![]() ![]() 25 días por los parques nacionales del Oeste de USA: un Road Trip de 10500 kms ✏️ Blogs de USA
Un largo viaje realizado en julio del 2013, con salida y llegada en Las Vegas, ciudad en la que nos casamos. Recorriendo ocho estados del Oeste de USA para conocer sus Parques Nacionales más emblemáticos, desde el Grand Canyon a Yellowstone, desde Yosemite a Arches.Autor: Murglys Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (48 Votos)
01: Introducción
02: Viernes 5 de Julio: Santiago de Compostela – Madrid (Barajas)
03: Sábado Día 6 de Julio: Madrid (Barajas) – Dallas - Las Vegas
04: Domingo Día 7 de Julio: Las Vegas (I)
05: Lunes Día 8 de Julio: Las Vegas (II)
06: Martes Día 9 de Julio: Las Vegas (III) – Valley of Fire
07: Miércoles Día 10 de Julio: Las Vegas - Death Valley - Mammoth Lakes
08: Jueves Día 11 de Julio: Mammoth Lakes - Yosemite (I)
09: Viernes Día 12 de Julio: Yosemite (II)
10: Sábado Día 13 de Julio: Yosemite - Sequoia National Park - Barstow
11: Domingo Día 14 de Julio: Barstow - Ruta 66 - Grand Canyon South Rim (I)
12: Lunes Día 15 de Julio: Grand Canyon South Rim (II)
13: Martes Día 16 de Julio: G. C. South Rim - Page - Monument Valley - Mexican Hat
14: Miércoles Día 17 de Julio: Mexican Hat - Lake Powell - Kanab
15: Jueves Día 18 de Julio: Kanab - Cedar Breaks - Bryce Canyon
16: Viernes Día 19 de Julio: Bryce Canyon - Capitol Reef - Goblin Valley - Moab
17: Sábado Día 20 de Julio: Moab - Vernal
18: Domingo Día 21 de Julio: Vernal - Flaming Gorge - Grand Teton N. Park - Jackson
19: Lunes Día 22 de Julio: Jackson - Grand Teton Nat. Park - Yellowstone (I)
20: Martes Día 23 de Julio: Yellowstone (II)
21: Miércoles Día 24 de Julio: Yellowstone (III)
22: Jueves Día 25 de Julio: Yellowstone - Bonneville Salt Flat - Springville
23: Viernes Día 26 de Julio: Springville - The Needles - Monticello
24: Sábado Día 27 de Julio: Monticello-Nat. Bridges-Rutas 95-24-Bryce-Zion-Kanab
25: Domingo Día 28 de Julio: Kanab - Grand Canyon North Rim - Hurricane
26: Lunes Día 29 de Julio: Hurricane - Zion National Park (Springdale) - Las Vegas
27: Martes Día 30 de Julio: Las Vegas - New York - Madrid (Barajas)
28: Resumen final y conclusiones
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Etapas 10 a 12, total 28
Itinerario del día: ![]() B: Sequoia Nat. Park C: Barstow Para no perder la costumbre, nos levantamos a horas intempestivas. Después de arreglarnos, desayunar, cargar las cosas en el maletero, llenar la nevera con bolsas de hielo, conectar un rato el Skype y dejar listo el check out en la recepción, estábamos ya listos para hacer frente a una jornada que iba a ser claramente de transición. Teníamos por delante un largo desplazamiento que nos iría acercando al siguiente plato fuerte de nuestro itinerario: el Grand Canyon. Los planes concretos pasaban por la visita a Sequoia National Park y a continuación intentaríamos llegar a dormir a Barstow. Como en el momento de elaborar la ruta no descartábamos la posibilidad de sufrir retrasos o imponderables climatológicos en una zona tan montañosa y de “complejas” carreteras, no dejamos reservado ningún hotel para la noche posterior, y si se nos echase el tiempo encima siempre podríamos alojarnos en Bakersfield o alrededores. De tal modo que cuando nos subimos al coche para iniciar la ruta todavía era muy temprano. Justo al sobrepasar Midpines, el GPS empezó a guiarme hacia carreteras que se encontraban en estado más bien lamentable y, como además la carpeta con los mapas se me había quedado olvidada en lo más profundo de la maleta, no me quedó más remedio que mandar el aparatejo a hacer gárgaras e improvisar durante un rato, todo ello entre alguna que otra palabra gruesa por mi parte y sonoras risotadas de María. Por fortuna, la cosa no pasó a mayores y no tardamos en incorporarnos a la 49, una vía “normal” en la que ya no se hacía necesario ir sorteando baches -o socavones- cada pocos metros. Paramos a repostar y a tomar un café en un pueblecito llamado Ahwahnee, como el hotel de Yosemite que tanto nos había llamado la atención un par de días antes. Después de Oakhurst la orografía se suaviza mucho y en pocas millas nos encontrábamos ya circulando por una carretera de larguísimas rectas, en medio de un paisaje bastante más árido que el que habíamos dejado atrás. Pero al llegar a Fresno giramos de nuevo hacia la izquierda y otra vez comenzamos a subir hacia las montañas. Pronto regresaron las curvas y el color verde y a eso de las 10 de la mañana llegamos a la entrada del parque nacional de Sequoia-Kings Canyon. No disponíamos de tiempo para visitar los dos, así que tomamos la Generals Hwy y nos dirigimos directamente hacia el parking que hay en la Wolverton Road. Desde allí bajamos hasta el bosque donde se encuentran las grandes sequoias y, con toda la calma del mundo, nos recorrimos el Congress Trail, un par de millas a través de un paraje repleto de árboles descomunales, entre los que destaca, por supuesto, el mítico y archiconocido General Sherman, el ser vivo más grande -en volumen- del planeta. ![]() Tema musical: "Il banchetto" (PREMIATA FORNERIA MARCONI) ![]() ![]() ![]() Hacía calor, pero era soportable, y como estábamos disfrutando de verdad con todo aquello, al terminar el trek nos dimos cuenta de que se nos había ido la mañana entre sequoia y sequoia. En nuestros planes entraba también la excursión al Moro Rock, aunque decidimos descartarla sobre la marcha, después de una breve charla sopesando pros y contras. Al ser sábado, la Crescent Meadow Road estaba cerrada desde el Giant Forest Museum, y sólo se podía acceder al peñasco utilizando los shuttles del parque, lo que nos desanimó un poco. Además, para qué engañarnos, tanto María como yo estábamos empezando a acusar el cansancio acumulado, ya que los dos días en Yosemite nos habían dejado un poco desfondados a ambos y, por otro lado, nos acabábamos de hacer más de tres horas de caminata matutina, por lenta que ésta hubiera sido, así que no teníamos las piernas para grandes trotes. Continuamos, pues, hacia el sur por la serpenteante carretera que desciende en dirección a Three Rivers. Algunas curvas son realmente delicadas, pero la conducción por aquellos parajes se hace algo más llevadera gracias a los constantes miradores en los que uno puede detenerse a disfrutar con las estupendas vistas de los bellísimos picos de los Castle Rocks. En Three Rivers, ya fuera de los límites del parque, nos detuvimos a repostar y comer algo. Fue allí donde descubrimos los wraps picantes… ¡¡Qué buenos!! Nos gustaron tantísimo que nos enganchamos a ellos durante el resto del viaje. Siempre que teníamos la oportunidad comprábamos dos o tres para desayunar, comer, merendar, cenar o lo que surgiese... ![]() Regresamos a la autopista en Visalia, y por ella continuamos hasta Bakersfield, viendo interminables trenes a nuestra derecha y viñedos por doquier. A destacar que desde nuestra estancia en Las Vegas no habíamos vuelto a vernos inmersos en medio de un tráfico tan denso. Se notaba que no nos encontrábamos demasiado lejos de Los Angeles. ![]() A partir de Bakersfield, nos desviamos por la autopista 58 y entramos en zona desértica, justo después de superar las montañas de Caliente. Tras pasar al lado del pueblo de Mojave y la Base Edwards, famosa por haber sido utilizada en ocasiones como pista de aterrizaje para los transbordadores espaciales, llegamos a Barstow a media tarde. Queríamos ir a cenar al Peggy Sue, un local estilo años 50 recomendadísimo en el foro, y por eso nos interesaba alojarnos en la parte más oriental del pueblo, que nos iba mejor para salir posteriormente hacia Yermo, localidad donde se encuentra el restaurante, a unas diez u once millas al este de Barstow. Tras una rápida búsqueda, elegimos el Budget Inn, un hotel cuyo aspecto nos dio buena impresión y en el que el trato dispensado por la recepcionista fue exquisito. No estábamos obligados tampoco a subir incomodas escaleras cargando con las maletas -remember Mammoth Lakes- y, además, era bastante económico. Por lo tanto, no le dimos muchas más vueltas al tema y nos quedamos allí. La habitación estaba francamente bien. Nos dimos una ducha, nos arreglamos un poco y salimos hacia el Peggy Sue. ![]() La cena nos gustó, sí, pero me temo que ni mucho menos tanto como a otros foreros que habían pasado por este local con anterioridad y habían hablado maravillas de su cocina. Nos pedimos un sandwich y una hamburguesa que, oye, no estaban mal, pero tampoco es que nos llamaran especialmente la atención. Los que sí nos parecieron espectaculares fueron los batidos de chocolate -¡por ricos y por grandes!- y, sin embargo, las tartas, también precedidas de una enorme fama, resultaron ser demasiado azucaradas para nuestro gusto y las dos que pedimos -de coco y de chocolate- las dejamos a medias. Por otro lado, la camarera latina que nos atendió no puso gran empeño en aclararnos algunas dudas que teníamos con respecto a determinados platos del menú, así que entre unas cosas y otras salimos del restaurante con un sabor de boca un tanto agridulce. La decoración cincuentera, muy lograda, eso sí. ![]() Barstow está en pleno desierto y, siendo julio, la noche era bastante calurosa, aunque quizá algo menos que en Las Vegas. Antes de regresar al hotel nos acercamos al Walmart de la localidad, situado a las afueras. Nos resultó curioso comprobar que en estos hipermercados hay muchísima afluencia de público a todas horas. En los pueblos más pequeños, llegamos a tener la impresión, posiblemente equivocada, de que son como una especie de centros de reunión social para los lugareños. Hicimos una compra algo más completa que en ocasiones anteriores y sin más dilación nos fuimos a dormir, ya bastante cascadillos después de una larga jornada de carretera y árboles grandotes. .
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Itinerario del día: ![]() B: Grand Canyon South Rim Nos levantamos con el gallo, como cada día. Volvíamos a tener una buena kilometrada por delante, así que procuramos demorarnos lo menos posible y salir de Barstow cuanto antes, porque además la idea era llegar a Kingman a una hora razonable para ir a desayunar al Mr D’z Route 66, otro restaurante ambientado en los años 50 como el Peggy Sue y, al igual que éste, muy bien valorado en el foro. El trayecto entre ambas localidades transcurre por paisajes semidesérticos, y la conducción se hace un poco monótona, por eso yo intenté distraerme con mi imprescindible dosis de rock progresivo mientras que María, a la que fascinan los ferrocarriles, se pasó buena parte del recorrido sacando fotos a los larguísimos trenes que circulaban, en uno u otro sentido, por las vías férreas paralelas a la autopista. El cielo, poco a poco, fue llenándose de nubes... un presagio de lo que se nos vendría encima algunas horas más tarde. ![]() Durante casi todo nuestro road trip Las Vegas-Las Vegas no dejamos de observar con perplejidad la cantidad tan exagerada de neumáticos reventados que “tapizaban” los arcenes de muchas carreteras. Pues bien, en un tramo tan caluroso como este Barstow-Kingman, las cubiertas destrozadas se contaban por cientos a derecha e izquierda. Daban hasta cierta congoja y aprensión. Por fortuna, nuestras ruedas se portaron como unas campeonas. ![]() Una vez superado el pueblo de Needles, un puente sobre el Río Colorado marca la frontera entre los estados de California y Arizona. Apenas 50 millas después entramos en Kingman y nos fuimos directos al Mr D’z Route 66, que el hambre ya apretaba lo suyo. ![]() Y si la noche anterior el Peggy Sue no había confirmado nuestras expectativas, esta vez sí que salimos encantados con los dos riquísimos desayunos que nos sirvieron -el de María, normal y el mío, mexicano-. El local no tiene tanto “glamour” como el otro, eso es verdad, pero desde luego nosotros nos quedamos con éste sin dudarlo. La mítica Locomotora Santa Fe Nº 3759 está expuesta en el parquecito que hay nada más cruzar la calle al salir del Mr D’z, así que hasta allí nos acercamos para sacarle unas fotos a la descomunal máquina de vapor y ver otro kilométrico tren atravesando el pueblo durante minutos y minutos. Tema musical: "Further away" (IQ) ![]() ![]() Desde Kingman dejamos la autopista y nos incorporamos a la antigua Ruta 66. Estábamos interesados en recorrer por ella el tramo entre Kingman y Seligman, deteniéndonos en algunos de sus lugares más representativos para intentar imbuirnos, -siquiera de modo superficial y light, evidentemente-, de la esencia de una carretera tan legendaria como ésta. Pero alcanzar tal propósito no nos iba a resultar sencillo. Unas cuantas millas después, comenzaron a caer las primeras gotas. Y el color de las nubes se oscurecía por momentos. María y yo torcimos el gesto, a pesar de lo cual cuando llegamos al conocido Hackberry General Store todavía lucía a ratos el sol. En esta tienda-museo nos entretuvimos sacando fotos a todos aquellos curiosos cacharros destartalados y llenos de óxido que aparentan haber estado allí desde la noche de los tiempos. Tema musical: "Widow's peak" (IQ) ![]() ![]() ![]() Entramos a comprar algunos recuerdos para regalar a la vuelta, y continuamos luego nuestra particular ruta 66 que, aunque todavía no éramos conscientes de ello, al cabo de unos minutos se iba a transformar en una especie de diabólica ruta 666. A mitad de camino entre Peach Springs y Seligman, el aspecto del cielo ante nosotros se tornó ciertamente fantasmagórico, adquiriendo un tono negruzco que sobrecogía solo con mirarlo. Ni que decir tiene que no tardó en desencadenarse la madre de todas las tormentas. Si no perfecta, seguro que no andaría muy lejos de ello. Nos cayeron encima dos o tres diluvios universales juntos y la manta de agua sobre el parabrisas era de tales proporciones que no permitía apenas distinguir mucho más allá de la parte delantera del coche. Los charcos en la carretera simulaban ser piscinas olímpicas, con lo que se hizo necesario reducir la velocidad hasta límites poco recomendables, y el aparato eléctrico y las ráfagas de viento tampoco se quedaban atrás. Sin embargo, lo que de verdad nos impresionaba era aquella oscuridad tan angustiosa, aquel infierno en la tierra, como si se hubiese hecho de noche en pleno mediodía. Sólo tuvimos la oportunidad de sacar alguna foto en condiciones antes de entrar de lleno en la zona cero porque, una vez bajo la tromba de agua, ya no se veía nada a través de las ventanillas de nuestro Hyundai. ![]() Nos dio la impresión de que Seligman y Williams eran pueblos bonitos aunque, por desgracia, las condiciones meteorológicas continuaban siendo infames y no estaba la situación como para disfrutar gran cosa con ellos. María grabó unas tomas, desde el coche, del paso por ambas localidades, pero no me ha parecido conveniente incluir tales imágenes en este diario de viaje. No quisiera que se nos deprimiese algún lector ![]() En un área de servicio de las inmediaciones nos detuvimos para repostar combustible, estirar un poco las piernas y distraer el estómago con algo ligero. Habíamos desayunado estupendamente en Kingman, y no teníamos aún demasiado apetito. La tormenta amainó una vez que dejamos atrás Williams y nos desviamos hacia el norte por la 64 en dirección al South Rim. Al llegar a Tusayan, pasamos un momento por el helipuerto para confirmar en las oficinas de Papillon nuestro vuelo de helicóptero de la mañana siguiente. Y, sin más, entramos al parque del Grand Canyon, uno de los dos o tres lugares más emblemáticos de todo el Oeste de los Estados Unidos e, indudablemente, una de las visitas más anheladas a priori por nosotros dentro de este viaje. ![]() No queríamos perder mucho tiempo en preámbulos, así que nos dirigimos al amplísimo parking del Visitor Center y desde allí caminamos el corto trecho que lo separa del Mather Point, el mirador por el que nos habíamos decantado como escenario para nuestro primer contacto con el Grand Canyon. Y, por supuesto, el “estreno” fue inolvidable. Asomarnos a aquella inmensidad causó en nosotros una fuerte impresión, y ese sobresalto y estremecimiento iniciales dieron paso poco después a la misma sensación de irrealidad que ya habíamos experimentado en Yosemite, al ver el valle por vez primera desde el Tunnel View: uno se siente de algún modo insignificante al enfrentarse cara a cara con un monumento natural de tan colosales dimensiones y nuestro cerebro puede tardar algún tiempo en asimilarlo. Los escasos rayos de sol que conseguían atravesar las nubes proporcionaban un colorido espectacular y multitud de matices visuales a las zonas más iluminadas del cañón, mientras que los tonos predominantes en las más sombrías, ocres y parduzcos, quedaban bastante apagados y un tanto difuminados. Tema musical: "The gates of delirium (Soon)" (YES) ![]() ![]() ![]() Regresamos al coche y atravesamos el Village hasta llegar al Bright Angel Lodge, donde hicimos el check-in y ocupamos nuestra habitación. El hotel nos encantó, no sólo por su inmejorable situación, casi al borde mismo del cañón -únicamente el Rim Trail, un estrecho sendero asfaltado, lo separa del precipicio-, sino también porque el complejo y las habitaciones tienen un aire rústico muy conseguido, lo cual no es de extrañar sabiendo que su diseño corrió a cargo de la precursora Mary Colter. Para encontrar aquí alojamiento a precios asequibles es muy aconsejable efectuar las reservas con mucha antelación, al igual que en Yellowstone. Como ya expliqué en la introducción, nosotros teníamos reservados los hoteles de ambos parques desde noviembre de 2012. ![]() Dejamos el equipaje en el cuarto y casi al instante volvimos a salir, con la intención de asomarnos al rim allí mismo, justo al lado del hotel. Sin embargo, la tarde se había complicado de nuevo y otra vez se nos estaban echando encima las desagradables tormentas. No tardó en ponerse a llover con intensidad y no nos quedó más remedio que entrar corriendo a nuestra habitación y esperar un rato para ver si escampaba. Aprovechamos para colocar la ropa en los armarios y conectarnos a internet. Tema musical: "The wake" (IQ) ![]() Cuando finalmente dejó de llover, fuimos a dar un agradable paseo por el Rim Trail. Después del chubasco anterior se había quedado un atardecer precioso, con el sol iluminando parte del cañón por debajo de las nubes, doble arco iris, rebaños de ciervos pastando al lado del sendero… un escenario único que apetecía disfrutar con calma y tranquilidad absolutas. Tema musical: "Shadow play" (PAUL MOTTRAM) ![]() ![]() Contemplamos el crepúsculo desde diferentes puntos panorámicos del Rim Trail, a lo largo del tramo comprendido entre nuestro hotel y el Verkamp’s Visitor Center. Al ocultarse el sol por detrás de los acantilados situados en la zona de la Hermit Road, la luz se fue apagando con bastante rapidez, y nosotros aprovechamos para coger el coche e ir al Market Plaza para hacer unas compras en el supermercado. De regreso al hotel, entramos a uno de los restaurantes para picar algo ligerito y no tardamos en recogernos, puesto que al día siguiente teníamos la intención de ir al Mather Point para ver la salida del sol. Y a mediados de julio, en el Grand Canyon amanece antes de las 5 de la mañana… .
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Itinerario del día: ![]() B: Mather Point-Yavapai Point C: Yaki Point D: Tusayan (helicóptero) E: Hermit Road A las 4 de la madrugada ya nos estábamos duchando, porque queríamos llegar a Mather Point antes de que empezase a clarear. Y sí, lo conseguimos, puesto que todavía era de noche cuando alcanzamos a colocarnos en una de las mejores esquinas del mirador, preparados para inmortalizar el espectáculo con nuestras cámaras. Unas cuantas personas habían sido aún más madrugadoras que nosotros, y en apenas unos minutos la plataforma rocosa se llenó de gente hasta arriba. El amanecer fue bonito. La mañana se presentaba muy nubosa, pero una franja despejada en el horizonte nos permitió disfrutar durante más de media hora con la contemplación de los rayos solares iluminando poco a poco las paredes del cañón. Me imagino que no habrá estado ni siquiera entre los veinte o treinta mejores del año en el South Rim, pero para nosotros fueron unos instantes únicos que no olvidaremos nunca. Tema musical: "Rain to river" (WILLIAM ACKERMAN) ![]() ![]() ![]() ![]() Desde Mather Point nos acercamos caminando a Yavapai Point. Ambos lugares no están demasiado lejos y el tempranero paseo por el Rim Trail resultaba muy agradable. Sin embargo, al llegar al mirador de Yavapai nos dimos cuenta de que el colorido y la espectacularidad del Grand Canyon estaban yendo claramente a menos, ya que el sol se había ocultado casi por completo tras las nubes y la mañana se oscurecía por momentos. Tema musical: "Scarlet Lake" (ROUSSEAU) ![]() ![]() Teníamos a un paso la parada de buses de la línea naranja, así que tomamos el siguiente shuttle y nos bajamos en Yaki Point. En este mirador, situado algo más al este, permanecimos un buen rato observando el cañón desde otra perspectiva diferente, a pesar de que la luz seguía sin ser la ideal. Tema musical: "Images" (SAGA) ![]() En torno a las 7 y media volvimos al parking del Visitor Center, en donde habíamos dejado estacionado el coche antes de que saliese el sol, y regresamos a continuación hasta nuestro hotel. Había ciervos por todas partes y María no dejaba de sacarles fotos. ![]() Desayunamos en la cafetería del lodge. En esta ocasión procuramos no excedernos con las cantidades, sobre todo pensando en el vuelo en helicóptero que teníamos reservado para las 10 de la mañana. Al acabar, nos pasamos por la habitación para llevarnos todo lo necesario, y salimos hacia Tusayan a eso de las 9. Una vez en el aeropuerto, nos dirigimos al edificio donde se encuentran las oficinas de Papillon, y allí nos atendieron los empleados de la compañía. Primero, nos pesaron en unas básculas instaladas al lado mismo del mostrador. Después nos hicieron pasar a una sala en la que nos proyectaron un vídeo informativo acerca de las normas básicas de seguridad. Y por último, tras unos minutos esperando en otra sala de amplios ventanales, nos llamaron a las seis personas de nuestro grupo de vuelo y nos llevaron afuera. Mientras aguardábamos al borde de la pista del helipuerto, aprovechamos para sacar alguna foto de los helicópteros que constantemente iban aterrizando y despegando. ![]() Al rato nos permitieron subir al nuestro. Yo tuve la inmensa fortuna de que me asignaran el asiento delantero, al lado del piloto. Inmejorable forma de contemplar el Grand Canyon, qué duda cabe. A María, por contra, le tocó ir sentada atrás, en el medio de otras dos personas, y la pobre no pudo disfrutar de la experiencia tanto como yo. ![]() ![]() La excursión que habíamos reservado -“Excursión en North Canyon”- consistía en un vuelo de algo menos de media hora que debía atravesar el cañón hasta el North Rim y luego dar allí la vuelta hasta regresar a Tusayan. El recorrido que siguió nuestro piloto transcurrió por la zona situada justo al oeste de Hermits Rest. Desconozco si es la ruta habitual o sólo la eligieron por motivos estrictamente meteorológicos, ya que al este del Village la nubosidad era mucho más abundante, pero, sea como sea, lo cierto es que fueron treinta minutos maravillosos e inolvidables. Una inversión recomendable al 100%. Dólar por dólar. Tema musical: "Tubular bells" (MIKE OLDFIELD) ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Descendimos del helicóptero bastante alucinados por todo lo que habíamos visto. Y no debimos de ser los únicos, porque María me contó que una señora que iba sentada frente a ella se pasó casi todo el tiempo llorando de la emoción. De vuelta en nuestro hotel, aparcamos el coche en las inmediaciones, llenamos una mochila con bebida y sandwiches y caminamos hasta la cercana parada inicial de la línea roja de autobuses. Aún no eran ni las doce, y en principio teníamos tiempo más que suficiente -hasta la puesta de sol- para recorrer con calma los miradores de la Hermit Road… siempre y cuando los imponderables no nos estropeasen el plan, por supuesto. Nos apeamos del shuttle en la primera parada, Trailview Overlook. La intención que llevábamos era la de caminar desde allí unos 4 kilómetros a través del sencillo Rim Trail, -deteniéndonos en los puntos panorámicos de Maricopa, Powell, Hopi y Mohave-, y a continuación utilizar el servicio de buses para llegar a los últimos cuatro miradores de la ruta. Hay que decir que la vista desde el Trailview Overlook es magnífica, porque permite contemplar gran parte de la zona del Village más próxima al acantilado y además abarca todo el primer tramo en bajada del conocido Bright Angel Trail, un largo sendero que atraviesa el cañón de lado a lado. Y allí estábamos, disfrutando como niños con aquel soberbio paisaje, cuando, sin apenas avisar, surgió de no se sabe dónde un gigantesco nubarrón casi tan dantesco como los del día anterior en Seligman y en cuestión de minutos se desató la gran tormenta. Los dichosos imponderables habían llegado ya. Tema musical: "Tubular bells" (MIKE OLDFIELD) ![]() Comenzó a caer tanta agua que parecía que le hubiesen quitado el tapón al cielo justo sobre nuestras cabezas. Eché un rápido vistazo a la mochila y comprobé, tal y como sospechaba, que nos habíamos olvidado de guardar en ella el paraguas. Genial. Nos metimos corriendo debajo de la marquesina del bus stop y esperamos un rato, junto con una familia belga muy simpática, para ver si disminuía un poco la intensidad del chaparrón. Pero no sólo no lo hacía, sino que cada vez llovía con más y más fuerza y nos estábamos empapando de arriba a abajo, así que terminamos optando por una honrosa retirada. Normalmente, los buses de la línea roja que regresan hacia el Este en dirección al Village no se detienen en Trailview Overlook pero, por fortuna, en circunstancias excepcionales como ésta amplían el servicio y recogen a la gente en todas las paradas del recorrido, tanto en un sentido como en el otro. Nos subimos, pues, al siguiente shuttle que pasó por allí, nos apeamos en la parada inicial de la Hermit Road y, bajo una cortina de agua de proporciones bíblicas, salimos pitando hacia nuestro hotel, sorteando los gigantescos charcos de la mejor forma posible. Llegamos a la habitación calados hasta los huesos, pusimos la ropa a secar y nos rendimos a la evidencia de que aquello iba para largo. La tormenta era completita y tenía un poco de todo: truenos, rayos, centellas, rachas de viento huracanado, lluvia para jartarse, fuerte bajada de las temperaturas, cielo de color tenebroso… el fin del mundo, vaya. Los dos comprendimos que lo mejor que podíamos hacer en tales circunstancias era comernos un sandwich y echarnos una buena siesta para intentar recuperarnos un poco de la falta de sueño que habíamos ido acumulando con tanto madrugón. Dicho y hecho. A la una estábamos ya fritos del todo. A eso de las 3 me desperté. María seguía profundamente dormida, así que me levanté sin hacer mucho ruido y eché un vistazo por la ventana: todo continuaba igual. Me conecté a internet para hacer la espera algo más llevadera y ya, por fin, en torno a las 4 y media comenzó a clarear un poco y dejó de llover. Avisé a María, nos arreglamos para salir de nuevo y retomamos nuestro recorrido por los miradores de la Hermit Road, aunque, obviamente, en este segundo intento ya no dispondríamos de tanto tiempo y, por lo tanto, las visitas a cada punto panorámico habrían de ser por fuerza bastante más breves. Y el trek previsto, mucho más corto. Subimos al bus y no nos apeamos hasta llegar a Maricopa Point. Las vistas estaban bien, pero la tarde se había quedado muy oscura y los infinitos y heterogéneos matices cromáticos del Grand Canyon soleado habían desaparecido casi por completo. Los tonos predominantes eran ocres, grises y marrones. Todo bastante difuminado y triste. Después de más de un día en este fenomenal lugar, ya empezábamos a tener muy claro que su belleza se multiplica cuando el sol brilla con fuerza e ilumina el interior del cañón. Por contra, con el cielo nublado nunca le llega a dar a uno la impresión de estar disfrutando el paisaje en toda su plenitud. Y esa precisamente fue la sensación que nos acompañó a lo largo de todo el trayecto de ida en la Hermit Road: lo que contemplábamos era bonito, sí, pero de algún modo nos estábamos quedando “a medias”. Tema musical: "Bouree" (STEVE HACKETT) ![]() ![]() Cogimos el siguiente bus y nos bajamos tan solo una parada después: en Powell Point. El paisaje mejoraba paulatinamente, aunque siempre dentro de ese apagado y grisáceo tono general. Tema musical: "The red flower of Tachai blooms everywhere" (STEVE HACKETT) No queríamos abandonar la Hermit Road sin haber recorrido a pie al menos un pequeño tramo del Rim Trail en esta zona. Y como entre Powell Point y Hopi Point tan solo hay medio kilómetro de distancia, pensamos que ése podría ser un buen momento para hacer el mini trek. Fue una gran decisión, porque de verdad que aquello no tiene desperdicio. Y qué decir de Hopi Point… El panorama que se abarca desde este balcón natural es amplísimo, y quizá por ello nos gustó tanto el lugar. Cuando estábamos allí, María y yo comentábamos que iba a ser muy difícil que algún otro mirador de los que todavía no habíamos visitado en el parque pudiese llegar a superar a éste. No nos equivocábamos: Hopi terminó siendo nuestro favorito indiscutible del South Rim. Tema musical: "After the ordeal" (GENESIS) ![]() ![]() Volvimos a utilizar el servicio de buses para acercarnos a la siguiente parada: Mohave Point. Otro gran mirador, desde el cual se apreciaban algunos tramos más extensos del río Colorado. Como apenas había gente, el abrumador silencio impresionaba de verdad: sólo se escuchaban los motores de los autobuses alejándose... y después, nada. Tema musical: "On one knee" (WILLIAM ACKERMAN) ![]() ![]() De nuevo en el bus llegamos hasta el siguiente punto de interés: The Abyss. Después de varios miradores situados en zonas “sobresalientes” de los bordes rocosos del cañón, The Abyss destaca por tener justo la disposición contraria: si el Grand Canyon fuese el mar y el South Rim la tierra, puntos como Hopi o Mohave serían cabos, mientras que The Abyss sería una especie de ensenada. Es por eso que lo más reseñable de este mirador es la vista que ofrece “en vertical”, -hacia abajo-, mientras que, por contra, la vista “en horizontal”, -a lo lejos-, no resulta tan espectacular como las de otros lugares panorámicos. Tema musical: "The last supper" (CITIZEN CAIN) ![]() La parada de Monument Creek Vista decidimos saltárnosla sobre la marcha, ya que no creímos, dada su situación en el mapa, que nos fuese a ofrecer ninguna perspectiva demasiado novedosa con respecto a los miradores contiguos. En Pima Point sí nos detuvimos, y nos pareció otro lugar soberbio. Al igual que en Hopi, la vista abarca un amplísimo panorama y, sin ser quizá tan grandioso como aquél, Pima aporta el aliciente añadido de que el río Colorado se aprecia mejor desde aquí que desde ningún otro mirador, como si estuviese más cerca. O al menos esa es la impresión que nos dio. Tema musical: "Stagnation" (GENESIS) ![]() ![]() La última parada de la línea roja es Hermits Rest, que toma su nombre de un bonito edificio de notable interés artístico que se encuentra muy cerca de la explanada en la que finaliza el itinerario del bus. Esta construcción es una de las cuatro estructuras arquitectónicas históricas del Grand Canyon concebidas por la gran Mary Colter -las otras tres son la Hopi House, el Lookout Studio y la Desert View Watchtower-. Una mujer adelantada a su tiempo, responsable asimismo, como ya expliqué anteriormente, del diseño del hotel en el que nos alojábamos nosotros. Hermits Rest no destaca por tener vistas especialmente reseñables, pero sí por ser el punto de partida de uno de los trails más conocidos del parque: el Hermit Trail. Tema musical: "Take a pebble" (EMERSON, LAKE & PALMER) Una vez finalizado el recorrido completo por la Hermit Road ya solo restaba decidir un buen lugar desde el cual poder contemplar la puesta de sol. Y, como era previsible, ambos coincidimos: iríamos a Hopi Point. En su trayecto de vuelta en dirección al Village, los buses de la línea roja tan solo se detienen en Pima, Mohave y Powell Point. Y como de todas ellas la parada más cercana a Hopi Point era la última, allí fue donde nos apeamos, con la intención de alcanzar nuestro objetivo caminando por el tramo del Rim Trail que tanto nos había gustado un par de horas antes. La nubosidad vespertina no nos había permitido disfrutar al 100% de los miradores de la Hermit Road, pero a última hora comenzaron a abrirse algunos claros justo por encima del horizonte y el atardecer se quedó bastante bonito, con lo que el sabor de boca final que nos llevamos fue muy positivo y nos compensó sobradamente. Desde Powell Point observamos cómo el aspecto general del cañón mejoraba poco a poco a medida que la luz del sol iba iluminando diferentes zonas del mismo. Tema musical: "Star of Sirius" (STEVE HACKETT) En Hopi Point nos encontramos con que el mirador estaba abarrotado de gente. Decenas de personas que habían tenido la misma idea que nosotros se amontonaban en la plataforma panorámica para no perderse detalle de la puesta de sol. Buscamos un hueco entre el gentío y nos entregamos a una intensiva sesión foto/videográfica. Formaciones rocosas del cañón que poco antes permanecían sombrías y tenebrosas, lucían ahora magníficas, ofreciendo toda una gama de tonalidades -anaranjadas, beiges, tostadas e incluso, en algún caso, próximas al amarillo- que hacían las delicias de todo el público allí congregado. Un lujo. Tema musical: "All in a mouse's night" (GENESIS) ![]() ![]() Todo ello no hizo sino reafirmarnos en nuestro punto de vista: el Grand Canyon soleado es uno de los lugares más increíbles que se puedan llegar a conocer. Sin embargo, con tiempo nublado se convierte en otro lugar bien distinto, mucho menos interesante: oscuro, apagado, triste, difuminado… nada que ver con el primero. Con las últimas luces de la tarde regresamos en el bus desde Powell Point. Tras pasar un momento por la habitación, nos fuimos a cenar a otro de los restaurantes del hotel. Nos pedimos un par de platos mexicanos bastante ricos y picantillos, y nos llamó la atención comprobar como las ardillas correteaban libremente por allí dentro. Nature’s rules ![]() Le sacamos una foto a la bonita fachada del edificio principal del hotel, y un poco después de las 10 nos fuimos a dormir. Al día siguiente tocaba un nuevo desplazamiento de varios cientos de millas. ![]() .
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Etapas 10 a 12, total 28
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