China milenaria ✏️ Blogs de China15 días visitando los lugares mas representativos de China; Beijing, Xi'am, Guilim, Lonji, Yangshuo, Hangzhou, Suzhou, Tongli y Shanghai.Autor: Charucag Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (48 Votos) Índice del Diario: China milenaria
01: Itinerario, vuelos y hoteles.
02: Vuelos
03: Primera impresión de China y Hotel Courtyard
04: Ciudad Prohibida, Ópera de Beijing y Una Olla Estúpida
05: La gran Muralla y un gran cabreo. Un marido perdido y encontrado
06: Muchas visitas, una rodilla chascada y un guía que se queda sin propina
07: Adios Beijing. Buenas noches Xi'Am
08: Los Guerreros de Terracota y un festín de Dim Sun
09: Un zoco árabe en el corazón de China
10: La Terrazas de Arroz de Longji en palanquín.
11: Crucero por el rio Li, un paisaje de ensueño
12: Yangshuo: un hotel encantador y un poquito de aventura
13: Guilin
14: Hangzhou, Un día pasado por agua.
15: Hangzhou-Suzhou
16: Suzhou, la ciudad de los jardines y un poco de rock en vivo
17: Tongli, una ciudad de canales
18: Shanghai. Adios, China.
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Etapas 16 a 18, total 18
Programa: Visita del Jardín del Administrador Humilde, Colina del Tigre, Jardín Maestro de Red y visita de una fábrica de seda. Día 9 de mayo. Jueves. Programa realizado: Visita de los jardines, de la fábrica de seda, del mercado antiguo y paseo en barca por el canal.
Hoy nos levantamos pronto, como siempre, y bajamos a desayunar al mismo restaurante donde anoche cenamos y donde está puesto el bufet del desayuno. El mejor de todos los desayunos que hemos tenido hasta ahora, variadísimo y de gran calidad todo lo que ofrecían, con gran variedad de fruta fresca. Es curioso que en este país con tanta fruta y tan variada hasta ahora, en la mayor parte de los desayunos y comidas, solo nos hayan ofrecido sandia y manzanas. Nos viene a recoger nuestra guía, una señora de nuestra edad o algo mayor y que ha estado 10 años en Sudamérica por lo que habla perfectamente el español pero que tiene la curiosa costumbre de asegurarse de que has entendido lo que te dice con un “¿lo entendió, si, no? Y, a veces, te lo hace repetir. Vamos que Jose y yo nos miramos divertidos y le dije por lo bajito: “ya te puedes acordar bien de lo que nos cuenta o nos pone de cara a la pared”. Parecía talmente una profesora de las de antes. En nuestra primera salida no tomamos el coche pues vamos a visitar el Jardín del Maestro de Red y está a tan sólo 5 minutos a pié de nuestro hotel, así que nos vamos andando, atravesando callejuelas y mercadillos. Sigue lloviendo, cada vez más. Jardín del Maestro de Red De los dos jardines más conocidos de Suzhou, este es el más pequeño y, para mí, el más encantador, posiblemente porque casi no había público y pudimos verlo con tranquilidad. Esta visita comprende la casa y el jardín, de forma que se puede ver cómo era una mansión de la alta burguesía en aquella época. Se accede por una habitación que tiene una de sus paredes de madera labrada y haciendo como una celosía enorme por la que se puede ver el jardín. En esta habitación se expone una silla de manos de caoba maciza que pesa 500kg sólo la silla, así que podéis imaginaros cuántos porteadores se necesitarían para transportarla. Desde aquí se accede a la casa de verdad a través de una puerta de piedra ricamente ornamentada. Y se pasa a lo que aquí llamaríamos la sala de recibir, la sala de mayor importancia de la casa en la que se recibe a las visitas. Esta sala está adornada con muebles de calidad y pinturas valiosas con un enorme brasero de bronce en el centro. Por cierto que los adornos de las sillas son placas de mármol elegidas cuidadosamente de forma que el dibujo del mármol parece una montaña. Desde esta sala se accede a otro patio estrecho, casi un pasillo y desde aquí, a través de otra puerta de piedra pero menos ornamentada pasamos al resto de las habitaciones de la casa. Se ven varias habitaciones diferentes todas ellas con el mobiliario de la época y adornadas con pinturas originales, esta que os muestro fue objeto de un robo hace no demasiado tiempo. Afortunadamente el original está en el museo pero nos dijeron que incluso la copia es de alto valor, menos mal que pudieron recuperar la pintura. Pero lo más bonito de este lugar es su jardín que contiene todos los elementos característicos de los famosos jardines históricos de Suzhou, desde galerías cubiertas. Hasta jardines de rocalla Y, naturalmente, un precioso jardín con un lago central en el que nadan las carpas Después de visitar este jardín tomamos el coche y nos fuimos hasta nuestra siguiente parada El Jardín del Administrador Humilde. Lo primero que se hay que decir es que no sé de dónde se han sacado que este administrador era humilde, porque, si juzgamos por su casa, era un total y absoluto presuntuoso y habría que investigar de dónde salió el dinero para pagarla. Como podéis apreciar en el plano se trata de un conjunto de edificaciones que conformaban la casa y un jardín de dimensiones fastuosas en el que se levantan todo tipo de edificios auxiliares, desde kioscos hasta pérgolas pasando por un teatro para representaciones de ópera en el que todavía se ofrecen espectáculos en verano. Si no me equivoco a este pabellón se le llama Pabellón del Pato Mandarín. Y aquí tenéis al culpable de tan curioso nombre Pero lo más bonito de todo el conjunto son sus jardines, llenos de bellos rincones que ofrecían un aspecto melancólico ayudados por el día gris y la fina lluvia que caía sin cesar. Y, aunque no es la época apropiada, pudimos ver un loto en flor al que rondaba una carpa dorada Y como ya os he contado que los chinos tienen una imaginación desbordante y son capaces de ver cualquier cosa en cualquier sitio, aquí os pongo este pabellón y la tapia que, según ellos, parece la boca de un dragón y su largo y retorcido cuerpo. Y este bello y frondoso rincón con el llamado Pabellón Naranja Y, naturalmente, no podía faltar el elegante puente para salvar el cauce del agua Bueno, y paro que este lugar era tan bonito y tenía tantos rincones especiales que seguiría y seguiría hasta hartaros. Por cierto, si deseáis saber más sobre los jardines chinos, podéis consultar este tip www.losviajeros.com/Tips.php?p=989 Después de visitar estos jardines nos fuimos a nuestra tercera visita programada El Museo de la Seda. Una gran decepción Como ya os he contado yo tenía especial interés en este lugar pues pretendía comprar artículos de seda, principalmente ropa para mí y también algún regalo para mis hermanas o mi madre y no lo había hecho con anterioridad porque todos me decían “mejor en Suzhou que en la fábrica hay mejor calidad y es más barato” y, bueno pues yo que soy una chica muy bien mandada pues a esperar, así que vine con mucha ilusión dispuesta a gastarme los cuartos. Primero visitamos el museo de la seda con explicaciones de cómo se cultiva y cómo se manufactura la seda, un museo simple pero ilustrativo y aquí vino mi primer cabreo porque no se podían hacer fotos. Y digo yo ¿qué misterio tiene un figurín que hace como que recoge un capullo de un árbol?. Pues así todo, fotos no, fotos no . Así que os cuento, pero no os ilustro. El cultivo del gusano de seda se hace en el propio árbol, en total libertad. Los gusanos viven en la morera y en este mismo árbol se culmina todo el ciclo vital: huevo, gusano, crisálida y mariposa. Los capullos hay que recogerlos a mano para no estropear el hilo de seda y se recogen el 90% de ellos para asegurar la producción para los años posteriores. Estos capullos contienen el hilo de seda pero no se puede obtener directamente de ellos sino que hay que someterlos al vapor para poder sacar el hilo. Este hilo es tan fino que se necesitan unos 8 hilos juntos para poder obtener un hilo que pueda apreciarse a simple vista y éste sigue siendo tan fino que hay que unirlo a otros muchos de estos para poder obtener un hilo que se pueda tejer. Actualmente este trabajo se hace mediante devanaderas industriales. Normalmente el color de los capullos es blanco aunque hay algunos que pueden tener una coloración desde el blanco al amarillo, pero son más raros y sus hilos pueden ser más caros. Normalmente el hilo hay que teñirlo para obtener diferentes diseños de tejidos. Esta gente lo usa todo pues con las crisálidas que hay dentro del capullo, las machacan, las convierten en polvo y hacer rellenos para almohadas que, según ellos, son muy buenas para las migrañas. Y, ¡por fin! Pasamos a la tienda a donde yo me dispongo a pasarme un buen rato eligiendo ropa y regalos. Miro y miro y todo lo que veo son prendas para jovencitas de talla 38 como mucho. Vuelvo a mirar y remirar y encuentro alguna prenda que pone “XXXL”, pero nones, como mucho una 46. Así que busco una dependienta y por señas le indico mi poco esbelta figura y le señalo la ropa, ella me entiende y me busca las prendas que yo ya había visto y había desechado. Total, que me quedo sin ropa, no hay talla. Bueno, decido consolarme comprando algo para mi hermana y mi madre que tienen una talla más apropiada y me encuentro con que los diseños son “pitutos”, vamos los que usaría una señora de pueblo. Total, que tampoco le compro seda a mi hermana ni a mi madre. Pero no hay que desanimarse, cuando una se quiere gastar el dinero, siempre encuentra en qué. Así que me dirijo a la zona de los pañuelos y las pasminas y digo, algo encontraré aquí. Pues tampoco, la mayoría de los dibujos eran anodinos, sin gracia, demasiado conservadores y unos precios de escándalo: 500 yuanes por un pañuelo. Así que no compré nada de nada. Y una vez que habíamos mirado el museo fuimos a comer aquí, en el mismo museo en uno de estos lugares que usa CITS para malalimentar sus clientes. Bueno aquí si tengo que deciros que la comida no se pudo comer, literalmente, estaba absolutamente asquerosa, aparte de unas colas monstruosas porque llegaban autocares llenos de ingleses y alemanes y todos comían allí, el problema era que estaba grasienta hasta la naúsea , vamos que comí arroz blanco con salsa de soja y se acabó. En resumen que ha sido la peor visita de todo el viaje y no se la aconsejo a nadie. Paseo en barco Esta actividad no la teníamos contratada pero a mí me hacía mucha ilusión y, además, caían chuzos de punta y no había forma humana de realizar cualquier otra actividad, así que le dijimos a la guía que si podíamos dar un paseo en barco y nos lo organizó. Nos salió un poco caro porque no había nadie más con quién compartir el barco, así que tuvimos que pagar nosotros el alquiler completo, 300 yuanes, pero no había comprado seda, así que me consolé con el paseo. Y me alegré mucho de haberlo hecho porque pudimos ver los edificios más antiguos de Suzhou desde otra óptica diferente. Caía agua de tal manera que tuvimos que meternos dentro de la barca y cerrar las ventanas y para hacer las fotos abríamos la puerta, disparábamos deprisa y nos volvíamos a meter corriendo y, aún así y todo, los primeros asientos quedaban empapados de agua. El Mercado antiguo Esta visita formaba parte del paseo en barco. En un momento dado, la barca paró en un desembarcadero y salimos a recorrer a pie el mercado antiguo. Me dejó asombrada encontrarme con un lugar así en una ciudad con 6 millones de habitantes, es como si encontrases un mercado medieval en el centro de Madrid. Había tiendas en los edificios Pero la mayor parte eran puestos callejeros, algunos con una mesa en donde exponían sus mercancías, pero otros eran simples cestas en donde la gente vendía sus hortalizas, o huevos, o cualquier otro producto. Por cierto que le pillé al señor justo en el momento de intentar sacarse el agua de la bota. Y aquí tenéis la moderna pescadería del lugar Es posible que no apreciéis con exactitud el producto que se vende en el barreño de acero inoxidable, pero es una culebra. Como veréis un lugar en donde brilla la limpieza y la higiene por doquier. A todo esto llovía a cántaros y al pobre Jose le había tocado en suerte un impermeable pequeño, parece que me dieron uno de niño cuando los compré, y no le abrochaba por delante y las mangas le llegaban a los codos así que el pobrecito mío chorreaba agua por las mangas y la pechera, vamos que parecía un “bacalao” . Y después de recorrer el mercado volvimos a nuestra barca a terminar el paseo Y como veis en la foto de arriba, era tal la lluvia que caía que nos negamos a visitar la Colina del Tigre, sobre todo cuando nos dijo la guía que era un parque muy bonito que había que recorrer a pié y subir la colina, con esta lluvia y mi pata chula, de ninguna manera, así que nos volvimos a nuestro hotel a secarnos, descansar y leer relajadamente. Feelings, un pub con música en vivo donde cenar Por la noche parece que amainó algo la lluvia, así que nos animamos a salir a la calle en busca de un lugar para cenar. Nos habíamos fijado por la mañana que había varios restaurantes justo en la acera de enfrente de nuestro hotel y para allá que nos fuimos a ver qué encontrábamos. Los restaurantes no nos convencieron pero había allí un establecimiento que se llamaba FEELING, así en inglés y que tenía una decoración agradable y una carta a base de platos combinados chinos y a Jose le gustó y entramos. Era una especie de pub con música en vivo, un chaval joven cantando rock con buena voz y muy bien entonado, no demasiada gente, tenían cerveza occidental de varias marcas y Jose se pidió uno de esos platos variados con una cervecita y costó 40 yuanes la cena amenizada con buena música, además el cantante nos dedicó una de sus canciones de forma expresa, todo un detalle. (yo no cené el pescado grasiento de la comida se revolvía en mis tripas todavía ) Etapas 16 a 18, total 18
Programa: Visita de Tongli, traslado a la estación, llegada a Shanghai, recepción, traslado al hotel y alojamiento. Día 10 de mayo. Viernes.
Hoy teníamos por delante una viaje en automóvil hasta el pueblo de Tongli, visita que yo había elegido después de leer los hilos del foro en los que muchos foreros recomendaban esta visita. Como siempre nos recogieron en el hotel a la hora convenida, puntuales como sargentos del ejército (a veces creemos que nuestra guía en vez de maestra pudo ser militar ) y nos dirigimos hacia Tongli. Como siempre hago con estos viajes pego la cara a la ventanilla y miro por la ventana para no perderme nada del recorrido. Bueno, lo primero es hablaros de la conducción, como ya os he comentado, alucinante. Vamos que se me pusieron los congojos de corbata y eso que no los tengo. Os pongo la foto de este camión que circulaba en la autopista en dirección contraria y que, ante nuestra exclamación de sorpresa, la guía comenta: es que tendrá la fábrica a este lado y le pillará mejor. No doy crédito, vamos . Decidí olvidarme del tráfico, al fin y al cabo de algo hay que morir y tengo un buen seguro de viaje (lo digo por mis posibles herederos), y concentrarme en los pueblos que vamos recorriendo y que vemos pasar como exhalaciones, las fotos son de muy mala calidad porque las hice desde el coche en movimiento, pero dan una idea de cómo son los pueblos cercanos a la carretera. A veces me recordaba a los pueblos que vimos en Kenia, el mismo polvo, la misma suciedad, la misma dejadez, Y, naturalmente el canal. Y diréis ¿qué canal? Pues el Gran Canal, la otra gran obra china, comparable con la Gran Muralla. Os cuento. El Gran Canal En el año 486 a.c. (Sí, lo he escrito bien, antes de Cristo), el emperador de Suzhou decidió conquistar a su vecino del norte y ordenó la construcción de un canal que conectase el río Yangtse con el río Huai, aprovechando los cursos de los ríos y los lagos ya existentes y uniendo unos con otros. Durante la dinastía Sui (581-618) el canal mencionado se volvió inservible por la gran acumulación de sedimentos en su fondo por lo que se construyó un nuevo canal en paralelo con el anterior y con modificaciones en su recorrido alargándolo por el sur hasta Hangzhou y por el norte hasta Beijing. Esta ciclópea tarea se llevó a cabo gracias a la mano de obra de 5 millones de personas, hombres y mujeres, que trabajaron durante 5 años . Hay que pensar que entonces las labores se hacían a pico y pala y poco más. Naturalmente no se trataba de un canal continuo sino de unir mediante canales los ríos ya existentes de forma que todos ellos pudieran ser navegables y obtener, así, un camino comercial que uniera el norte y el sur y por el que pudieran transitar tanto mercancías como personas. Por ejemplo, en el año 735 se tiene constancia de que se enviaron 165.000 toneladas de grano a través de esta vía comercial. En el siglo IX se sucedieron enormes inundaciones a lo largo de este canal que mataron a decenas de miles de personas por lo que los gobernantes decidieron crear un sistema de esclusas y compuertas para evitar las crecidas, pero el tiempo y la decadencia de las diferentes dinastías trajo el abandono de partes de estos canales y el deterioro de todo el conjunto. En el siglo XV, durante la dinastía Ming, el canal fue, de nuevo, rehabilitado y puesto en funcionamiento. Hay que tener en cuenta que esta dinastía trasladó la capital del imperio a Beijing y aquí no hay ríos de ningún tipo y todo el abastecimiento de agua tenía que hacerse desde fuera. Todos los lagos, rios y canales que pueden verse en Beijing se han formado con las aguas traídas a través de este canal. La importancia de este canal ha sido inmensa en la historia de China pues ha significado un foco de prosperidad para todo el país por la facilidad para el transporte de mercancías pero, también, ha supuesto el desarrollo económico de unas ciudades frente a otras, de tal forma que se ha visto beneficiadas aquellas que se situaban cerca de este canal. También sirvió como medio de comunicación a otro nivel y se establecieron paradas de postas y correo a lo largo de su recorrido. Parte de esto que os cuento lo he sacado de internet pero otra parte nos la fue contando la guía durante nuestro viaje. Por fin llegamos sanos y salvos a Tongli, convertidos en creyentes de nuevo cuño porque sólo un milagro ha podido conseguir que nuestro viaje transcurriera sin incidentes. No sé a quién agradecer la divina intervención, pero seguro que alguien tuvo que interceder por nosotros. Amén.:angel: A la entrada de Tongli paramos en un puesto en donde nuestra guía compró los tickets, parece ser que hay que pagar por entrar al casco histórico y la entrada da derecho a acceder a muchos sitios, pero nosotros solo visitamos El jardín Tuisi Este jardín es tan bonito como cualquier otro que se pueda ver en Suzhou o en Shanjhai, realmente bonito. Así que si preferís Tongli en lugar de Suzhou, también podéis gozar aquí de un jardín histórico que no desmerece a los de allí. Como todos estos lugares lo primero que vemos al entrar son las habitaciones de la casa con el salón de recibir en primer lugar Y después las habitaciones propias de la familia, que están separadas de la anterior por un pequeño patio alargado En este caso las habitaciones están completamente amuebladas con mayor variedad de mobiliario que en otros casos y con cuadros muy bellos en las paredes. Desde esta habitación se pasa a un patio interior cuadrado al que dan las otras habitaciones de la casa, toda ella de dos alturas. Y aquí os pongo estas dos habitaciones que son casi gemelas pero que tienen la diferencia de que una es para las damas y la otra para los caballeros, en una se juega a las cartas y los dados y se beben licores y en la otra se toma el té y se corta un traje a la vecina , en una el cuadro muestra un paisaje de montaña y en la otra una ramillete de flores. Y, ahora pasamos al jardín, aquí tenéis la puerta de acceso para que atisbéis la belleza del lugar ¿Que no veis nada? ¡Me cachis! Hemos dado con un anfitrión muy celoso de sus posesiones y solo las comparte con aquellos que han sido invitados. Pero no os preocupéis, que yo he comprado la entrada y os puedo enseñar el jardín. Es un jardín pequeño, recogido pero exquisito. En este jardín tiene especial importancia la rocalla, las rocas de formas retorcidas que sirven de marco para el jardín O aquellas que conforman una gruta artificial y nos adentran en un mundo misterioso O esas otras que sólo están allí y conforman por sí mismas un bosque de piedra. Y, aunque el jardín es pequeño y recoleto, nuestro anfitrión es un exquisito y, como tal, no se priva de levantar un pabellón dedicado a la música No creáis que se ha olvidado de poner trampas para los espíritus, aquí tenéis esta preciosa galería en zigzag, como mandan los cánones Y hasta un precioso puente de bambú. Bueno, ya hemos visitado esta mansión señorial y su jardín y ahora toca proseguir nuestro paseo. Nada más salir de este museo nos encontramos en una hermosa plaza con un pabellón en el centro que no es otro que un teatro de ópera a la que son muy aficionados en esta parte de China. Y ahora queda dar un paseo tranquilo por las calles de Tongli mientras nos dirigimos hacia la calle comercial. De camino nuestra guía nos lleva por callejuelas estrechas y poco transitadas que nos enseñan la ciudad más desconocida. Y así llegamos hasta la calle comercial que está llena de tiendas para turistas con todo de artículos para comprar. Yo me abstengo de caer en la tentación. Y aquí, en esta calle está el restaurante que hoy va a tener el honor de alimentarnos. Debo reconocer que el aspecto me encanta. Se trata de un antiguo restaurante de finales del XIX que conserva muchos de los elementos antiguos como parte de la decoración. Además está situado junto a uno de los canales y nos colocamos junto a una ventana en un lugar privilegiado. Hasta ahora todo me gusta, está por ver que nos darán de comer. Bueno, la comida buenísima. Aquí nada de carta, hay lo que hay pero está para chuparse los dedos, eso sí comida china. A la vista de mi experiencia con la comida creo que los de CITS cometen un tremendo error empeñándose en darnos comida occidental cuando tienen un tesoro en su comida tradicional y que forma parte de aquello que todo turista quiere conocer de los sitios que visita. Paseo en barco En esta ocasión el paseo en barco está incluido en el precio, así que nos dirigimos hacia el embarcadero para tomar nuestro barco y dar el esperado paseo. Esta vez se trata de barcas de madera, pequeñas y manejables que ocupamos nosotros y nuestra guía. El inconveniente es que el recorrido es único y vamos todos en fila india por lo que es difícil conseguir una foto sin que salga la barca de delante o la de atrás. Y aquí os pongo dos estampas curiosas, una por lo difícil que es encontrar una iglesia católica en China, pero aquí está. Y la otra muy característica de este país, unos chinos haciéndose fotos disfrazados de antiguos, vamos es que les encanta, más que a un político un sobre. No ha habido ciudad en que no me haya encontrado con algún chino disfrazado haciéndose la consabida foto. Y después de este paseíto en barca volvimos sobre nuestros pasos para llegar hasta el automóvil que nos llevaría hasta Suzhou para coger el tren hacia Sanghai, y pudimos volver a recorrer los canales pero esta vez desde la superficie Y ahora toca regresar a Suzhou. Una vez aquí, en esta ciudad, la guía nos lleva a ver los únicos restos que quedan de la muralla antigua (ya os dije que a Jose le vuelven loco las murallas y castillos), tan solo queda esta puerta pequeña llamada puerta del Pan (no sé por qué tiene ese nombre). Actualmente se ha levantado un trozo de muralla imitando la antigua, pero es una reconstrucción. Muralla antigua Muralla reconstruida Esta vez nos llevan a la estación y aquí no nos regalan una botella de agua, debe ser que solo lo hacen en Hangzhou. Nuestra guía nos deposita en la estación, nos lleva hasta la sala de espera y nos abandona, no se queda a esperar el tren con nosotros. De todas maneras tampoco es necesario porque los carteles están en chino y en inglés y hay suficiente información. A su debido momento tomamos el tren sin problemas que nos lleva hasta Shanghai en tan solo 45 minutos. Como siempre nos está esperando nuestro nuevo guía que nos lleva directamente a nuestro hotel Hotel Holiday Inn Downtown Nada que objetar a este hotel. Las habitaciones amplias y cómodas, la cama buena y las almohadas también, como en el resto de hoteles. Hay de todo en el baño y también caja fuerte y wifi. La recepción está bien, amplia y un servicio normal, con personal que habla inglés. El inconveniente es que está en medio de ninguna parte. No hay nada de nada alrededor, ya lo habían comentado en el foro. Así que, como no hay nada de nada alrededor, decidimos cenar en el hotel. Esta vez decidimos ir al restaurante chino que tenía muy buena pinta, con una decoración maja y buenas vistas a la calle. La cena estuvo muy bien, nada que objetar. Pero tuvimos una experiencia a la que no sé qué nombre dar, cómo calificarla. Os cuento. Como ya os he dicho la decoración estaba bastante bien pero mientras cenábamos apareció una señorita con un saco del que fue sacando fundas para las sillas, de esas de telas de mala calidad y estampado horroroso, y fue poniendo fundas una a una a todas las sillas, con lo que la decoración dejó de estar bien a ser un tanto hortera y claro, llegó un momento en que sólo quedaban nuestras sillas sin funda y la señorita nos miraba y Jose y yo nos miramos y nos dijimos: yo no levanto el culo de mi silla . Terminamos de cenar tranquilamente pero asegurándonos bien de no levantar las posaderas no nos fueran a cambiar la decoración. Y después de esta singular escena nos fuimos a nuestra habitación en donde no corríamos el riesgo de que nos enfundasen. Etapas 16 a 18, total 18
Programa: Visita del Jardín Yu, del Templo del Buda de Jade, Casco Antiguo, el Bund, Calle Nanking y crucero nocturno por el río Huangpu. Día 11 de mayo. Sábado. Programa realizado: Todo igual cambiando el crucero nocturno por uno diurno y añadiendo una visita a la Concesión Francesa.
Mientras preparaba este viaje llegué a la conclusión de que Shanghai era un lugar que tenía poco que ofrecerme puesto que a mí la arquitectura moderna no me entusiasma, así que le dediqué un único día en la creencia de que esta ciudad solo podía ofrecerme el Bund y rascacielos. Craso error del que me di cuenta en cuanto realizamos nuestra primera visita a la ciudad. Tengo que reconocer que en un día puedes ver lo más importante pero creo que dos días serían lo ideal para ver Shanghai y poder asistir a un espectáculo de acrobacia. Dicho esto paso a seguir con este diario. Lo primero es contaros un poquito de la historia de Shanghai porque esta ciudad es, en realidad, muy poco china y, más bien, bastante occidental. Un poco de historia Shanghai se encuentra situada en el delta del rio Yangtse y sus primeros habitantes fueron los refugiados que huían de la invasión mongola, allá por el siglo X, principalmente pescadores y gente humilde. Con el devenir de los años llegó a convertirse también en un centro importante de la industria del algodón. El despegue de Sanghai como centro comercial de gran importancia se produjo a partir de 1842, tras las Guerras del Opio y el Tratado de Nankín. Entre las clausulas de este tratado estaba la exigencia por parte de los británicos de que China se abriera al comercio internacional y la obligación por parte china de ofrecer “concesiones” a británicos, franceses y estadounidenses. Entre los puertos abiertos a este comercio internacional estaba el de Shanghai y este hecho supuso el inmediato y meteórico progreso de la ciudad. Lo que antes habían sido pequeños núcleos de población, mayoritariamente de pescadores, se convirtió en una gran ciudad de comerciantes y toda la riqueza que ello conlleva. A partir de este momento Shanghai despega y en 1932 es la quinta ciudad del mundo, con más de 70.000 extranjeros entre sus habitantes. Entre 1937 y 1945 estuvo bajo el domino japonés. Después del triunfo de la Revolución China, en 1949, la mayor parte de los extranjeros abandonaron la zona y trasladaron sus negocios a la vecina Hong Kong pero la ciudad supo sobreponerse y se convirtió en uno de los focos de progreso de China. Hoy nos levantamos descansados y bien dormidos, desayunamos estupendamente pues el bufet del hotel es bastante bueno y nos encontramos con nuestro guía a la hora convenida en la recepción del hotel. Y HOY NO LLUEVE Nuestro guía de Shanghai es un chino menudo, delgado y enjuto que se pliega en dos y hace reverencias cada vez que se dirige a mí “Señora Rosario” es el título que me corresponde (me llama Rosario, es el nombre que le dí, que Charuca se queda para los amigos). No tenemos ninguna queja de nuestro guía y sí alguna cosa que agradecerle, como ya os contaré, sólo que parece que está enormemente interesado en el asunto comercial: todo su afán es llevarnos a los mercadillos, mercados, tiendas y demás. No sé si porque lleva comisión o porque cree que los turistas tenemos un afán especial en ello , pero se equivoca, al menos nosotros no. Bueno, que me voy por la ramas. A lo que vamos, que es la visita de Shanghai y su barrio antiguo. Esta zona que vamos a visitar se encuentra situada al norte de Shanghai, cerca de la muralla y se expande alrededor de uno de los jardines más famosos de China: Jardín Yu Yuan. Este jardín fue mandado construir por un funcionario de la dinastía Ming para que sus ancianos padres pudieran contemplar uno de los afamados jardines que se levantaban en Beijing y que ellos, por su avanzada edad, no podrían nunca llegar a ver. Así que decidió construir uno a imagen y semejanza de los jardines de la corte y le dio por nombre YU, que significa salud y tranquilidad. Estamos hablando de mediados del siglo XVI. Con el tiempo la familia decayó y el jardín quedó en el olvido y el abandono hasta que a mediados del siglo XVIII lo adquirieron un grupo de comerciantes. Más tarde, a principios del siglo XX una parte del jardín fue convertido en bazar, que es la zona que aquí se conoce como barrio antiguo (al menos la que te llevan a conocer los de CITS). En 1957 se inició la rehabilitación del jardín y de la zona que lo rodea, también de la época Ming y se declaró al conjunto Monumento Nacional. Me da un poco de apuro volver a contaros algo sobre este jardín pues ya llevo tres etapas hablando sobre ellos pero es que fuimos a verlo y esto es un diario en el que cuento lo que vimos y, a lo mejor, alguien quiere saber como es este jardín. Como en todos los jardines primero se accede a la vivienda entrando primero por la sala de recibir Y esta vez nos encontramos con una habitación poco vista en los anteriores jardines, que es una habitación de trabajo, con su despacho y todo Y aquí os pongo esta foto de los faroles que alumbran las salas. En todas las otras viviendas también había este tipo de faroles, pero ha sido aquí en donde he tomado la foto Y ahora pasamos al jardín, la verdadera joya del lugar. Este es un jardín enorme, como pueda serlo el del Administrador Humilde, lleno de rincones, pagodas, pabellones, kioscos, etc. , así que os pongo el folleto con el mapa y la relación de edificios (en inglés) por si os interesa Lo más llamativo de este jardín es esta puerta con dos enormes dragones que la guardan y vigilan y cuyos cuerpos se extienden a los lados formando y formados, todo en uno, por la tapia. Naturalmente que no puede faltar una galería cubierta para poder pasear por el jardín al abrigo del sol Ni tampoco las carpas doradas, símbolo de larga vida. Ni el consabido teatro para representaciones de ópera En este jardín llaman la atención la gran variedad de puertas con formas extrañas que se pueden encontrar a lo largo de todo el recorrido Como esta puerta en particular que tiene la particularidad de mostrarnos en primer plano una puerta redonda, símbolo del cielo y más allá, otra cuadrada que representa a la tierra. Y el gran tesoro de este jardín son estas piedras de jade, macizas y enormes Por último no puedo resistirme a poneros estas fotos de unas figuras de bronce que adornan uno de los tejados, preciosas todas ellas Y como estamos en el Jardín Yuyuan, es lógico que nuestra siguiente visita sea al El barrio antiguo. Bazar Yuyuan Lo primero que me llama la atención en este barrio lo bien conservado, lo limpio, lo bien cuidado que está todo . Aquí no se ve la desidia y el abandono que he visto en otras zonas históricas de China. Todo está perfectamente pintado, las maderas bien conservadas, perfecto, vamos. Lo segundo es que aquí los tejados son como una caricatura de los tejados chinos. Si ya en otros sitios los tejados terminan en punta hacia arriba, aquí este efecto es absolutamente exagerado, como si alguien hubiera querido hacer adrede tejados chinos y se hubiera asegurado de que no había confusión posible. La plaza en la que estamos tiene un precioso lago con carpas como si fuese uno de esos jardines tradicionales, que lo es, al fin y al cabo en su día perteneció al jardín Yuyuan. Y junto a este lago un mercadillo de casetas de madera al que se dirige nuestro guía sin dudarlo y en el que yo me niego a entrar porque está lleno de gente, es un agobio absoluto y allí no hay nada que me interese: no pienso comprar nada. Así que le decimos que nos vamos de allí y nos dirigimos hacia sus calles que están, igualmente, llenas de comercios de todo tipo Y de restaurantes a pie de calle, unos tienen locales con mesas y sillas, otros solamente venden la comida, pero todos ellos ofrecen su mercancía expuesta al público. Museo del Té Y siguiendo nuestro camino el guía nos lleva a un museo del té, pero no nos lo dice hasta que llegamos al edificio y entra y se mete en un ascensor (todo ello con un aspecto cutre a tope) y preguntamos que a dónde nos lleva. Según él a ver una ceremonia del té, que está incluida en la visita. Yo me cabreo un poco, pero no estoy dispuesta a montar una, tengo ganas de ir al servicio y me parece bien el alto en el camino. No me arrepiento de haber ido: nos llevan a una sala privada y allí una señorita nos ofrece una degustación de diferentes tes: verde, rojo, negro, blanco, de crisantemo, de jazmín, etc. Para cada uno de ellos usa una tetera diferente y nos cuenta cómo se elabora cada uno y porqué se usa esa tetera y no otra y porqué la ceremonia también es diferente según el té que nos ofrece. Aquí nos enteramos de que hay tés fermentados y tés crudos, por así decir. El té verde es té sin fermentación mientras que el negro y el rojo están fermentados y por eso tienen el color que tienen. Según los diferentes tipos de fermentación se obtiene te negro o rojo. A este té se le pueden añadir flores para darle un sabor diferente, como el de jazmín o el de crisantemo que son los más conocidos en occidente. El que más me gusta de todos es el té rojo del que me había hablado muy bien mi acupuntor (es chino, de Guilin) y me había recomendado que comprase. Así que sigo su consejo y me compro un té de 4 años y me traigo un paquete a casa. Al final he venido cargada de té. El te rojo (Pu erh) es un producto poco consumido y, en la antigüedad, lo empleaban exclusivamente los nobles. Tiene la particularidad de que se fermenta en barricas de roble de donde toma su color rojo y puede estar fermentando desde 2 a 60 años y el color rojo se va intensificando con el tiempo por lo que puede llegar a ser un rojo tan oscuro que parece negro. Se venden en forma de bolas o pastillas duras y compactas de las que hay que partir un trocito para preparar el té. Una vez visitada esta zona tomamos el coche y nos vamos en dirección a nuestra siguiente visita y, como ya os he contado mi manía de pegarme a la ventanilla, ahora me doy cuenta de que no hemos visto todo lo que había que ver por aquí puesto que hay otra zona más escondida y tranquila, llena de tiendas para chinos que me hubiera gustado visitar por mi cuenta (por eso digo que otro día más no hubiera estado mal) y que debe ser la zona que data de la dinastía Ming, a juzgar por las casa. Calle Nanjing Nuestra siguiente parada es para ver la famosa calle Nanjing, la meca de las tiendas y las compras, vamos como la Gran Vía madrileña o, mejor, la calle Preciados. Estamos en el corazón del Shanjhai comercial, una calle bulliciosa, comercial, amplia y peatonal. Aquí me encuentro con una de las imágenes más curiosas de mi viaje: un perro con la cola rosa. Sí, sí, habéis leído bien. ROSA, ROSA. Un perrillo pequeño de color blanco al que su amo paseaba orgulloso, tanto que al ver que yo quería hacerle una foto, se paró y esperó a que la tomase con calma, pero al que había teñido la peluda y enrollada cola de color rosa. Bueno y poco más hicimos en esta calle. Pero no os preocupéis, que a la noche volveremos aquí y podréis verla iluminada, que gana mucho y es una gozada. Ya os contaré. Desde aquí nos fuimos a comer, no sé a dónde fuimos ni lo que comimos, no guardo el más mínimo recuerdo del lugar así que supongo que sería otro lugar como todos los demás que hemos visitado. El Templo del Buda de Jade. Después de comer fuimos a visitar este templo famoso por guardar en su interior una escultura de buda tallada en jade que representa la muerte de buda y que se encuentra recostado, pero no te dejan hacer fotos. Es un templo budista de finales del XIX por lo que se conserva bastante bien y el edificio es bonito, propio de la arquitectura tradicional china. En la sala de la Magnificencia se encuentran 3 grandes figuras de Buda y otras 20 esculturas menores que representan a los 20 guardianes del budismo. Esta sala es el centro de las actividades religiosas del templo. El templo tiene una tienda-exposición de artesanía china, con figuras de jade, de cloisonné, cerámica, madera tallada, etc., que se puede visitar y no te dan la vara. Paseo en barco por el río Hupong Aquí tuvimos nuestra pequeña discusión y protesta porque yo había reservado un crucero nocturno por el río y ellos me ofrecían un crucero diurno. Que parece igual pero no es lo mismo, entre otras cosas el precio es muy diferente. Me quejé y le hice saber que eso no era lo que creía haber contratado, aunque en mi voucher no decía nada de crucero nocturno, solo crucero. Así que estad atentos cuando contratéis algo y no deis nada por sobreentendido. Bueno, como estábamos aquí no íbamos a decir que no subíamos, así que embarcamos y subimos a cubierta como el resto del pasaje. Curiosamente éramos todos extranjeros y me llamó la atención que comentó nuestro guía que lo prefería así porque “los chinos, empujan, discuten y escupen”. Aquello estaba a tope, todo el mundo quería colocarse cerca de la barandilla para poder ver mejor y tomar buenas fotos pero yo, como siempre, me dirigí a la proa y me encuentro con una valla y un chino junto a ella. No tengo ni idea de chino pero en seguida me di cuenta del asunto: para acceder a la proa hay que pagar, pregunto y me dice en ingles que 10 yuanes, así que los pago sin dudar y pasamos a la proa en donde estábamos sólo 6 personas y teníamos asientos y todo y hasta la sombra que daba la cabina del timonel. Así que, aquí estamos, en primera fila dispuestos a disfrutar del paseo y sacar todas las fotos posibles. Aquí tengo qua hacer un inciso porque veréis que las fotos están todas como veladas, sin contraste y es que la contaminación era tal que no ha habido forma de sacar una foto realmente nítida. Ya veréis en las fotos nocturnas como se nota ese efecto. El paseo muy agradable aunque se notaba el calor y Lorenzo pegaba con ganas pero la brisa suavizaba el efecto y no se pasó un calor excesivo. Muy curioso todo el paseo con los enormes rascacielos del Pudong a un lado Y al otro los edificios modernistas del Bund Mientras estábamos realizando el paseo nuestro guía llamó a su jefe y le contó nuestras quejas, así que, al terminar nos contó que nos ofrecían un paseo por la Concesión Francesa que no estaba en nuestro voucher, como compensación por no haber realizado el crucero nocturno. Nos pareció bien, entre otras cosas porque ¿qué otra cosa podíamos hacer?. Así que aquí estamos en la Concesión Francesa Bueno, yo no la había reservado esta visita porque leí en la guía Planet que estaba bien, pero que no era imprescindible y tienen toda la razón. Es un barrio majo con edificaciones bajas de dos alturas y con gran arbolado, Pero es un lugar de reunión de la gente joven y con dinero, está todo lleno de bares, restaurantes, terrazas, todas carísimas y seguramente que es otro sitio en donde se podía emplear parte de ese segundo día, si uno está dispuesto a gastarse lo cuartos en una comida o en un simple café. Después de esta corta visita quedamos con el guía que nos llevaría de nuevo a la calle Nanjing en vez de al hotel y que nosotros regresaríamos por nuestra cuenta en taxi. Nos escribió en un papel el nombre del hotel y, para más seguridad, Jose llevaba en el bolsillo una tarjeta, así no habría problemas para regresar. Shanghai de noche Volvemos a recorrer la calle Nanjing, despacito, con tranquilidad, parándonos a ver las tiendas y las callejuelas, procurando no ser atropellados por el trenecito turístico que recorre la calle. En medio del paseo oigo música, no es el chunda chunda moderno de alguna tienda, sino un instrumento antiguo mezclado con una pandereta o algo parecido, así que hacia allá que me voy y nos encontramos con un grupo de mujeres que estaban bailando acompañadas por varios hombres que les acompañaban con sus instrumentos, así que nos quedamos un ratito a verlas bailar y oir la música. A todo esto os habréis fijado que no me he quejado nada, absolutamente nada de mi rodilla. No creáis que se ha curado es que soy muy buena y no he dicho ni mus, pero ahora se queja de malas maneras y no tengo más remedio que buscar un lugar donde descansar. Vamos mirando a lo largo de la calle, buscando una terraza que esté a la sombra y nos guste y damos con un establecimiento que se llama “café no sé cuantos”, pero así, café. Tiene una agradable terraza totalmente arbolada y, entre las sillas, hay una columpio para dos personas que me dice “ven, ven, y siéntate” y justo eso es lo que hago, que yo soy una chica muy bien mandada. Esperamos pacientemente a que venga el camarero pero el tiempo pasa y no viene nadie, tampoco nos agobiamos, no tenemos prisa. Por fin nos toca el turno y Jose pregunta si tienen VISA pero no, no tienen la VISA europea y, como sólo nos quedan los yuanes necesarios para el taxi de vuelta, decidimos irnos. En cuanto nos ven que nos vamos a ir aparece una china y nos dice que nada, que no nos preocupemos, que nos aceptan euros. Así que aquí estamos dispuestos a cenar tranquilamente. He puesto la foto de noche y de día, para que veáis la enorme diferencia entre ver esta calle en una hora u otra, nosotros estábamos en ese cafetín que se ve en la foto. Bueno, cenamos una pizza para los dos, yo tomé un zumo de mango recién hecho y Jose una cerveza y nos fuimos a seguir nuestro paseo por esta calle que de noche cambia totalmente de aspecto Y hay que adentrarse en las callejuelas que desembocan en la calle principal, es como cambiar a otro mundo totalmente diferente, aquí nos encontramos de nuevo con la China tradicional: callejones estrechos, tienduchas, tenderetes, etc. El Bund Y, por fin, llegamos al Bund, nuestro destino final, y su paseo marítimo. Bueno esto está de tope en tope, no cabe un alfiler, hay gente por todas partes, chinos y occidentales, todos con sus cámaras de fotos, algunos con la tablet y otros con el trípode a cuestas. Hace una noche deliciosa, una temperatura muy agradable que invita a pasear, lo malo es la contaminación que nos hace estornudar y nos irrita la garganta. De todas formas el Bund está precioso, todos los edificios iluminados con luces normales que contrastan con la estampa de enfrente, el Pudong Y también hacemos fotos del Pudong, con todas las luces de neón iluminando los rascacielos y los cruceros nocturnos llenos de luces de colores. Y ahora ya sólo nos queda volver al hotel,; esta vez no tenemos ningún problema para coger un taxi y llegamos a nuestro destino rápidamente y sólo nos cuenta 20 yuanes el trayecto. Y con esto se terminó este viaje, ahora hay que recoger todo, hacer las maletas, acostarse pronto para levantarse a las 5 de la mañana y regresar a Madrid. Buenas noches y gracias por leer este diario P.D. En Madrid me dijeron que lo de la rodilla podía ser una rotura de menisco, pero se quedó sólo en un esguince. Etapas 16 a 18, total 18
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