Viajar a EEUU:
Una de las cosas imprescindibles es el
visado para entrar en EEUU, se llama
ESTA.
En nuestro caso, al hacer escala en Canadá, aunque no vayamos a salir del aeropuerto, también necesitamos otro visado, llamado
eTA.
Nunca es mala idea tener un
seguro de viaje por si acaso. Nosotros por suerte no lo hemos usado.
En anteriores viajes a EEUU nos hemos apañado con el wifi de los hoteles y espacios públicos, pero aquí íbamos a estar muchas horas en carretera, así que hemos preferido comprar una
tarjeta SIM estadounidense. La verdad es que ha habido trozos del viaje en el que no hemos tenido conexión, pero por lo general la hemos usado bastante.
Conducir por EEUU:
Alquilamos un
coche con la compañía
Budget, porque es el precio que encontramos más económico.
Antes de viajar hay que sacarse el
carnet de conducir internacional. Si ya tienes carnet, no hay que hacer ningún examen ni nada, sólo pagar.
A veces, aún teniendo una tarjeta SIM americana, es posible que no tengas conexión para consultar GoogleMaps. Nosotros usamos la
app Sygic, no es gratuita pero está super amortizada. Marcamos con antelación como favoritos todos los destinos y luego en la carretera funciona aún sin internet.
Parques Nacionales:
Existe el conveniente
pase anual de todos los Parques Nacionales de EEUU llamado “
America the Beautiful”, y cuesta 80$ por vehículo. Si se visitan 3 parques, ya se ha amortizado.
La verdad es que muchas veces no la hemos podido mostrar, porque accedíamos a los parques cuando las taquillas aún estaban cerradas.
Hay
excursiones de todos los niveles de dificultad, desde senderos pavimentados accesibles con sillas de ruedas hasta recorridos en los que tienes que sujetarte a una cadena para no despeñarte.
Nosotros estamos en forma, pero nuestro entreno es de gimnasio, y somos de ciudad. No teníamos mucha idea del nivel de esfuerzo que supondría 1 hora de caminar cuesta arriba a más de 2.000 metros de altitud.
Nos hemos centrado en hacer itinerarios catalogados en las webs oficiales de los parques como “Fáciles” o “Moderados”.
Un panel en el inicio de cada sendero indica la distancia, el desnivel y la duración estimada del recorrido. En todos los casos, nosotros hemos tardado menos del tiempo indicado, incluso parándonos a tomar múltiples fotos.
También nos ha resultado súper práctica tener la
app oficial National Park Service descargada y con los parques descargados offline para tener todos los detalles de los recorridos siempre a mano.
Otros detalles:
En verano en el suroeste de EEUU es temporada de
monzón. Es decir, es muy habitual que cada tarde se formen tormentas eléctricas.
Nosotros quizás hemos tenido especialmente mala suerte en esto, porque prácticamente nos ha llovido cada día en algún momento u otro.

Afortunadamente, llevamos calzado resistente al agua y un poncho.
¡Finalmente hemos podido realizar el viaje que habíamos planificado para el verano de 2020!
Diseñamos la ruta de 14 días para visitar los paisajes más populares del norte de Arizona y los parques nacionales llamados “
Mighty Five” de Utah, saliendo desde Las Vegas.
En total han sido algo más de 2.000 kilómetros en coche.
Hoy el día consistirá simplemente en tomar el vuelo a media mañana desde Barcelona y llegar por la noche a las Vegas, después de estar casi 24 horas viajando.
El vuelo lo hemos elegido con
Air Canada para aprovechar el cupón de reembolso que nos dieron al cancelar el vuelo en 2020.
Hemos hecho una escala de 5 horas en Toronto pero no nos ha parecido que tuvieramos tiempo para visitar la ciudad en este plazo.
Al llegar a las Vegas en plena noche nos recibe un calor seco desértico. Un taxi es la opción más rápida para llegar al
motel y dormir, que estamos reventados.
El fantástico jet lag nos despierta antes de las 6 de la mañana frescos como una rosa.

Vamos directos a recoger el coche de alquiler. Está a pocas paradas de autobús desde el hotel.

No hay muchas líneas de autobús en Las Vegas y la frecuencia es regulera, pero elegimos un motel y una oficina de alquiler de coches estratégicamente bien conectados.
Con nuestro flamante pero modesto Toyota Corolla nos dirigimos hacia nuestro primer punto de la ruta, el
Grand Canyon.
Serán 4 horas y media de carretera pero haremos una paradita para comer en el pintoresco pueblo de
Seligman, en plena Ruta 66. Tiene un par de restaurantes tradicionales y una zona tematizada del oeste.
También hemos pasado por la
Presa Hoover pero no hemos parado.
Al llegar a la entrada del Grand Canyon compramos el pase anual de Parques Nacionales, llamado “
America the Beautiful”.
Cuesta 80$ por coche y se amortiza fácilmente visitando tres o más parques. En el mismo peaje nos dan un mapa del parque.
Está lloviendo así que aprovechamos para comprar comida y agua en el supermercado del Visitor Center. Hay de todo, pero la comida saludable es cara en todas partes.
Una vez hemos dejado las maletas en el hotel,
Bright Angel Lodge, en forma de preciosa cabaña de piedra y madera, nos disponemos a salir a explorar.
Pero sigue lloviendo.

En realidad hace tormenta, y no se recomienda estar al aire libre por riesgo de rayos.
No podemos resistirnos a dar un pequeño paseo por el
South Rim, el camino que hay al borde del cañón. A pesar de las nubes bajas y la poca visibilidad, nos impresiona la profundidad de este fenómeno geológico tan peculiar.
También nos sorprende lo verde que está. En la parte más profunda que alcanza la vista (que no es el río Colorado), debe de haber un arroyito porque está lleno de árboles.
Esta zona del cañón es la más verde, mañana cuando vayamos hacia el este lo veremos mucho más desértico.
Con este tiempo que hace, cero probabilidad de ver una puesta de sol, y tampoco de ver las estrellas. Nos vamos a dormir pronto que el jet lag aprieta.