![]() ![]() Norwegian Jade- Grecia y Turquía (primavera 2023) en construcción ✏️ Blogs de Mediterráneo
CRUCERO POR GRECIA Y TURQUÍAAutor: Betulia Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Índice del Diario: Norwegian Jade- Grecia y Turquía (primavera 2023) en construcción
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Etapas 7 a 9, total 9
Tras una noche, en la que se notaba un poco el movimiento del barco, la mañana se presentó más movidita. La llegada a Rodas estaba prevista para las 8 de la mañana, pero el mar no estaba por la labor de facilitar el atraque del barco. El oleaje era considerable y a esa hora, por megafonía, el Director de crucero anunció que estaban haciendo todo lo posible por acercar el barco a puerto, pero que no estaba asegurado poder atracar. Finalmente, tras hora y media batallando con el mar, consiguieron atracar el barco y sobre las 10 de la mañana, pusimos los pies en tierra.
El barco atracó a pocos metros de la impresionante muralla. La ciudad medieval de Rodas es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es una de las mejores conservadas de Europa. Nos encantó pasear por sus callejuelas empedradas y admirar su arquitectura medieval. Accedimos a la ciudad medieval por la Puerta de la Libertad o Pilí Eleftherías en griego. Y nada más acceder a la zona, encontramos las ruinas del templo dedicado a Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza. El santuario se construyó en el siglo III a. C. De su estructura, que debió ser majestuosa solo quedan unas ruinas rodeadas por una pequeña verja. A partir de ahí, se inicia una calle con una ligera pendiente que nos lleva hasta la oficina de información turística. Entramos a pedir un plano y nos indicaron lo más importante a visitar. No era un buen día para visitas, porque hay un ticket para visitar cuatro monumentos, de los cuales, dos estaban cerrados por ser el día festivo semanal. El ticket costaba solo 10 euros, y ya visitar el más importante, costaba 8, así que compramos la entrada de 10. El primer lugar al que accedimos fue al Palacio del Gran Maestre: Es un impresionante castillo del siglo XIV que fue construido por los Caballeros de Rodas y posteriormente utilizado como fortaleza por los turcos otomanos. Hoy en día, el palacio alberga un museo que muestra la historia de la isla. Está un estado de conservación magnífico y dispone de unos mosaicos impresionantes. A continuación visitamos el Museo Arqueológico de Rodas. Este museo cuenta con una gran colección de objetos arqueológicos de la isla de Rodas y de las ciudades antiguas cercanas. No tiene la grandiosidad del Palacio anterior, pero la visita también resultó interesante. Finalizadas las visitas culturales, nos dedicamos a explorar las callejuelas de la ciudad. Abundan tiendas de artesanía, que son muy diferentes de las de souvenirs típicos para guiris. Y aprovechamos para hacer unas compras. Prefiero comprar cosas así, a los artículos sin personalidad que se ven en todas las tiendas de souvenirs que conozco de diferentes lugares del planeta. Lo más bonito, fue un vestidito griego para nuestra nietecita de 15 meses. Estoy deseando verla con él puesto. A esas horas el clima había cambiado considerablemente, porque lucía el sol, y el viento no se notaba dentro de la ciudad. Después de explorar el centro histórico, decidimos visitar los molinos de viento de Rodas, que se encuentran a pie de mar . Desde allí, disfrutamos de vistas panorámicas del puerto y del mar. Los molinos de viento, con sus aspas girando suavemente, creaban una imagen pintoresca y memorable. El siguiente destino fue el lugar donde una vez estuvo el Coloso de Rodas, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Y a falta de Coloso… su lugar lo ocupó mi Oso. ![]() Finalizada la visita, regresamos al barco, para disfrutar de sus instalaciones. Partimos al atardecer y disfrutamos contemplando los reflejos dorados en el mar. Esa noche cenamos en el buffet. Tocaba cena oriental y la decoración era espectacular. Tras la cena, disfrutamos de un magnífico espectáculo en el teatro, a cargo de una pareja ucraniana, que literalmente vuela en el aire. Esa noche acudimos un rato al Karaoke, para compartir una copa con unos amigos que habíamos hecho en el barco, pero nos retiramos pronto, porque al día siguiente tocaba una nueva cita: Creta Etapas 7 a 9, total 9
La aventura en Creta comenzó con grandes expectativas. Igual que había ocurrido el día anterior en Rodas, ésta era nuestra primera visita a la isla. Desembarcamos en Heraklion, ciudad que nos recibió con un sol radiante. A pesar de tener solo unas horas para explorar el destino, estábamos decididos a aprovechar al máximo nuestro tiempo.
Mientras atracábamos, encontramos un viejo amigo en el puerto: un barco que en el que viajamos hace tiempo y del que també hice un diario. Nos hizo ilusión encontrarnos de nuevo con él... 13 años más tarde. Nuestro primer objetivo en tierra era el Palacio de Knossos. Llegamos a él en un autobús local, que se tomaba junto a la terminal. El precio fue de 5 euros por persona y era una especie de billete para un día de todo el transporte público de Heraklion. Antes de entrar, compramos las entradas on-line, por 15 euros, en una página que incluía audio-guía. La visita de las ruinas, nos hizo sumergirnos en la rica historia y cultura de la civilización minoica. Caminamos entre los pasillos y los restos de las antiguas estructuras, imaginando cómo habría sido la vida en aquel tiempo. Cada piedra y cada fresco nos contaban una historia fascinante. Aunque del Palacio, lógicamente, solo se conservan ruinas, están haciendo un excelente trabajo de restauración y conservación. Y la visita nos resultó sumamente interesante. Después de absorber la grandeza del pasado en el Palacio de Knossos, nos dirigimos al corazón de la ciudad. Tomamos un autobús diferente al primero y en pocos minutos llegamos. El centro histórico de Heraklion nos recibió con sus bonitas calles empedradas y su ambiente vibrante. Nos dejamos llevar por el bullicio de la vida cotidiana, explorando las tiendas locales y disfrutando de los sabores y aromas de la gastronomía cretense. Abundan cafés y restaurantes en todo el centro histórico y el día acompañaba para disfrutar de esas terrazas. No podíamos dejar de visitar la imponente catedral de Heraklion. Nos detuvimos unos instantes para apreciar su belleza y los detalles artísticos que adornaban el lugar. Fue un momento de tranquilidad y reflexión en medio de nuestra ajetreada visita. Continuamos nuestro recorrido y llegamos a una fuente famosa en la ciudad, llamada Fuente Morosini, conocida también como Fuente de los Leones. Observamos como los leones escupían agua, mientras los visitantes se refrescaban y disfrutaban de la animada atmósfera que la rodeaba. Antes de partir, no podíamos dejar de visitar el majestuoso Fuerte Veneciano, cuya entrada era muy barata (4 euros). Nos dirigimos hacia el puerto, donde el fuerte se alzaba. Caminamos por sus pasillos y exploramos sus diferentes áreas, y nos detuvimos un buen rato en la terraza contemplando las vistas panorámicas del mar y la ciudad. En ese momento, el viento soplaba fuerte y las olas superaron el rompeolas, recordándonos la grandeza y la fuerza del mar. Y así, …. llegó el momento de despedirnos de Creta, una isla que nos había regalado momentos inolvidables, una mezcla de historia, cultura y belleza natural. Bordeando el puerto, pusimos de nuevo rumbo hacia nuestra casa flotante durante estos días, para apurar los poquitos que nos quedaban ya a bordo. Etapas 7 a 9, total 9
En el penúltimo día de crucero llegamos a la hermosa isla de Mykonos. Sin embargo, el clima no parecía estar de nuestro lado, ya que las nubes grises cubrían el cielo y amenazaban lluvia. Pero eso no nos desanimó, porque sacamos nuestro único paraguas y decidimos bajar a tierra de todos modos.
El barco atracó a unos 2 o 3 km de la pequeña ciudad de Chora y nos trasladaron en autobuses hasta el punto desde el que parten los autobuses de línea regular hacia otros lugares de la isla, o bien, se inicia un recorrido a pie por el centro de la población. Con nuestro paraguas en mano, y como ya habíamos estado en la isla años antes, nos dirigimos hacia los icónicos Molinos de viento. A medida que nos acercábamos, la lluvia se intensificó y se convirtió en una verdadera tormenta. Pero estábamos decididos a disfrutar de nuestro tiempo en esta isla encantadora, así que nos abrazamos bajo el paraguas y continuamos nuestro camino hacia los molinos. La tormenta rugía a nuestro alrededor mientras caminábamos por las estrechas callejuelas de Chora hacia los molinos. El viento soplaba y las gotas de lluvia golpeaban nuestras caras. Sin embargo, contemplar los molinos de viento, bajo aquel cielo de gris era una visión mágica. Tras la visita a los Molinos y con los pies totalmente empapados, optamos por volver al barco. Las calles, estaban tan empapadas como nuestros pies. Pero... en ese momento, la tormenta comenzó a calmarse y los rayos de sol comenzaron a filtrarse entre las nubes. Fue un momento de transformación, como si la propia naturaleza estuviera celebrando nuestra perseverancia. Decidimos aprovechar este cambio y nos dirigimos hacia la encantadora Pequeña Venecia de Mykonos. Caminar por las pintoresca Pequeña Venecia bajo el sol, fue una delicia. Las casas blancas con balcones de colores vibrantes, colgaban sobre el mar azul y creaban una imagen de ensueño. Nos detuvimos en uno de los rincones de esa Pequeña Venecia y accedimos a una zona rocosa para tomar fotos y disfrutar de las vistas panorámicas. Dedicamos unos 10 minutos, pero me hubiese quedado allí una eternidad. Continuamos nuestro paseo y seguimos deambulando por las callejuelas estrechas, descubriendo bonitas tiendas de artesanía. Nos detuvimos en algunas de ellas, para acabar de hacer algunas compras de detallitos para nuestra familia. A medida que avanzábamos por las calles de Chora, descubrimos bonitas iglesias de cúpulas azules o rojas y campanarios blancos. Nos asomamos a su interior, donde la luz del sol se filtraba a través de las ventanas, creando un juego de sombras y reflejos en las paredes. A esas horas, el clima había cambiado completamente y el día se había transformado en radiante, regalándonos un cielo azul, que hacía resaltar todavía más el blanco de las edificaciones. Para poner fin a la visita, nos dirigimos al puerto, donde el sol bañaba los barcos y creaba destellos dorados en el agua. Y en ese momento, nos dimos cuenta de que, a pesar del inicio lluvioso y tormentoso, nuestra visita a Mykonos había sido verdaderamente especial. La lluvia y la tormenta solo habían añadido una capa de encanto, romanticismo y aventura a nuestra experiencia. La tarde y la noche, la dedicamos a disfrutar de las instalaciones del barco, preparándonos para la que la última escala del viaje, un destino estrella y muy especial para nosotros: Santorini. Etapas 7 a 9, total 9
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