El jueves teníamos el primer plato fuerte del viaje: Prambanan.
A la hora pactada nos vino a recoger el coche y salimos hacia Prambanan. Está cerca, se llega bastante pronto. Íbamos preparados para resistir las hordas de turistas (locales y extranjeros) y esa fue la primera sorpresa agradable del viaje: había poquísima gente visitando Prambanan.
Este fue el momento de máxima aglomeración en Candi Prambanan. Una delicia...
El templo me pareció espectacular. Estuvimos bastante rato y después nos fuimos hasta el Candi Sewu en el trenecito. El Candi Sewu es bastante más pequeño que Prambanan, pero nos encantó. Aquí casi no había nadie: dos o tres parejas despistadas.
Candi Sewu
Cuando acabamos de verlo nos tomamos un te fresco en la parada del trenecito (sí, hay un vendedor que aparece mágicamente cuando llegan turistas), volvimos a la entrada, pasamos por las tiendas de recuerdos sin comprar nada y nos fuimos hacia el Ratu Bako.
El Ratu Boko me apreció espectacular, pero estábamos ya cansados y hacía muchísima calor, así que no disfruté tanto como el lugar se merecía. De todas formas, me parece una visita recomendable. La carretera hasta allí es bonita y el sitio interesante, aunque la entrada es muy cara.
De vuelta, comimos en un restaurante muy bonito en Prawirotaman y volvimos al hotel.
Malas noticias: mi acompañante se ha constipado. Le duele la garganta, tiene tos y fiebre. Esta noche no salimos a cenar. En vez de eso, llamamos al restaurante cercano que nos ofrece el hotel y nos traen la cena. A ver si mañana mejora la cosa.
A la hora pactada nos vino a recoger el coche y salimos hacia Prambanan. Está cerca, se llega bastante pronto. Íbamos preparados para resistir las hordas de turistas (locales y extranjeros) y esa fue la primera sorpresa agradable del viaje: había poquísima gente visitando Prambanan.
Este fue el momento de máxima aglomeración en Candi Prambanan. Una delicia...
El templo me pareció espectacular. Estuvimos bastante rato y después nos fuimos hasta el Candi Sewu en el trenecito. El Candi Sewu es bastante más pequeño que Prambanan, pero nos encantó. Aquí casi no había nadie: dos o tres parejas despistadas.
Candi Sewu
Cuando acabamos de verlo nos tomamos un te fresco en la parada del trenecito (sí, hay un vendedor que aparece mágicamente cuando llegan turistas), volvimos a la entrada, pasamos por las tiendas de recuerdos sin comprar nada y nos fuimos hacia el Ratu Bako.
El Ratu Boko me apreció espectacular, pero estábamos ya cansados y hacía muchísima calor, así que no disfruté tanto como el lugar se merecía. De todas formas, me parece una visita recomendable. La carretera hasta allí es bonita y el sitio interesante, aunque la entrada es muy cara.
De vuelta, comimos en un restaurante muy bonito en Prawirotaman y volvimos al hotel.
Malas noticias: mi acompañante se ha constipado. Le duele la garganta, tiene tos y fiebre. Esta noche no salimos a cenar. En vez de eso, llamamos al restaurante cercano que nos ofrece el hotel y nos traen la cena. A ver si mañana mejora la cosa.