que aquí "constipado" viene a ser lo que nosotros llamamos "estreñimiento". Aquí al constipado le llaman catarro. Menos mal que el farmacéutico me ha visto guiri y me ha preguntado los síntomas porque no veía claro lo del "constipado" con mi voz nasal.
He llegado a Antigua en plena celebración de Halloween y, además, el día de San Judas Tadeo, el patrón de los imposibles, que aquí le tienen especial devoción. Procesiones por la calle, gente disfrazada, fuegos artificiales, petardos, puestos de comida... Un ambiente chulísimo. La ciudad, aunque solo la he visto de noche, tiene muy buena pinta. Todas casas bajas de colores. Sin lugar a dudas, el sitio en el que más turistas me he encontrado de todo el viaje. Los guiris somos mayoría.
Después de pasar a la misa de San Judas y marear por los puestos ambulantes, me he ido al alojamiento destrozado. Con la tontería, se me ha hecho tarde. Mañana voy sin prisa, así que a ver si recupero sueño y se me quita el "constipado" del bus.