Itinerario del día:
A: Monticello
B: Natural Bridges
C: Glen Canyon (Este)
D: Capitol Reef
E: Bryce Canyon
F: Zion Nat. Park (Mt Carmel)
G: Kanab
Una vez más, nos levantamos a eso de las 5 para arreglarnos y hablar por el skype. Cargamos todo en el coche, metimos el hielo en la nevera, y en torno a las 7 dimos comienzo al largo itinerario que teníamos por delante. Más de 400 millas -casi 700 kilómetros-. El cielo estaba bastante despejado, aunque hacia el oeste se divisaba una amenazante -y oscura- banda nubosa. Mal asunto.
La primera parada la efectuamos en Blanding, donde repostamos en un área de servicio regentada por indios navajos. Nos tomamos un café y teníamos la intención de acompañarlo con unas cookies, pero vimos la maquinita de los wraps picantes y no pudimos resistirnos a la tentación: un desayuno diferente
Nos incorporamos a la ruta escénica 95, comentadísima en el foro, y avanzamos por ella en dirección oeste hasta llegar a nuestro primer objetivo del día: Natural Bridges. En este parque se encuentran tres interesantes puentes naturales de piedra formados únicamente por la acción erosiva del agua, motivo por el cual se sitúan en el fondo de las cuencas y depresiones del terreno. Esto los diferencia de las formaciones de Arches, que se han ido originando a partir de la acción conjunta del viento y el agua filtrada dentro de las rocas y por eso suelen estar en lugares elevados y prominentes.
Dentro de Natural Bridges hay un loop bien pavimentado, de un solo sentido, que permite acceder a los miradores de cada puente y a las cabeceras de los trails que conducen hasta ellos. En el momento de iniciar nuestro recorrido por él, la mañana se había quedado ya muy gris, con el cielo casi cubierto de nubes. De hecho, a ratos parecía que comenzaba a chispear.
El primer puente que vimos fue el Sipapu Bridge, uno de los más grandes del mundo y, por descontado, el de mayores dimensiones del parque. Sin embargo, el mirador está bastante alejado y su contemplación desde arriba no impresiona de un modo especial. La denominación “Sipapu” procede del lenguaje Hopi, y se refiere a la puerta que han de atravesar las almas para alcanzar el mundo espiritual.
Hicimos también un alto en el mirador de las ruinas Horsecollar -magníficas vistas- antes de llegar al segundo puente, el Kachina Bridge, que toma su nombre de unos bailarines que juegan un importante papel dentro de la tradición religiosa de los Hopi. El puente es bonito, pero en el año 1992 se produjo un desprendimiento de más de tres mil toneladas de piedras y por eso en la actualidad se encuentra algo cambiado con respecto a las fotos que aparecen en el punto de observación, anteriores al derrumbe.
El último gran puente del parque, el Owachomo -“montón de piedras” en idioma Hopi- es el de menor tamaño de los tres, aunque contemplado desde el cercano mirador parece más grande que ninguno. El ritmo de erosión en el Owachomo es relativamente rápido, y la plataforma superior tiene ya un grosor mínimo. De alguna manera nos recordó al peculiar Landscape Arch.
Tema musical: "Marigold" (STEVE HACKETT)
Sipapu Bridge
Dos imágenes del Kachina Bridge
Owachomo Bridge
Abandonamos Natural Bridges con un buen sabor de boca, a pesar del tiempo tristón y oscuro. Retomamos la carretera 95 y nos dirigimos hacia la zona oriental del Glen Canyon -si Page se sitúa en un extremo del Lake Powell, éste sería el extremo opuesto-. El paisaje es brutal. En las inmediaciones del puente sobre el río Colorado había una concentración motera y varios policías controlaban el escaso tráfico, lo cual nos llamó la atención.
Muy cerca de allí está el imprescindible mirador de Hite, desde donde se observa una panorámica excepcional de todo el lago. A partir de ese punto, la carretera se interna durante varias millas en una asombrosa zona de rojizos cañones, a cual más hermoso, hasta llegar finalmente al territorio semidesértico que precede a la diminuta localidad de Hanksville.
Aquí dejo un pequeño resumen videográfico con algunos de los lugares más reseñables de la ruta escénica 95. No tiene desperdicio.
Tema musical: "Learning to live" (DREAM THEATER)
Diferentes imágenes de la Ruta escénica 95
Río Colorado desde Hite Overlook
En Hanksville nos desviamos a la izquierda, y nos dispusimos a recorrer de nuevo la carretera escénica 24 que tanto nos había gustado la semana anterior, aunque en esta ocasión lo haríamos en sentido contrario -de este a oeste- y con unas condiciones climáticas bastante peores. El cielo se había ya encapotado por completo, y el colorido general del paisaje era bastante menos intenso que el que habíamos tenido la oportunidad de disfrutar la otra vez. Por todo ello, atravesamos todo el tramo de Blue Valley y el desfiladero del Fremont River sin hacer excesivas paradas. Además, el acceso a Capitol Gorge seguía cerrado ocho días después a causa de las inundaciones y riadas, así que no nos quedó más remedio que tirar la toalla, resignarnos y renunciar a nuestro principal objetivo previo dentro del parque de Capitol Reef. Fue una lástima, pero al menos no se puede decir que no lo hubiésemos intentado.
Cerca de Torrey nos apeamos en un área de servicio para repostar y comernos unos burritos mexicanos. En los alrededores del pueblo nos sorprendimos al ver amplísimos espacios de terreno -campos enteros- jalonados por innumerables piedras volcánicas negras. Nos recordó en cierta medida a la zona del Navajo Lake, no excesivamente alejada de aquí.
Tema musical: "Tears" (RUSH)
Tres imágenes del Blue Valley
Tres imágenes de Capitol Reef
La primera visita al extraordinario parque de Bryce Canyon nos había causado una fuerte impresión, y por eso no queríamos finalizar nuestro viaje sin regresar allí, aunque solo fuese para echarle un breve vistazo desde los miradores a modo de despedida. Como el día seguía sin acompañar, decidimos prescindir sobre la marcha de la ruta 12 que ya conocíamos y nos dirigimos hacia Bryce a través de las carreteras 62 y 22 -por Antimony-, menos interesantes sin duda a nivel paisajístico pero que nos permitían acortar de modo notable el tiempo efectivo del trayecto.
Cuando llegamos a las inmediaciones de Sunset Point, la tarde se había quedado muy tormentosa, la temperatura era más bien fresquita y el sol que lucía a ratos se alternaba con fuertes chaparrones intermitentes. Intentamos aprovechar uno de esos paréntesis soleados para asomarnos al excepcional anfiteatro e incluso hacer un pequeño tramo del Navajo Trail que no habíamos recorrido la primera vez -la bajada más próxima al Thor Hammer-. Pero no hubo suerte, porque la intensa lluvia nos obligó a regresar al coche en un par de ocasiones, y después del segundo intento, ya calados hasta los huesos, creímos que lo más oportuno era abandonar Bryce definitivamente y continuar nuestra ruta hacia Kanab.
Tema musical: "Für ein kleines mädchen" (ANYONE'S DAUGHTER)
Tres imágenes de nuestra segunda visita a Bryce Canyon
Atravesamos por cuarta vez el Red Canyon -el día 18 habíamos pasado por allí en tres ocasiones- y nos incorporamos a la 89 para dirigirnos al sur. Al aproximarnos a Mt Carmel Junction, observamos cómo por el oeste parecían abrirse grandes claros en el cielo y, dado que Zion National Park quedaba en esa misma dirección, tomamos la decisión de improvisar un poco y acercarnos a ver la parte alta del parque a través de la Zion - Mount Carmel Highway.
Y lo cierto es que una vez que sobrepasamos el puesto de los rangers situado en la entrada Este de Zion nuestros ojos comenzaron a hacer chiribitas y nos llevamos una de las mayores sorpresas agradables de todo el viaje, porque nos imaginábamos que aquella zona tendría que ser bonita, por supuesto, pero ni mucho menos nos la esperábamos tan absolutamente espectacular y grandiosa. Las montañas que se elevan a uno y otro lado de la carretera son de una belleza incomparable, y tienen además la doble particularidad de un asombroso colorido -tonos blanquísimos y anaranjados- y un muy original aspecto estriado. Características ambas que las convertían, de hecho, en algo completamente distinto a todo lo que habíamos visto a lo largo de las últimas semanas. ¡Nadie que viaje por el sur de Utah puede dejar de visitar este rincón alucinante de Zion!
Al llegar al túnel donde comienza la bajada hacia la sección inferior del parque, estacionamos el coche y nos animamos a recorrer el trail de apenas una milla hasta el Canyon Overlook. Fantástica decisión. El sendero en sí mismo ya resulta maravilloso. De los mejores del viaje, sin ninguna duda. Precioso y no excesivamente complicado. Y la recompensa final, en forma de hermosa panorámica del cañón lateral de Zion, es la guinda perfecta del pastel. Recomendable al 100%.
Las nubes oscuras habían regresado, no obstante, y como en un par de días teníamos previsto volver a Zion para conocer su cañón principal, me prometí a mí mismo que si el buen tiempo acompañaba regresaría hasta este mirador del Canyon Overlook para disfrutar de la soberbia panorámica con sol y cielo azul. Mientras tanto, lo que tocaba era abandonar el lugar con cierta premura, no fuese a pillarnos la inminente tormenta en mitad del sendero y volviésemos a empaparnos como ya nos había sucedido en Bryce unas horas antes.
Eso sí, los tenebrosos cumulonimbos nos obsequiaron con unas cuantas imágenes inolvidables de camino a Kanab. Nuestras cámaras echaban humo. Fue el colofón perfecto para una larga jornada en carretera a través de los contrastes paisajísticos del estado de Utah: cañones, ríos, desiertos, puentes naturales de piedra, bosques, colinas multicolores, lagos, pináculos arcillosos, montañas estriadas… y ahora, por añadidura, algunas de las nubes de tormenta más hermosas que habíamos visto en mucho tiempo. Imposible pedir más.
Tema musical: "Breaking the spell" (PENDRAGON)
Cinco imágenes del Canyon Overlook Trail
Diferentes imágenes de la Zion - Mount Carmel Highway (entrada este de Zion)
Checkerboard Mesa (Zion - Mount Carmel Highway)
Nubes de tormenta de camino a Kanab
Al transitar por las inmediaciones de los White Cliffs, nos llamó mucho la atención el hecho de que unas montañas como aquellas, que tanto nos habían encandilado la tarde en la que regresábamos desde Coral Pink Sand Dunes, -cuando brillaban blancas y luminosas al sol-, en esta ocasión, con un tiempo nublado y gris, pasasen totalmente desapercibidas.
En Kanab teníamos reservada una habitación en el Aikens Lodge, el mismo hotel en el que nos habíamos alojado la semana anterior. La pareja de dueños, al vernos de nuevo por allí, reaccionaron con tal alegría y regocijo que llegamos a sentirnos un poco ruborizados por el inesperado recibimiento. Hasta nos agasajaron con una habitación bastante mejor que la de la primera vez, aunque bien es cierto que, al ser sábado, el precio de la reserva había subido casi 10 euros.
Una vez que nos instalamos en el cuarto y colocamos el equipaje, salimos a dar un paseo por el pueblo, ya de noche. Paseo que volvió a verse bruscamente interrumpido por los gruesos gotarrones que las nubes tormentosas no dejaban de descargar a cada rato. Hartos de tanto remojón, nos subimos al coche y emprendimos la búsqueda de un sitio que nos gustase para cenar. A pesar de ser un sábado de julio, tal cosa no resultó sencilla, porque apenas quedaban restaurantes abiertos en todo Kanab. Y los pocos que encontramos estaban atestados de público. Al final nos decidimos a probar en un tex-mex llamado Nedra’s Too que no nos pareció nada del otro mundo, ya que el servicio era bastante lento, el local, feúcho y la comida tampoco estaba para tirar cohetes. Pero bueno, al menos nos sirvió para quitarnos la gazuza, que a estas alturas de la jornada comenzaba a ser importante.
A las 11, nuestro récord particular tras más de veinte días en EEUU, nos retiramos a dormir. Lo íbamos necesitando.
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