![]() ![]() Recuerdos de Túnez: érase una vez, hace unos cuantos años... ✏️ Blogs de Tunez
Viaje a Túnez que hicimos hace bastantes años, mezclando visitas por libre y tour en van con otras seis personas.Autor: Artemisa23 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (7 Votos) Índice del Diario: Recuerdos de Túnez: érase una vez, hace unos cuantos años...
Total comentarios: 9 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 9, total 9
Madrugamos bastante, como de costumbre. La tormenta había pasado y lucía el sol. Antes de desayunar, salimos a dar un paseo por los jardines del hotel y contemplamos un bonito panorama. Aparte de la recargada decoración, el sitio estaba muy bien.
![]() Por cierto que, en adelante, algo iba a cambiar en el viaje, ya que Admeh nos comentó que comenzaba el Ramadán. El recorrido de la jornada incluía visitar la ciudad de Nefta y sus manantiales subterráneos para después continuar hasta Tozeur, donde nos alojaríamos esa noche. Una jornada muy relajada con unos 139 kilómetros en total y el siguiente itinerario según Google Maps:
![]() Poco a poco nos íbamos internando en el sur del país, donde los oasis desafían a las arenas del Sahara, el desierto más extenso del planeta, que comparten once países africanos y del que Túnez solo posee una mínima parte.
![]() Nefta. Nefta es la segunda ciudad sagrada de Túnez después de Kairouan. Está muy cerca de Tozeur, a orillas de Chott el Jerid. Estuvo ocupada por los romanos, y en siglo XVI se convirtió en un importante centro del sufismo, una rama del Islam, llegando a contar con cien mezquitas y docenas de madrazas. Su barrio más antiguo, Ouled ech cherif, es muy pintoresco y merece una paseo. Hice algunas fotos, pero no las encuentro. Sin embargo, sí conservo alguna de su famoso palmeral, alimentado por manantiales subterráneos, como el de la hondonada de la Corbeille, en cuyos alrededores se recogen gran cantidad de dátiles. Desde el mirador, se tenía una buena panorámica de los minaretes de las mezquitas de Nefta y de la propia ciudad antigua.
![]() ![]() Tozeur. Tozeur es la capital de la comarca del El Djerid y cuenta con el oasis más importante y bonito de esta zona del país, donde hay más de tres mil palmeras. En su palmeral, se cosechan la mayor cantidad de dátiles de Túnez y se exportan a todo el mundo por ser los más dulces y jugosos del país. No es que yo sea una amante de los dátiles, pero tengo que reconocer que estaban muy ricos; así que compré un paquete. Nada más entrar, la ciudad antigua recibe a los visitantes con un enorme jarrón de barro cocido, material con el que se hacían tradicionalmente las casas. ![]() ![]() Tozeur se llamaba Thusurus en tiempos de los romanos, que habían instalado allí un puesto de avanzadilla para enlazar el interior con Gabes, en la costa. Ya en el siglo XIV, era un importante centro comercial donde se abastecían las caravanas que cruzaban el desierto desde el interior de África trasladando esclavos hacia los mercados del norte.
![]() Como ya he escrito antes, había comenzado el Ramadán, mes de ayuno (desde el amanecer hasta el ocaso), oración, reflexión, abstinencia y comunidad para los musulmanes. Aunque su actividad cotidiana disminuye, la vida continúa para ellos y lo que más nos podía influir era en cuanto al almuerzo. Luego, no tuvimos problemas. No hay que olvidar que Túnez es un país que recibe muchos ingresos del turismo y en los sitios donde se mueven los extranjeros siempre hay establecimientos que ofrecen comida, si bien tuvimos que renunciar a los pequeños restaurantes locales a los que nos había llevado Ahmed los días anteriores.
![]() Después de comer, hacía muchísimo calor. Así que, en vez de patear Tozeur, fuimos a refugiarnos en uno de sus museos de tradiciones locales, concretamente uno que se llama “Dar Cherait”. Se trata de una réplica de un palacio de los Bey, palabra de origen turco que define a los gobernantes y que era el título de los reyes en Túnez. En el interior, las salas muestran la vida tradicional, con maniquíes con trajes antiguos y decoraciones que presentan la vida cotidiana de antaño. También hay obras de arte de los siglos XVII al XX, enseres de vidrio, cerámica y cristal; vestidos y joyas, armas, instrumentos musicales, libros antiguos… En fin, un poco de todo.
![]() ![]() Al salir, seguía haciendo tanto calor que decidimos ir al hotel, que se hallaba a las afueras de Tozeur para descansar un poco y darnos un chapuzón en la piscina. Confieso que no recuerdo qué hotel era. Lo he mirado y remirado, intentando hacer memoria y localizarlo, pero no he sido capaz. Pero sí debía estar un poco alejado de la medina, pues cuando bajó un poco la intensidad del sol, dejamos a Ahmed haciendo unas gestiones y pedimos un par de taxis para que nos acercaran al barrio antiguo, llamado Ouled el Hadef.
![]() ![]() A esas horas, estaba ya prácticamente vacío de visitantes y pudimos recorrerlo tranquilamente, sin que nadie nos molestara. Su origen se remonta al siglo XIV y está protegida por una muralla de ladrillo. Las casas tradicionales están edificadas también con unos ladrillos cocidos cuyo tono amarillento se aprecia mejor en vivo que en fotos. Se colocan en las fachadas formando dibujos geométricos que resultan muy pintorescos para los extranjeros. Me parecieron similares a las de Nefta. Me acordé, entonces, de la película “El Paciente Inglés”, algunas de cuyas escenas se rodaron por esta zona.
![]() Como de costumbre, una cosa fue entrar y moverse por las abigarradas callejuelas y otra volver atrás y encontrar la salida del laberinto, pues siempre terminábamos en el mismo sitio. Pero, al contrario que la tarde de la tienda de las alfombras en la capital, fue una tarea agradable y entretenida; y lo pasamos muy bien con nuestros compañeros de viaje.
![]() Cena y bailes típicos. No tenemos costumbre de asistir a este tipo de cenas, pues normalmente son caras y apuntan a turistadas. Pero Ahmed (por cierto que cumplía el ayuno escrupulosamente) nos aseguró que nos iba a gustar tanto la comida como los bailes, que no era caro (cierto), y que, luego, podíamos acercarnos a vivir el peculiar ambiente de una ciudad musulmana en Ramadán, cuando se pone el sol. Y el espectáculo estuvo entretenido. Aparte del apuro de que me sacaran a la pista a mover un poco el esqueleto (porque a ponerme una jarra en la cabeza me negué rotundamente ![]() ![]() ![]() Al salir, fuimos con Ahmed a dar una vuelta por la medina y nos quedamos asombrados: lo que por la tarde estaba tranquilo y vacío, se había transformado en una marea de gente que iba y venía, comprando en las tiendas ahora abiertas, y, sobre todo, que comía y bebía: familias enteras, reunidos como en una fiesta. Entonces, nos explicaron que la cena en Ramadán se llama “iftar” y supone una gran celebración en comunidad, mediante la cual se rompe el ayuno diario. Generalmente, empieza con dátiles y sigue con sopas, arroz, quesos, guisos de verduras, hojaldres, frutas, café, té… Nos pareció curioso ver tantas mesas en plena calle, repletas de comida para compartir entre familias, amigos y vecinos. Aunque no conservo fotos, porque ni me pareció oportuno tomarlas, ni mi cámara funcionaba de noche decentemente, esa algarabía fue uno de los mejores recuerdos que me traje de Túnez. Etapas 7 a 9, total 9
La jornada de hoy era de esas que se conocen pomposamente como “el gran sur”, típica y tópicamente turística aunque también imprescindible en Túnez; otra cosa es cómo la realices. Ahora, supongo que habrá varias formas de conocer las estribaciones del desierto; nosotros, entonces, dependíamos de las excursiones en 4X4 que se contrataban in situ o a través de agencias. En nuestro caso, estaba incluida en el precio del tour. Saliendo de Tozeur, nos ocupó toda la mañana completa, recorriendo las dunas de Oung Djmel y los oasis de montaña de Tamerza y Chebika.
Si se ponen los destinos en Google Maps, lo que sale es algo parecido a esto.
![]() Dunas de Oung Djmel. Nos repartimos en dos vehículos todo terreno, nos llevaron primero a las Dunas de Oung Djmel, conocidas por haber sido escenario de varias películas famosas. Desde el principio, el recorrido se planteó para el entretenimiento del visitante, y se hacían constantes carreras entre los coches, adelantándose entre sí casi puestos a “dos ruedas”, desafiando las leyes de la gravedad. Supongo que todo estaba calculado a pesar de las aparentes imprudencias. Espero que tales “peripecias” no dañen las dunas, ya que doy por hecho que estas excursiones se siguen llevando a cabo todavía. Aparte de la adrenalina, confieso que nos divertimos un montón.
![]() ![]() ![]() Paramos varias veces, nos deleitamos con el paisaje desértico y caminamos por la arena, la primera vez fue en un lugar conocido como Ong Jaml -la colina del camello-, debido a la semejanza con ese animal de una imponente formación rocosa que, por cierto, también aparece en la película “El Paciente Inglés”.
![]() ![]() Íbamos de cine, así que también nos dirigimos a algunos de los escenarios de “Star Wars”. Los decorados, que atraen a muchos turistas, se han reconstruido bastantes veces, pero como amantes de la saga, nos gustó verlos. Así estaban cuando nos movimos por la Tatooine de Skywalker.
![]() ![]() ![]() Oasis de Tamerza y Chebika. Continuamos después hacia los oasis. Los más importantes de Túnez son los de Mides, Tamerza y Chebika, tres pueblos que están relativamente cerca de Tozeur y de la frontera con Argelia. Los romanos llegaron a esta zona para instalar puestos militares con torres de vigilancia que se comunicaban mediante espejos. En el siglo XIX, constituían paradas importantes para las caravanas que unían las costas oriental y occidental del continente africano. La forma de vida de sus habitantes, fundamentalmente agrícola y de pura subsistencia, cambió con el descubrimiento de los fosfatos y, posteriormente, con la llegada del turismo.
![]() ![]() ![]() A 60 kilómetros de Tozeur, Chebika es un pueblo de piedra y adobe situado en la ladera de una montaña. A finales de los años sesenta del pasado siglo, el pueblo antiguo, de origen romano, quedó destruido por unas inundaciones y tuvo que cambiar su ubicación. De todas formas, su mayor interés reside en su oasis, un hermoso palmeral entre montañas con senderos, manantiales de un increíble color turquesa y una preciosa cascada. Estuvimos caminando por allí un buen rato. Un sitio muy bonito, aunque bastante turístico.
![]() ![]() ![]() A pocos kilómetros, se encuentra Tamerza, que alberga el oasis más grande del país y el único que está comunicado con el mundo exterior por transporte público. Ofrece unas vistas muy hermosas y también cuenta con manantiales y cascadas. Tengo las fotos mezcladas y no sé cuál es corresponde a uno y cuál a otro, así que no están en orden.
![]() ![]() Lo mismo que Chebika, el pueblo antiguo se abandonó tras las inundaciones de 1969. Está en ruinas, pero conserva su primitiva disposición, con estrechos callejones y varios mausoleos islámicos.
![]() ![]() Ya de regreso en los 4X4, nos cruzamos con varios grupos de dromedarios que transitaban a su aire por las dunas. Aun así, nos explicaron que no son salvajes y tienen dueño.
![]() Chott El Djerid. Ya con Ahmed, en nuestra van, continuamos hacia este lago salado que surgió hace millón y medio de años como consecuencia de varios movimientos tectónicos en la corteza terrestre. Pese a que los largos periodos de sequía y la continua evaporación lo han reducido a una ligera capa de agua en el periodo de lluvias, sigue siendo el más grande del Norte de África, con una superficie de más de 50.000 km2 entre el Golfo de Gabes y la frontera con Argelia.
![]() ![]() Lo cruzamos a través de una carretera elevada de 64 kilómetros de longitud y en el trayecto hicimos varias paradas. Nos llamó mucho la atención. Con apenas algunos charcos de agua, parecía un inmenso tapiz, al que los cristales de sal le proporcionaban un dibujo de colores rosas, azules, blancos y verdes.
![]() ![]() ![]() Nos descuadró ver algunos veleros. Creíamos que era para hacerse la típica foto, pero nos explicaron que se hacían regatas sobre la arena y que los barcos superaban los 50 kilómetros por hora. ¡Qué cosas!
![]() Además, Ahmed nos dijo que hay espejismos. Cuando sonreímos, nos aseguró que mirásemos bien, pues todo el mundo los ve. Y, sí, era cierto: nosotros, también. ¿Qué es aquello al fondo? ¿Un carguero? ¿Un camión?
![]() En algunos puntos, a lo largo de la carretera, vimos numerosos vendedores que ofrecían de todo a los turistas, como amatistas y rosas del desierto. No sé si ahora estará permitida su venta, pero en aquella época era uno de los recuerdos más típicos del sur de Túnez. Y nada caro. La rosa del desierto es una roca compuesta de yeso que cristaliza con el agua subterránea en forma de rosa abierta, por lo cual suele encontrarse enterrada en el arena. Su color natural está entre el gris y el ocre, aunque para hacerlas más bonitas, los vendedores las coloreaban artificialmente. Después de regatear un buen rato, conseguí un juego de varias piezas por lo que me pareció un buen precio. Eran bonitas (sobre todo la natural) y todavía las tengo de adorno en casa.
Dauz. Paseo en dromedario. Esa noche, nos alojamos en Dauz, por entonces una pequeña población considerada la “Puerta del Desierto”, rodeada de dunas y que nació al asentarse algunos nómadas. Por unos apuntes que conservo, sé que nos alojamos en el Hotel Sun Palm, que todavía existe. No recuerdo si nos bañamos en la piscina o si fuimos directamente a cumplir con el protocolo que nos faltaba en el sur de Túnez: un paseo en dromedario. Bueno, ya puestos… ¿por qué no? Además, a última hora de la tarde no hacía tanto calor y la mayor parte de los turistas se habían marchado.
![]() ![]() Pero los prolegómenos fueron más complicados de lo que habíamos previsto. Y es que tuvimos que vestirnos con trajes de beduinos. Al principio éramos un poco reticentes, luego dijimos… ¿y qué más da? Una buena ducha lo cura todo. Nos entregaron una especie de chilaba y el inevitable turbante. Los miré casi con lupa. Parecían limpios. Por cierto, ¡qué lioso es colocarse bien el turbante! Menos mal que nos ayudaron. ![]() ![]() Con el disfraz puesto, lo siguiente era encaramarse al bicho. Hasta entonces, solo habíamos montado en camello en Lanzarote, muchísimos años atrás. Allí, los animales llevaban unas cestas laterales, en las que los visitantes iban cómodamente instalados. Aquí, no. Mi marido subió sin problemas y salió enseguida, delante de mí, pero mi dromedario tenía muy mal genio, se levantó antes de que yo pudiera ponerme encima y me tiró de bruces sobre la arena. No me hizo daño, pero me llevé un buen susto. Se lo llevaron rápidamente, con una buena regañina. Quizás le castigaron. Pobrecillo, espero que no. Me trajeron otro (u otra) más mansito que me trató muy bien.
![]() Los dromedarios iban enlazados unos a otros con cuerdas, en hileras. El de detrás, se adelantaba y me lamía el tobillo. Me daba cierta cosa por si me mordía. Pero no. Al cabo de un rato, me atreví a soltarme e hice un par de fotos. Las dunas eran muy bonitas. Coincidimos en que había sido una turistada total, pero lo pasamos bien y nos reímos un montón. ![]() Fumando con marguile y contemplando las estrellas. Como teníamos por costumbre, después de cenar los ocho del grupo estuvimos un rato con Ahmed en el jardín, tomando algo. Tras la puesta de sol, él ya podía beber. Era la última noche que estábamos todos juntos y charlamos durante muchos minutos. Luego, fuimos al “café moro” del hotel, que estaba muy ambientado y donde las señoras podíamos hacer cosas como fumar tabaco con el típico marguile, compartido entre todos, como es habitual. Yo no fumo, pero soy de la opinión de que por una vez ni iba a enfermar ni a volverme adicta. Al ritmo de la música local, pasamos otro buen rato.
![]() ![]() Al final, fuimos paseando hasta el borde de las dunas y con linternas nos internamos algunas decenas de metros en ellas para contemplar un cielo increíble; y es que las estrellas en el desierto lucen con un fulgor inigualable. Etapas 7 a 9, total 9
Era el último día del tour. Recorrimos Matmata, el oasis marítimo de Gabes, el anfiteatro de El Djem y paseamos por la ciudad de Sfax. Terminamos esta larga jornada (547 kilómetros) en Hammamet, donde nos alojamos esa noche y la siguiente.
Itinerario según Google Maps.
![]() Nos pusimos en marcha tras el desayuno. Cuatro de los compañeros de viaje estaban mal: se habían despertado con problemas intestinales. Pudo ser algo que comieron o que les sentó mal el fumeteo. Nosotros nos encontrábamos perfectamente.
Salimos cuando estaba amaneciendo y por el camino nos encontramos pequeños pueblos despertando con el sol. ![]() ![]() ![]() Matmata. Nuestra primera parada fue en Matmata, situada a 650 metros de altitud, en una región montañosa con paisajes erosionados por el agua y el viento, donde las tribus bereberes se instalaron hace siglos para construir sus casas bajo una capa de arena y arcilla, en una peculiar arquitectura de cuevas trogloditas, cuyo objetivo era eludir el tremendo calor del entorno.
![]() Así, las casas mantienen una temperatura constante de 17 grados. Suelen ser agujeros de unos diez metros de profundidad, en cuya base se establece un patio y a su alrededor se sitúan las diferentes estancias de la casa, las habitaciones y las salas de almacenaje, como si fuesen celdas excavadas en las paredes. En algunos lugares, aparecen también construcciones a modo de fuertes (ksars) formados por varios pisos de silos yuxtapuestos, con celdas abovedadas que se utilizaban como graneros o refugio en caso de peligro.
![]() El mayor de estos pueblos era Matmata, donde George Lucas rodó varias escenas de la saga Star Wars, que siguen utilizándose como reclamo turístico. Pese a que el pueblo nuevo se trasladó a otra ubicación, a 15 kilómetros de distancia, numerosas casas antiguas continúan habitadas, algunas convertidas en hoteles. A cambio de unos dinares, lugareños las enseñan a los visitantes, mostrándoles cómo era su ancestral modo de vida.Estuvimos un rato por allí, viendo algunas de las casas por dentro. En principio, íbamos a acercarnos a uno los ksares que he mencionado más arriba, pero los chicos enfermos estaban peor y acordamos ir directamente a Gabes, donde podrían proporcionarles algún medicamento en una farmacia.
![]() Gabes. El Golfo de Gabes se extiende desde el sur de Sfax hasta la frontera con Libia y en sus marismas se refugian muchas de las aves migratorias que cruzan el Mediterráneo desde el norte. Gabes es la población más importante de las orillas del golfo y, además del oasis marítimo que pudimos contemplar, cuenta con una mezquita del siglo XII. Ahmed acompañó a nuestros compañeros enfermos a una farmacia, donde les facilitaron unos medicamentos para aliviarles su malestar. Luego, ya un poco pillados de tiempo, fuimos a Sfax, donde dimos un paseo después de almorzar. Aparte de la ciudad nueva, de estilo europeo, nos gustó su medina, a la que se accede por Bab Diwan, y que recorrimos por la avenida de la Gran Mezquita, que va hacia el sur y a las murallas. No he encontrado las fotos que hice en la medina, pero sí una del oasis.
![]() Anfiteatro El Djem. Durante la tercera guerra púnica (146 a.C.), la ciudad de Thysdrus luchó del lado de Roma, lo que le valió obtener la condición de ciudad libre tras la caída de Cartago. Durante el siglo III, se convirtió en colonia romana y en una de las ciudades más importantes del norte de África.
![]() Construido en el año 238 por el procónsul Gordiano, en tiempos del emperador Maximino el Tracio, es el mayor anfiteatro de África y el cuarto más grande del mundo después del Coliseo de Roma, el anfiteatro de Capua y el de Pozzuoli. Con unas dimensiones de 147.9 metros de largo y 122 metros de ancho, la arena interior es una elipse de 64.5 por 38.8 metros y su capacidad era de unos 35 000 espectadores. En su interior se celebraban combates de gladiadores, carreras de carros, exhibiciones de fieras, cacerías, etc.
![]() Se cree que estuvo intacto hasta finales del siglo XVII, cuando se empezaron a utilizar las piedras de su fachada exterior para construir las casas de la ciudad de El Djem. En cualquier caso, está muy bien conservado y mantiene los fosos de los leones y un sistema de canalizaciones y cisternas para la captación del agua de lluvia.
![]() Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Posteriormente, se sometió a un proceso de restauración y consolidación que lo han dejado con un aspecto magnífico, tanto en el exterior como en el interior. Pudimos recorrer las gradas, la arena y los corredores, así como visitar el museo. Nos gustó muchísimo. Creo que es una visita indispensable en Túnez.
![]() ![]() Hammamet. Tras visitar el anfiteatro, tuvimos que recorrer en la van más de ciento sesenta kilómetros hasta llegar a nuestro hotel en Hammamet, donde nos alojamos esa noche y la siguiente. No estoy segura del nombre del hotel, así que prefiero no mencionarlo para no equivocarme, aunque sí que recuerdo que contaba con buenas instalaciones, jardines con palmeras y piscina. Allí, nos despedimos de nuestros compis de viaje y de Ahmed, que continuaban hasta Túnez capital.
![]() A la mañana siguiente, hacía mucho calor y no hicimos nada especial, solo vaguear en la piscina y tumbarnos en la playa, a la que teníamos acceso directo desde el hotel. Por entonces, he leído que ahora también, muchas playas eran privadas y estaban controladas y vigiladas por personal de seguridad de los hoteles. Por la tarde, vimos una bonita puesta de sol.
![]() Fin del viaje. Y así acabó un viaje del que, como ya he comentado, guardo muy buen recuerdo, especialmente porque fue nuestro primer viaje al Norte de África y a un país musulmán. No sé cómo estará la cuestión ahora, pero cuando estuvimos, las mujeres teníamos bastante libertad en cuanto a vestuario, salvo en las mezquitas, claro; incluso en las medinas yo iba con camiseta de tirantes sin ningún problema. De todas formas, con el tiempo que ha pasado, lamento no poder facilitar referencias actualizadas. Como conclusión, en mi opinión Túnez merece una visita, pero más allá de sus playas: las ruinas romanas, las medinas, el desierto... Además, parece que sigue teniendo buen precio. De todas formas, aunque se nos quedaron bastantes sitios por ver, de momento, volver no es una de mis prioridades viajeras.
![]() Etapas 7 a 9, total 9
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (7 Votos)
![]() Total comentarios: 9 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |