En la parte occidental del litoral del Mar de Fora se encuentra la Praia do Leao, en la que culminó nuestra caminata por el sendero de Capim Açu y a la que vinimos con anterioridad en el tour general por la isla.
Se encuentra dentro del parque nacional, por lo que es necesario el ticket para visitarla. Por carretera, se accede desde el Centro de Información junto al que hay un mirador con vista a la playa y a los dos islotes que están frente a su costa: Ilha do Morro do Leao e Ilha do Morro da Viúva.

La Praia do Leao es una de las más extensas de todo Noronha y de enorme interés para su ecosistema porque a ella van cientos de tortugas a desovar. Habíamos visto algunos nidos en Praia do Sancho, pero aquí hay numerosas estacas clavadas por el personal del parque en la arena indicando los puntos de desove.
En muchos se veían los cráteres abiertos por las tortugas para enterrarlos y sus huellas dejadas en la arena al arrastrarse, que aún no habían sido borrados por el oleaje. Las estacas tienen unas tablillas explicativas de los hábitos reproductores de las tortugas

La Ilha do Morro do Leao da nombre a la playa, está deshabitada y su nombre viene de que semeja la silueta de un león marino, pero no a que estos mamíferos anduvieran alguna vez por aquí. La Ilha do Morro da Viúva es más pequeña y está más cerca de la costa y es una barrera de protección ccntra las corrientes, de tal manera que, frente a ella, es el úmico lugar seguro para el baño.

Esta playa, al igual de todas las que se encuentran dentro del parque nacional no dispone de instalaciones ni restaurantes, lo que hace que esté bastante solitaria. Algunos pocos bajan con su sombrilla y nevera para echar unas horas de baño.
Nuestro recorrido por el parque nacional termina en la Praia do Sueste, a la que se puede llegar por carretera asfaltada y, por tanto, con parada de autobús. Nosotros estuvimos sólo una vez en ella, recorriéndola a pie en un día en que no lucía el sol.
Tiene una bahía estrecha y bien protegida en su entrada por dos islotes, lo que hace que sea de las playas con menos oleaje y corrientes de toda Noronha.

Estas características la hacían una de las favoritas para el baño. Sinembargo, desde un ataque en su misma orilla de un tiburón tigre a una niña en el año 2.022, está cerrada al baño, ya que al tiburón se le ha seguido viendo desde entonces por la bahía. Al igual que en las demás playas de la isla, hay paneles de advertencia sobre el riesgo de presencia de tiburones peligrosos.
En esta playa se pueden ver tiburones limón que se dejan arrastrar por la corriente sobre la arena. Como el tiburón tigre es su depredador, llega también hasta la orilla para su captura.

Hasta aquí llegó nuestro recorrido por el parque nacional ya que, más hacia el este se encuentra Praia Atalaia, la cual precisaba de permiso para su visita que no pudimos conseguir.
El sexto día de estancia en la isla teníamos el vuelo de regreso a Recife. Como en el aeropuerto no se precisa con mucha más antelación que en una estación de autobuses, aún tuvimos tiempo de irnos al puerto a hacer las compras de rigor.
Antes de marcharnos, Apoli nos dió algunas recomendaciones para nuestra estancia en el continente, tanto por los sitios a visitar cerca de Porto de Galinhas, como por las precauciones a tomar por motivos de seguridad: especialmente, evitar los núcleos urbanos, no hacer ostentación y sólo llevar con nosotros lo imprescindible.
El turismo en Noronha es masivamente brasileño. Nos encontramos con muy pocos extranjeros. En la excursión en catamarán fuimos los únicos y también en el vuelo de vuelta. Una azafata tuvo la deferencia de dar las normas de seguridad, además de en portugués e inglés, en español y después pasó a saludarnos, charlas un rato y a ofrecernos para tomar lo que quisiéramos. Una amabilidad de la tripulación.