Para ir desde Sidemen hasta las Gili teníamos que llegar hasta el puerto de Padangbai. El billete de barco lo teníamos ya comprado online en 12goAsia.
Fue fácil conseguir un Gojek. Por 190.000 idr nos llevaron al puerto en 1 hora.
Una vez allí nos fuimos a comer a un warum para hacer tiempo hasta las 14.30h.
No anticipábamos entonces la pesadilla que se nos venía encima.
Cuando llegamos al puerto de los fastboats (que no es el mismo que el de los ferrys púbicos) aquello era un caos absoluto. La cola era inmensa. No se podía avanzar. La gente que llegaba al puerto no podía casi ni salir del muelle al desembarcar, alguno estuvo a punto de irse con las maletas al agua...
Nosotros estábamos ahí con nuestro papelito de 12goAsia abrasados al sol y no podíamos avanzar ni un paso. Más de 1hora estuvimos así. Veíamos que llegaban barcos y se iban pero la cola no se movía. Muy bonitas tenían que ser las Gili para perder un día de esta manera.
Jordi me dijo: - has visto que todo el mundo lleva una tarjeta colgando del cuello?
Resultó que había que ir a hacer una especie de check in a la taquilla de la compañía y nosotros no lo sabíamos. Tuve que salir del puerto e ir corriendo a buscar la oficina...casi nos quedamos sin subir. A parte de la tarjeta al cuello, también te ponen una pegatina en el pecho con el nombre de la isla a la que vas: Gili Trawangan o Gili Air.
Me dediqué a observar el tipo de viajero que iba a Air y el tipo que iba a Trawangan. Eran claramente perfiles distintos.
Los que iban con niños casi todos iban a Air. También los de mediana edad.
La pegatina de Trawangan la llevaban mayoritariamente los viajeros más jóvenes y los que aún pasando de 30 o 40 tenían un perfil más de viajero desenfadado.
El barco salió casi 2 horas más tarde de lo esperado.

Como estuvimos allí mucho tiempo vimos un montón de barcos de diferentes compañías. Todos muy cutres la verdad. Y con lo revuelto que estaba el mar muy seguros a mí no me parecían. Dentro de lo malo, los que mejor pinta tenían eran los de Eka Jaya, que era el nuestro, lo había contratado por eso, pese a ser más caro que el resto. También fue el único barco que se dignó a poner unas cintas para que los pasajeros que llegaban pudieran desembarcar dignamente sin que la turba los arrasara.
Una vez zarpamos empezó el reparto de bolsitas para los vómitos. Aquello era un festival del mareo. No había narices de levantarse del asiento y como suele pasar en estos casos.. el barco en su conjunto se sumió en un silencio inquietante.
Llegamos a Gili Trawangan que ya se estaba poniendo el sol. El desembarco fue en un muelle. Lo comento porque tenía entendido que nos dejaban en la arena....creo que eso es si cojes el ferry público.
