5 días de Febrero en New York ✏️ Blogs of USA

Sobre las 18:45 abandonamos el Empire State Building.
Teníamos que ir a cenar en algún sitio, entre paseo en bicicleta y patinar, no habíamos parado a comer, tan solo habíamos comido un poco de fruta, que compramos en una parada callejera.



Propuse ir a cenar al Ellen's Stardust Dinner.
Les expliqué lo que hacían durante la cena y el plan les gustó mucho.
Pero al llegar allí, sobre las 19:15 o así, había una cola de unas 30 personas, que doblaban la esquina, ya que el restaurante está justo en una esquina.

Esta foto la hice de día, no es de esa noche.
Nos pusimos los últimos de la fila, desde fuera, podíamos ver por la ventana un poco lo que había dentro y el espectáculo que hacían.
Al cabo de 5 minutos de esperar, las niñas empezaron a querer irse, estaban cansadas y no estaban por la labor de hacer cola, así hablando con mi mujer, sintiéndolo mucho decidimos que nos marcharíamos, a otro sitio donde podernos sentar y que no tuviéramos que esperar, las piernas a esa hora ya no daban mas de si.
En eso que a punto de dar el primer paso para marcharnos, se acerca un chico alto, fornido (era el portero del restaurante) pidiéndome el certificado de vacunación, estuve a punto de decirle que no hacía falta, que nos marchábamos, pero por no hacerle el feo, le enseño los certificados mío y el de mi mujer, el de las niñas dijo que no hacía falta.



El chico nos puso un sello con tinta en la mano, nos hace señas que p'alante, Let's go, Come On, fuimos detrás de el, saltándonos toda la cola y aún no sabemos por qué, entramos al restaurante.
Como comenté, casi nos marchamos, pero se ve que algo, no sabemos el que, quería que fuéramos a cenar a aquel sitio.
No sabemos, si los niños tienen prioridad, que nuestra mesa era de 4 personas y en la cola, eran grupos mayores o tan solo parejas , que no hubieran podido aprovechar aquella mesa, la cuestión que nosotros pudimos cenar, ya no podíamos mas de hambre y de estar de pie, por lo que agradecemos mucho a aquel señor que nos dejó pasar.



Nos tocó el piso de arriba y como en segunda fila por decir algo, tal vez por eso pudimos pasar antes que otros.
De tanto en tanto, los camareros/as que cantan y bailan, pasaban por nuestra zona, también con un poco de dificultad veíamos la zona central, donde se suben encima de una especie de pasarela-escenario, bailan, cantan etc...
Bueno, en definitiva, no era el mejor sitio, pero si que pudimos ver bailar, cantar, aplaudir y cenar, que era el objetivo de esta visita.


Aunque los platos son mas caros, que en algunas hamburgueserías que habíamos ido, tomamos como no, agua del grifo (Tap Water) una hamburguesa para mi, unas quesadillas mi mujer y las niñas compartieron plato, decir que en la foto, no se aprecia la cantidad, pero las patatas fritas eran enormes y las raciones eran grandes, sin haber comido al mediodía, mas que un poco de fruta, me costó terminarme mi plato.
Con propina incluida del 20% que ellos mismos se pusieron, nos salió la cena por unos 72 dólares.
Con el espectáculo que hacen y lo bien que lo pasamos, repetiría sin dudarlo.

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Nos levantamos temprano como siempre, sobre las 8:30 ya estábamos en la calle.
Teníamos un día muy ajetreado por delante.
La noche anterior, ya había recibido el código QR de las entradas del partido de los Brooklyn Nets vs Toronto Raptors.
Así pues, el planning del día, era visitar un poco la zona de Wall Street, visitar la Estatua de La Libertad, Zona 0, Museo 9/11 y el observatorio One Worl, para después, sin pasar por el hotel, dirigirnos al Barclays Center a ver el partido de la NBA.
Con todo lo que ya llevábamos de viaje, tenía miedo que a las 19:30(hora del partido) las niñas se me quedarán dormidas en las sillas del estadio. al final todo fue bien, ya lo comentaré en la etapa correspondiente.
Para llegar a la zona del Toro de Wall Street, en la estación 42-Times Square que teníamos cerca del hotel, pillamos el metro de la línea 7 color lila, hasta Grand Central, allí cambiamos a la línea 4 o 5 en color verde, dirección Down Town, hasta la parada Wall Street.
Cuando salimos del metro, justo al lado de la escalera de salida, nos encontramos la iglesia Trinity Church, con su cementerio.
Esta iglesia, está situada muy cerca de donde se encontraban las Torres Gemelas y no sufrió ni un rasguño.


Caminando hacía el mar enseguida te encuentras el Toro de Wall Street, que a esa hora, sobre las 9:00 de la mañana, no había muchos turistas y pudimos hacernos fotos a solas con el Toro, cosa que según he leído en bastantes sitios, es bastante difícil.


Aquí, todos nos reímos un buen rato, ya que les comenté a mis hijas que había que tocarle los cataplines al toro, que traía buena suerte.
-Noooo, que asco, nosotras no lo vamos a tocar.
-Que si, mirad como lo toco yo, no pasa nada, es una estatua, venga tocadlo que haremos una foto.
Que si, que no, que si, al final tocaron los cataplines al animal, riéndose a lo bajini, haciendo cara de asco, medio rozándolo, para luego con mas confianza, tocarlos sin tapujos.
Así pues, seguro que vamos a tener suerte toda la familia.
También, en la otra acera de donde está el toro, había un furgón del FBI, con un coche de policía secreta, mucha gente en la acera...
Estaban rodando una película o una serie de televisión.
Nos acercamos un poco ha hacer los chafarderos, por si veíamos algún actor o actriz famoso/a, pero a simple vista no conocimos a nadie, intentamos acercarnos lo máximo posible, pero si estabas muy cerca, te hacían apartarte un poco, vimos un rato como filmaban y seguimos bajando hacía el mar, para llegar hasta Castle Clinton.


En Castle Clinton, es donde venden las entradas, del barco que te lleva hasta Liberty Island y Ellis Island.
Nosotros al tener la New York Pass, el trayecto lo teníamos incluido, también no hace falta que hagas cola, puedes ir directamente hacía el muelle, donde enseñarás el código QR en la aplicación del teléfono.
Mas o menos llegamos sobre las 9:30 a Castle Clinton, según tengo entendido, se forman unas buenas colas para entrar al barco, en nuestro caso había bastante gente, pero todos los que estábamos en el muelle, que ya habíamos pasado los controles de seguridad y demás, cupimos todos en el barco, se nota que en febrero es temporada baja.



Pillamos sitio dentro, por que aunque el día era estupendo, con el aire que pasa al ir el barco en marcha, afuera hacía un buen frío.
Las vistas desde el barco y Liberty Island, del skyline de la ciudad, son preciosas.
Cuando empiezas a acercarte al muelle y pasas justo por delante de Miss Liberty, el capitán del barco, aminora la marcha, incluso se detiene un poco delante de la estatua, para que el quiera, pueda hacer buenas fotos.



Cuando ya estás en tierra, cerca del muelle, hay una carpa, donde puedes coger unos audífonos, que nosotros no cogimos.
Caminamos hacía la derecha, en busca de verle la cara a la Estatua, como no, haciendo las fotos de rigor.
Nuestra entrada, no te da acceso al pedestal, pero creo que está suficiente bien las vistas que tienes, sin subir arriba.
Caminando caminando, rodeas toda la isla, para llegar a la plaza donde está el museo, al que entramos y estuvimos un buen rato, ya que te explican en unas pantallas, la historia de como hicieron la estatua, la transportaron etc...
Nos entretuvo un buen rato.



Después quisimos ir al baño.
Estratégicamente, tienen los baños dentro de la tienda de regalos, así que entramos y empezamos a chafardear, con lo que nos entretuvimos un poco, por la ventana vimos como se iba nuestro barco, al final tuvimos que pillar el barco de regreso sobre las 11:30 o 12, con lo que decidimos prescindir de visitar Ellis Island (ya tenemos otra excusa para volver) preferimos visitar toda la zona del One World y el homenaje al 11S, que allí en Estados Unidos, se denomina 9/11.

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Después de la visita de Miss Liberty, tocaba la visita de uno de los lugares, que mas ganas tenía de ver.
Aún recuerdo aquella tarde (En España), en que el telediario de las 15:00, abrió con la noticia de que un avión se había estrellado en una de las Torres Gemelas. A partir de ahí, las imágenes que fuimos viendo durante aquella tarde, fueron impactantes y han pasado a la historia.



De camino hacía la Zona 0, que así quedó denominado, todo el lugar donde antes había las Torres Gemelas, encontramos un sitio en el que compramos unos wraps y tacos, buenísimos, que nos zampamos en la calle.
Vimos toda la plaza donde están las piscinas, la bola del mundo que resistió a la caída de las torres y nos fuimos al museo 9/11.
Decidimos entrar primero en el museo, por que cierran a las 17:00, por si acaso luego nos entreteníamos demasiado en el observatorio del One World.
La entrada al museo estaba incluida con la New York Pass, nos pidieron los certificados de vacunación , pero no hubo problema para entrar.
Justo entras, con unas escaleras mecánicas bajas a la planta -1, donde está un hall, en el que un señor nos explicó, que si nos conectábamos al wifi del edificio, luego escaneando un código QR, tendríamos una audio-guía con el teléfono, que te iba guiando-explicando lo que pasó aquel fatídico día.
Como siempre, las historias personales que los supervivientes, víctimas y familiares vivieron aquel día, son lo que mas te impacta.


Nuestras hijas, no conocían lo que había pasado, en el 2001 aún no habían nacido y nos hicieron bastantes preguntas, la visita también les impactó.


Salimos camino a nuestro tercer mirador, también incluido con la New York Pass.
La diferencia de este mirador con los otros 2 a los que habíamos ido, es que la zona del puente de Brooklyn y la Estatua de La Libertad, los tienes a pie del edificio, así que las fotos las puedes hacer mucho mas cerca, igualmente también se ve bien el Empire State y zona de Times Square.
Aunque había bebido agua que llevábamos, aún tenía el regustillo del wrap, que me había comido y me apeteció comprarme una cerveza.
En todo el viaje, tan solo me había tomado una, no las tienen baratas en ningún sitio, así que mirando por la economía familiar, me conformaba con el agua del grifo.
Pero decidí darme un capricho, quería tomarme una cerveza, me había aguantado demasiado.
En una nevera, donde tu mismo podías cogerlas, tenían bastantes opciones a elegir y me decidí por la Coney Island Merman Ipa, que aunque la broma costaba 11 dólares, tenía muy buena pinta, también parecía una cerveza local, así que me tomaría una cerveza New Yorkina.


Que ganas tenía, por fin mi cervecita...
-¿¿Que?? ¿¿Esto que es?? esto no es una cerveza, buuff que mala.
Vaya fracaso, era una cosa muy amarga, parecía una tónica, con la clavada que me habían metido, resulta que ahora esto no había quien se lo bebiera.
Tuve que hacer de tripas corazón, para acabarme aquello.
He mirado la web de coneyislandbeer y ellos dicen que es una cerveza, pero yo digo que no lo es será algún híbrido entre cerveza y tónica.


Con todas las fotos hechas, bajamos del observatorio hacía la salida, pero no salimos a la calle, si no que estábamos en la famosa estación de metro Oculus, que ha diseñado el arquitecto Español Santiago Calatrava.
Creo que ha habido bastante polémica, por que se dice que es la estación mas cara del mundo.



Desde allí, teníamos que coger el metro hasta el Barclays Centre, estadio de los Brooklyn Nets, teníamos entradas para el partido de esa tarde.

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