Definitivamente el jet-lag se fué.... aunque en su lugar se quedó el sueño y el cansancio. Ya empezaba a costar levantarse cuando sonaba el despertador. Ese día nos llevamos una agradable sorpresa cuando salimos a la calle... hacía una brisa fresquita que no tenía nada que ver con el calor insoportable de días anteriores.
Llegó uno de los días más esperados por mi hija.... la visita al museo de cera Madame Tussauds (234W 42st, muy cerca de Times Square). Por internet vió que una de las últimas creaciones de este museo era una figura de Miley Cirus (Hannah Montana), así que compramos los tickets por adelantado para, nuevamente, evitarnos las colas. Fue un gran acierto, porque había por lo menos media hora de cola, y eso que llegamos súper pronto.
El museo en sí no está mal, sobre todo si se va con niños. Las figuras, en casi todos los casos, están muy logradas (nada que ver con el museo de cera de Madrid) y lo mejor es que puedes fotografiar, tocar, besar, abrazar a las figuras, siempre que no se rompa nada.... las cámaras de vigilancia y los avisos ya se encargan de eso
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Además de las figuras, hay un mini pasadizo del terror, que no es nada del otro mundo, pero que si te da mal rollo, puedes dar un pequeño rodeo y no atravesarlo. Con la entrada también está incluida una proyección en 4D (el clásico 3D y algunos efectos adicionales (aire, agua....). Cambian la peli cada 4 meses, y a nosotros nos tocó una de Bob Esponja
Tras dos horas y media en las que hicimos un millón de fotos, nos fuimos en dirección al SoHo, a dar una vuelta por esta pintoresca zona. Además, me habían encargado un iphone 3GS o 4G 'unlocked', y en una guía había visto una tienda que vendía este tipo de móviles, aunque los precios se iban muy por encima del presupuesto (el 3GS de 32Mb costaba $1.000
Había hambre, aunque ese día no nos gastamos nada en comida, ya que comimos en un parquecito con las sobras de días anteriores.... la mitad del mega-sandwich de pastrami del Carnegie Deli y dos rollos de ensalada César que no nos habíamos comido en el restaurante de Ellis Island. Además, encontramos una especie de badulake que vendía de casi todo, pero lo que más aprovechamos fué el agua fría: 1 litro por $1 (que es muy barato).
Justo después de comer empezó el partido del mundial de España contra Portugal. En el parquecito que comimos intenté ver algo con la conexión wifi del ipod, pero la señal no era buena, así que me iba conformando con ver de vez en cuando el resultado.
Nos fuimos a chinatown y justo antes de Canal St. pasamos por un parque del que no recuerdo el nombre, pero todos los chinos mayores de New York estaban allí, y los que no eran tan mayores estaban en los bares viendo el partido de España.... la pena fue que no había ninguno que se pudiera ver desde fuera. España ganó con gol de Villa
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Chinatown fue más o menos lo que me esperaba, nada del otro mundo. No encontramos lo que buscábamos, que eran falsificaciones de pañuelos para el cuello. Incluso una de las chinas que trapicheaba con relojes, perfumes y bolsos nos trató bastante mal cuando le dijimos que queríamos pañuelos. En cuanto a Little Italy, muchos restaurantes, italianos de 4ª o 5ª generación y un edificio pintado con la bandera de Italia.... poco más.
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Volvimos de nuevo a Canal st. y de ahí en dirección sur por Bowery st. y Park Row hasta Brooklyn Bridge. Había leído por ahí que el que cruza el puente de Brooklyn andando, vuelve a New York, así que decidimos probar suerte
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Pensaba que iba a costarnos más tiempo cruzar el puente, pero la verdad es que se me hizo corto, y eso que ya eran las 7 de la tarde y el cansancio empezaba a hacer mella.
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La idea era ver el anochecer desde la playa Dumbo, pero mi hija quería ver uno de los escenarios de la serie Gossip Girl, que está precisamente en Brooklyn (Joralemon st), pero debe ser que lo consultamos en una web que no daba buena información, porque no nos sonaba de nada.
Yo quise volver a la playa Dumbo, pero las piernas no daban para más (maldita democracia
Es un dinner ambientado en los años 50 (tienen funcionando televisiones en blanco y negro realmente antiguas) en el que los propios camareros amenizan la cena cantando y bailando entre los comensales. En su web (http://www.ellensstardustdiner.com) los definen como 'Singing Waitstaff' (algo así como los camareros cantantes).
La verdad es que el espectáculo merece la pena, aunque no es barato.... fingers de pollo, quiche lorraine (espectacular !!!) y cheesecake (más espectacular todavía !!!!), regado con una cerveza y dos refrescos: $57,98 + $10 de propina y $2 para la formación artística de los camareros.
Aquí está nuestro camarero Andrew (de espaldas) en plena actuación.
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Con el buche lleno, paseito hasta la parada del metro y vuelta a nuestro hotel en Queens.