Penúltimo día en Canada. El tiempo ha pasado volando y las vacaciones se acaban. Teníamos una gran tristeza en nuestros corazones de dejar atrás las Rocky Mountains.
Recogimos las cosas, dejamos limpia la cabina y nos despedimos de nuestro peculiar y simpático propietario del Holyday Lodge.
Salimos pronto de Banff hacía Calgary estaba relativamente cerca aproximadamente a una hora de Banff por la Highway 1. La hora prevista para hacer el check-in del Bed & Breakfast que habíamos reservado era a las 14 h. Lo primero que hicimos al llegar a Calgary fue localizar el Bed & Breakfast, una vez localizado nos paramos para decidir que queríamos ver de la ciudad y sacamos la lista que habíamos confeccionado con los puntos de más interés de Calgary. Es una ciudad grande pero muy estresante porque en todas partes te hacen pagar por aparcar el coche y no hay casi zona de aparcamiento gratuito, o pagas o lo dejas como máximo una hora.
Lo primero que visitamos fue el Fuerte y la Stampede, pensando en el aparcamiento allí te dejaban 2 h gratuitas. Tenía muchas ganas de ver como era la Stampede porque me encanta todo lo que está relacionado con el Far West, cowboys, rodeos etc... ya sabía que la mejor época para visitarla en todo su apogeo es durante el mes de julio pero tenía la esperanza de ver alguna cosa relacionada con el tema. Me llevé una pequeña desilusión ya que el recinto es un recinto cerrado y no se veía nada desde fuera. Si querías entrar supongo que con comprar la entrada podías acceder pero tampoco sabía si dentro iba a ver lo que me imaginaba sobre la Stampede y lo dejamos correr.
Recogimos las cosas, dejamos limpia la cabina y nos despedimos de nuestro peculiar y simpático propietario del Holyday Lodge.
Salimos pronto de Banff hacía Calgary estaba relativamente cerca aproximadamente a una hora de Banff por la Highway 1. La hora prevista para hacer el check-in del Bed & Breakfast que habíamos reservado era a las 14 h. Lo primero que hicimos al llegar a Calgary fue localizar el Bed & Breakfast, una vez localizado nos paramos para decidir que queríamos ver de la ciudad y sacamos la lista que habíamos confeccionado con los puntos de más interés de Calgary. Es una ciudad grande pero muy estresante porque en todas partes te hacen pagar por aparcar el coche y no hay casi zona de aparcamiento gratuito, o pagas o lo dejas como máximo una hora.
Lo primero que visitamos fue el Fuerte y la Stampede, pensando en el aparcamiento allí te dejaban 2 h gratuitas. Tenía muchas ganas de ver como era la Stampede porque me encanta todo lo que está relacionado con el Far West, cowboys, rodeos etc... ya sabía que la mejor época para visitarla en todo su apogeo es durante el mes de julio pero tenía la esperanza de ver alguna cosa relacionada con el tema. Me llevé una pequeña desilusión ya que el recinto es un recinto cerrado y no se veía nada desde fuera. Si querías entrar supongo que con comprar la entrada podías acceder pero tampoco sabía si dentro iba a ver lo que me imaginaba sobre la Stampede y lo dejamos correr.
Desilusionados porque realmente Calgary no nos gustaba mucho, suponemos que después de ver las Rocky Mountains todo lo que venía era insipido. Decidimos ir a pasar el día al zoo. Leímos en la guía que el Zoo de Calgary es importante por la diversidad de animales como los autóctonos de la zona y que por mala suerte no habíamos visto durante el viaje. También nos ayudó a decidirnos que en el zoo teníamos parking gratis todo el tiempo y nos teníamos que preocuparnos por el coche. No confiaba en la visita al zoo porque tengo un leve recuerdo del que tenemos en nuestra ciudad y no me hacía mucha gracia, pero allí estabamos como 2 niños pequeños en el zoo. La gran sorpresa fué que casi nos encierran dentro, porque nos olvidamos del tiempo de lo bien que nos lo estabamos pasando. Vimos todo tipo de animales, los autóctonos de Canada y de otras partes del mundo. Fue como volver a la niñez.
Sobre las 5 de la tarde se cerraban las puertas del zoo y nos dirigimos al Bed & Breakfast en la calle 11. Aparcamos el coche delante de la casa y nos salió a recibir John, nos dijo que el coche lo dejaramos un poco más atrás de la entrada que no pasaba nada por dejarlo allí aunque en toda la calle estaba prohibido aparcar. Nos comentó que lo mejor sería no dejar nada a la vista porque por las noches en esa zona podían abrir los coches para coger las pertenencías. Después nos enseñó la casa, la zona de almuerzo donde estaba todo para desayunar y subimos a la planta de arriba para mostrarnos cual sería nuestra habitación. Nos quedamos con la boca abierta. La habitación era muy amplia, muy limpia, con terracita, mini cocina, nevera y ordenador que pena que solo pudieramos disfrutarla una noche ya que nuestro vuelo salía al día siguiente.
También nos recalcó que por la casa teníamos que ir sin los zapatos porque le gustaba la limpieza y eso era un motivo para mantener más limpia la casa. A nosotros no nos importaba nos daba más sensación de estar como en casa.
Nos dió alguna información más sobre el barrio como la zona de tiendas y restaurantes y se despidó de nosotros. Nos acicalamos un poco y fuimos a dar una vuelta por el barrio. Acabamos en un italiano cenandocomo los turistas a las 7 de la tarde. Cansados nos retiramos a nuestra super habiatación a ver un poco la tele y organizar las maletas.
Nos dió alguna información más sobre el barrio como la zona de tiendas y restaurantes y se despidó de nosotros. Nos acicalamos un poco y fuimos a dar una vuelta por el barrio. Acabamos en un italiano cenandocomo los turistas a las 7 de la tarde. Cansados nos retiramos a nuestra super habiatación a ver un poco la tele y organizar las maletas.