Madrugamos mucho, queremos salir temprano para ir a Chichén. El buffet de desayuno no esta abierto y el día anterior nos informan de que podremos encontrar algo para desayunar en el holl del riviera. Cuando llegamos al holl del riviera, son las 6 menos cuarto, y tan solo quedan cafés y tes, las pastas han desaparecido. Creo que es un fallo del hotel ya que a las cuatro ya tienen pastas puestas (lo comprobamos posteriormente) y estas se acaban y nadie las repone.
Nos tomamos un café y salimos rápido ya que hemos madrugado y no queremos perder el tiempo.
Llegamos pronto a Chichén, después de una pequeña parada en Valladolid a comprar agua. Aparcamos el coche (parking 33 pesos) y entrada a Chichén 232 pesos los 2 (116 cada entrada). Queremos compartir guía y esperamos un poco hasta que nos juntamos con otras dos parejas de españoles. Los 6 juntos contratamos a un guía oficial. Pagamos a la entrada y nos asignaron a un hombre.
Realmente tuvimos mala suerte ya que el guía que nos toco no nos explicaba las ruinas, el hombre tenia mucha paciencia, no se le veía con prisas, estuvo con nosotros mas de dos horas y media, pero no nos explicaba las ruinas. Nos hablaba de política, llegaba a los sitios y se quedaba mirando sin decirnos nada, o esperaba que hiciéramos las compras durante su explicación. Como ejemplo os diré que no nos explico lo del eco del juego pelota, ni el sonido que sale de la pirámide al dar una palmada. Todo esto lo explicábamos los mismos que formábamos el grupo a través de las guías que habíamos leído o información encontrada en Internet. Realmente fue una pena ya que contratamos el guía esperando que este nos explicara la historia, y nos trasladara un poco al mundo de Chichén.
A pesar de esto Chichén Itzá nos gusto muchísimo y disfrutamos de las ruinas, son preciosas. Y merecen la pena las horas que hay que dedicar para llegar.



[img]http://http://img339.imageshack.us/img339/3896/p1010174r.jpg[/img]

Una vez que acabamos con el guía, seguimos viendo las ruinas por nuestra cuenta y decidimos hacer las compras. Realmente estuvimos bastante rato y eso que teníamos claro lo que queríamos comprar. Pensábamos hacer todas las comprar en Chichén ya que por el foro sabíamos que era el sitio mas barato. Aunque el tener que regatear hace que se pierda muchísimo tiempo. Además siempre se compra alguna cosa que no se tenía pensada. Compramos 3 calendarios (uno maya de color, uno maya sin color y uno azteca con color), 4 vasos de chupito, dos camisetas, un llavero de plata y un collar.
Salimos después de hacer las compras y nos dirigimos al cenote Ik-Kil. Saliendo de Chichén Itzá en dirección a Cancún por la carretera 180 continuar 5 kilómetros y veremos el parque eco-arqueológico de Ik Kil a la derecha de la carretera. Es la entrada de un hotel (o eso parece) esta bastante comercializado pero merece la pena. Realmente es precioso. La entrada son 70 pesos por persona e incluye el parking.
Como os he dicho el cenote es precioso. Como esta bastante comercializado tiene vestuarios, lavabos y hasta tienda de recuerdos. Al cenote se llega bajando una escalera pero desde arriba ya gozas de unas vistas impresionantes. El cenote es más o menos redondo y creo que bastante profundo, unos 40 metros o así. Te puedes tirar desde varios trampolines hechos en piedra a distintas alturas. Las paredes laterales del cenote están cubiertas por vegetación y dejan caer lianas al cenote. También vemos las diferentes raíces de árboles del exterior. Finos chorros de agua caen continuamente dando un sonido extremadamente relajante. Y el agua se ve cristalina y permiten ver a los peces gato que nadan en el. También es posible ver mariposas y unos pájaros pequeñitos que baten las alas rápidamente. Un entorno precioso para darse un magnifico baño.



De nuevo alquilamos un chaleco (30 pesos) y disfrutamos del baño. Nos encantaba aunque acabamos saliendo por que nos agobiamos un poco empezó a llegar gente y gente… cuando vimos que empezaba a bajar un segundo autocar, nos fuimos.
A la salida probamos el Xtabentun (licor maya con un ligero sabor a anís con miel) y fuimos corriendo para el coche. El plan era llegar a Dzitnup pero se puso a diluviar y tuvimos que cambiar de planes. Paramos el coche.
Cuando dejo de llover pusimos rumbo a Ek Balam. Llegamos a tiempo para entrar con el último grupo que entraba. El precio de los dos fue 134 pesos. El precio ha subido ya que ahora como en Chichén se pagan dos entradas una para INAH que sirve para atender y cubrir los gastos de los sitios arqueológicos y otra entrada es para Cultur.
Ek Balam es impresionante. Las ruinas mantienen los estucos y se pueden ver perfectamente. También se puede subir al castillo (ya que no es una pirámide), las vistas desde arriba son magnificas y además los escalones están mejor mantenidos que en Coba y es mas fácil subir y bajar. La visita nos encanto y estábamos disfrutando tanto que nos olvidábamos del tiempo. Al final nos vinieron avisar con un pito para que bajáramos de las ruinas y nos fuéramos ya que era la hora de cerrar.







A la salida compramos en una tiendecilla que hay en el parking un par de vasitos de chupito al mismo precio que nos costaron en Chichén, aunque empezó pidiéndome mucho más. Le comente que ya llevaba cuatro y que lo máximo que le pagaba por esos dos era la mitad de lo que me había costado los cuatro y aunque reticente al principio al ver que me iba acabo aceptando. También compramos una botellita de agua rellena de miel. Dimos diez pesos a unos niños que decían que nos vigilaban el coche y nos fuimos rumbo a Valladolid.
Paramos en Valladolid hambrientos. No habíamos ingerido nada más que agua durante todo el día. Con el ajetreo no nos habíamos dado ni cuenta. Pero en esa pausa el estomago se abrió y nos reclamaba comer. Aparcamos el coche y fuimos andando hasta la plaza, allí paramos en el restaurante “las campanas” que nos dio muy buena impresión y en el que comimos de maravilla. Después de comer dimos una vuelta por la plaza y entramos en la catedral. Decidimos marchar ya que era tarde y todavía nos quedaban varias horas de camino.



Llegamos al hotel ya entrada la noche y fuimos a comer al restaurante el mercado cuando ya estaban a punto de cerrar el buffet. Después de cenar nos tomamos dos Xcabetun y nos fuimos a dormir. El día había sido bastante largo aunque provechoso.