![]() ![]() Jueves, 25 de agosto de 2011 ✏️ Diarios de Viajes de Francia
El plan para hoy es demasiado ambicioso y al final se queda en casi nada: Mónaco y La Turbie. Desayunamos y nos vestimos, mi chico con zapatos y pantalón largo y yo con sandalias y vestido y en la mochila metemos el uniforme de “turista...![]() Diario: ARAGÓN, CATALUÑA Y LA PACA DEL 22 DE AGOSTO AL 3 DE SEPTIEMBRE DE 2011⭐ Puntos: 3 (1 Votos) Etapas: 15 Localización:![]() El plan para hoy es demasiado ambicioso y al final se queda en casi nada: Mónaco y La Turbie. Desayunamos y nos vestimos, mi chico con zapatos y pantalón largo y yo con sandalias y vestido y en la mochila metemos el uniforme de “turista”: sandalias de machaque, camisetas y pantalón corto. Nuestra intención es entrar en el Casino más o menos decentes y luego cambiarnos en el baño del parking para continuar con las visitas más cómodos. Planteamos mal el orden. Deberíamos haber subido primero a la Turbie por las Corniches (famosas carreteras costeras de la Costa Azul) desde donde hay bellas vistas de Mónaco y de la costa en general. En lugar de eso entramos primero en Mónaco que con la caravana, nos lleva ±1 hora… ¡cómo si estuviera en Madrid! Damos vueltas y vueltas por el pequeño país… la verdad es que aquí en cuanto te descuidas ya te has salido. Intentamos encontrar un centro comercial para aparcar por la patilla, como explicaba un forero de www.losviajeros.com pero no hay forma: este parking es más caro que los públicos porque en Mónaco los parkings públicos son gratis para estancias inferiores a 1 hora, luego ya… el precio es acorde al país. Ante el fracaso nos encaminamos a La Turbie, pueblecito encaramado en lo alto de los acantilados a cuyo pié se extiende Mónaco. Existe un monumento romano muy bien conservado al que nos encaminamos. El aparcamiento nos sale gratis porque aquí los parquímetros son gratis a la hora de la comida. Por desgracia, el parque en el que se asienta el Trofeo de los Alpes está cerrado (aquí los horarios son sagrados y muchas cosas cierran a mediodía, como es el caso) así que a nuestro pesar, nos ahorramos los 5€ de mi entrada y los 3,50€ de la de estudiante de mi chico. En la entrada, un mirador sobre el mar nos deleita con bellas vistas panorámicas de un país entero (Mónaco) y parte de otro (Francia). Como el monumento (Le Trophée des Alpes) es muy grande, rodeamos el parque y desde algunos puntos lo podemos ver. Las callecitas del pueblo son como a mí me gustan: estrechas, solitarias, con fachadas pintadas de alegres colores, peatonales… una delicia pasear por ellas. Volvemos a Mónaco y aparcamos en el parking que hay en la plaza del Casino. Entramos al edificio por 10€, imprescindible llevar documentación porque ponen tu nombre en la entrada, está terminantemente prohibido a menores y entrar con cámaras de fotos (si llevas te hacen dejarla en la consigna), además hay que apagar el móvil. Por 10€ solo se ve el vestíbulo, la sala Europa en la que están las mesas, la sala de las tragaperras y un vestíbulo al fondo al que se abren las salas privadas (inaccesibles para los 10€) donde los ricos de verdad se encierran a jugarse sus fortunas, esas que nosotros, pobres mortales, ni soñamos. El edificio, con decoración barroca, es espectacular en sí pero sinceramente, el ambiente me ha parecido un tanto patético: en la sala Europa solo había abierta una mesa con backgammon donde un turista parecía ir ganando, porque se fue con su pareja hacia adentro (creemos que a la ventanilla donde cambian las fichas) y salían muy contentos, y dos mesas de ruleta con una apuesta mínima de 5€. Detrás de los croupiers, en una silla alta unos tipos trajeados se encargaban de vigilarlos. Mi chico quería jugar a la ruleta pero a mí me parecía un poco decadente y no me atraía en absoluto… esperaba otra cosa, quizá influida por las películas donde aparecen los casinos de las Vegas llenos de gente… aquí había cuatro gatos. Evidentemente el Casino vive de lo que se juega en las salas privadas pero tampoco quiere desdeñar el bocadito que supone el dinero de los turistas. Posiblemente por la noche el ambiente esté más animado. Por los 10€ no voy a dejar de probar el baño, por supuesto. Hay un mecanismo que hace girar la tabla en torno a un saliente, entiendo que para desinfectarlo, lo malo es que no para y cuando salgo tiene que entrar la señora que atiende el aseo para solucionarlo… yo me largo. Nos cambiamos a la ropa y calzado cómodos que tenemos en la mochila en el maletero del coche y salimos con destino al puerto: aparcamos en su parking y paseamos por allí: vemos un puesto de helados pero los precios son astronómicos, 2,5€ por bola… ¡Tiene bolas la cosa! salimos corriendo porque no vamos a pagar 10€ por lo que ayer nos costó exactamente la mitad. Nos dejamos impresionar por unos yates inmensos, la mayoría con una bandera que desconocemos… posiblemente de alguna excolonia inglesa porque tiene la Jack Unión en la parte superior izquierda (como la de Australia o Nueva Zelanda), y un bicho que no apreciamos bien sobre fondo rojo…algún paraíso fiscal del Caribe, apostamos por Barbados. A la vuelta lo comprobaremos. COMPROBANDO ¡Casi! El país es Bermudas, pero sí, es un paraíso fiscal y de playas maravillosas del Caribe. Como dice mi chico, los coches distinguen a estos ricachones de los mortales… pero el tamaño del yate distingue a los ricos de los asquerosamente ricos… Yo no concibo que una sola persona pueda tener tanto dinero como para comprar y sobre todo mantener uno de estos barcos, pero la realidad es que hay personas que se lo pueden permitir. En la lejanía vemos llegar el yate más espectacular de todos, con forma de submarino. No atraca, se queda fondeado en la bocana del puerto. Mi chico me explica que es Román Abramóvich, un magnate ruso del petróleo, undécima fortuna del mundo, dueño del Chelsea, que probablemente venga al sorteo para la Champions de la FIFA y la final de la Supercopa que jugarán mañana aquí el Barça y el Oporto. Después vamos a la zona histórica: el Museo Oceanográfico, que fue la base de Jacques Cousteau (recuerdo ahora que en la Expo de Sevilla, Mónaco sorprendió con un espectacular pabellón que no era otra cosa que un enorme acuario con un túnel submarino). También la catedral y el Palacio del Príncipe… En la puerta de la catedral se para un monovolumen del que desciende un gordo cincuentón con cara de ruso y justo detrás aparece una rubia y despampanante veinteañera. Nos imaginamos que es uno de los rusos multimillonarios, dueño de alguno de los lujosos yates que están atracados en el puerto viejo y su joven amante. El chófer les indica qué ver y dónde les recoge. Por la hora solo visitamos la catedral que además es lo único gratis y lo que más nos apetece de las tres opciones. Es neorrománica, y su interior bastante sobrio comparado con la fachada de varios cuerpos. Llaman la atención las sencillas lápidas de los monarcas monegascos, incluidos Grace y Rainiero, las únicas adornadas con flores. Al salir, un restaurante (Sarl Freddy’s: 6 Rue de L’Eglise, 98000 Monaco-Ville) “nos llama”, pedimos algo parecido al menú del día de los restaurantes españoles (aquí se llama “formule”), pero a precio de aquí, claro, y comemos por 53€, deberíamos habernos fijado que es mejor no pedir bebida porque 4€ por una cerveza sin alcohol de 25cl es “algo” caro. Entonces deberíamos habernos dado cuenta de que NO se pide bebida en los restaurantes… que es mejor pedir “Tap water” que es de lo poco gratis que hay por aquí (aparte de la catedral). Casi cuando estamos terminando se sientan en la mesa de al lado unos rusos con niños y piden la “formule” pero les dicen que a esa hora ya no lo sirven… pues que pongan el horario en el cartel ¿no?, a mi me parece muy de “picaresca” que no especifiquen el horario en el que se sirve la “formule” y cuando la gente lo pide, les digan que ya está fuera de hora. Así que los rusos se marchan. Nos agrada mucho la plaza del Palacio, hay un guarda solitario que hace una especie de coreografía de aquí para allá, en torno a la garita, mientras los turistas le miran y fotografían. La gente se queda mirando las picadurotas de mosquitotes que lucen mis piernas… pero que conste que no soy la única. Intentamos hacernos una foto con el temporizador pero no hay forma… siempre pasa alguien por delante de la cámara cuando se dispara… nos lleva 3 intentos. Las tiendas de souvenirs que hay en la plaza ya están cerradas por lo que no podemos curiosear, pero los miradores sobre los 3 km² de Mónaco nos ofrecen unas espectaculares vistas… desde aquí el príncipe puede vigilar literalmente a todos sus súbditos. Mi chico quiere pasarse por el estadio Luis I para hacerse una foto… mañana juega su amado Barça. Nos hemos cruzado en una ocasión con el autocar del equipo. Nos perdemos un poco, como aquí no tenemos GPS… en Mónaco nos estamos orientando de oído… pasamos por la parrilla de salida y por la meta del circuito de Fórmula 1. El coche nos está avisando de que le queda gasolina para unos 30 km y… ¡tenemos que volver al hotel en Niza! Yo estoy nerviosita perdida… entre vuelta y vuelta vamos mirando si hay una gasolinera pero el espacio en este diminuto país es demasiado valiosos para desperdiciarlo en poner gasolineras… aunque yo supongo que Ferraries y Rolls Royces tienen que “comer” en algún sitio. Ante mis nervios, mi chico desiste de su deseo de ir al estadio e iniciamos el regreso al hotel con la esperanza de que en la autopista encontremos una gasolinera, si no, llenaremos el depósito en la que hay justo al lado del hotel. Pero… ¡gran alegría!, nada más salir de Mónaco vemos una… ¡menudo peso me quito de encima! Llenamos el depósito y compramos un mapa de toda la región de la PACA, incluyendo Provenza que visitaremos después. Con la tranquilidad que da el depósito lleno, decidimos volver a Mónaco buscando el estadio. Este país es curioso, como se encuentra dispuesto en forma de hemiciclo descendiendo desde las colinas hasta el mar, algunas de las carreteras para llegar abajo zigzaguean entre Francia y Mónaco y entras y sales del país según la curva sea a la izquierda o a la derecha. Llegamos al estadio y vemos los equipos de televisión, hacemos la foto y al irnos nos encontramos de nuevo con el autocar del Barça rodeado por aficionados. Está claro que los jugadores están entrenando en el estadio. Decidimos quedarnos a verlos salir, así que buscamos un parking cercano y allí dejamos el coche. 5 minutos andando y a esperar. Solo un pequeño problema, he dejado la cámara grande con las baterías de repuesto en el coche y me he llevado solo la cámara pequeña con “lo puesto”. La batería empieza a gastarse peligrosamente. Mi chico se queda frente al autocar, al otro lado de la calle yo me acerco a las vallas y me quedo detrás de unos niños a los que su padre termina llevándose a pesar de sus protestas. En ese momento que hago con un puesto privilegiado frente a la puerta por la que salen los jugadores. No he conseguido regular la cámara para que las fotos salgan bien y Villa e Iniesta me salen movidos. Cuando por fin consigo ajustar la cámara para que me salgan las fotos nítidas, la tardanza de los jugadores hace que la batería se termine… No me ha gustado la actitud de los jugadores, aquí hay gente que seguramente ha pedido vacaciones en sus trabajos para venir a verlos y ellos no se dignan a pararse un par de minutos para saludar y que les fotografíen. Algunos incluso van con los cascos y el móvil… ¿no se dan cuenta de que si estas personas no les apoyaran y les fueran a ver a los partidos ellos tendrían que trabajar en otra cosa? ¡Desagradecidos! Cuando salen todos, nosotros nos vamos y según llegamos al parking el autocar nos pasa… ¡Adiós, capullos! Ahora viene la gracia. Introduzco el ticket del parking en la máquina y no funciona. Y aquí no hay nadie. Avisamos por un interfono… con mi francés nivel 0,5 y el hombre se pone a hablar al otro lado, así que le contesto “yo no compro pan” para que se de cuenta de que su retahíla es inútil. Oigo el verbo “vinir” y entiendo que mandan a alguien. Al rato llega un señor que prueba el ticket… inútilmente, habla también por el interfono y por fin nos abre la barrera… nos vamos sin pagar nada porque en realidad nosotros intentamos salir antes de que se cumpliera la primera hora gratuita de rigor. Autopista, peaje, hotel, picoteo y cama… por este orden y hasta mañana. Índice del Diario: ARAGÓN, CATALUÑA Y LA PACA DEL 22 DE AGOSTO AL 3 DE SEPTIEMBRE DE 2011
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