El domingo 10 era nuestro último día completo en Riviera Maya. No habíamos hecho planes fijos y habíamos pensado decidir sobre la marcha, dependiendo del cansancio nos quedaríamos en el hotel o nos iríamos a Isla Mujeres. ¿Ya os imagináis no? Ni hablar de quedarnos en el hotel… ¡Vámonos a Isla Mujeres! Que así de camino, veremos también Cancún…
Cómo nos habíamos ido a dormir prontito el día antes, nos levantamos también bastante pronto y poco después de las 8 estábamos en marcha. Yo llevaba casi memorizado el estupendo diario de Niness sobre la isla, así que íbamos por nuestra cuenta. Nos fuimos para la carretera, nos subimos a nuestro ya habitual colectivo de 20 pesos a Playa del Carmen y al bajarnos le preguntamos de donde salían las van a Cancún, y sólo tuvimos que andar una manzana. Allí hay una pequeña estación muy casera dónde el sindicato organiza las salidas a Cancún. Las puedes coger por el camino, pero eso es como el “inicio de línea”.
Esperamos 10 minutos viendo con ellos el partido de baloncesto de las olimpiadas EEUU-China, y en cuanto hubo suficiente gente esperando para llenar la furgo, salimos para Cancún. Hay una tabla de precios dónde pone cuánto cuesta el viaje según dónde vayas. Al centro de Cancún son 35 pesos por persona y eso que es casi hora y media de camino.
Cuando llegamos a Cancún vimos que no nos iba a valer la pena perder mucho tiempo por allí. Grandes avenidas llenas de tiendas de souvenirs (y nosotros ya habíamos comprado todo lo que necesitábamos) y en general todo bastante feo. Mire la guía y lo único que elogiaba de Cancún eran las playas, y para eso no íbamos, así que nada, buscamos un poco por si encontrábamos el autobús a Puerto Juarez, y como no lo encontramos, paramos un taxi que por 40 pesos nos llevó hasta la terminal del ferry, otros 35 pesos (ida y vuelta) y en 25 minutos estábamos en Isla Mujeres.
El plan era alquilar uno de los famosos cochecitos de golf y recorrer la isla a nuestro ritmo, y cuando nos dirigimos a una de las taquillas de alquiler…. ¡desastre!


En Isla Mujeres tienen montada una cooperativa de lanchas para las excursiones (para los que venimos por libre sin agencia). Escogimos un recorrido alrededor de la isla durante cuatro horas. Primero paran un par de veces en dos sitios para hacer snorkel. La verdad es que fue uno de los sitios con el agua más clarita y dónde vimos peces más diversos.
La lancha:


Algunos pececillos:



Una curiosidad, una virgen en el fondo del mar:


Luego paramos en una granja de tortugas, más grande que la de Xcaret. Allí tienen desde un arenal con los huevos que cuidan para que las tortugas nazcan sin problemas, hasta diferentes piscinas con tortuguitas de diferentes “edades” que están en la granja hasta que las pueden dejar en el mar. Nos explicaron que hay un par de veces al año que los niños de la zona las “apadrinan”, les ponen nombre y se hace una pequeña ceremonia para dejarlas en libertad. Así les conciencian de lo importante que es cuidar de estos animales.
Tortuguita en una de las piscinas:


A todo esto, ya era la hora de comer. Nos llevaron a un restaurante enorme, con demasiada gente y demasiado bullicio para nuestro gusto, pero es que tenías la opción de contratar la visita con comida incluida y es con el que tenían el acuerdo. Nosotros no habíamos contratado comida porque era el último día, nos sobraban algunos pesos que ya no podríamos cambiar, y teníamos antojo de langosta, pero aún así teníamos que seguir con el grupo. En ese mismo restaurante tenían de todo y nos dimos el gusto de pedir a la carta langosta al mojo de ajo, muy recomendable, aunque en Isla Mujeres es más cara que en otros sitios como Rio Lagartos (vimos que estaba a 200pesos y en Isla Mujeres nos costó 350). Después de comer, de vuelta al embarcadero, un bañito en la playa, y camino de vuelta al hotel.
El único cambio es que al decirle al taxista que nos dejara en la parada del colectivo, nos llevó a la parada de los ADO y no de las furgonetas, que era con las que habíamos venido. Los ADO es la línea regular de autobuses que consideran más “de lujo”, pero vamos, porque en las van a veces puedes ir un poco “apretao” si van llenas y aquí tienes tu asiento. Por lo demás, es un poco más caro, 48 pesos, y tarda más porque va bastante más lento. En Playa del Carmen cogimos nuestra van de siempre hasta el hotel.
Y el lunes…. Nuestro último día….



Nos venían a recoger a las 16:00. Aunque tienes la posibilidad de dejar las maletas en consigna y utilizar la habitación común con duchas de cortesía para poder pasar toda la mañana disfrutando del hotel, yo no sé si era la depresión de tener que irnos o el cansancio, pero nos daba una pereza horrible tener que estar arriba y abajo con todo. Así que la noche anterior preguntamos por la posibilidad de dejar la habitación más tarde y nos dijeron que por 40$ podíamos quedarnos hasta las 15:00… Así que nos lo tomamos con calma, pudimos hacer las maletas después de desayunar, pasar la mañana en la playa y la piscina, ducharnos en la habitación, acabar de organizar el equipaje de mano, comer, y a las 14:30 llamamos para que viera el maletero a recogernos (ya que en recepción nos dijeron que avisáramos un poco antes). Queríamos ir a plastificar las maletas (tienen máquina en recepción, 6$xmaleta), hacer el checkout, y ya tomarnos algo tranquilamente en recepción hasta que vinieran a recogernos… pero el “poco antes” que nos habían dicho en recepción se convirtió en ¡45 MINUTOS!

Me dio tiempo a tomarme rapidito mi último expresso en el lobby del Riviera y apareció en autocar de El Corte Inglés. También con el viaje tuvimos mala suerte, porque había un control de policía en la carretera, habían cortado un carril y se formó una super-caravana, con lo que llegamos bastante tarde al aeropuerto, pero bueno, pudimos embarcar bien (aunque nos tocó ya en los asientos centrales), el vuelo salió a su hora y en 9 horitas llegamos a Madrid. La escala a Barcelona pasó rápido porque estaba jugando Nadal un partido de las Olimpiadas y cuando llegamos a Barcelona ¡sorpresa! Habían perdido las maletas de medio pasaje. Casi todas se habían quedado en Madrid.
Nosotros llevábamos tres y tuvimos suerte porque solo se perdió una. Cola para dar nuestros datos e intentar recuperarlas y cómo nunca me había pasado, cometí el fallo de no poner una reclamación, tan solo me dieron la hoja conforme tomaban nota y me la harían llegar. Digo lo de la reclamación, porque al llamar al seguro para ver como hacíamos para reclamar los gastos por demora, lo primero que me pidieron fue la hoja de reclamación, y no valía lo que yo tenía, es una hoja diferente que tienes que pedir en el aeropuerto. A mí no me importó demasiado porque fue a la vuelta y al día siguiente me trajeron la maleta, pero si llega a ser a la ida y necesito comprar cosas, o la maleta nunca llega a aparecer…. Pues ya tienes lío!
La verdad es que no importaba mucho el día de vuelta horrible, los nervios para coger el avión, la pérdida de la maleta, el jet lag (madre mía…. ¡si me duró casi una semana!). Hemos hecho un viaje estupendo, con un montón de visitas super-interesantes y unos días de playa y relax de los que me voy acordar todo el año desde mi mesa de oficina….

Un saludo y espero que los que vayáis próximamente a este maravilloso lugar disfrutéis de vuestras vacaciones tanto como nosotros lo hemos hecho.


