Sonó el despertador, a uno que yo me sé le había costado dormir después de la panzada en el Carnivore, aún así, como teníamos el desayuno incluído en el precio de la habitación, bajamos a desayunar.
Lo siguiente fue coger otro Uber para ir al aeropuerto. Hoy volaríamos a Ukunda para pasar unos días en Diani Beach, una larga e increíble playa de fina arena de 25 km de largo bañada por las cálidas aguas del océano Índico..
Intentando cuadrar fechas y horarios optamos por elegir dos compañias diferentes, a la ida volamos con Eastafrican, y a la vuelta con Jamboyet. Ambas correctas y puntuales.
Lo siguiente fue coger otro Uber para ir al aeropuerto. Hoy volaríamos a Ukunda para pasar unos días en Diani Beach, una larga e increíble playa de fina arena de 25 km de largo bañada por las cálidas aguas del océano Índico..
Intentando cuadrar fechas y horarios optamos por elegir dos compañias diferentes, a la ida volamos con Eastafrican, y a la vuelta con Jamboyet. Ambas correctas y puntuales.

En el corto vuelo nos dieron una galleta y una botellita de agua, un detalle oye
.



Nos habría gustado alojarnos en Bidi Badu, una especie de hotel para viajeros low cost junto a la playa. Pero como no habíamos hecho reservas previamente, con dos días de antelación, que es cuando lo intentamos reservar, ya no quedaban habitaciones. Además, nuestras amigas Isa y Judith, se alojaban allí también, así que era otro punto a favor. Después de mirar un poco en booking, encontramos el Coral Beach Resort, estaba muy bien de precio, ofertaban un hermoso y grande bungalow con cocina incluída, piscina junto al mar etc. La verdad es que el sitio era una pasada y bastante económico para todo lo que ofrecía....El pero estaba en la propio nombre del alojamiento y en el que no habíamos caído "Coral Beach"....¡¡Habíamos escogidon el único sitio donde no te podías meter al mar por todas las rocas y corales muertos que había!!! Diani es en una playa de arena blanca de 25 km y ni se nos ocurrió pensar en que podía haber rocas en esa zona....Así entendimos porqué era tan económico.
Dejando a un lado que había que andar un poco para llegar a la zona de arena, el alojamiento era de ensueño. Con la suerte, nuevamente, de estar prácticamente solos.




Pasamos la tarde en la piscina, qué agua tan calentita
. Por la noche fuimos a cenar al Bidi Badu con Judith e Isa. Tocaba ponernos al día de nuestras aventuras vividas, habíamos coincidido con ellas en Nakuru, así que teníamos mucho que contarnos. Cenamos unas pizzas buenísimas en la misma playa del Bidi Badu, eso sí, tardaron medio siglo en prepararlas, habitual por esos lares
. Las risas se sucedieron entre las anécdotas.
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