06 Cairo Islámico ✏️ Diarios de Viajes de Egipto

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27.06.10 Domingo

Mientras preparaba el viaje tuve innumerables fuentes de información, pero sobre todo en cuanto a esta zona, destaco la ayuda inestimable de una blogger profundamente enamorada del arte, arquitectura y cultura islámicos. Y si todo esto también os interesa, os recomiendo mucho que os paséis por el blog El Diwan, una caja de pandora que me ha llenado muchas y muchas horas. La descripción que sigue yo no la podría haber hecho mejor:

"El Cairo Islámico, el más olvidado en los viajes a Egipto, es tan rico como inmenso e inabarcable. Sus laberínticas calles presentan una desmesurada abundancia de tesoros del arte islámico, mezquitas, madrasas, karavanserai o wikalas, palacios, a los que merece la pena dedicar varios días.

Pero El Cairo Islámico no es sólo una zona de visitas monumentales. En esta zona también se puede apreciar mejor que en ninguna otra parte la vida diaria de la ciudad: comercios, artesanos, cafés, puestos callejeros, tiendas de especias y perfumes. El Cairo más auténtico. "(Fuente: www.eldiwan2010.blogspot.com)


Por tanto, el Cairo Islámico es uno de los motivos principales, si no el más importante, por el que he querido volver a esta ciudad. Los turistas no llegamos a penetrar fácilmente en esta zona y es, simplemente, por ignorancia porque en las visitas guiadas no se suele incluir. Tan cercano al mega-visitado Khan-al-Khalili y tan desconocido ... Yo he tenido que esperar al quinto viaje para poderlo disfrutar o, más bien, para paladearlo ligeramente con la conciencia de haber visto una mínima parte y con la imperiosa necesidad de volver para vivirlo plenamente.


El eje que vertebra esta zona es la calle Al Muizz Al Din Allah y para acotarlo de una manera sencilla, diríamos que es el recorrido lineal comprendido entre la mezquita Ibn Tulun y la mezquita Al-Hakim. Sin embargo, las joyas visitables abarcan hasta la Ciudadela y comprenden la fantástica Madraza del Sultan Hassan (que este año han quedado fuera de nuestro recorrido con mucha pena por mi parte). Una magnífica referencia bibliográfica para visitar esta zona (aunque yo me lo compré el día siguiente de la visita) es el siguiente libro:

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Islamic Cairo
Alberto Siliotti
Egypt pocket guide
The American University in Cairo Press
Precio: 40 LE

08:30 Vía Crucis

Mi intuición me decía que no sería fácil encontrar un taxi que nos llevara a Ibn Tulun, ya que en nuestra primera visita el año 2007 la propia agencia parecía descolocada por el hecho de pedirles esta visita. A pesar de mi previsión de pedir en recepción del hotel que me lo escribieran en árabe, el primer taxista que paramos se negó a llevarnos porque no había manera de entendernos ... Al segundo taxista se le pedimos en inglés y le enseñamos el nombre en árabe y, además, también abrimos el plano de Cairo y le indicamos. Dudó un momento y asintió. Subimos los seis (como en una lata de sardinas) y empezamos a circular un buen rato. Al cabo de media hora, para el taxi y nos indica que ya hemos llegado. El camino no nos había resultado nada familiar pero el lugar donde estábamos, a pesar de que efectivamente no se trataba de Ibn Tulun, era conocido: la parte posterior de la mezquita Al-Rifai y la madraza del Sultán Hassan.

Si hubiéramos ido sin niños (y sin abuelos) habríamos hecho el trayecto hasta nuestro objetivo caminando, pero consideramos que, ya que estábamos dentro de un taxi y no estábamos demasiado lejos, podíamos intentar hacernos entender con el taxista y que nos llevara hasta la puerta. Pero no había manera. No nos entendíamos y el hombre cada vez más nervioso. Finalmente vuelve a poner en marcha el taxi y va hasta la policía turística, le enseña nuestro planos y, tras una extensa deliberación, vuelve al taxi. Después de un recorrido dantesco por los interiores del barrio (cuando hay una calle principal que conecta los dos monumentos ...) llegamos a Ibn Tulun. Le pagamos las 20 LE acordadas y añadimos 10 LE porque ha sido un largo trayecto.

09:27 Mezquita de Ibn Tulun

Horario: 08:00-17:00, Viernes cierra 11:30-13:30
Dirección: Calle as Shalibah
Entradas: gratuita (pequeña propina al encargado de las "pantunflas")


La Gran Mezquita de Ibn Tulun comienza a construirse el 876 y se termina en 879 y es una innovación en Egipto por su amplitud. Una primera muralla cuadrada limita la Ziyad (de 162 metros de lado, es decir, 2,6 hectáreas). La mezquita propiamente dicha mide 140 x 116 metros y está formada, en el centro, por un patio cuadrado de 90 metros de lado, rodeado de pórticos con arcadas en sus cuatro lados. La sala de oración es tres veces más ancha que profunda y las arcadas y el intradós de los arcos están cubiertos de motivos en estuco moldeados. La obra de Ibn Tulun está formada, a ejemplo de las mezquitas de Samarra (Irak), por un minarete helicoidal de ladrillo, que fue, posteriormente, reconstruido en piedra. La operación tuvo lugar en 1296, en tiempos de los Mamelucos, cuando la fuente central del patio fue también reconstruida, a raíz de una campaña de restauración del venerable edificio, que entonces tenía cuatro siglos. En la época moderna, debido al derrumbe de una serie de arcadas de la sala de oración, en 1877, fue necesario emprender nuevos trabajos de restauración en 1929.

La mezquita de Ibn Tulun constituye una obra maestra notable por su planta y por la unidad de su concepción. Por sus considerables dimensiones, este edificio subraya la horizontalidad de sus proporciones. (Fuente: El Islam, desde Bagdad subasta Córdoba)

La seguridad en nuestra visita a esta mezquita ha sido del todo exagerada, resultando la anécdota curiosa del día. Una vez hemos bajado del taxi, la policía turística nos ha abierto la valla de acceso a la calle. Resulta absurdo este despliegue policial considerando que turistas no he visto muchos por allí las dos veces que hemos ido y, además, si el acceso se produce por cualquier otro callejón no hay que pasar por este control.



Formalmente esta mezquita está doblemente amurallada y hay que acceder por una puerta en la muralla exterior, cruzar "el foso" y acceder al recinto interior. Al cruzar el primer cerramiento, hay otro control de seguridad con rayos X como en tantos otros lugares, pero es que aquí queda muy desproporcionado, y accedes al cuerpo de la sala de oración. La entrada es gratuita, pero enseguida te colocan una especie de bolsas de tela verde en los pies (sucias y deterioradas) que serán remuneradas a la salida con una pequeña propina.

Desde que hemos entrado en el recinto nos sigue un individuo cuidadosamente vestido con un traje oscuro y elegante a pesar del calor, una especie de "men in black" a la egipcia y, cuanto más nos seguía por todo el recinto, más nos dábamos cuenta que había mucho material extraño en la zona del foso y personas circulando por el patio y la fuente de abluciones que no parecían tener nada que ver con el culto. Al día siguiente un guía amigo nuestro nos dijo que se están rodando una serie de documentales en edificios públicos de Cairo y que él se había encontrado con la misma situación la semana anterior a la ciudadela.



Nuestra "sombra" nos ha seguido allí donde hemos ido de tal manera que sale en muchas de las fotos familiares en este espacio. La situación, cabe decir, era bastante ridícula.


Para acceder al minarete, una joya de la arquitectura islámica por su escalera helicoidal por el exterior, hay que salir del recinto de la mezquita y rodearla por el espacio entre-murallas hasta la puerta de acceso. En este trayecto intentamos hablar con nuestro policía particular en inglés, pero él simplemente nos ignoraba de la manera más descarada. Definitivamente la cara le cambió cuando vio que teníamos intención de subir al minarete ... No le quedó más remedio que seguirnos en nuestro ascenso.

A media subida mis padres decidieron que se plantaban, que estaban cansados y que nos esperaban en aquella esquina. Ay, qué dilema! Qué cara ponía el pobre hombre! No sabía si quedarse con mis padres o seguirnos a nosotros para vigilar en nuestro ascenso. Me imagino sus pensamientos en ese instante intentando decidir quién, entre los dos ancianos en una esquina de la mitad de la altura del minarete o la pareja con las dos criaturas, resultaba más peligroso y, por tanto, necesitado de vigilancia. No se terminó de decidir y se plantó en la siguiente esquina donde, más o menos, veía mis padres y nos escuchaba a nosotros. La situación resultó divertida, aunque supongo que para él no tanto.


Al bajar del minarete decidimos ir a visitar el Museo Gayer-Anderson, cuya entrada se encuentra en el espacio de transición entre las dos murallas de la mezquita. El buen hombre iba a seguirnos en el museo! Alguien con un poco más de cordura le llamó desde el acceso de la mezquita y le dijo que no era necesario, riéndose.

10:30 Museo Gayer-Anderson

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Horario: 08:00-16:00, viernes cierra 11:30-13:30
Dirección: Calle as Shalibah
Entradas: 35LE para los adultos y 20LE para niños y estudiantes

Esta casa-museo está formada por la anexión de dos casas: la primera fue construida en el año 1631 y es llamada "Bayt al-Kritliya" (la casa de la mujer de Creta) y la segunda fue construida en el año 1540 y es llamada "Amna bint Salim al-Gazza" (Amna, la hija del carnicero Salim).

Hasta el año 1942, el mayor de la armada británica Robert Gayer-Anderson vivió en la primera de las casas, la que restauró y donde coleccionó elementos de mobiliario islámico y otomano, actualmente expuestos en este espacio, que se llama Museo Gayer-Anderson. (Fuente: Wikipedia)



Mientras estábamos pagando las entradas llegó un grupo de niños de unos 9-10 años en una visita escolar que nos fuimos encontrando durante la visita y que la hizo súper entretenida.

En una de las salas donde hemos coincidido con los escolares, una de las profesoras se nos ha acercado y, en inglés, nos ha preguntado si se podían hacer una foto con nosotros. Bueno, de hecho, lo que nos ha pedido ha sido exactamente si se podían hacer una foto con el bebé (mi hija). Se la miraban maravillados mientras ella estaba bien divertida con todas estas atenciones tranquilamente sentada en la mochila de mi compañero. Mis padres se sorprenden bastante, pero nos sometemos todos a la infinita sesión fotográfica con un montón de cámaras, incluidas las nuestras, para tener un recuerdo de este encuentro tan curioso. Hace unos años en Alejandría nos pasó lo mismo un par de veces y tenemos, también, unas fotografías muy divertidas.


La terraza de estas casas es digna de ver. En estas casas se rodó la película de James Bond "La espía que me amó" y, concretamente en la terraza, hay una pelea que permite verla perfectamente con sus celosías de madera al estilo otomano (mashrabiya) fantásticas.

La visita a la casa, aunque su falta de mantenimiento es evidente, es interesante y nos lleva más de media hora. Empezamos a notar el calor.

11:20 Khan-al-Khalili

Después de varios intentos, tomamos un taxi hacia Khan-al-Khalili por 15LE. Nos deja justo delante de la Mezquita de El Azhar, cruzamos por el paso subterráneo y, justo delante de las escaleras de salida de este, vemos la entrada de un nuevo restaurante con un aspecto exquisito, llamado Taj al Sultan.



En la planta baja únicamente hay el acceso y un atril con la carta de precios, pero estamos sedientos y los niños necesitan un descanso (la niña duerme hace rato en la mochila) y decidimos subir a tomar unas bebidas frescas. No nos decepciona lo más mínimo: se trata de un comedor delicadamente amueblado con un estilo otomano-hindú curioso, pero que resulta muy agradable. La mitad de la sala tiene sofás y mesitas y en el resto hay mesas paradas esperando la hora de comer. Nos sentamos y volvemos a la vida ante unas cervecitas sin alcohol (95 LE por 3 cervezas sin alcohol y 2 refrescos). Es otro de los buenos descubrimientos de este año, sobre todo en una zona donde no teníamos ningún lugar "especial".

Tiene unos aseos que son una gran opción en esta zona: limpios, modernos y equipados incluso con cambia-bebés!

12:20 Paseo por el Muizz al Din Allah: entre dos palacios

El "Cairo Islámico" comprende la zona de la antigua ciudad medieval en Khan-al-Khalili, dividida en dos partes separadas por la calle Al-Azhar: la parte norte, hasta las puertas de Bab el-Futuh ( puerta de las conquistas) y Bab el-Nasr (puerta de las victorias), y la zona sur, hasta la puerta Bab Zuweila y la Mezquita Azul. La zona de Midan al-Qal'a, la ciudadela y el cementerio septentrional (ciudad de los muertos) ya los visitamos en el año 2006 y 2007. Para ver una fantástica descripción de estos monumentos dejo el link al blog de Manuel Harazem, donde hay una entrada fantástica llamada "Buceando por el Cairo Islámico" hecha con un gran rigor.



En esta ocasión, y por una cuestión de tiempo, hemos hecho el recorrido por la calle Al-Muizz desde la calle Al-Azhar hasta la mezquita al-Hakim, al norte. Por tanto, aquí tenemos otra excusa suficientemente buena para volver.



Nuestro recorrido por la calle Al-Muizz ha sido un poco desolado (que no decepcionante!), con todas las tiendas cerradas y muy poca gente por la calle. Lo hemos atribuido a que es domingo, pero no estamos demasiado seguros de ello porque el viernes, que realmente es el día festivo para los musulmanes, estaba igual de desierto.



Nos ha sorprendido mucho esta calle por sus contrastes. Con una urbanización casi impecable y los monumentos perfectamente iluminados de noche con tecnología muy actual, al visitante aún se le hace más evidente el increíble valor histórico y arquitectónico de las edificaciones que le hacen fachada, resaltando su singularidad y, al mismo tiempo, la gran concentración de joyas arquitectónicas como en ninguna otra parte de la ciudad.

Nuestras visitas al interior de monumentos se han concentrado en la zona llamada "Bayn al Qasrayin" (Entre dos palacios) y formada por los complejos de Qalaun, Barquq y An-Nasir Mohammed, que durante el periodo fatimí se situaron entre dos palacios reales. El premio Nobel de literatura Naguib Mahfuz tiene un libro titulado exactamente así: Entre dos palacios (que tengo pendiente de leerme).

El acceso a estos monumentos es libre y gratuito y, además, muy probablemente serás el único visitante. Realmente son todos preciosos, bien cuidados y con una arquitectura impresionante. Lo mejor que hemos visto en este viaje!



Justo al pasar la sabila-kuttab de Katkhuda hemos encontrado justo lo que buscábamos, un encargo muy especial que nos había hecho mi hermano y que sabíamos que podíamos encontrar en esta zona, aunque íbamos perdiendo la esperanza poco a poco al ver tan pocas tiendas abiertas: unos repuestos para la shisha que hemos encontrado en una pequeña tienda por un precio ridículo. Así que ya podrá continuar disfrutando de la shisha que le llevamos hace un par de años de Luxor y que ha ido adaptando a sus gustos personales, mejorándola.

En el camino de vuelta hemos parado a visitar "Bayt al Suhaymi"

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Horario: 09:00-17:00, viernes cierra 11:30-13:30
Dirección: 19 Calle Darb al Asfar con Calle al Muizz le Din Allah
Entradas: 35LE para los adultos y 20LE para estudiantes (los niños no han pagado)

Bait al-Suhaymi es una mansión histórica de aproximadamente 350 años de antigüedad, la parte más antigua de la cual fue construida por Abdel Wahab El Tablawy en 1648 y fue adquirida, en 1796, por el jeque Ahmed as-Suhaymi. Su restauración comenzó en 1997.



Su visita justifica perfectamente el precio de la entrada y, a pesar de la falta de mobiliario, los espacios de esta vivienda del periodo otomano resultan impresionantes. Los espacios abiertos como las terrazas o los patios son un claro ejemplo de la arquitectura civil islámica absolutamente introspectiva.



14:00 La peor comida de mi vida

Se nos ha hecho un poco tarde para la comida de los niños y decidimos ir a algún bar de Midan Hussein a comer algo. De todas las posibilidades que hay, que no son pocas, estoy segura que hemos escogido la peor: el bar que está situado al final de la fachada de la plaza, justo delante de la esquina de la Mezquita de Sayidna al-Hussein (quien avisa no es traidor!).

Nos hemos sentado en unos bancos con una gran mesa de latón delante y hemos hecho el pedido. Hasta aquí todo normal, pero mientras esperamos al camarero empezamos a ver todo de gatos debajo de la mesa y mi padre los va asustando. Cada vez que escapan rozan mis piernas y, al mirarlos bien, veo que están enfermos, con la cola pelada y con heridas en la piel. Justo a nuestro lado se sitúan unos policías, supongo que por la proximidad acceso a la mezquita, y continuamente sentimos avisos a gritos en sus walkie-talkie. El camarero se dedica a asustar a los gatos despelajados con el papel del menú que luego va dando a otros clientes para hacer el pedido ... Y llega la comida. A primera vista no tiene mal aspecto, pero al probarlo es simplemente repugnante, y mi índice de tolerancia con la comida es muy alto. Todos coincidimos en que lo único comestible es el shawarma de mi hijo. Encima, nos cuesta 200LE, que pagamos con mucho disgusto.

Después de la experiencia mis padres han llegado a la saturación: a partir de ahora los tendremos que llevar a lugares "menos auténticos" y todavía se ríen de mí recordando esta comida, porque fui yo quien recibió las consecuencias al día siguiente.

Tomamos un taxi hacia el hotel por 10 LE y, tras pasar por la ducha, hacemos una siesta intensiva y una buena sesión de piscina.


19:00 The Pharaohs

Para celebrar el 60 cumpleaños de mis padres nos dicen que podemos elegir donde ir a cenar, que ellos invitan. Tenemos claro que les gustará mucho ver Cairo de noche navegando por el Nilo en un barco-restaurante y pedimos a la agencia que nos hagan la reserva y el transporte.



Nos recogen, llegamos al embarcadero y los niños y mis padres alucinan con la performance que son capaces de montar estos egipcios para el turismo: un embarcadero con dos barcos amarrados decorados al más puro estilo faraónico, incluso el personal. Hacemos un montón de fotos porque los niños se quieren fotografiar con prácticamente todo! No puede ser más Kitsch, pero es una fórmula segura de cena, el navegar de noche viendo las dos orillas. El trayecto dura unas dos horas, la comida es del tipo buffet y no es espectacular ,y el espectáculo que ofrecen ... sin comentarios. También hay que tener mucha paciencia con una innovación respecto de la anterior visita: el fotógrafo. Como si de PortAventura o una boda se tratase, va mesa por mesa haciendo fotos con todas las combinaciones humanas posibles (parejas, padres con hijos, nietos con abuelos, niños solos, etc.) Y luego las pone a la venta a 15 LE por foto. En fin, siempre hay la opción de no comprarlas.



El mejor momento de la noche es cuando, una vez finalizada la cena, puedes subir a la cubierta superior, sentarse en las mesas en el exterior y disfrutar de las vistas. Si puedes subir con una botellita de vino ... mucho mejor.

Hemos pagado 1085LE entre todos (unos 180 €) y ha sido una buena celebración del aniversario de mis padres, para recordarla.

La agencia, una vez más, no nos cobra por el transporte y decidimos pagarle una buena propina a Wahid por las molestias y los cuidados. Es un gran tipo.

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