El despertador sonó un poco antes del amanecer. La noche anterior Mike nos hizo la cena, buenísima por cierto, y también nos haría el desayuno, unos crepes, tortilla y café con leche. La leche era bastante fuerte, pero a mi me encantó, por no hablar de los crepes...¡Qué ricos! Mike nos contó que había sido cocinero durante muchos años en uno de los lodge de lujo que hay dentro de Samburu, la verdad es que cocinaba muy bien.
Después de un buen desayuno y una ducha, ¡Samburu, pa`llá vamos otra vez!. Nada más entrar, vimos unas huellas de leones que iban hacia la hierba, pero al estar bastante alta, fue imposible verlos. ¡Qué pena! Todo no va a ser llegar y besar al Santo, ¿no?
Estos son algunos de los bichillos del día:
Oryx
Secretario
Tratamiento de Spa con arenas del Ewaso Ngiro
Avutarda kori
Llegó el mediodía y el calor que hacía era axfisiante, no se movía ni un alma por el parque, así que decidimos volver al camping a comer algo y descansar un poco hasta que pasaran las horas más sofocates del día.
Me gustaría añadir una pequeña descripción de los aseos, por si alguien quiere ir allí, sepa lo que va a encontrarse: Las duchas eran de agua fría, aunque con el calor que hace allí, estaba bastante templada. No había luz, así que utilizabamos las linternas frontales. Los WC tampoco tenían luz, desde la taza se veía un agujero muy muy profundo a donde iban todos los excrementos a parar, eso fue lo que menos nos gustó del camping.
Nada más llegar al camping, allí teníamos a Mike. En cuanto nos veía aparecer allí que venía para ver si necesitabamos algo o podía ofrecernos alguna "actividad extra".
Mike vivía al lado, en un poblado de la etnia Samburu, nos comentó si queríamos ir a visitarlo por el "módico" precio de 1000 KES/persona. No teníamos intención de hacer este tipo de actividades ni aquí ni en Masai Mara, porque nos suelen parecer un teatro para sacar la pasta al guiri. Pero al final, la insistencia de Mike logró convencernos y allí que nos fuimos...
La visita, de unos 10 minutos, comenzó con un baile y cánticos a nuestra llegada. Me pusieron un collar de mujer Samburu y a Álvaro un colgante de hombre Samburu para hacernos parte de la tribu (traducción=para luego intentar vendérnoslo al final de la corta visita).
Uno de los integrantes, un joven de unos 18- 20 años, saltaba cada vez más alto mientras los demás cantaban cada vez más fuerte. He de reconocer que esta parte me gustó mucho, lo había visto en algún documental de La 2, y ver y sentir en directo esas voces tan privilegiadas me puso los pelos de punta.
A continuación, un hermano de Mike (al parecer, todos son hermanos ), nos dió una mini vuelta por el poblado, nos enseñó una casa por dentro, un corral y a los niños de la escuela. Aquí llegó otra pequeña estafa, para ver a los niños, había que pagar 500 KES más, nosotros nos queríamos hacer nada más....Pero a ver quién les decía que no....Por este tipo de cosas no nos gusta ir a estos sitios.... Pues nada, allí que nos cantaron una canción con las letras del abecedario.
La visita finalizó con un hombre enseñándonos a hacer fuego, y dejándole practicar a Álvaro, yo como mujer, no tenía permitido ni intentarlo. Ahí ya no voy a entrar...sus costumbres...suyas son.... .
Y de repente, a parecieron unas 10 mujeres con sus collares y abalorios para intentar vendernos algo.
Lo dicho, este tipo de situaciones, nos agobian y nos hacen tener sentimientos encontrados. Por una parte piensas en que esos euros no nos van a sacar de pobres y por otra te sientes obligado y estafado, porque muchas veces se ven malas caras o de decepción, como si fuera tu obligación soltar todos los euros que llevas....No sé...Por eso solemos evitarlas.
Me gustaría añadir una pequeña descripción de los aseos, por si alguien quiere ir allí, sepa lo que va a encontrarse: Las duchas eran de agua fría, aunque con el calor que hace allí, estaba bastante templada. No había luz, así que utilizabamos las linternas frontales. Los WC tampoco tenían luz, desde la taza se veía un agujero muy muy profundo a donde iban todos los excrementos a parar, eso fue lo que menos nos gustó del camping.
Nada más llegar al camping, allí teníamos a Mike. En cuanto nos veía aparecer allí que venía para ver si necesitabamos algo o podía ofrecernos alguna "actividad extra".
Mike vivía al lado, en un poblado de la etnia Samburu, nos comentó si queríamos ir a visitarlo por el "módico" precio de 1000 KES/persona. No teníamos intención de hacer este tipo de actividades ni aquí ni en Masai Mara, porque nos suelen parecer un teatro para sacar la pasta al guiri. Pero al final, la insistencia de Mike logró convencernos y allí que nos fuimos...
La visita, de unos 10 minutos, comenzó con un baile y cánticos a nuestra llegada. Me pusieron un collar de mujer Samburu y a Álvaro un colgante de hombre Samburu para hacernos parte de la tribu (traducción=para luego intentar vendérnoslo al final de la corta visita).
Uno de los integrantes, un joven de unos 18- 20 años, saltaba cada vez más alto mientras los demás cantaban cada vez más fuerte. He de reconocer que esta parte me gustó mucho, lo había visto en algún documental de La 2, y ver y sentir en directo esas voces tan privilegiadas me puso los pelos de punta.
A continuación, un hermano de Mike (al parecer, todos son hermanos ), nos dió una mini vuelta por el poblado, nos enseñó una casa por dentro, un corral y a los niños de la escuela. Aquí llegó otra pequeña estafa, para ver a los niños, había que pagar 500 KES más, nosotros nos queríamos hacer nada más....Pero a ver quién les decía que no....Por este tipo de cosas no nos gusta ir a estos sitios.... Pues nada, allí que nos cantaron una canción con las letras del abecedario.
La visita finalizó con un hombre enseñándonos a hacer fuego, y dejándole practicar a Álvaro, yo como mujer, no tenía permitido ni intentarlo. Ahí ya no voy a entrar...sus costumbres...suyas son.... .
Y de repente, a parecieron unas 10 mujeres con sus collares y abalorios para intentar vendernos algo.
Lo dicho, este tipo de situaciones, nos agobian y nos hacen tener sentimientos encontrados. Por una parte piensas en que esos euros no nos van a sacar de pobres y por otra te sientes obligado y estafado, porque muchas veces se ven malas caras o de decepción, como si fuera tu obligación soltar todos los euros que llevas....No sé...Por eso solemos evitarlas.
Visita a un poblado Samburu
Después de la visita al poblado Samburu volvimos a entrar a la reserva. Este día no hubo suerte con los felinos, peroal atardecer tuvimos un momento inolvidable con una manada de más de 50 elefantes que volvían de refrescarse en el río.
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Por la noche, cenamos junto a una hoguera que Mike y su hermano (otro hermano ) nos habían preparado. Había millones de estrellas, la cena estaba riquísima, aún nos esperaban platos fuertes como Masai Mara, pero no podíamos dejar de sentir pena por despedirnos de nuestro queridísimo Samburu, volví enamorada de esta reserva y espero poder volver algún día.